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26.04.24

Realismo, idealismo, modernismo y progresismo

Modernismo

El excelente “post” de Bruno sobre el modernismo ha hecho revivir una idea que tenía hace tiempo de escribir algo sobre ese tema. A lo mejor repito algo que ya escribí antes, pero tampoco es que venga tan mal. Todos los resaltados en negrita son míos. 

En Filosofía hay dos tesis posibles, opuestas entre sí: el realismo y el idealismo. El primero dice que el objeto de conocimiento es independiente del sujeto cognoscente, el segundo dice que no lo es.

Tratándose de dos proposiciones contradictorias entre sí, se aplican los principios de no contradicción y tercero excluido: no pueden ser las dos verdaderas ni las dos falsas, una es verdadera y la otra falsa. Esto supone el principio de bivalencia (toda proposición es verdadera o falsa), que a su vez depende del principio de tercero excluido, porque una proposición cualquiera, o se adecua a la realidad, y es verdadera, o no lo hace, y es falsa.

El objeto conocido, o depende o no depende del sujeto cognoscente, no hay otra posibilidad. No sirve decir que en parte depende y en parte no depende. Sin duda, hay en nuestro conocimiento algo que procede de nosotros y no de las cosas, concretamente, el modo abstracto y universal que los conceptos tienen en nuestra mente. En la realidad no existe el “animal”, sino los animales, que además son distintos entre sí: perros, gatos, caballos, etc.

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2.11.18

Sobre el argumento ontológico en San Anselmo, Descartes, Leibniz, Malcolm, Hartshorne y Göedel.

Nuestra idea de Dios tiene algo que la distingue de toda otra idea, y es que el ser o existencia San Anselmoactual aparece como formando parte del contenido inteligible mismo de esa idea, hasta el punto de que no puede ella pensarse separada de él.

Es decir, la idea de Dios es la idea del Ser Necesario, que no puede no existir, y por ello implica una relación necesaria entre la naturaleza divina, en la medida en que podemos conocerla en esta vida, y la existencia actual, que hace que ésta quede incluida en aquella.

Esa relación necesaria entre la Esencia divina y la existencia actual, que no admite excepciones en ninguna hipótesis absolutamente hablando, sólo puede fundarse en la identidad real entre ambas.

En efecto, una composición real entre la Esencia y la existencia divinas sólo podría ser al modo de la potencia y el acto, pero entonces, dada la distinción real entre ambos, habría al menos una hipótesis en que esa potencia no estaría actualizada.

Esto es lo que ha dado pie al argumento ontológico, que pretende demostrar la existencia de Dios a partir de la sola idea que tenemos de Dios en esta vida.

En esencia, este argumento viene a decir que dado que la existencia actual forma parte de nuestra idea de Dios hasta el punto de que no podemos pensarlo sin ella, pues sería contradictorio que el Ente que no puede no existir, no existiese, entonces, Dios existe.

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