El documento de la Pontificia Comisión Bíblica sobre el Evangelio de Juan (1907)
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA
AUTOR Y VERDAD HISTÓRICA DEL CUARTO EVANGELIO
A las siguientes dudas presentadas, la Pontificia Comisión Bíblica ha respondido de la siguiente manera:
Duda I. De la tradición constante, universal y solemne de la Iglesia, vigente ya desde el siglo II, que se extrae sobre todo: a) de los testimonios y las alusiones de los Santos Padres, de los escritores eclesiásticos e incluso de los mismos herejes, que, debiéndose derivar de los discípulos o de los primeros sucesores de los apóstoles, establecen un vínculo necesario con el origen mismo del libro [el cuarto Evangelio]; b) del nombre del autor del cuarto Evangelio recibido universalmente y siempre en el canon y en las listas de los libros sagrados; c) de los antiquísimos manuscritos, códices y versiones en varios idiomas de los propios libros sagrados; d) del uso litúrgico público mantenido desde los comienzos de la Iglesia en todo el mundo; prescindiendo del argumento teológico, ¿se demuestra con un argumento histórico suficientemente sólido que el apóstol Juan y nadie más ha de ser reconocido como el autor del cuarto Evangelio, de modo que las razones dadas en contrario por los críticos no debiliten en absoluto tal tradición?
Respuesta: Sí.
Duda II. ¿También las razones internas que se extraen del texto del cuarto Evangelio considerado en sí mismo, del testimonio del escritor y del manifiesto parentesco del mismo Evangelio con la primera carta del apóstol Juan, se deben considerar como una confirmación de la tradición que atribuye de un modo indudable el cuarto Evangelio al mismo apóstol? ¿Y las dificultades que surgen de la comparación del mismo Evangelio con los otros tres, teniendo en cuenta la diversidad del tiempo, del propósito y de los oyentes para o contra los cuales escribió el autor, pueden ser resueltas razonablemente, como lo han demostrado aquí y allá los santos padres y los exegetas católicos?
Respuesta: Sí para las dos partes.
Duda III. Pese a la praxis, constantemente vigente desde los primeros tiempos en toda la Iglesia, de hacer uso del cuarto Evangelio como un documento propiamente histórico, y considerando además la índole particular de este Evangelio y la intención manifiesta del autor de ilustrar y de probar la divinidad de Cristo a través de esas mismas acciones y palabras del Señor, ¿se puede afirmar que los hechos narrados por el cuarto Evangelio son total o parcialmente inventados con ese fin, como si fueran alegorías o símbolos doctrinales; y que los discursos del Señor no son verdadera y propiamente discursos del Señor mismo, sino composiciones teológicas del escritor, aunque se pongan en la boca del Señor?
Respuesta: No.
El día 29 de mayo de 1907, en la audiencia benévolamente concedida a los dos Reverendísimos Secretarios consultores, Su Santidad [Papa Pío X] ratificó las respuestas anteriores y ordenó publicarlas.
Fulcrano Vigouroux, P.S.S.
Lorenzo Janssens, O.S.B.
Secretarios consultores
Traducción de Daniel Iglesias Grèzes
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