(415) Caso por caso; es decir, todos
–¿Se refiere usted al discernimiento pastoral «caso por caso» aconsejado en la Amoris lætitia?
–Affirmative.
Una multiplicación alarmante de los divorcios y de los adulterios se produce aceleradamente en la segunda mitad del siglo XX, cuando la secularización o, mejor dicho, la apostasía crece con sorprendente rapidez y profundidad en los países ricos de Occidente de antigua filiación cristiana.
En los años 70, presionados por esta situación mundana y eclesial, no pocos Obispos, párrocos y teólogos de esas naciones, encabezados por Walter Kasper, lograron que de hecho en no pocas Iglesias locales se practicara la comunión de los adúlteros y convivientes estables. Al mismo tiempo, hicieron compaña para normalizar esta práctica, contraria a la doctrina y disciplina católicas.
Esas orientaciones pastorales no facilitaron en absoluto la recuperación de las parejas ilícitas para la Iglesia, sino que aceleraron la ruina de ésta. Podemos citar como ejemplo la diócesis de Munich en Baviera, que durante siglos había sido el principal baluarte del catolicismo en Alemania. En 1959 tenía 390 seminaristas, 7.000 sacerdotes, un 98,8 % de católicos, la gran mayoría de ellos practicantes, y 3.139 iglesias. En 2015 tenía 0 (cero) seminaristas, 2.015 sacerdotes, un 48 % de católicos, y 1.200 iglesias. La diócesis de Munich está regida hace unos diez años por el actual cardenal Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, que encabeza con Kasper la difusión en toda la Iglesia Católica de las orientaciones doctrinales y pastorales predominantes en Alemania.
* * *
La Iglesia se ve obligada a proclamar y defender la verdad del matrimonio y su relación con la Eucaristía, reaccionando contra los graves abusos ya aludidos.
En 1981, la Familiaris consortio, exhortación postsinodal, después del Sínodo sobre «La familia cristiana» (1980), declara que «la Iglesia, fundándose en la Sagrada Escritura, reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez» (84). En 2003, la Ecclesia de Eucharistia, encíclica (36-37), confirma la Familiaris consortio. Y después de otro Sínodo sobre «La Eucaristía» (2005), en 2007, la Sacramentum caritatis, exhortación postsinodal, reafirma la decisión de «no admitir a los sacramentos a los divorciados vueltos a casar» (29).
La razón teológica de esta negativa, fundamentada en Escritura, Tradición y Magisterio apostólico precedente, es siempre la misma: en los adúlteros «su estado y su condición de vida contradicen objetivamente esa unión de amor entre Cristo y la Iglesia que se significa y actualiza en la Eucaristía» [y en el matrimonio] (Eccl. Euch. 29). Pero los fuegos de error encendidos, no apagados a su tiempo suficientemente, prosiguen, amenazando convertirse en grandes incendios.
* * *
Las Iglesias locales aludidas persisten en esos años impunemente en su práctica sacrílega. Recordemos que «el sacrilegio es un pecado grave sobre todo cuando es cometido contra la Eucaristía» (Catecismo 2120). Y así, trece años después de la Familiaris consortio, se hace necesaria en 1994, una Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe a los obispos de la Iglesia Católica sobre la recepción de la comunión eucarística por parte de los fieles divorciados que se han vuelto a casar (14-IX-1994). De hecho, la Carta iba dirigida especialmente a los Obispos germánicos.
«Conscientes de que la auténtica comprensión y la genuina misericordia no se encuentran separadas de la verdad (enc. Humanæ vitæ 29, Reconciliatio et pænitentia 34, Veritatis splendor 95), los pastores tienen el deber de recordar a estos fieles la doctrina de la Iglesia acerca de la celebración de los sacramentos y especialmente de la recepción de la Eucaristía. Sobre este punto, durante los últimos años, en varias regiones se han propuesto diversas soluciones pastorales según las cuales ciertamente no sería posible una admisión general de los divorciados vueltos a casar a la Comunión eucarística, pero podrían acceder a ella en determinados casos [caso por caso], cuando según su conciencia [sic] se consideraran autorizados a hacerlo […]
«En algunas partes se ha propuesto también que, para examinar objetivamente su situación efectiva, los divorciados vueltos a casar deberían entrevistarse con un sacerdote prudente y experto. Su eventual decisión de conciencia de acceder a la Eucaristía, sin embargo, debería ser respetada por ese sacerdote, sin que ello implicase una autorización oficial» (3). […] «es sabido que análogas soluciones pastorales fueron propuestas por algunos Padres de la Iglesia y entraron en cierta medida incluso en la práctica»… (4).
Por el contrario, «el fiel que está conviviendo habitualmente “more uxorio” con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística. Y en el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona (1Cor 11,27-29) y del bien común de la Iglesia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente con la doctrina de la Iglesia (Código 978,2) (6).
* * *
A pesar de estos documentos numerosos y excelentes de la máxima Autoridad apostólica, la comunión de los adúlteros y de otras parejas ilícitas, mantenida ya casi durante medio siglo, sigue y prosigue adelante donde se venía practicando. Y sus Obispos no son sancionados eficazmente. Algunos de ellos, incluso, son promovidos a los más Altos Ministerios de la Iglesia… El caso más chocante es la elección del cardenal Kasper como teólogo principal para presentar los Sínodos 2014-2015 sobre la familia.
2014. En el Consistorio cardenalicio celebrado en febrero para preparar el Sínodo de octubre se confía la Ponencia principal al cardenal Kasper (20-II-2014), y en ella dice cosas como ésta:
«Muchas parejas abandonadas deben formar una nueva relación por el bien de los hijos, contraer matrimonio civil, al cual no pueden renunciar después sin pecado. Muchos, después de haber vivido amargas experiencias, encuentran en estas nuevas uniones, una felicidad humana, y más aún un regalo del cielo» (Verlag Herder, 10-III-2014, Evangelium von der Familie, pg. 55). El adulterio, un «regalo del cielo»…
2014. También se confía a Kasper el discurso de apertura del Sínodo, en el que sigue el Cardenal promoviendo la comunión de los adúlteros:
Argumenta su propuesta a los Padres sinodales diciéndoles: «¿No es tal vez una instrumentalización de la persona que sufre y pide ayuda si hacemos de ella un signo y una advertencia para los otros? ¿La dejaremos morir sacramentalmente de hambre para que otros vivan?»… Más aún: el acceso a la comunión viene exigido incluso por el bien de los hijos. «Efectivamente, cuando los hijos de los divorciados vueltos a casar no ven a sus padres acercarse a los sacramentos, normalmente tampoco ellos encuentran el camino hacia la confesión y la comunión. ¿No tendremos en cuenta que perderemos también a la próxima generación y, tal vez, también a la siguiente? ¿Nuestra praxis consumada no demuestra ser contraproducente?»… (disc. publicado en Il Foglio y editado en la Queriniana)
El mismo Kasper, en una reunión del llamado Cenáculo de los amigos del Papa Francisco (Roma, VI-2015), promoviendo cambios radicales en la pastoral de la Iglesia sobre las «parejas irregulares», declaró que «no podemos conducir una guerra ideológica, dado que no podemos ganar. Los otros tienen a su disposición gigantescos medios económicos y tienen también de su lado los medios de comunicación». Por lo tanto, debemos «desarmar nuestro lenguaje», buscando acercarnos al mundo secularizado.
* * *
«Caso por caso»
Todos los promotores de la comunión de adúlteros y convivientes insisten siempre en que ella debería darse «en determinadas circunstancias», después de un «discernimiento pastoral» que considerase esa posibilidad «caso por caso». En este sentido, no pocos sabíamos que el cardenal Kasper presentaba en modo falso la posibilidad de la comunión de los divorciados vueltos a casar. Antes de los dos Sínodos y durante ellos, él propone este cambio en la práctica eucarística como si fuera a darse en algunos casos, previo el discernimiento pastoral favorable, y no, por supuesto, como norma práctica generalizada. Pero él sabe perfectamente que esos «acompañamientos y discernimientos pastorales» son de hecho impracticables, y que por supuesto no han sido practicados nunca –o sólo en pocos casos excepcionales– en aquellas Iglesias occidentales, concretamente en Alemania, que ya hace años venían practicando impunemente ese gravísimo abuso.
La Conferencia Episcopal Alemana en su largo documento Caminos teológicamente responsables y pastoralmente adecuados para el acompañamiento pastoral de los divorciados que se han vuelto a casar (24-VI-2014), publicado unos meses antes del Sínodo-2014, también insiste en el discernimiento y el caso por caso.
«La gran mayoría de los obispos [de Alemania] se pregunta si no hay razones teológicas que posibiliten bajo ciertas condiciones el que los divorciados y vueltos a casar sean aceptados al sacramento de la penitencia y a la comunión, cuando la posibilidad jurídica de la anulación no esté a mano». Y en el último párrafo del largo documento se lee:
«Seguramente sería falso permitir el acceso a los sacramentos de manera indiferenciada a todos los fieles cuyo matrimonio se ha roto y se han divorciado y vuelto a casar. Lo que se requiere más bien son soluciones diversificadas que hagan justicia a los casos individuales y que se apliquen cuando el matrimonio no puede anularse. Por esto y en razón de nuestras experiencias pastorales, quisiéramos subrayar fuertemente la pregunta que el Cardenal Kasper planteó en el Consistorio del 21 de febrero 2014: “Si una persona divorciada y vuelta a casar se arrepiente de haber fracasado en su primer matrimonio, una vez que se han aclarado las obligaciones del primer matrimonio y ha quedado definitivamente cerrado el retorno [sic], si esa persona no puede cancelar sin culpa las obligaciones contraídas por el segundo matrimonio [sic]civil, pero se esfuerza todo lo posible por vivir su segundo matrimonio en la fe [sic] y por educar a sus hijos en la fe, si esa persona desea los sacramentos como fuente de fuerza para su situación, entonces ¿debemos y podemos después de un tiempo de reorientación negarnos a darle el sacramento de la penitencia y la comunión?”»
