El Obispo de Lugo lo tiene claro
La Voz de Galicia ha publicado una entrevista al Obispo de Lugo, Mons. Carrasco Rouco. El tema, la Educación para la Ciudadanía. La ocasión, la reciente publicación de una “Nota” de los Obispos de Galicia que ha sido acogida, por sectores ligados al poder, con descalificaciones sumarísimas.
En la entrevista, Mons. Carrasco Rouco entra en materia. La crítica que se puede hacer a la Educación para la Ciudadanía no es una crítica puramente formal y teórica. No se trata sólo de que, abstractamente considerado el problema, se vulnere el derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos en conformidad con sus propias convicciones morales y religiosas. Derecho que, en efecto, se vulnera. Pero hay más, esa lesión al papel de los padres toma cuerpo en asuntos bien concretos; por ejemplo en lo relacionado con la ideología de género y con el modelo de familia.
A estas alturas ya hay manuales de Educación para la Ciudadanía. Ya no se discute sobre la letra de un decreto, sino sobre los textos que los sufridos alumnos tendrán que estudiar, incluso contra la voluntad de sus padres, si es que estos no objetan. Textos que, en aspectos importantes, imponen una ideología; una visión de la realidad amparada no por la verdad de las cosas, sino por el poder.
Es muy expresivo que Mons. Carrasco Rouco se pregunte, a la hora de dilucidar qué es el bien, si hay que preguntar a Platón – es decir, a la tradición filosófica – o al ministro de turno. La antigua opción Ética o Religión era mucho más razonable que la actual oferta: Educación moral a golpe de mayoria parlamentaria para todos y Religión condenada a los márgenes del sistema educativo.

Por tres veces repite el Señor en el Evangelio la misma exhortación: “No tengáis miedo” (cf Mt 10,26-33): No tengáis miedo a los hombres; no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; en definitiva, no tengáis miedo… Estas palabras de Jesús se encuadran en el contexto de las instrucciones que da a los suyos para llevar a cabo la propagación del Evangelio.
No ha llegado a ser mi profesora. Su tesis doctoral,
El Evangelio nos muestra la compasión de Jesús (cf Mt 9,36), que se conmueve al ver a las gentes extenuadas y abandonadas. El Corazón de Cristo no es un corazón insensible o indiferente. En él se manifiesta el amor incondicional y misericordioso de Dios; ese amor que resplandece en la Cruz y que hace decir a San Pablo: “la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rm 5,8).












