–Olvida usted «artes y oficios».
–Lo he dejado para que lo recordara usted, creciera su autoestima y se abreviara el título.
–Evangelizar a los indios aprendiendo sus lenguas
Lo primera tarea de los misioneros era aprender la lengua indígena, pues sin esto apenas era posible la evangelización y la educación de los indios. Y en esto los niños les ayudaron mucho a los frailes, pues éstos, refiere fray Jerónimo de Mendieta (+1604), «dejando a ratos la gravedad de sus personas, se ponían a jugar con ellos…, y siempre tenían a mano un papel para ir anotando las palabras aprendidas» (Historia III,17). Al fin del día, los religiosos se comunicaban sus anotaciones, y así fueron formando un vocabulario, y aprendiendo a expresarse mal o bien. De este modo, el Señor «quiso que los primeros evangelizadores de estos indios aprendiesen a volverse como al estado de niños, para darnos a entender que los ministros del Evangelio que han de tratar con ellos… conviene que dejen la cólera de los españoles, la altivez y presunción (si alguna tienen), y se hagan indios con los indios, flemáticos y pacientes como ellos, pobres y desnudos, mansos y humildísimos como lo son ellos» (III,18).
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