22.12.09

1014 - ARGENTINA: LA INQUISICIÓN GAY (XIX). DENUNCIAN AL OBISPO DE SAN JUSTO

ARGENTINA: LA INQUISICIÓN GAY (XIX).

Fuentes: Propias; AICA, 22-12-09; Obispado de San Justo.

Por Juan C. Sanahuja

Quieren impedir predicar la doctrina católica. Carta de Mons. Martini a la Cámara de Diputados. Ni matrimonio ni uniones civiles. La denuncia y la respuesta del obispo.

Mons. Baldomero Martini, obispo de San Justo (Pcia. de Buenos Aires) enfrenta una denuncia por discriminación a raíz de una carta que dirigió, el 4 de noviembre pasado, a la Cámara de Diputados de la Nación, en la que expuso la doctrina católica ante los intentos de legalización del mal llamado "matrimonio" homosexual. Denunciado ante el INADI (Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo), Mons. Martini respondió enérgicamente acusando a ese organismo oficial de impedir predicar la doctrina cristiana. Es la segunda vez que la inquisición gay actúa contra un obispo en Argentina, (vid NG 755).

La carta a la Cámara de Diputados

En la carta a la Cámara de Diputados, sobre los proyectos referidos a la pretensión de legalizar las uniones del mismo sexo con el status jurídico del matrimonio, el obispo de San Justo y su obispo auxiliar, Mons. Damián Santiago Bitar, afirman que "resulta obvio decir que cada cosa diferente debe tener su propia denominación. Por ejemplo, no se puede llamar perro indistintamente al gato y al perro; puesto que son dos animales diferentes. Ambos son mamíferos, vertebrados y cuadrúpedos, pero ¿qué duda cabe que un perro es un perro y un gato es un gato?, son dos realidades diferentes. Con relación a estos proyectos de ley, nos vemos en la obligación de explicar a los diputados firmantes de los mismos que, así como un perro no es un gato ni viceversa, la unión estable de un varón y una mujer abierta a la vida -desde siempre conocida como matrimonio, que deriva del latín matri munus, o sea "el oficio de la madre"-, es algo completamente diferente a cualquier otro tipo de unión con connotaciones sexuales. En las convivencias homosexuales va de suyo que no hay madre posible, ni nadie que realice su misión, tampoco hay marido ni mujer, no hay esposos, no hay hijos… En síntesis, no hay nada que tenga que ver con el matrimonio". (…)

Continúan los obispos diciendo: "El bien común depende de las familias fundadas en verdaderos matrimonios. Y es esa función insustituible de bien común, la que justifica la regulación especial y privilegiada del matrimonio y la familia. En cambio, las uniones del mismo sexo, no sólo no edifican el bien común, sino que lo dificultan seriamente. Significan por definición: menos matrimonios, menos hijos, menos familias. Si ese efecto negativo fuera promovido por las leyes, ya no se podría hablar de "bien" común, sino que habría que calificarlo como una legislación que promueve el "mal común". Lamentablemente debemos constatar que estamos en presencia de una decadencia moral, que cuando es profunda y estable, termina afectando la capacidad de percibir la realidad tal cual es. Por lo tanto, el bien común exige no legalizar ni promover estas uniones antimatrimoniales".

Ni matrimonio ni uniones civiles

Mons. Martini y su obispo auxiliar, también refutan en la carta los argumentos utilizados para atentar contra el orden natural legislando sobre el "matrimonio homosexual". Los argumentos esgrimidos por los obispos también son válidos frente al error malminorista de los que pretenden conformar al homosexualismo político con la inicua figura jurídica de las "uniones civiles", aunque el lobby gay ya declaró que pretenden los mismos nombres y los mismos derechos, es decir, el mismo régimen que el verdadero matrimonio, incluyendo la adopción.

Ni razones de seguridad social, ni aquellas que hacen referencia a la adquisición y disposición de los bienes, justifican la legalización de uniones antinaturales. Todos los ciudadanos están protegidos por la legislación general que les garantiza esos derechos, dicen los obispos.

Recordamos que los homosexuales pretenden derechos especiales. La orientación sexual no crea derechos. (Vid. Declaración de la Santa Sede de 2006 en la ONU, NG 777)

Los obispos también recuerdan a los diputados que a todos nos juzgará el Justo Juez y que en el Juicio Universal, "no habrá inmunidad parlamentaria que valga".

