Dios ama desigualmente a todos los hombres.
Dios no ama igualmente a todos los hombres, sino que ama a todos los hombres en forma desigual.
Retomamos aquí un tema tratado ya con mucho acierto por el P. Iraburu.
La explicación teológica, luminosa como siempre, la trae Santo Tomás en Ia, q. 20, a 3:
“Como amar es querer el bien para alguien, en un doble sentido puede decirse amar más o menos. 1) Uno, por parte del mismo acto de la voluntad, que puede ser más o menos intenso. En este sentido, Dios no ama a unos más que a otros, porque todo lo ama con un solo y simple acto de voluntad, que siempre tiene la misma intensidad. 2) Otro, por parte del mismo bien que alguien quiere para el amado. Y, en este sentido, decimos que alguien ama más a otro si el bien que se le desea es mayor, aun cuando no sea con una más intensa voluntad. Y en este sentido es en el que hay que decir que Dios ama a unos más que a otros. Pues como el amor de Dios es causa de la bondad de las cosas, como ya se dijo, una cosa no sería mejor que otra si Dios no quisiera para ella un mayor bien.”
Veamos ahora lo que dice el Magisterio de la Iglesia al respecto.