Quedaría, pues, reservada la absolución y la comunión de las parejas cristianas ilícitas a cuando éstas, después de un prudente discernimiento pastoral, que, obviamente, sólo puede ser realizado «caso por caso», reúna para ello en conciencia un conjunto de condiciones favorables.
* * *
2014. Esta propuesta germánica fue recogida en la Relatio final del Sínodo-2014, en el número 52, aunque no había logrado en la votación de los Padres los dos tercios de los votos exigidos por el Reglamento del Sínodo:
«Se ha reflexionado sobre la posibilidad de que los divorciados y recasados accedan a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Algunos Padres sinodales han insistido a favor de la disciplina actual […] Otros se han inclinado hacia un acogimiento no generalizado a la mesa eucarística, en algunas situaciones particulares y en condiciones bien precisas»… En algunos casos particulares, previo un discernimiento pastoral.
2016. La Amoris lætitia, apoyándose en los dos Sínodos 2014-2015, orienta en el mismo sentido la cuestión –caso por caso– en varios números, como éste:
«Existe el caso de una segunda unión consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, conocimiento de la irregularidad de su situación y gran dificultad para volver atrás sin sentir en conciencia que se cae en nuevas culpas» (298). En tales casos es posible que la pareja «viva en gracia de Dios» y «reciba para ello la ayuda de la Iglesia» (305). Remite aquí a la Nota (351): «En ciertos casos, podría ser también la ayuda de los sacramentos», aludiendo concretamente a la Penitencia y la Eucaristía.
* * *
Los Sínodos y la Amoris lætitia conceden la comunión a las parejas cristianas ilícitas, como hemos visto, enfatizando siempre que no ha de aplicarse esta nueva medida pastoral en forma «general e indiscriminada», sino en «algunos casos», tras ser recorrido un «camino penitencial», bajo la responsabilidad del Obispo, realizado un «discernimiento pastoral» cuidadoso, que examina «caso por caso»…
No pocos pensamos que tales condiciones se indicaban con insistencia solamente para conseguir la aquiescencia de los Padres sinodales y del Episcopado católico, pero que en realidad no iban a ser aplicadas casi nunca. De hecho, las Iglesias locales, concretamente aquellas de Alemania, que llevaban decenios dando la comunión a los adúlteros, siendo las que con más fuerza propugnaban este cambio en la administración de la Eucaristía, jamás habían aplicado esas cautelosas medidas pastorales.
No hay, que yo sepa, estadísticas fiables que verifiquen lo que digo. Pero las informaciones que he tenido de cristianos, sacerdotes o laicos, que han vivido o viven en Alemania, vienen a coincidir en que: 1) Se niega la comunión a los fieles que no cumplen con su obligación de pagar el impuesto religioso. 2) Pero se concede la comunión, sin especiales discernimientos pastorales, a quienes lo pagan, independientemente de su situación nupcial. [Bruno Moreno informa más sobre estos dos puntos].
De hecho, en otras Iglesias locales en las que desde hace medio siglo se da la comunión a parejas cristianas ilícitas, nunca o casi nunca se ha realizado ni se ha intentado hacer discernimientos pastorales, elaborados «caso por caso». Siempre la comunión se ha distribuido en forma indiscriminada, a todos los que de buen modo la solicitan.
[Comentarios recibidos: –Fredense (18/01/17 12:20 PM). -Le felicito, Padre Iraburu, por su certero artículo. Llevo 27 años en Alemania y lo que usted describe se queda corto. Aquí comulga todo el mundo y quiero decir todo el mundo. –Guillermo PF (18/01/17 18:19 PM) en su comentario describe la situación con más detalle).
* * *
El «discernimiento» pastoral «caso por caso» en la comunión de parejas ilícitas no se ha aplicado casi nunca. En gran parte es una expresión vacía. Como excepción se habrá dado en algunas parejas colaboradoras de la parroquia, o que son amigas o familiares del sacerdote.
1º) No se ejercita a veces el discernimiento pastoral por mala doctrina: se piensa que todos pueden recibir en la Eucaristía «el pan vivo bajado del cielo», pues es un don gratuito de Dios para todos los hijos que se sientan a su mesa, sea cual sea su vida. Él es el que «hace salir el sol sobre malos y buenos, y llueve sobre justos e injustos» (Mt 5,45). Frases de la Amoris lætitia, mal entendidas, pueden confirmar ese error: «La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir a ninguno» (AL 309).
Pero tal como están las cosas, muy pocas Iglesias locales carecerán hoy de un sacerdote de mala doctrina –o de varios o de muchos– que incurran en el «grave riesgo de dar mensajes equivocados», como la misma Amoris lætitia alerta con realismo (300). Esas Iglesias no pocas veces tendrán un Obispo que piensa como ellos o que, al menos, les deja hacer impunemente. Una pareja cristiana ilícita no tendrá, pues, ninguna dificultad para hallar el discernimiento pastoral que desea, según el cual pueda con buena conciencia seguir conviviendo «more uxorio», es decir, seguir practicando «la fornicación [que] es la unión carnal entre un hombre y una mujer fuera del matrimonio» (Catecismo 2353), y seguir comulgando también sin problemas de conciencia.
2º) El discernimiento pastoral «caso por caso» es prácticamente irrealizable. Los pocos sacerdotes que actualmente hay se ven crónicamente desbordados por los ministerios pastorales más necesarios y urgentes: catequesis y celebración de Misas, quizá en varios lugares; preparación y realización de bautismos, confirmaciones, matrimonios; atención a los pobres, enfermos, agonizantes, inmigrantes; formación de catequistas, cuidado de los movimientos y diversas obras existentes en la(s) parroquia(s); etc. Exigirles que disminuyan esas actividades, para poder «acompañar» asiduamente a las parejas ilícitas, estudiando cada una «caso por caso», para poder darles una «discernimiento pastoral» prudente y bien fundado, implica una gran ignorancia de la realidad. Sabe además el sacerdote que el discernimiento que pueda dar, no es en modo alguno vinculante, pues en definitiva la pareja ha de atenerse al dictamen de su conciencia (AL 37).
y 3º) El discernimiento pastoral es teológicamente irrealizable, aunque alguna vez fuera prácticamente posible. El sacerdote consejero podrá acompañar, animar, ayudar a la pareja que vive en adulterio; pero propiamente no podrá hacer un discernimiento, porque éste es obvio: el adulterio es intrínsecamente pecaminoso, permanecer en él more uxorio impide el acceso a la comunión eucarística. Pasando a otro caso análogo: un sacerdote no puede hacer un discernimiento sobre si una señora puede o no-puede perpetrar un aborto voluntario, por terribles que sean las circunstancias que aparentemente lo exigen. Simplemente es un crimen abominable en todas las circunstancias posibles, y que por tanto ningún discernimiento puede hacer lícito.
* * *
Compruebo lo dicho citando algunos casos significativos posteriores a la Amoris lætitia.
–El presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, arzobispo Lingayen Dagupan, al día siguiente de la promulgación de la Amoris lætitia, publica en la web de la Conferencia (9-IV-2016) una carta dirigida a todos los católicos filipinos: «Brothers and sisters in Christ». En ella expresa que, «como el Papa nos pide que hagamos», se debe ir al encuentro de los hermanos que viven en «relaciones rotas» para asegurarles que para ellos «siempre hay un lugar en la mesa de los pecadores» (se entiende: mesa de los pecadores = mesa-altar eucarística). «Se trata de una medida de misericordia, una apertura de corazón y de espíritu que no necesita ninguna ley, no espera a ninguna directriz, ni aguarda indicaciones. Puede y debe ponerse en práctica inmediatamente». La comunión eucarística de los divorciados vueltos a casar, que desde hace decenios se venía practicando contra la doctrina y disciplina de la Iglesia, quedaría, pues, según el Arzobispo Dagupan, legitimada por la Exhortación apostólica postsinodal. Más aún: debería ser practicada allí donde hasta ahora no se hacía.
–Los Obispos de la Región de Buenos Aires (5-IX-2016), en diez puntos, exponen unos Criterios básicos para la aplicación del capítulo VIII de Amoris laetitia. En cuanto a la posible comunión eucarística de quienes viven en adulterio disponen:
5) Cuando las circunstancias concretas de una pareja lo hagan factible, especialmente cuando ambos sean cristianos con un camino de fe, se puede [sic] proponer el empeño de vivir en continencia. Amoris laetitia no ignora las dificultades de esta opción […] 6) En otras circunstancias más complejas, y cuando no se pudo obtener una declaración de nulidad, la opción mencionada puede no ser de hecho factible [sic]. No obstante, igualmente es posible un camino de discernimiento. Si se llega a reconocer que, en un caso concreto, hay limitaciones que atenúan la responsabilidad y la culpabilidad (cf. 301-302), particularmente cuando una persona considere que caería en una ulterior falta dañando a los hijos de la nueva unión [sic], Amoris laetitia abre la posibilidad del acceso a los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía (cf. notas 336 y 351). Estos a su vez disponen a la persona a seguir madurando y creciendo con la fuerza de la gracia. (Ver comentario de Bruno Moreno a esta carta).
–Mons. Benno Elbs, obispo de Feldkirch (Austria), como informamos en InfoCatólica, en una entrevista publicada en Die Presse (enero 2017), preguntado sobre si es irreversible la concesión de la comunión eucarística a los divorciados vueltos a casar, responde que lo es, efectivamente, y añade que «es lo que muchos pastores llevan tiempo haciendo», al mismo tiempo que opina que no deben darse reglas fijas al respecto. Según él –también en referencia a la anticoncepción– en la Amoris lætitia «el texto entero respira la idea de que cada individuo encuentra en su conciencia la forma de abordar sus decisiones en la vida».
