El documento de la PCB sobre los Evangelios de Marcos y de Lucas (1912)
PONTIFICIA COMISIÓN BÍBLICA
AUTOR, TIEMPO DE COMPOSICIÓN Y VERDAD HISTÓRICA DE LOS EVANGELIOS SEGÚN MARCOS Y SEGÚN LUCAS
A las siguientes dudas presentadas, la Pontificia Comisión Bíblica ha decidido responder de la siguiente manera:
I. El testimonio conspicuo de la tradición, maravillosamente concordante desde los comienzos de la Iglesia y confirmado por muchos argumentos, a saber, por los testimonios explícitos de los Santos Padres y de los escritores eclesiásticos, por las citas y las alusiones que se encuentran en sus escritos, por el uso de los herejes antiguos, por las versiones de los libros del Nuevo Testamento, por casi todos los códigos manuscritos más antiguos, y también por las razones internas deducidas del texto de los libros sagrados, ¿obliga a afirmar con certeza que Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, y Lucas, médico, ayudante y compañero de Pablo, son verdaderamente autores de los Evangelios que se les atribuyen respectivamente?
Respuesta: Sí.
II. Las razones con las que algunos exegetas tratan de demostrar que los últimos doce versículos del Evangelio de Marcos (Mc 16,9-20) no fueron escritos por el mismo Marcos sino que fueron añadidos por otra mano, ¿son tales que dan derecho a afirmar que ellos no deben ser aceptados como inspirados y canónicos; o al menos demuestran que Marcos no es el autor de esos versículos?
Respuesta: No para las dos partes.
III. Asimismo, ¿es legítimo poner en duda la inspiración y la canonicidad de la narración de Lucas sobre la infancia de Cristo (Lc 1-2), o sobre la aparición del ángel consolador de Jesús y el sudor de sangre (Lc 22,43-44); o al menos se puede mostrar con razones sólidas —lo que agradaba a los herejes antiguos y todavía complace a algunos exegetas recientes— que estas narraciones no pertenecen al genuino Evangelio de Lucas?
Respuesta: No para las dos partes.
IV. Los documentos rarísimos y enteramente singulares en los que el cántico del Magníficat se atribuye no a la Bienaventurada Virgen María sino a Isabel, ¿pueden y deben de algún modo prevalecer contra los testimonios concordes de casi todos los códices, tanto del texto griego original como de las versiones, y contra la interpretación que exigen plenamente el contexto, el estado de ánimo de la misma Virgen y la tradición constante de la Iglesia?
Respuesta: No.
V. En cuanto al orden cronológico de los Evangelios, ¿es lícito apartarse de la opinión fundada en el testimonio antiquísimo y constante de la tradición, que afirma que después de Mateo, que escribió en primer lugar su Evangelio en su lengua materna, Marcos escribió segundo y Lucas tercero; o debería considerarse contraria a ésta aquella otra opinión que afirma que el segundo y el tercer Evangelios fueron escritos antes que la versión griega del primer Evangelio?
Respuesta: No para las dos partes.
VI. ¿Es lícito posponer la fecha de composición de los Evangelios de Marcos y Lucas hasta la destrucción de la ciudad de Jerusalén; o, dado que en Lucas la profecía del Señor sobre la destrucción de esa ciudad parece más detallada, se puede sostener que al menos ese Evangelio fue escrito cuando el asedio de la ciudad ya había comenzado?
Respuesta: No para las dos partes.
VII. ¿Se debe afirmar que el Evangelio de Lucas es anterior al libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1,1-2); y dado que este libro, cuyo autor es el mismo Lucas, fue terminado al final del cautiverio romano del apóstol [Pablo] (Hch 28,30-31), se debe afirmar que su Evangelio no fue compuesto después de este tiempo?
Respuesta: Sí.
VIII. Teniendo en cuenta tanto los testimonios de la tradición como los argumentos internos sobre las fuentes de las que los dos evangelistas se sirvieron para escribir su Evangelio, ¿se puede dudar prudentemente de la opinión que sostiene que Marcos escribió según la predicación de Pedro y Lucas según la predicación de Pablo, y al mismo tiempo afirma que estos evangelistas tenían a su disposición otras fuentes dignas de fe, tanto orales como disponibles en una forma ya escrita?
Respuesta: No.
IX. Las palabras y los hechos relatados según la predicación de Pedro por Marcos con exactitud y casi gráficamente, y expuestos con mucha sinceridad por Lucas, después de haber hecho investigaciones certeras sobre cada circunstancia desde el principio por medio de testigos absolutamente fidedignos, como los que fueron testigos desde el principio y se convirtieron en ministros de la palabra (Lc 1,2-3), ¿reclaman con derecho para sí la plena fidelidad histórica que la Iglesia siempre les ha otorgado; o, por el contrario, estos mismos eventos y hechos deben ser juzgados, al menos en parte, desprovistos de verdad histórica, ya sea porque los escritores no fueron testigos oculares, o bien porque se nota no pocas veces en ambos evangelistas una falta de orden y una discrepancia en la sucesión de los hechos, o bien porque, habiendo llegado y escrito más tarde, tuvieron necesariamente que exponer concepciones ajenas al pensamiento de Cristo y de los apóstoles o hechos ya más o menos distorsionados por la imaginación del pueblo, o bien finalmente porque cada uno de ellos, con su propia finalidad, ha tenido en cuenta ideas dogmáticas preconcebidas?
Respuesta: Sí para la primera parte, No para la segunda.
El día 26 de junio de 1912, en la audiencia benévolamente concedida a los dos Reverendísimos secretarios consultores suscritos, nuestro Santo Padre Papa Pío X ratificó las respuestas antes mencionadas y ordenó publicarlas.
Fulcranus Vigoroux, Gr.S.Sulp.
Laurentius Janssens, O.S.B.
Consultores ab Actis [Consultores Secretarios]
Traducción de Daniel Iglesias Grèzes
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