(339) Pecado –10. Lucha contra las tentaciones
–Padre, qué malito está el mundo…
–«Todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la arrogancia del dinero, todo eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa y también sus concupiscencias. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1Jn 1,16-17).
Demonio, carne y mundo son los enemigos del hombre: los tres obran en coalición permanente, y ellos son los que lo inducen al pecado y a la perdición temporal y eterna. El Evangelio de Cristo lo enseña con toda claridad y lo mismo los Apóstoles (Ef 2,1-3 et passim). El peor de los tres enemigos es el demonio, «príncipe de este mundo» (Jn 12,31), «dios de este mundo» (2Cor 4,4); y «quien comete pecado ése es del diablo» (1Jn 3,8), es decir, está más o menos cautivo de él, bajo su influjo.