–Mons. Robert W. McElroy, obispo de San Diego (California), promovido por el papa Francisco a esa importante diócesis de Estados Unidos, publica en la página-web diocesana una carta pastoral titulada Abrazando el disfrute del amor: Embracing the joy of love, en la que dice: «Amoris lætitia subraya que ninguna norma abstracta puede plasmar la gran complejidad de circunstancias, intenciones, niveles de comprensión y madurez que originalmente envolvieron la acción del hombre o de la mujer en su primer matrimonio, o que envuelven las nuevas obligaciones morales que surgen de cónyuge [sic] o de los niños del segundo matrimonio [sic]… Es importante subrayar que el papel del sacerdote es de acompañamiento, es decir, informar sobre los principios de la fe católica la conciencia de la persona que discierne. El sacerdote [sin embargo] no tiene que tomar decisiones en lugar del creyente, porque tal como resalta el Papa Francisco en Amoris lætitia [37], la Iglesia está llamada “a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas”».
–Mons. Charles Scicluna, arzobispo de Malta, y Mons. Mario Grech, obispo de Gozo, diócesis sufragánea de Malta, en el documento Criterios para la aplicación del capítulo VIII de Amoris lætitia (enero 2017), escriben a sus fieles que «si una persona separada o divorciada», que convive con otra, «cree que está en paz con Dios, no puede ser excluida de participar en los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía». En cuanto a su eventual convivencia «como hermano y hermana» la consideran «humanamente imposible (humanly impossible)». (Texto íntegro).
* * *
La conciencia decide
Testimonios como éstos citados de Filipinas, Feldkirch, San Diego, Malta –publicada, por cierto, el documento maltés en L’Osservatore Romano– y tantos otros, no censurados por la Santa Sede, nos permiten comprobar que, al menos en no pocas Iglesias locales, el acceso de las parejas ilícitas a la Eucaristía se irá dejando a su conciencia (AL 37). No se pondrá en práctica, de hecho –en contra de lo dispuesto en la Amoris lætitia– un previo «discernimiento pastoral» que se realice «caso por caso». Y que si por excepción se recibe ese discernimiento, no es vinculante, porque es la conciencia de la pareja adúltera o concubinaria la que en último término discierne y decide 1) si debe salir o no de su situación, y en el caso de que la mantengan, 2) si es lícita o no su comunión eucarística con Cristo.
De este modo se acepta o tolera en la Iglesia Católica, al menos en forma implícita, el divorcio, el adulterio y el concubinato. Se desvanece la indisolubilidad del matrimonio. Se consideran «matrimonio» las segundas nupcias –o terceras o quintas–. Y se rechazan como inválidas las condiciones requeridas para la comunión eucarística enseñadas por la Iglesia.
Sandro Magister se pregunta: «¿Está todo esto incluido en las múltiples, y a menudo contrapuestas, interpretaciones y aplicaciones de la Amoris lætitia que Francisco ha dejado convivir hasta ahora deliberadamente? ¿Se puede considerar también esta interpretación de Amoris lætitia compatible con la doctrina de siempre sobre el matrimonio católico?… Éstas son dos preguntas que difícilmente el Papa puede arrinconar».
José María Iraburu, sacerdote
Post post.– El cardenal Agostino Vallini, Vicario del Papa para la diócesis de Roma, en una relación que expuso en el Convegno su Amoris lætitia celebrado en Roma (septiembre 2016: La Stampa 7-I-2017), hace notar que, respecto a la comunión de los divorciados vueltos a casar, «el Papa usa el modo condicional, pues no dice que sea necesario admitirlos a los sacramentos, aunque no lo excluye en algunos casos y en ciertas condiciones». Y el vaticanista Andrea Tornelli comenta esta «via de Vallini» diciendo que «no cede al laxismo del “libero tutti”, no presenta en ningún momento los sacramentos como un derecho que puede reivindicarse. Y al mismo tiempo hace suya la apertura indicada por el Pontífice, el cual, como es sabido, ha invitado al discernimiento y a valorar caso por caso la existencia de circunstancias atenuantes». Más exacto sería calificarlas de eximentes.
88 comentarios
Saludos cordiales.
-----------------------------
JMI.- Obvio, Néstor.
-----------------------------------------
JMI
La Virgen de Guadalupe a San Juan Diego:
Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu corazón... ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿no estás bajo mi sombra?¿ ¿no soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?
Si unos divorciados quieren que sus hijos se acerquen a los sacramentos, siempre les podrán explicar que los progenitores viven en pecado, pero que los hijos si están preparados, pueden y deben vivir la vida sacramental.
Dios nos ayude a todos, porque la dervia que llevamos es tremenda... Jesús, confío en Tí.
Dios se lo ha de recompensar.
Pero tampoco nos vamos a engañar, los pecados son más pecado en cierto sector de la población y menos pecado a medida que se va subiendo en la escala socioeconómica. En Alemania parece ser que hubo una revolución y no nos dimos cuenta: la revolución de las "queridas" que, lógicamente, clamaron por los mismos derechos que sus compatriotas protestantes. Polonia está a tiro de piedra de Baviera, es el mismo catolicismo, y nada de esto ha pasado.
¿Por qué no se le permite al sacerdote discernir la persona adecuada para constituir una nueva unión de los que han sido abandonados o cuyos matrimonios se demuestran nulos a juicio de la conciencia? Porque no hay ninguna intención ni de discernir ni de acompañar pues significaría limitar el número de posibilidades al que pueden acceder esas personas. Pero eso no significa que el discernimiento no sea aconsejable. Hijos bastardos los ha habido siempre y, hoy, más que nunca. Por desgracia, son los mismos "católicos" los que quieren hacer del matrimonio virginal e indisoluble una reliquia. Y de esos, entre los suyos, también los hay.
Por cierto, a quién se refiere el cardenal Kasper con eso de: «no podemos conducir una guerra ideológica, dado que no podemos ganar. Los otros tienen a su disposición gigantescos medios económicos y tienen también de su lado los medios de comunicación».
---------------------------------------
JMI.-Se refiere a la cultura mundana más vigente: relativismo, laicismo, ideología del genero, etc., que domina y predomina en los medios de comunicación, la economía, la educación, etc.
A lo mejor a alguien le parecía evidente, pero yo acabo de darme cuenta.
[Por otro lado, a toro ya pasado también es muy fácil empezar a entender determinados signos, como el lema elegido por Benedicto XVI para su pontificado: Cooperatores veritatis]
En esta nueva fase de la misma revolución conciliar, semejantes conclusiones se aplican contra la autoridad de la Iglesia en materia de matrimonio y eucaristía.
Es decir, no cabe un juicio de imputabilidad en casos de adulterio porque la gravedad de la materia de dicho pecado implica que se realice siempre voluntariamente (como también, verbigracia, el aborto). Las circunstancias personales, familiares o sociales, entiendo, podrán atenuar la responsabilidad, pero, ¿hasta el punto de hacer inimputable al sujeto o de convertir en venial un pecado gravísimo? Creo que no, que la gracia que da Dios permite siempre rechazar adecuadamente la tentación de cometer adulterio o de abortar, por ejemplo, por lo que siempre sería pecado mortal. ¿Estoy en lo cierto?
En apoyo de esta opinión, en la CARTA A LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA RECEPCIÓN DE LA COMUNIÓN EUCARÍSTICA POR PARTE DE LOS FIELES DIVORCIADOS QUE SE HAN VUELTO A CASAR (1994), el Card. Ratzinger dice muy claramente que: "6. El fiel que está conviviendo habitualmente «more uxorio» con una persona que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión eucarística. En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona y del bien común de la Iglesia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente con la doctrina de la Iglesia. También tienen que recordar esta doctrina cuando enseñan a todos los fieles que les han sido encomendados.".
Y es que en el sacramento de la confesión el sacerdote no juzga la conciencia del sujeto (de internis necque Ecclesiae) sino la aplicación de la doctrina de la Iglesia (como indica el numeral 978.2 del Código de Derecho Canónico.
Espero su amable respuesta. Muchas gracias y que Dios le bendiga por su artículo.
------------------------
JMI.-Pues yo sí he oído.
Dios siempre da la gracia para evitar el adulterio o para someterse al martirio.
Por cierto, es lo que, en el fondo, se nos quiere vender en Amoris Laetitia (que el cumplimiento de la castidad es un ideal inalcanzable para los adúlteros con hijos en común), negando la gracia.
Y lo que propugna la película y novela "Silencio", en estos días en cartelera: la apostasía no es razonable, y es bueno cometerla para obtener un bien (salvar a otros).
En fin, sutilezas de un Diablo a su sobrino...
Trento decretó que la forma eclesiástica del matrimonio fuese, a partir de la publicación del decreto en cada parroquia, requisito para la validez del matrimonio. Si dos cristianos viven en modo uxorio sin estar casados entre sí por Iglesia, se da uno de dos casos posibles: cometen fornicación, si ninguno de ellos estaba válidamente casado anteriormente, o cometen adulterio, si al menos uno de ellos lo estaba.
Peores que los ladrones son los perros mudos y ya no basta con ladrar, es necesario actuar arriesgando y confiando en Dios.
---------------------------------------
JMI.-No me parece bien su comentario, aunque se explica en términos de lamento.
-Levantemos los corazones.
-Los tenemos levantados hacia el Señor.
-Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
-Es justo y necesario.
-En verdad es justo y necesario... darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar.
El ESanto sigue siendo el alma de la Iglesia, su principio luminoso y vital.
A Cristo, cabeza de la Iglesia, le corresponde guiarla, fortalecerla, iluminarla y fortalecerla. Le ha sido dado TODO poder en el cielo y en la tierra. Y vive y REINA realmente por su providencia por los s. de los s. Amén.