La denuncia y la respuesta del obispo

El 5 de noviembre, un particular denunció ante el INADI que "las declaraciones del eclesiástico en referencia al matrimonio de personas del mismo sexo resultan ser altamente discriminatorias". El INADI aceptó la denuncia y emplazó al obispo a que en el término de 10 días ofrezca su descargo.

Mons. Martini respondió que el INADI es "un organismo de tercera o cuarta categoría", que incurrió en "una flagrante violación al tratado de derecho internacional público suscripto entre la República Argentina y la Santa Sede", que garantiza la predicación de la doctrina católica a todos los obispos y autoridades eclesiásticas. Martini reclamó además que "se tomen las medidas pertinentes, también contra los funcionarios del INADI que resulten responsables de tal violación".

En la respuesta al INADI, el obispo afirma: "Que mis palabras se enmarcan en la enseñanza de la Iglesia es una verdad de Perogrullo. Basta leer en la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo Testamento, donde en el primer libro, el Génesis, se menciona la destrucción, por mano divina, de las ciudades de Sodoma y Gomorra, por la práctica de la homosexualidad por parte de sus habitantes. En el Nuevo Testamento son también muchas las referencias al tema, entre ellas las expresiones de San Pablo en la Carta a los Romanos. Pasando a textos más recientes del Magisterio Universal de la Iglesia, menciono el Catecismo de la Iglesia Católica (n° 2357 a 2359), y los documentos emanados de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulados: Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales, del 1° de octubre de 1986; Algunas consideraciones concernientes a la Respuesta a propuestas de ley sobre la no discriminación de las personas homosexuales, del 23 de julio de 1992; y Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, del 31 de julio de 2003. Ofrezco como prueba de mis dichos, todos estos documentos, que prueban de modo indubitado, que las declaraciones que se me atribuyen, no son otra cosa que una divulgación de la doctrina de la Iglesia Católica", y, citando al Catecismo de la Iglesia Católica n° 2358, dice: "'Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente radicadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta'. Va de suyo que hay discriminaciones que son justas. Por ejemplo, un ciego no puede pretender ser el arquero de la selección nacional de fútbol; y si lo pretendiera, no se le debería permitir tal deseo, sin que tal impedimento pueda ser calificado de 'discriminatorio'".

Vid. NG, La Inquisición gay, 841, 847, 872, 877, 880, 902, 954, 966, 978, entre otros. FIN, 22-12-09

19.12.09

1013 - ESPAÑA: EL ABORTO COMO DERECHO.

ESPAÑA: EL ABORTO COMO DERECHO.

Fuentes: Propias y en el texto.

Por Juan C. Sanahuja.

Las cárceles se convertirán en la casa de los justos; de los pocos justos que, para entonces, aún no hayan flojeado en sus convicciones

El 17 de diciembre, el Congreso de los Diputados aprobó con el respaldo de 184 de sus 350 miembros -ocho por encima de la mayoría requerida- el proyecto de Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, (vid. NG 1012). El texto fue apoyado por el PSOE (socialismo), PNV (nacionalismo vasco), ERC (Izquierda Republicana de Cataluña), IU (Izquierda Unida), ICV (verdes catalanes), BNG (nacionalistas gallegos) y Na-Bai (nacionalismo vasco-navarro) y dos de los 10 diputados de CiU (Convergencia y Unión, catalanes).

Por el contrario, el proyecto no contó con el voto favorable del PP (Partido Popular), Coalición Canaria y otros, que sumaron 158 votos en contra. Es de notar que María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular, que representa a la derecha progresista, lamentablemente sostenida por los católicos malminoristas, declaró que su partido no está en contra del aborto, sino en concreto se opone a este proyecto de ley, (vid. InfoCatolica, 17-12-09).

Falta aún la confirmación del texto por parte Senado, que lo aprobará sin modificaciones sustanciales.

