(318) La alegría cristiana (y III), y sus cien motivos
–Quedamos en que el paganismo es triste y el cristianismo alegre (I).
–Y en que la alegría cristiana debe ser pedida, procurada y guardada con todo cuidado (II). Veamos ahora finalmente los motivos de la alegría cristiana (y III):
Es de experiencia, es dato indiscutible –aunque haya quien lo niegue–, que allí donde se vive más en Cristo hay más alegría. En mí propia experiencia, recuerdo tantas confirmaciones de la alegría cristiana en familias, en enfermos, en seminarios y noviciados, en ancianos, en riqueza y en pobreza, en sabios e ignorantes, en colegios y escuelas, en paz o en guerra. Es una alegría sencilla la de quienes viven en Cristo, no estimulada por placeres o prestigios, sino nacida de dentro, nacida de Dios. Es a un tiempo humana y sobre-humana.