Romanos 8,28
Muy triste la situación de Munich .
gracias P Iraburu por sus enseñanzas
Ese ejercicio de la voluntad antes de la razón lleva a que las decisiones discrecionales del sacerdote sean implementadas según su parecer, estado se ánimo o su conveniencia, razón por la cuál lo que hoy conocemos como cristianismo se asemejara por desgracia cada vez más al gnosticismo
han abierto esta práctica, tan desechada por varios documentos pontificios anteriores, habría que añadir y no en último lugar, el conjunto de obispos bonaerenses, a los que el Papa aprobó el día mismo, en que
recibió su comunicado.
- Parece una incongruencia y una "falta de misericordia" porque se les priva de la gracia de un Sacramento. En realidad no se atreven a dar este último paso, pero algunos ya lo solicitan (divorcio eclesiástico).
2º.- El veneno está ya en la terminología.
Yo ya no digo más un divorciado vuelto a casar, sino más bien uno que abandona a su cónyuge y atenta matrimonio civil con otra persona.
- El cardenal Kasper incurría en una extravagancia. "Se defendía" diciendo que no propugnaba la comunión para cualquiera que hubiera abandonado al cónyuge sino solo al que hubiera cumplido los requisitos civiles de un divorcio; tampoco aceptaba a los que meramente convivían de hecho sino solo a los que hubieran celebrado un nuevo matrimonio civil.
- Pero, para el Derecho Canónico el divorcio y el matrimonio civil de los bautizados no es nada. Ahora, según la teoría de Kasper son "algo". Tendremos que empezar a estudiar los efectos canónicos del matrimonio civil.
3º.- La raíz del problema no está en si pueden comulgar esas personas que han abandonado a su cónyuge y luego han atentado matrimonio civil con otra persona. Porque incluso en esos casos, si hay arrepentimiento y enmienda de vida, el acceso a los sacramentos es posible.
- La raíz está en determinar si son lícitas las relaciones sexuales con una persona que no es el cónyuge legítimo.
- La situación se ha vuelto tan habitual que hemos caído en la tentación de pensar, con el mundo "moderno" que: las relaciones sexuales son algo de lo que no se puede prescindir; proponer eso a alguien es imponer una carga demasiado pesada e insoportable.
- De este falso principio derivan, en lógica necesaria, toda una ristra de desastres:
---- a) Hemos de aceptar las segundas nupcias (en vida del cónyuge anterior)
---- b) hemos de aceptar las relaciones prematrimoniales
---- c) la masturbación es algo irrelevante desde el punto de vista moral
---- d) es injusto y cruel proponer la abstinencia a los homosexuales
---- e) el celibato sacerdotal es una carga demasiado pesada
---- f) los discapacitados psíquicos tienen derecho a tener una vida sexual activa y si es necesario acudiendo a los servicios de la prostitución.
- Y sin embargo todo esto es irreal, porque la realidad de la vida es dura (y también es breve). En la práctica, son muchas las circunstancias por las cuales las personas se ven "obligadas" de hecho a permanecer sin relaciones sexuales: edad, enfermedad, ausencias más o menos prolongadas del cónyuge por motivos de trabajo, salud, etc.
No solo hemos perdido la fe (en que con la gracia de Dios podemos cumplir los mandamientos) sino que, como decía en otro sitio Bruno, también hemos perdido la razón (y hacemos unos planteamientos irracionales).
Esta pregunta me recuerda a otra semejante. Y la respuesta mayoritaria del populacho y los escribas y fariseos..."...A Barrabás."
Luego, vino lo que todos conocemos...
----------------------
JMI.-Tenemos la Sagrada Escritura (AT y NT), la Tradición (SS. Padres y Doctores) y el Magisterio apostólico (concilio, encíclicas, etc.). Las tres fuentes de nuestra fe son una sola: nunca se contra-dice, va creciendo (p.ej. los dogmas sobre la Virgen), eso sí, como un árbol: siempre fiel a sí mismo.
-----------------------------------------
JMI.- "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14,15). "Si guardais mis mandamientos, permaneceréis en mi amo" (15,10). "Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando" (15,14).
O sea, técnicamente apóstatas a los que sin embargo no se les permite apostatar (a ellos les da igual la terminología, como si se les tacha de pecadores; carecen de gracia de Dios y es algo que no les afecta).
Si ni esas cosas somos capaces de aclarárselas a los alejados, secularización es poco comparado con lo que podemos esperar de vuelta.
De todas formas no comprendo que las personas se quieran hacer la propia burla. La persona que vive en estado permanente de adulterio sabe que no puede ni confesarse ni comulgar, sea quien sea el que le diga lo contrario. "Si un ciego guía a otro ciego los dos caerán en el hoyo". Es una posición de autoengaño incomprensible. El daño se lo hacen a sí mismos.
Que el Espíritu Santo lo siga iluminando y la Santísima Virgen María y San José lo protejan siempre.
Mi impresión es de que así como leo los documentos pontificios de los dos Papados anteriores y me parecen brillantes, con los actuales no me entero de mucho de lo que se quiere expresar, quizá debido a mi poca formación o a que me falta oración, en todo caso, se que el nuestro es un Dios de vivos y no de muertos y que Él está con nosotros y que si todo esto pasa es porque Él lo permite, aun así (se que esta es una pregunta difícil pero ante tanta confusión necesito hacerla), ¿Cual debe ser nuestra actitud para con el Santo Padre?
Que Dios le bendiga!
--------------------------------------
JMI.-Su pregunta, para contestarla con precisión, exigiría escribir un artículo. Y largo.
Siempre hay que guardar respeto por el Papa, Vicario de Cristo. En lo que enseña hay cosas que son de fe, por ya definidas antes o por él mismo ahora. Hay cosas que él mismo propone más como opiniones que oomo certezas. Hay enseñanzas que son ambiguas, y prueba de ello es que Cardenales y Obispos entienden en modos polarmente opuestos. No pueden, pues, considerarse como Magisterio apostólico: éste para serlo ha de ser claro y preciso. Hay opiniones personales que pueden ser verdaderas o erróneas. Etc.
En este punto querría decir que no entiendo aquello del discernimiento, ya que o bien disciernen los que se encuentran en situación objetiva de pecado, o bien discierne el sacerdote que los asiste.
En general veo mucha confusión porque ¿qué pasaría si el sacerdote no les permite acceder a la eucaristía y los convivientes entienden que sí pueden?, en tal caso, quizá acudiendo a otro sacerdote que discierna a favor de los interesados sea el remedio a esto.
En fin, mucha confusión y poco beneficio veo en este tema. Creo que se gana más en confusión, que en coherencia.
El artículo de Messori trata de varios temas. Empieza con las recientes reuniones con los luteranos en Suecia. Habla del magnicidio de Kennedy, diciendo que hay informes que lo atribuyen a la campaña de protestantes contra católicos. Y concluye hablando de los terroristas yihadistas.
Ellos son nuestro faro en esta noche oscura. A ellos no les ha importado ni la "carrera", ni el qué dirán, ni el hecho de que los traidores sean legión y cuenten con el apoyo decidido de los omnipresentes medios del mundo. No, ellos se apoyan sólo en Jesucristo, porque tienen fe. Y la fe "mueve montañas".
Pero además, no les ha importado arremeter contra el tsunami que todo lo arrasa porque saben perfectamente que Dios no nos exige triunfos, sino sólo lucha. El triunfo será de Él, el buen combate, nuestro.
Por todo lo cual también debemos agradecerles a ellos y apoyarlos con los medios a nuestro alcance, la oración el primero.
Y en tren de dar gracias, creo que también deberíamos dar gracias a Dios por Internet (¡mira por dónde!), ya que este medio nos permite saltar las naturales barreras del espacio y del tiempo disponible, para así poder conocernos y comunicarnos quienes estamos empeñados en la resistencia, poniéndole el pecho las balas en el nombre del Señor.
Nadie, absolutamente nadie, esta por encima de Dios. Nadie puede decir Jesucristo dijo esto del adulterio, pero yo digo que esta bien.
Dios Padre envió a Su Hijo Amadísimo al mundo para
arrancar las almas a Satanás.
Jesucristo murió en la cruz para arrancar las almas a Satanás.
Jesucristo creo la Iglesia para arrancar las almas a Satanás.
Este debería ser el centro de toda la pastoral y labor de la Iglesia.
La iglesia es Santa e Indestructible, aunque los seres humanos que la forman están manchados por el pecado original y sus pecados personales e inclinados por la soberbia, el demonio, el mundo y la carne a pecar.
Si el Papa, los 140 cardenales, los 5100 obispos, los 413000 sacerdotes unánimemente enseñan cosas contra la Fe, no significa nada mas que Satanás y sus Legiones han conseguido ganar algunas batallas a la Iglesia militante y lo que es mucho peor, que millones de almas son conducidas por el camino que lleva al infierno.
Preguntas ¿como conocen ustedes lo que Dios quiere? Lo tienes en la Escritura, Tradición y Magisterio.
Dios no se muda, Dios no cambia. La Verdad no cambia. Lo que valía hace 2000 años, vale hoy y valdrá hasta el fin de los tiempos.
La Iglesia no puede cambiar la Santa Revelación. Debe custodiarla celosamente y enseñarla fielmente.
La mayoría de los cristianos en este momento de la historia están secuestrados por el enemigo.
Conversión, Oración, Sacrificio, Sacramentos y Buena doctrina, para salir del sometimiento del enemigo, reparar todo el daño hecho al Señor y engrosar las filas de los que caminan hacia el Cielo.
------------------------------------
JMI.-La mayoría de los cristianos en este momento de la historia están secuestrados por el enemigo.
Es mucho decir.