Además de lo que informamos en NG 1012, el proyecto no asegura la objeción de conciencia del personal médico ni de las universidades privadas, y contempla una campaña intensiva de información en colegios, a través de la enseñanza de la salud sexual. Por ese motivo la Universidad de Navarra y la CEU San Pablo han anunciado que, aunque lo mande la ley, no enseñarán a hacer abortos, y se espera que en el mismo sentido se definan la Universidad Francisco Vitoria, la Alfonso X, la Pontificia de Comillas y la Pontificia de Salamanca, la Católica de Murcia, y la Católica de Valencia. Asimismo, CONCAPA (Confederación Católica de Padres de Alumnos), "propondrá a los padres y profesores la objeción de conciencia y/o la denuncia ante los tribunales si se obliga a enseñar a nuestros hijos que el aborto es un derecho y no un crimen, o se impone una educación afectivo-sexual contraria a nuestras convicciones filosóficas religiosas o morales".

A continuación publicamos un artículo que predice lúcidamente la deriva del progresismo no sólo en España, sino en todos los países occidentales.

Antiabortistas a la cárcel por Juan Manuel de Prada, (ABC, Madrid, 19-12-09)

"PUES ahí lo tenemos: el aborto convertido en derecho; esto es, en bien jurídico amparado por la ley, que a partir de hoy se ocupará de velar por su protección efectiva y de remover cualquier obstáculo que trate de impedir su libre ejercicio. ¿Y qué son los médicos que invocan la objeción de conciencia para negarse a perpetrar un aborto o las universidades que se niegan a enseñar las técnicas para perpetrarlo, sino obstáculos que la ley se encargará de remover? Sospecho que ni siquiera los detractores de la nueva ley son capaces de vislumbrar su verdadero alcance: un médico que, a partir de hoy, rechace su participación en un aborto invocando la libertad de conciencia se convertirá ipso facto en un delincuente; y lo mismo le ocurrirá a una universidad que invoque la libertad de cátedra para excluir de su programa académico la enseñanza de las técnicas abortivas. Porque ni la libertad de conciencia ni la libertad de cátedra pueden ser baluartes contra el ejercicio de un derecho; y eso es el aborto a partir de hoy: el derecho a exterminar vidas inocentes porque nos da la real gana, en un acto de libre disposición. Y quien se oponga a la consecución de ese derecho será llamado, desde hoy, criminal.

Así actúa la lógica del mal: primero encumbra con desfachatez nominalista un crimen a la categoría de derecho; y, después, siguiendo un irreprochable método deductivo, califica de criminales a quienes estorban su libre ejercicio. Con los médicos que se nieguen a perpetrar abortos se elaborarán, por el momento, listas negras que dificulten su traslado y entorpezcan su promoción; pero esto es tan sólo el aperitivo de lo que viene después: en apenas unos años, los médicos antiabortistas -los pocos que para entonces queden- serán reos de delito y conducidos a la cárcel; las universidades que se nieguen a enseñar a sus alumnos cómo se trocea un feto serán clausuradas por orden gubernativa, y sus responsables enviados también a la cárcel. Así se cumplirá lo que Thoreau anticipaba en su opúsculo Desobediencia civil: «Bajo un Estado que encarcela injustamente, el lugar del hombre justo es la cárcel. Es la única casa en la que se puede permanecer con honor». Allí también estaremos, desde luego, quienes nos atrevamos con nuestra pluma a seguir calificando el aborto de crimen; que seremos, por cierto, muy pocos. Y, ante los ojos de la masa cretinizada, apareceremos, en efecto, como criminales que se oponen al progreso de la Humanidad (la mayúscula que no falte); y probablemente, mientras nos lleven esposados ante un juez, o mientras nos introduzcan en el furgón policial que nos conducirá a la celda, seremos vituperados y escupidos, como se suele hacer con los criminales más sórdidos.

