La religión y la ciencia
Yo no tengo una formación científica, en el campo de las ciencias naturales. No. Yo he estudiado el BUP de mi época y, tras dos años en que todas las asignaturas eran comunes, escogí letras puras.
Luego, al licenciarme en Filosofía, me he acercado indirectamente a las ciencias naturales, básicamente a través de tres vías: La Lógica, la Historia de la Ciencia y la Filosofía de la Ciencia. De estas tres disciplinas me ha gustado más la Filosofía de la Ciencia.
En el ámbito teológico y, en concreto, en la Teología Fundamental – que se ocupa de los pilares de la fe - , surgen preguntas sobre los milagros, sobre cómo actúa Dios en el mundo, etc. Y, en general, la Teología se ve interesada por las ciencias naturales cuando hablan del origen del mundo y del hombre, de lo específico de la naturaleza humana y de tantas otras cosas.
Me parece que las ciencias empíricas y la fe - y el saber de la fe, que es la Teología – son heterogéneas. No hablan, aparentemente, de lo mismo del mismo modo. Aunque en realidad sí hablan de lo mismo, ya que versan sobre la realidad.
Pero entre ambas orillas, que parecen muy lejanas una de otra, puede aparecer un puente filosófico. La Filosofía busca entender la realidad, yendo un poco más allá de los datos de la experiencia. La Teología pretende el mismo fin, entender lo que hay, contando con Dios.
Hay un puente. Y eso es lo que, principalmente, valoro del libro que comento en este blog: Brendan Sweetman, La religión y la ciencia. Una introducción, Santander-Madrid 2016, 239 páginas.
El autor es catedrático de Filosofía de una Universidad de Kansas. Me parece que escribe muy bien, con enorme claridad, y que tiene el don de explicar de un modo asequible los temas que trata.