Y ya, que Kasper busque apoyo en el "mundo" para introducir sus errores en la Iglesia, dice mucho de sus beatíficas intenciones.
En todo caso, y aunque no lo puedo entender, tengo la certeza de que de toda esta marrullería el Señor sacará un bien, pero ¡caramba!, hay que pasarlo y es preocupante.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
.--------------------------------------------
JMI.-Mis padres era los dos los menores de sus familias, muy unidas en amistad. Yo creo que fueron novios desde antes de tener uso de razón, y que siempre jugaban y estaban juntos, inseparables, los dos críos pequeños de las dos familias. Mi padre quedó huérfano, y sus futuros suegros se compadecieron de él, porque le querían mucho, y les autorizaron a casarse muy jóvenes. Mi padre tenía 19 años. Tuvieron 8 hijos (yo el menor, "último modelo" de la Casa). Y no he conocido en mi vida un matrimonio tan tan tan unido por el amor, el amor de Cristo.
Antes que nada muchísimas gracias por su esclarecedor artículo. Quisiera hacerle una pregunta: Se dice que si los católicos separados de su verdadero cónyuge y que viven en una nueva unión, conviven como hermanos y se abstienen de las relaciones sexuales, entonces pueden comulgar. ¿Esto no reduciría de hecho al matrimonio a la dimensión sexual/genital? ¿Qué pasa con las promesas de amarse en la prosperidad y en la adversidad hasta que la muerte los separe? ¿Es que el amarse para siempre se entiende sólo en su dimensión sexual? ¿Podría clarificar el tema por favor? Creo que la dimensión sexual del amor de los esposos, como imagen del amor de Cristo y la Iglesia, es parte de un todo que abarca a la persona humana en todas sus dimensiones.
Nunca olvidaré una frase del querido papa san Juan Pablo II en su segunda visita a la Argentina: "quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día" (Homilía en la Misa para las familias, Córdoba 8/4/1987).
---------------------
JMI.-Lo de continuar la convivencia, habiendo para ello "graves (muy graves) razones" es un remedio que la Iglesia enseña, y que exige especiales auxilios de la gracia para poder vivirlo. Pero, por supuesto, es una situación muy deficiente.
Recomiendo leer Lucas 23. Pilatos, los sumos sacerdotes, los escribas, y el pueblo judio, estubieron de acuerdo en crucificar a Jesús....con ironía repito tu preguna ¿No será que es algo bueno quizás? ....
Trini
Por favor, leer Marcos 9, 38-48:
...si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga.Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna...Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos...
Ahora, Amoris lætitia dice:
«Existe el caso de una segunda unión consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano, conocimiento de la irregularidad de su situación y gran dificultad para volver atrás sin sentir en conciencia que se cae en nuevas culpas»...
No hay nada en común entre el Evangelio de Marcos y lo dicho en Amoris lætitia.
Corremos tiempos difíciles. No podemos bajar la guardia y hay que seguir !!!rezando, rezando!!!
-----------------------------
JMI.- Oremos,oremos,oremos.
Si juzgan que su matrimonio fue nulo pero tienen impedimento real para demostrarlo, el acceso a un nuevo matrimonio canónico no sería posible. Pero eso no significa, como ministros que son, que no puedan hacerlo fuera de la norma canónica. Sería parecido al caso excepcional de un Bautismo no administrado por un sacerdote. La Iglesia juega un papel declarativo ante Dios y a ella compete dar por nulo ese vínculo. Si no es posible esa declaración pública y formal la nueva unión queda al albur del juicio, ante Dios, de los contrayentes. El mal no admite excepciones pero el bien sí. Pero todo esto no deja de ser razonamientos humanos como lo es el que sólo haya dos opciones: o violación o casamiento. ¿Cuáles son los motivos por los que dos que se acuestan juntos se separen después? ¿una mejor opción?.
El problema con los que han elevado a norma la administración de los sacramentos a los separados en nueva unión es que han caído en lo mismo que la exhortación denunciaba. O más grave aún, han intercambiado el principio general por un caso particular. Pero todo esto proviene de una mentalidad, que es la del canonista, al intentar sujetar a la razón canónica los preceptos que vienen de lo Alto convirtiendo el yugo suave y ligero de Cristo en una carga insoportable para la conciencia. La mayoría de las separaciones y adulterios son provocados, a su vez, por otra mentalidad verdaderamente nociva, que es la del estrellato ("porque yo lo valgo"). La única ley, la de Dios, y la única estrella, la de Belén.
Lo que estamos viviendo es una lucha solapada entre el AT y el NT que sólo puede ser resuelta, y de hecho ya lo fue, por el apóstol san Pablo y que en estos tiempos que se avecinan sólo podrá serlo por intercesión de la Inmaculada Virgen María. Ella es quien impide la manifestación del hombre de iniquidad. Jesucristo y María, después de dos mil años, siguen siendo escándalo para judíos y gentiles porque la concepción virginal de Jesús no cabe en la mente de los que no creen en su divinidad. Si el Amor de Dios por los hombres da la vista a los ciegos, levanta a los paralíticos, da de comer a miles de hambrientos o resucita a los muertos,... ¿por qué no puede cubrir con Su Sombra a una muchacha para concebir al Hijo de Dios?
-----------------------------------
JMI.-Le agradezco que con su testimonio confirme unas descripciones de situación que hago en mi artículo sin tener la seguridad al 100% de su exactitud. Dios se lo pague.
----------------------------------------
JMI.-Jesucristo, nuestro maestro, no habla de "divorciados vueltos a casar". Emplea el término "adulterio". No es lenguaje excesivamente "grueso" (como el que ud. emplea en su última frase). Ni hay en él ruindad alguna.
Es decir, que aunque el amor se haya convertido en unilateral porque la otra persona no le ama por las muestras que da, siempre está vigilante por si le necesita.
No se trata de alguien flojo, precisamente, si de alguien fuerte por eso mismo cree que fortaleza y fidelidad son virtudes.
---------------------------------
JMI.-Gracias por este testimonio impresionante. Dios se lo pague.
Pido a Dios que no se muera mientras estamos en estos conflictos porque le necesitamos predicandonos la verdad. Rezo por todos los que guían a las gentes al Evangelio del Señor y no a teologías humanas con disfraz de divinas. Es que son demasiados los sabios que andan por caminos intransitables llevando a la confusión aprendices de cristianos. Que Dios cuide de los limpios de corazón como usted y otros que tanto nos ayudan a ver lo revelado por El y no otras teorías.
Esto no nació por generación espontanea, sino que fue consecuencia de la promoción desembozada de la impunidad más absoluta. Por lo menos tres pontífices pusieron se aporte para esta tragedia. El primero Juan XXIII con sus propuestas de que la miel atrae más que el vinagre y que la verdad se impondría sola, o sea sin castigar al error.
Luego Paulo VI, quien llegó ha desautorizar abiertamente a los obispos que justamente sancionaban. Y finalmente también hizo su aporte SJPII: cuando autorizó el indulto a la comunión en la mano, argumentó que lo hacía porque ésa era una práctica "muy extendida". Indulto que sirvió para que esa heteropraxis de unos poquísimos europeos centrales de difundiera por todo el mundo.
Tampoco era para mí ninguna sorpresa "turística". Desde años antes yo ya llevaba la catequesis de cierta monja (nada esquizofrénica por cierto, más bien yo diría que hasta preocupantemente ascética) que inculcaba convencidísima que "hay que comulgar siempre, siempre, que aunque no se lleve buena disposición durante mucho tiempo incluso, el Señor entra y va raspando, raspando dentro del corazón y Él sabe muy bien lo que tiene que hacer ahí dentro".
Pero es que el verano pasado pude comprobar casi idéntica costumbre germánica en la sin embargo totalmente pontificia Italia.
Josep, efectivamente el apelativo evangélico es "adúltero" (en tema de traducciones no entro porque no quiero embarullar). Pero no solo para el que pasa las de Caín, como tú dices, y dice anda y ahí te quedas, sino también por ejemplo para el que meramente observa a otra persona con deseo, es igualmente adúltero sin escalafones. Las reclamaciones, u otra solicitud, al que está en el Sagrario. Si entonces "es mejor no casarse", no es menos cierto que "el que pueda recibir esto que lo reciba".
Creo que los cristianos deberíamos de buscar ser mejores cada día y mirar hacia arriba, a una mayor perfección.
“ 27 Ustedes han oído que se dijo: "No cometerás adulterio". 28 Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. (Mt 5,28).”
Es decir deberíamos buscar vivir con pureza. Casado (o no), deberé de cuidar de mirar obscenamente para no convertir a una mujer (hija e imagen de Dios) en un simple objeto de disfrute. Si tengo relaciones sexuales con una mujer que no es mi esposa cometo adulterio y no puedo comulgar (pecado mortal) y si a eso además le añadimos que la abandono para vivir con otra, empeora la cosa, si comulgo estaría “comiendo y bebiendo” mi propia condenación
“27 Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente tendrá que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Señor. 28 Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa; 29 porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación. 30 Por eso, entre ustedes hay muchos enfermos y débiles, y son muchos los que han muerto. 31 Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados. "(1 Cor 11, 27-31).
Siendo adultero, puedo apelar a la misericordia de Dios, para que me conceda la conversión y dejar el adulterio, pero realmente, siendo adultero, no puedo comulgar sin atentar contra mi salvación, ya que comería mi propia condenación. Y si un obispo o sacerdote o laico me dijera que puedo comulgar, no comulgaría bajo esas circunstancias, la palabra de Dios es clara (no dice que haya atenuantes, al contrario, dice que hay que esforzarse hasta en cuidar la mirada).
Si Cristo me enseña que debo de evitar miradas impuras, buscare hacerlo, a pesar de lo deleitable que pueda ser esa clase de miradas (para el que mira, claro).