Analicemos el modus operandi de la lógica del mal: un médico que se opusiera a que sus pacientes reciban una transfusión de sangre sería apartado de su puesto y conducido a la cárcel, pues estaría negándoles el derecho a la salud; lo mismo le ocurriría a un profesor que desde la cátedra se declarase contrario al acceso de las mujeres al mercado laboral. Ni la objeción de conciencia ni la libertad de cátedra pueden alegarse para amparar la conculcación de derechos. Y, desde el momento en que la ley institucionaliza el crimen, encumbrando el aborto a la categoría de derecho, el médico que se niega a perpetrarlo es como el médico que se niega a realizar una transfusión de sangre; el profesor que se niega a enseñar cómo se practica es como el profesor que se declara contrario al acceso de las mujeres al mercado laboral: criminales confesos sobre quienes debe caer el peso de la ley. Así ocurrirá, más temprano que tarde; y las cárceles se convertirán, como intuyó Thoreau, en la casa de los justos; de los pocos justos que, para entonces, aún no hayan flojeado en sus convicciones". FIN, 19-12-09

29.11.09

1012 - ESPAÑA: POLÍTICOS, ABORTO Y SAGRADA COMUNIÓN.

ESPAÑA: POLÍTICOS, ABORTO Y SAGRADA COMUNIÓN.

Fuentes: Propias; web Conferencia Episcopal Española.

Por Juan C. Sanahuja

Nota de la Conferencia Episcopal de España. Declaraciones del Prefecto de la Signatura Apostólica. El nuevo proyecto socialista. La ley actual: la salud psíquica de la madre es un coladero clamoroso.

En su Nota final del 27 de noviembre, la 94º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) hizo referencia al pecado público en el que incurrirían los legisladores que voten a favor del Proyecto de Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, propuesto por el gobierno socialista español. Dice la Nota:

"Sobre el Proyecto de 'Ley del aborto'":

"La Asamblea concluye cuando el Congreso de los Diputados ha comenzado el debate sobre el Proyecto de Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Ante un asunto de tanta trascendencia para la sociedad española, los obispos quieren hacer las siguientes consideraciones":

"1. La Asamblea Plenaria hace expresamente suya la Declaración del pasado 17 de junio de la Comisión permanente titulada Sobre el anteproyecto de ley del aborto: atentar contra la vida de los que van a nacer convertido en "derecho". Los obispos recomiendan encarecidamente su lectura".

"2. Según decía la Declaración de la Comisión Permanente, este Proyecto de Ley "constituye un serio retroceso respecto de la actual legislación despenalizadora, ya de por sí injusta". Nadie que atienda a los imperativos de la recta razón puede aprobar ni dar su voto a este proyecto de ley. En particular, los católicos deben recordar que si lo hacen, se ponen a sí mismos públicamente en una situación objetiva de pecado y, mientras dure esta situación, no podrán ser admitidos a la Sagrada Comunión (Cf. Carta del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de junio de 2004, al Presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos de América)". (Vid. NG 664)

"3. Los católicos estamos por el 'sí' a la vida de los seres humanos inocentes e indefensos que tienen derecho a nacer; por el 'sí' a una adecuada educación afectivo-sexual que capacite para el amor verdadero; por el 'sí' a la mujer gestante, que ha de ser eficazmente apoyada en su derecho a la maternidad; por el 'sí' a leyes justas que favorezcan el bien común y no confundan la injusticia con el derecho".

"Los obispos invitan a proseguir sin descanso el trabajo a favor de estas nobles metas y exhortan a no desfallecer en la plegaria, especialmente durante este año dedicado a la oración por la vida".

El 11 de noviembre pasado, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Juan Antonio Martínez Camino, había declarado que los políticos católicos "no pueden aprobar ni dar su voto" a leyes como la que plantea el gobierno socialista a favor del aborto y contra la vida, poniendo especial énfasis en que los que apoyen leyes que van en contra de la vida estarán en una "situación objetiva de pecado público".

Declaraciones del Prefecto de la Signatura Apostólica

Recordamos la intervención del 18-09-09 del Prefecto de la Signatura Apostólica, Mons. Raymond Burke, en el InsideCatholic's 14th Annual Partnership Dinner, en la que reafirmó la doctrina tradicional, expresando que a quienes se declaran católicos y ocupando cargos públicos escandalizan a los otros fieles, se les debe corregir públicamente y su rectificación también debe ser pública. Escandalizan, aclaró Mons. Burke, los que promueven políticas y leyes que "permiten la destrucción de la vida humana inocente e indefensa" y "violan la integridad del matrimonio y la familia". El resultado de estas acciones es que se confunde a los ciudadanos y éstos son inducidos a error sobre principios morales básicos. "Reparar los daños causados por el escándalo comienza con el reconocimiento público del propio error y la declaración pública de su adhesión a la ley moral. El alma, que reconoce la gravedad de lo que ha hecho, comprende de inmediato la necesidad de reparación pública", concluyó Burke.

