InfoCatólica / Reforma o apostasía / Categoría: Sin categorías

18.02.11

(124) Católicos y política –XXIX. ¿Qué debemos hacer?. 16

–Bueno ¿terminamos o no?
–Oyéndole a usted, le viene a uno la imagen de un rinoceronte, con su piel áspera y su cuerno único.

Sí, vamos terminando esta serie sobre Católicos y política. Pero un par de artículos más, por lo menos, van a ser inevitables. Trataré de indicar los trazos principales que deben configurar los partidos católicos. Y recordemos en esto las palabras de Benedicto XVI, varias veces citadas (120): necesitamos «una nueva generación de católicos», «personas renovadas interiormente» en el pensamiento y en la conducta, que sean capaces de «comprometerse en la política sin complejos de inferioridad», etc.

Leer más... »

5.02.11

(123) Católicos y política –XXVIII. ¿Qué debemos hacer?. 15

–Muchas repeticiones. Esto se va pareciendo al Bolero de Ravel.
–Si su cultura musical no fuera tan limitada, habría reconocido al fondo de esta serie de artículos las Variaciones Goldberg, aria con 30 variaciones, para clavicémbalo, de Juan Sebastián Bach (BWV 988, 1741-1742). De todos modos, ya falta menos para el final de la serie.

–El Espíritu Santo quiere y puede renovar la faz de la tierra, pero el Padre de la mentira se empeña en paralizar en la Iglesia las misiones, la educación, la pastoral y la actividad política de los católicos. Las misiones, dejando la evangelización, la missio, derivarán al diálogo interreligioso y la acción benéfica filantrópica (13). La educación católica se irá apagando en la mayoría de colegios, escuelas y universidades católicas, perdiendo fuerza evangelizadora y apologética. La acción pastoral alcanzará solo a una décima parte de los bautizados, y en forma muy débilmente evangelizadora. Y en ese mismo cuadro de situación espiritual, la acción política de los católicos también desfallecerá, hasta desaparecer prácticamente en Occidente, de tal modo que las Iglesias locales, sin apenas lucha, permitirán que sean los hijos de las tinieblas quienes gobiernen y configuren legalmente las naciones antes cristianas, ahora mayoritariamente apóstatas.

Leer más... »

27.01.11

(122) Católicos y política –XXVII. ¿Qué debemos hacer?. 14

–¿Cómo es eso? No tenemos bien afirmado ningún partido católico y ya está usted exigiendo que sean varios.
–Es mejor que sean varios; pero a una mala nos conformaríamos con uno.

–Es deseable que los partidos católicos sean varios, y que no se forme un solo partido. Éste principio es aparentemente paradójico, pues prefiere que sean partidos varios los que, sin embargo, deben actuar unidos, tanto en unos mismos principios doctrinales, como en coaliciones electorales y posibles coaliciones de gobierno. Pero ésa es la verdad. Siendo de suyo el campo de lo político tan complejo e indeterminado, han de formar los católicos diversas organizaciones políticas que no tienen por qué coincidir en todo, sino solo en los grandes principios fundamentales.

Leer más... »

20.01.11

(121) Católicos y política –XXVI. ¿Qué debemos hacer?. 13

–Y ahora, partidos confesionales. Yo creo que lo que usted quiere es provocar.
–Exactamente. Provocar una reforma completa, que implica también una reactivación de la vida política entre los católicos.


Al tratar de los partidos políticos católicos, expuse ya previamente lo que no son, lo que no deben ser; y también su necesidad, que los apolíticos y prepolíticos niegan, al menos en la práctica.

Leer más... »

15.01.11

(120) Católicos y política –XXV. ¿Qué debemos hacer?. 12

–O sea que Benedicto XVI también tiene buenas enseñanzas sobre la vida política.
–Por supuesto. ¿Qué se imaginaba usted? La más alta doctrina política es la que enseña la Iglesia.

La reconquista cristiana del Occidente, invadido actualmente por la fuerzas anti-Cristo, no podrá conseguirse si los cristianos más llamados a procurar el bien común político se limitan a actividades prepolíticas, sociales, apostólicas, o se diseminan en los diferentes partidos políticos existentes, todos ellos anti-Cristo, o se entregan a trabajos municipales y vecinales, de amplitud política muy reducida. Todo eso es valioso y necesario, sin duda. Pero si no hay cristianos que entren de verdad en lo más fuerte de la batalla que desde el comienzo de la humanidad se viene librando entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, según ya vimos (20-21), si no se organizan y se unen, bien pertrechados intelectual, espiritual y técnicamente, para combatir a vida o muerte contra el Príncipe de este mundo, arriesgando sus personas y fortunas; si no consiguen participar en los poderes legislativos y ejecutivos a través de partidos políticos, los únicos que pueden lograrlo, la invasión anti-Cristo que sufre el Occidente cristiano no irá disminuyendo, sino acrecentándose.

Leer más... »