Yo deberé de amar a mi esposa como Cristo ama a la Iglesia (dando su vida y perdonándole todo, día a día), a eso debo aspirar. Lógicamente yo deberé de responder al amor de Dios no abusando de su misericordia (buscando una segunda unión, siendo válida la primera), que sería muy temerario, sino tratando de agradarle en todo al cumplir su voluntad, eso incluye buscar mi propia santificación y la de mi esposa. Eso sólo es posible con la gracia de Dios, es quien nos fortalece, ilumina y nos hace capaces de luchar. No es fácil, pero Dios lo hace posible.
El adulterio o segunda unión tiene siempre un principio (pudo haber sido esa mirada indebida, discusiones con el cónyuge, necesidades afectivas no resueltas, intereses económicos, simple egoísmo, etc.), por eso hay que trabajar para evitar que se den esas circunstancias con la oración, los sacramentos, el apoyo de la comunidad, la ascesis y otras fuentes que nos acerquen más a Cristo. Cuando me he visto tentado al adulterio he implorado a María para que me alcance la gracia de resistir la tentación y siempre me ha escuchado. Sigo en el camino, esperando no pecar, confiando en Dios más que en mí, Pero si alguno a caído y desea regresar Dios, El es grande para perdonar, rico en misericordia y lealtad y espera que arrepentidos regresemos a Él. A Dios Gracias.
---------------------------------
JMI.-Bendigamos al Señor.
Demos gracias a Dios.
Dicho lo cual, echo de menos que no se proponga como estrategia, sobre todo para los sacerdotes y Obispos, decir que la doctrina sigue igual simplemente por lo que claramente dice el Catecismo de la Iglesia Católica en caso de convivencia extraconyugal con relaciones íntimas. El Catecismo es de mayor rango y, junto con ello, siempre se puede decir que "Amoris Laetitia" es confusa en este tema y que el mismo Papa en la exhortación decía, si mal no creo recordar, que no pretendía necesariamente hacer doctrina magisterial.
Ya sé que esto no acabara aqui y que todo parece indicar que habrá un gran choque en la Iglesia, pero en el entretanto creo que, sin comprometerse más allá al menos de cara a los fieles en general, los sacerdotes y Obispos tendrían ese claro argumento en favor del Magisterio y la Tradición de siempre. Pero que lo vayan proclamando y diciendo en confesión a quién lo requiera. Que no se escondan por favor. Que lo que me causa (y como a mí a muchos creo) mucho dolor y decepción respecto al ministerio de tantos es el "silencio de los corderos" generalizado. De lo que Satanás, complacido, se aprovechara mucho.
Prueba de la gran debilidad en la fe y la apostasía casi generalizada que vivimos es la gran rapidez con la que dicha puerta se ha abierto. Aún viendo todo esto no esperaba ni mucho menos tamaña rapidez.
Es increíble además lo poco asentados que tenían hombres muy representativos de la Iglesia los principios morales a partir de su fe. O, caso peor, lo farsantes y/o malvados que estaban siendo ocupando su sitio en aparente comunión con la Iglesia cuando en su interior no guardaban, ni pretendían, dicha comunión.
Con excepción del caso que un casado/a en la Iglesia sacramentalmente con un matrimonio válido indisoluble que se ha separado civilmente o no simplemente con nueva pareja/a quiera comulgar.
Es ese caso excepcional el tema se resuelve mediante un camino de discernimiento -camino que hay que encontrar ya que no se conoce dónde está y a dónde lleva- con la ayuda de un discernidor -que es un discernidor y cómo se diferencia de un mero cernidor o de un concernidor- cuya calidad de discernidor surgirá de su propia acción -sin el discernidor discierne bien buen discernidor será- que deberá discernir algo que no sabemos que es pero que el buen discernidor deberá encontrar como en una búsqueda del tesoro y ese tesoro que debe encontar discerniendo el buen discernidor resulta que es nada menos que la Eucaristía y la manera en la cual aquél sujeto pueda acceder a la misma. Y si encuentra la solución y la presenta le van a contestar, No me diga, a lo que responderá Si le digo, le dirán Que me dice, dirá Que le digo y le responderán le Digo que no me diga.
Es clarísimo.........pobres confesores cuando tengan que explicar que ellos son solamente confesores de pecados y no discernidores...........Recemos para salir de este laberinto creado por necios ignorantes de Teología.......
“La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos"
“Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido.”
Explico el porqué. Sabemos que quien SE DIVORCIA de su mujer, excepto en los casos que nombra Jesús en Mateo (5,32; 19,9), y SE CASA con otra, comete adulterio; también que lo comete quien se casa con la abandonada por el marido. Vale, pero una vez que se ha consumado ese adulterio, no queda más remedio que reconocer que, aunque hayan pecado casándose, ¡casados están!; no hay que olvidar que los ministros del matrimonio son los contrayentes. También sabemos que sería abominable a los ojos de Dios que alguien vuelva a casarse con la mujer de la que se divorció, si esta ha estado después casada con otro (Deut 24,1-4).
Así las cosas, en mi opinión, es un gran disparate que desde la Iglesia se les exija volverse a divorciar, o vivir en castidad, para poder reconciliarse con Dios. Lo que se les debería exigir, además de arrepentimiento por su pecado, ¡es el propósito de no volverse a divorciar! No seamos duros de mollera y de corazón.
---------------------------------------
JMI.- Le pido al Señor que ilumine su mente y mueva su corazón para aceptar la fe católica.
Y esta es precisamente la gran diferencia entre el Magisterio de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI con el del actual Papa Francisco I, pues los dos primeros exigen en todos los casos de divorciados y vueltos a casar el requisito de vivir castamente como hermanos si quieren recibir la comunión, mientras que Francisco I en las Directrices pastorales que ha dado para su Diócesis de Roma permite que en algunos casos los divorciados y vueltos a casar reciban la comunión sin cumplir el requisito de convivir castamente como hermanos.
Por tanto, salvo que pensemos que el Magisterio de San Juan Pablo II y de Benedicto XVI es falso o herético, es el Papa Francisco I quien, al contradecir claramente en su Directrices pastorales para la Diócesis de Roma dicho Magisterio de sus predecesores, el que incurre en error grave contra el Depósito de la Fe, y por tanto incurre al menos en herejía material.
Si advertido y corregido Francisco I por los Cuatro Magníficos Cardenales, no se retracta de ese grave error sino que por el contrario se obstina en el mismo, incurriría entonces en herejía formal, y por consiguiente dejaría de ser Papa, ya que como dijo el mismo Cardenal Burke: "Si un Papa incurriese en herejía formal, por ese mismo hecho dejaría de ser Papa."
Por tanto al Papa Francisco I no le queda más alternativa que o bien corregirse del grave error de permitir comulgar en algunos casos a los divorciados y vueltos a casar que no cumplan el requisito de convivir castamente como hermanos, o bien ser declarado hereje formal por la Iglesia, en cuyo caso habría que deponerle de su cargo y elegir un nuevo Papa, pues tener un hereje formal como Papa es como tener al zorro dentro del corral de las gallinas o al lobo dentro del aprisco de las ovejas o al pirómano como jefe de los bomberos.
Mientras no quieran darse cuenta algunos en la Iglesia, incluído el propio Papa Francisco I, de que para que los divorciados y vueltos a casar puedan comulgar es requisito indispensable, según el Magisterio de San Juan Pablo II y Benedicto XVI, el convivir castamente como hermanos, esto va a ir de mal en peor y no se podrá evitar el cisma, pues como dijo el Cardenal Brandmüller: "El que afirma que es compatible recibir la santa eucaristía con vivir en adulterio, es un hereje y provoca el cisma."
Esperemos que Francisco I se corrija de su grave error, para no tener que llegar al cisma. Oremos, ayunemos y hagamos especiales mortificaciones y sacrificios por ello, por el bien de la Santa Madre Iglesia, Católica, Apostólica y Romana..
Estamos viviendo la apostasía de que habla San Pablo en Tesalonicenses II y probablememente en últimos tiempos. El Señor se apíade de su Iglesia y dé un golpe de timón...
Siempre le he seguido y le sigo con interés, desde sus conferencias en Radio María, el artículo actual es muy documentado y esclarecedor, pero deseo resaltar esa respuesta a Clara, sobre sus padres.
Gracias por tan bello testimonio.
sobre el borrado de datos de bautismo: no se borran registros de hechos (salvo si hay una ley de amnistía que lo determine para determinados tipos de hechos y registros). Porque si el hecho ocurrió, el registro no miente. Lo que se puede hacer es añadir una nota al margen o al fin de la hoja de registro correspondiente dando cuenta del nuevo hecho, modificatorio o extintivo de la situación legal anterior: en el caso mencionado, se haría por añadidura nota de la declaración de apostasía.
Dice FC: "Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido."
¿Un cónyuge, cuyo matrimonio es nulo (aunque sea subjetivamente hablando), puede posteriormente casarse y tener hijos? Considero que, precisamente, la sobrenaturalidad del sacramento es la que permite que el segundo caso admita la relación sexual conyugal, a pesar de lo que indica la razón natural, y en el caso de abandono no. Por mucho que se quiera no se puede consagrar más que el pan y el vino. El sacramento es, ante todo, un signo sensible y, éste, viene dado por la materia.
Le preguntaría Dn. J.M. Iraburu, ¿Qué papel juega la Iglesia en la administración del sacramento si la materia, la forma, el ministro y el sujeto son los contrayentes? Gracias.
-----------------------------
JMI.
¿Un cónyuge, cuyo matrimonio es nulo (aunque sea subjetivamente hablando), puede posteriormente casarse y tener hijos?
........Puede hacerlo si obtiene sentencia de nulidad de la autoridad judicial de la Iglesia
Qué papel juega la Iglesia en ...?