Con referencia al caso de la actual secretaria de salud del gobierno de Obama, Kathleen Sebelius, entonces gobernadora de Kansas y a la que su obispo le prohibiera recibir la comunión, el mismo Mons. Burke, en la entrevista concedida a Life Site el 13-03-09, declaró que prohibir la comunión a los políticos católicos que favorecen el aborto, es un acto de "ejemplar caridad pastoral" que protege "de la recepción indigna al Cuerpo y la Sangre de Cristo", evitando así que esos políticos cometan "el gravísimo pecado de sacrilegio", y de ese modo, además, se pone fin al grave escándalo provocado. (Vid. NG 642, 663, 664, 799, 911, 922, 927).

El nuevo proyecto socialista

El Proyecto de Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que será discutido en breve en el Parlamento español, sustituye a la inicua ley actual que no penaliza el aborto en tres excepciones.

El proyecto declara "derecho" al abominable crimen del aborto y lo liberaliza, permitiéndolo libremente hasta la semana 14 del embarazo, incluso en las adolescentes a partir de los 16 años y sin permiso paterno. El proyecto también contempla la posibilidad de abortar hasta el final del embarazo cuando "exista riesgo para la vida o la salud de la madre" o el "feto presente graves anomalías".

La ley actual

El 6 de noviembre pasado, el Instituto de Política Familiar informaba que, en el 2008, en España se hicieron 115.812 abortos quirúrgicos, 3.675 más que en el 2007, (vid. NG. 784, 834, 882). De ellos 50.569 (43,7%) fueron en mujeres inmigrantes y 10.221 (8,83%) en adolescentes. Entre otros datos, el informe agregaba que "la salud de la madre volvió a ser la justificación casi unánime de los abortos, al ser poco más de 3.000 los que se acogieron a otras causas". El "peligro psíquico de la madre" sigue siendo "un coladero clamoroso", concluía el informe.

La situación es más grave aún, si tenemos en cuenta que el gobierno socialista liberalizó la venta del abortivo llamado "píldora del día después" para las menores de edad, las cuales no necesitan receta médica para adquirirlo y, por supuesto, pueden comprarlo a espaldas de sus padres. FIN, 29-11-09

25.11.09

1011 - USA: EL ECUMENISMO DE TRINCHERA ENFRENTA A OBAMA (III).

USA: EL ECUMENISMO DE TRINCHERA ENFRENTA A OBAMA (III).

Fuentes: http://www.manhattandeclaration.org.

Por Juan C. Sanahuja

Frente a la tiranía abortista y del homosexualismo político, católicos y cristianos de otras confesiones afirman:

"A través de los siglos, el cristianismo ha enseñado que la desobediencia civil no sólo está permitida, sino que a veces es necesaria. Las leyes injustas degradan a los seres humanos y no tienen ningún poder para obligar en conciencia"

(Continúa de NG 1009 y 1010)

La libertad religiosa: tiranía abortista y pro-gay

Después de introducir el tema de la libertad religiosa y del derecho de cada persona a obrar en conciencia, la Declaración de Manhattan resalta que "es irónico que los que hoy reclaman el derecho a matar a los no nacidos, ancianos y discapacitados", y requieren que la ley les reconozca su derecho a participar en prácticas sexuales promiscuas e inmorales, "estén en la vanguardia de los que pisotean la libertad de otros a expresar sus convicciones religiosas y morales acerca de la vida y de la dignidad del matrimonio como unión conyugal de marido y mujer".

"Todo esto lo observamos en el empeño en recortar o eliminar las cláusulas de conciencia para obligar a hacer abortos o derivar para que otros los hagan a las instituciones pro-vida (incluidos los hospitales y clínicas con ideario religioso), y también en algunos casos, para coaccionar a los médicos, los cirujanos, las enfermeras, y otros profesionales de la salud, a realizar o participar en abortos. Lo mismo vemos en el recurso de acudir a los reglamentos antidiscriminatorios para obligar a instituciones religiosas, empresas y proveedores de servicios a realizar actividades que consideran gravemente inmorales o en su defecto cerrar sus puertas".