........La Iglesia examina a los novios y considera si son idóneos para contraer matrimonio sacramwntal, y si lo son, preside un párroco o ministro la ceremonia litúrgica matrimonial.
Viva Cristo Rey!
Yo te hablo del caso en que esa nota al margen fue no solo denegada, sino sus peticionarios voceados y faltados al respeto, acusados de condenación, con argumentos de "es un sello imborrable por más que queráis y ya ni Dios puede borrarlo" o "yo no puedo colaborar en una apostasía que es pecado mortal y lo que tendríais que hacer es confesaros, aceptar a Cristo y dejar de vivir amancebados" y finalmente expulsados con viento fresco. No fui testigo pero sí lo fueron los implicados, la prensa local y el propio párroco que confirmó al periódico los hechos avisando que mucho cuidado el que tuviera intención de presentarse en su despacho con idéntico propósito.
Amen.
¿Pueden convivir como marido y mujer? o, como dice Pepito, ¿también se cuentan entre lo que "asumen el compromiso de vivir en castidad como hermanos."?
---------------------------
JMI.-El que está convencido de que fue nulo su matrimonio, tendrá que obtener sentencia judicial de la Iglesia reconociendo esa nulidad. El convencimiento meramente subjetivo no basta para hacer lícita una segunda unión.
2) Para descartar el pecado sobra la misericordia (divina), basta con el psicoanálisis (humano).
3) "Sacramentar" las segundas uniones por la sofista invocación del interés de sus vástagos es como fomentar el desbocamiento general de la velocidad del tráfico en pro de la urgencia asistencial de los trasladados en ambulancia. Multiplicará las víctimas.
Sin embargo, eso obligaría a la Iglesia a involucrarse en los casos de nulidad en la misma medida en que lo hace en los casos de matrimonio. Y de aquí se deduciría que la carga de la prueba del vínculo recaería del lado de la Iglesia y no de los cónyuges, como ocurre hoy.
Quizá sea eso lo que nos quiere transmitir Amoris Laetitia con el fin de tranquilizar las conciencias, evitar disputas innecesarias y sentencias inhabilitantes de un matrimonio válido posterior. Es más que dudoso que una persona se enfrente a una decisión en conciencia de ese calibre sin antes haber reclamado ayuda a quien pueda dársela. Y es evidente que el Derecho Canónico también tiene sus límites. Vamos que lo del acompañamiento y el discernimiento sí tiene sentido, caso por caso siendo el obispo de la diócesis quien tenga la última palabra.
Y si durante 20 años se puede estar desobedeciendo y contrariando toda norma... ¿Por qué no puede hacerse ahora de nuevo?
Deja claro que la segunda unión es "en vista a la educación de los hijos" aunque no especifica si esos hijos son de la(s) anterior(es) pareja(s) o de la nueva unión. La nulidad no es un acuerdo entre las partes (eso sería divorcio) y los motivos pueden no ser fáciles de dilucidar, como no lo fueron antes de casarse, por los novios o por la Iglesia. La nulidad remite a un hecho previo al matrimonio e independiente de la voluntad de las partes porque estas ya fueron expresadas el día de la boda.
Si uno de los cónyuges después de casarse hiciera uso indefinido de anticonceptivos a expensas del otro, o ella se sometiera a un aborto sin decir nada al esposo, o se lo hubiera practicado antes de casarse, o éste la obligase a la píldora abortiva, ¿sería admisible como causa de nulidad? ¿cómo lo demuestro ante un tribunal? No habría forma de obtener un documento de nulidad y, por lo tanto, de contraer después verdadero matrimonio canónico.
Como es obvio pecados de esta gravedad, siendo el aborto penado con excomunión, quedan en lo más íntimo de la conciencia y sólo son conocidos en la Confesión. Creo que JPII, BXVI y FI sabía y saben muy bien de lo que hablan y están en perfecta línea de pensamiento doctrinal y magisterial. Ojalá todo fuera mucho más fácil pero ésta es la situación que vivimos.
Por lo demás, creo que en ciertos tristes casos la palabra "ciertos", por su calculada indefinición, es siempre, por definición tácita, un morboso, artero y parasitario eufemismo de "todos".
¿Puede una persona, con conciencia errónea actuando de "buena fe", realizar un acto intrínsecamente malo de forma continuada, siendo ésta una decisión "subjetivamente defendible"?
Hasta ahora yo siempre había entendido que la falta de consentimiento que reduce o elimina la imputabilidad tiene que ver con circunstancias que eliminan o disminuyen la voluntad en el acto, de forma que uno no está en condiciones de seguir voluntariamente el dictado de su conciencia, sea ésta recta o errónea. Por ejemplo, hacer algo bajo efecto del alcohol, como reacción espontánea ante una amenaza de muerte, mientras uno duerme, desórdenes patológicos, etc.
Las siguientes documentos de los años 70 de la Santa Sede parecen indicar que en algunas circunstancias uno puede tomar voluntariamente una decisión contraria a los mandamientos, haciéndolo de "buena fe" de acuerdo con la conciencia, y esta opción es "subjetivamente defendible".
- "There can, however, be situations in which a couple have, in good faith, come to the erroneous conviction that in their particular case the use of contraceptives is justified. In this case, the use of contraceptives, although objectively unlawful, is subjectively excusable, on condition that the judgment of conscience is made on the basis of sufficient information and after serious reflection before God. This is traditional catholic doctrine on personal conscience as the norm for responsible human action" . (CDF, 29 Julio 1974). Sólo lo he encontrado en inglés, es una carta de la CDF en respuesta a preguntas de unos doctores católicos australianos. Creo que hay una contradicción, ya que no me parece compatible que haya conciencia errónea disponiendo de "suficiente información y después de una seria reflexión ante Dios".
- Las circunstancias particulares que rodean un acto humano objetivamente malo, aunque no pueden hacerlo objetivamente virtuoso, pueden hacerlo "disculpable, menos culpable, subjetivamente defendible”. (Declaración de principios teológicos y pastorales, Congregación para el Clero, Abril 1971). No está claro si las circunstancias de las que habla afectan al conocimiento o el consentimiento.
He encontrado otros documentos similares de varios Obispos durante esa época que no reproduzco ya que no me parecen relevantes para el Magisterio.
Mi impresión es que esta opción de la "buena fe" aparece en el contexto de la Humanae Vitae en los años 70. Después este concepto desaparece del Magisterio. Quizás se recupere parcialmente en el Vademecum para confesores de 1997.
En el contexto de los divorciados vueltos a casar, si el Magisterio ya ha enseñado que es subjetivamente defendible realizar actos intrínsecamente malos en conciencia de forma continuada (en el futuro), parece que la pareja podría decidir en conciencia rechazar la opción de vivir en continencia, tal como parece indicar Amoris Laetitia.
En mi opinión esto no significa que puedan acceder a la Eucaristía, ya que a diferencia de los anticonceptivos, existe aún la contradicción objetiva con la unión de Cristo y la Iglesia, significada en la Eucaristía, tal como nos enseña JPII en Familiaris Consortio.
Le ruego me corrija si estoy equivocado y he malinterpretado estos textos.
----------------------------------
JMI.-... "el Magisterio ya ha enseñado que es subjetivamente defendible realizar actos intrínsecamente malos en conciencia de forma continuada (en el futuro)" etc.
.....
El Magistero apostólico no ha enseñado eso referido a actos conscientes y libres de personas que conocen el mandamiento divino (p. ej. "no cometerás adulterio"). Ha enseñado lo contrario.
Siempre he pensado lo mismo que usted indica y así me he expresado en este portal en muchas ocasiones, pero el documento de la CDF que he encontrado y aporto en mi comentario anterior parece indicar que se pueden usar metodos anticonceptivos (intrinsecamente malos) sin culpa (incluso subjetivamente defendible) cuando uno tiene conciencia errónea y lo hace de "buena fe", tras informarse suficientemente y meditarlo frente a Dios.
¿Nos puede explicar en qué consiste esta enseñanza exactamente? ¿Se trata de un error de la CDF? Yo no he podido encontrar una explicación.
Se está utilizando en algunos medios progresistas en inglés como precedente del Magisterio para justificar la elección en conciencia de actos intrínsecamente malos debido a circunstancias que atenuan o eliminan culpabilidad (en el futuro).
Gracias.
----------------------------------
JMI.-Con una "conciencia errónea" pueden realizarse los mayores crímenes con buena conciencia: abortar, p.ej., si el marido lo exige, para que no se quiebre el matrimonio y se hunda la familia. Asesinar "por el bien del grupo mafioso" a un ex-mafioso traidor, etc. Por eso las consideraciones de moral católica parten siempre de que las personas tienen la fe y la reconocen. Si ese supuesto no se da, suspendemos el juicio por supuesto sobre la relación íntima de la persona con Dios, pero 1) ni les eximimos de culpa automáticamente ("perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen": pero "perdónalos", lo que indica que algún grado de culpa tienen), ni 2) menos se nos ocurre recibirlos en la comunión eucarística. Primero tienen que acceder a la fe, al conocimiento de los mandatos del Señor, etc.
Entonces, aunque la culpabilidad sea reducida y puedan estar subjetivamente en gracia de Dios, usted dice que el sacerdote no debe darle la comunión porque no creen o no aceptan la fe católica.
Una pregunta, ¿Existe alguna ley canónica que impida al fiel a acercarse a recibir la comunión si es consciente de falta de fe (no acepta algo que sabe que la Iglesia enseña), o que permita al sacerdote negarla a un fiel que sabe que no tiene la fe necesaria? Lo pregunto porque en mi opinión el Canon 915 (pecado grave manifiesto y persistente) y 916 (consciente de estar en pecado mortal, subjetivamente hablando) no hablan de ello. ¿En qué se basa la prohibición?
Es muy probable que los documentos citados hablen simplemente de la culpabilidad reducida pero sin concluir que estas personas pueden recibir la comunión, y eso sea algo que añaden algunos para dar fundamento a su tésis. Lo estudiaré en su contexto entero teniendo en cuenta lo que dice.
Muchas gracias.
---------------------------
JMI.-1) El que niega una verdad de fe de la Iglesia peca de herejía (c. 751). 2) La herejía es un pecado grave, que causa la excomunión latae sententiae, automática (c. 1364). 3) Por tanto el hereje no puede comulgar, porque es culpable de pecado grave (c. 914; 916), 4) ni el sacerdote puede dar la comunión a quien públicamente sea hereje; solamente a los católicos (c. 844).
Son cosas que si las busca un poco en el Código o en el Catecismo las encuentra.
También aquí se cumple la palabra de Cristo: "el que busca halla".
Añadía, en un segundo comentario, que las causas de nulidad deben consistir en circunstancias, situaciones o hechos previos susceptibles de provocar error o vicio grave en la formación de la libre voluntad expresada en el momento de la contracción del matrimonio y no en circunstancias sobrevenidas. No se puede, además, identificar separación con nuevas nupcias como necesariamente consecuentes entre sí.
Pero llevemos, ahora, el razonamiento hasta el final. Si, dadas sucesivas uniones, en vida del primer cónyuge, y, mediando una "convicción subjetiva de nulidad" de anteriores matrimonios, la Iglesia accede a entregar el Cuerpo de Cristo ¿no deberá, con más razón, entregarse a la admisión de las "convicciones subjetivas de nulidad" como causas formales de nulidad oficial canónica? ¿O, ante la duda, prefiere pecar de entregar indignamente al propio Cristo antes que entregarse ella misma en compromiso abierto? Esta actitud tendría precedente en Caifás: "¿No es preferible que perezca uno a que lo haga todo el pueblo?". Así las cosas, si, con el transcurso del tiempo, admitidas a trámite en proceso formal y oficial ordinario las solicitudes de nulidad por "convicción subjetiva" (sí, sí, caso por caso, ágiles y módicas, pero con el rigor y garantías, dentro de la consustancial falibilidad humana, del resto de procesos ordinarios), los reconocimientos canónicos de inexistencia de matrimonial se siguen manteniendo en porcentajes calificables de excepcionales, la presunta buena fe de principio quedaría confirmada y el asunto dignamente zanjado. Ahora bien, si el número de nulidades acaba equiparándose al de divorcios, entonces, reconozcámoslo, se habría evaporado la indisolubilidad y desvelado la iniquidad. ¿Es eso lo que pretende velar el tapadillo? Me viene a la memoria el viejo chiste de los frailes cartujos: Hermanos, ¡qué santos y humanitarios somos, pero qué astutos!.
Por decirlo asi fue a mediados de año2016.
pienso que "El egoismo" es: porque supone que yo - le niego comulgar a una persona que no esta casada por la iglesia?- Le niego felicidad a otro siendo yo feliz? - Le niego que mediante discernimiento puedan dar caso por caso una salida?
(editado)... porque hasta el dia de hoy Jesus pide lo mismo a todos: «Convertíos,porque está cerca el reino de los cielos»
Cuando usted cita amoris laetitae (2016) hace decir al Papa que en el primero de los tres casos diferentes señalados en 298 es posible que vivan en gracia de Dios con ayuda de los sacramentos, omitiendo lo que dice en 305 sobre las condiciones para ello. El texto completo de 305 es: "A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia[351].
Omitiendo esto, que es parte de lo medular en el desarrollo que hace el Papa en el capítulo VIII, usted lo pone, sin más, en línea con la heterodoxia de los obispos alemanes.
------------------------
JMI.-Si me indica el lugar exacto de lo que he escrito podré revisarlo, y ver si está bien o no. Son un buen número de arts. que he escrito sobre la AL.
-----------------------------------------
JMI.-Mañana, Dios mediante, analizo la cuestión que me señala, y le contesto.
Esta noche no puedo.
Un saludo.
------------------------------------------------
JMI.-Ya he mirado el punto que usted objetaba.
Y está correcto. Cuando el Papa en AL-258 describe la situación de una segunda unión "consolidada... fiel... comprometida...con hijos", etc. está poniendo uno de los casos en que, habiendo un discernimiento pastoral previo favorable, puede hacer conveniente la comunión eucarística aludida en 305 y en su nota 351, aunque de momento al menos siga la unión adúltera more uxoris..
De nuevo le cito el texto que usted omite: "A causa de los condicionamientos o factores atenuantes, es posible que, en medio de una situación objetiva de pecado —que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno— se pueda vivir en gracia de Dios, se pueda amar, y también se pueda crecer en la vida de la gracia y la caridad, recibiendo para ello la ayuda de la Iglesia[351].
Si se cumple esta condición, la unión no es adúltera y pueden recibir los sacramentos.
El Papa no dice que los que están realizando el pecado de adulterio pueden recibir los sacramentos. Pero en la cita que usted hace le hace decir eso, homologando lo que dice el Papa con la doctrina y praxis heterodoxa de los alemanes.
----------------------------------------------
JMI.-...Si se cumple esta condición, la unión no es adúltera y pueden recibir los sacramentos.
.......
La unión more uxorio con B de una persona casada con A "es adúltera".
Perdone, pero aquí acabo la discusión.
Hermanos, ¡qué santos y humanitarios somos pero qué taimados!
¿Porqué se seguiría manteniendo esa actitud de entregar a Cristo y disimular nulidades (si no hay clarificación), enmascarando, al paso, la abolición de la indisolubilidad? Existen piezas complementarias en el cuadro estratégico. A esa supuesta grey en pena por ver vedada su asistencia al sacramento de la Eucaristía parece importarle poco el del matrimonio. O, al menos, sobre ese particular no se esparcen especiales aspavientos mediáticos. Resulta más confortable y moderno dejarse el camino expedito para cuantas uniones dicten las coyunturas o las pasiones. Así, a la cadena del disimulo quedaría suspendida, como bola de demolición, la mismísima Eucaristía. El primer golpe ha sido asestado y producido una brecha significativa. Por desgracia, es posible que otros vengan después, pero por turnos (a la par que las conciencias se vayan embotando), que para uno solo es una tarea demasiado ingente, no tanto como tal cuanto por indisimulable. La fisura en la base de lo que se toma por una simple estructura está marcada; y, aunque los fieles (y las jerarquías) sean gotas en el gran depósito de la fe de la Iglesia, una masa saturada de carga mediática, en las otrora pacíficas aguas, se halla predispuesta a ejercer la presión suficiente para deconstruirla.
Pero...¿y si las bien amarradas cargas de "Poder" se les acaban convirtiendo en ruedas de molino sobre un Océano de esencia intemporal?
Pero si se cumple la condición- "que no sea subjetivamente culpable o que no lo sea de modo pleno" - el acto conyugal no es un acto de adulterio y, por eso, pueden estar en gracia de Dios y recibir la ayuda de los sacramentos.
Dice además, varias veces, que la ayuda de los sacramentos en esos casos especiales debe ser en un proceso en orden a vivir plenamente según la voluntad de Dios.
Nunca dice que en todos los casos y/o sin la condición señalada puedan recibir la ayuda de los sacramentos. Sabe que se le puede interpretar así, mal. Y previene de ello en el texto. Pero no deja de decirlo por el bien y el rescate de los que están perdidos, procurando encontrar el poco de bien que hay en el pecador para, de allí, rescatarlo y conducirlo al bien completo. Como lo hizo Jesús con Lázaro y otros publicanos y pecadores, aún sabiendo la acusación de incumplimiento de la ley que le harían los fariseos.
Gracias Padre.
----------------------------------
JMI.-Y lo que yo digo en el art. es que
1) siempre será posible hallar un sacerdote que haga "discernimiento pastoral" favorable a que comulguen;
2) y que el "caso por caso", consiguientemente, se convertirá en "todos" los casos; suposición que viene plenamente confirmada por la realidad de aquellas Iglesias locales, como Alemania, donde en muchas iglesias hace varios decenios se da la comunión A TODOS, indiscriminadamente, y sin discernimiento pastoral previo alguno.
Y ya vale.
Acabo de leer la nota "Estructuras de pecado: violencia, dinero y sexo" de su libro "De Cristo o del mundo" .
Al leer la el trozo donde parodia la predicación sobre el pecado social de las riquezas a la manera en como se predicaría el pecado social del sexo, es como si estuviera leyendo amoris laetitia. Su recurso a la conciencia es profético... (Parece increible que lo escribiera en 2001)
Quería citar un parrafo sobre las "razones" para no combatir el error:
"«Podremos servir mejor a la verdad si nos mantenemos vivos, y guardamos activo el prestigio de nuestro nombre», «Si los que deben hacerlo no dicen nada, sería soberbia que habláramos nosotros», «Diciendo la verdad, se armaría una gran guerra y división, y es más fácil edificar en la paz, siquiera sea en una paz precaria»... Incluso algunos de ellos, ante resistencias sociales tan unánimes, llegan a cambiar «humildemente» su pensamiento, renunciando a la verdad, y vienen a pensar que estaban equivocados. Lo cual les permite callarse con buena conciencia. Pero todas estas «razones» se reducen a una: «La Cruz no es históricamente fecunda, y debe ser rechazada en conciencia»."
Confieso ser constantemente tentado y muchas veces sucumbo a la inclinación malsana de "razonar" así... Señor, ven en mi auxilio, date prisa en socorrerme...
----------------------------
JMI.-Gracias.
De todos modos escribir lo que usted cita no es un ejercicio profético.
Escribía eso en 2001, cuando ya se podían ver muy claramente las posiciones mentales que iban prevaleciendo en la Iglesia y hacia dónde nos dirigíamos.
Dejar un comentario