"Por ejemplo en Massachusetts, después de la imposición judicial del 'matrimonio entre personas del mismo sexo', Catholic Charities debió optar, con gran renuencia, a poner fin a su trabajo de más de un siglo ayudando a colocar a los niños huérfanos en hogares de bien, porque -según los principios morales- no podía obedecer el mandato legal de entregar niños a parejas de homosexuales. En Nueva Jersey, después de la creación de las "uniones civiles" cuasi-maritales, una institución metodista fue despojada de su exención de impuestos cuando se negó, por una cuestión de conciencia religiosa, a que en sus instalaciones se realizaran ceremonias de bendición de uniones homosexuales. En Canadá y en algunos países europeos, clérigos cristianos han sido perseguidos por predicar la doctrina bíblica en contra de la práctica de la homosexualidad. Las nuevas leyes sobre el delito de odio en los Estados Unidos hacen aparecer el espectro de la misma situación en este país".

La Declaración destaca que así, en las últimas décadas, creció la falta de respeto a los valores religiosos en los medios de comunicación, en ambientes académicos y políticos, avalada por una jurisprudencia espuria que restringe el derecho a la libertad religiosa. Este hecho ominoso amenaza también la cultura de la libertad, propia de los Estados Unidos. "Las restricciones a la libertad de la conciencia o de la capacidad de las instituciones para contratar a personas de la propia fe o con las mismas convicciones morales y religiosas, por ejemplo, quebrantan la viabilidad de las estructuras intermedias de la sociedad, que son la salvaguarda esencial contra la autoridad arrogante del Estado, y anuncian la desintegración de la sociedad civil, preludio de la tiranía del despotismo blando", anunciada por Tocqueville.

"Como cristianos, debemos tomar en serio la admonición bíblica de respetar y obedecer a las autoridades. (…) Reconocemos la obligación de cumplir con las leyes si nos gustan o no nos gustan, a menos que las leyes sean gravemente injustas, u obliguen a hacer algo injusto o inmoral (…) como mandan las leyes que socavan el bien común, en lugar de servirlo".

La Declaración remite al pasaje de los Hechos de los Apóstoles 4, cuando Pedro y Juan recibieron la orden del Sanedrín de los judíos de dejar de predicar en el nombre de Jesús, "su respuesta fue: 'Juzgad en la presencia de Dios si es justo obedeceros a vosotros antes que a Dios. Porque no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído'. A través de los siglos, el cristianismo ha enseñado que la desobediencia civil no sólo está permitida, sino que a veces es necesaria. (…) Las leyes injustas degradan a los seres humanos y no tienen ningún poder para obligar en conciencia", concluye el documento.

"Porque honramos la justicia y el bien común, no vamos a cumplir ningún edicto que pretenda obligar a nuestras instituciones a participar en abortos, en la investigación destructiva de embriones, en el suicidio asistido o en la eutanasia, ni en cualquier otra ley anti-vida, ni nos someteremos a ninguna norma que pretenda obligarnos a bendecir inmorales parejas sexuales, o a tratarlas como a matrimonios o su equivalente, o que no proclame la verdad sobre la moralidad y la inmoralidad y sobre el matrimonio y la familia. Plenamente y sin retaceos queremos dar al César lo que es del César. Pero en ningún caso vamos a dar al César lo que es de Dios". FIN.

Notas de Noticias Globales:

Sobre los crímenes de odio vid. NG 712, 755, 769, 779, 811, 902, 966, 972.

Sobre la "inquisición gay": NG 712, 713, 720, 724, 725, 742, 743, 755, entre otros. FIN, 25-11-09

24.11.09

1010 - USA: EL ECUMENISMO DE TRINCHERA DE OBAMA (II).

USA: EL ECUMENISMO DE TRINCHERA ENFRENTA A OBAMA (II).

Fuentes: http://www.manhattandeclaration.org.

Por Juan C. Sanahuja

(Continúa de NG 1009)

El cuerpo no es instrumento de deseos: la persona es una unidad de cuerpo y espíritu. Nadie tiene el derecho civil a que una relación no matrimonial sea considerada como matrimonio. Estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio por el bien del inestimable tesoro que es el matrimonio

Sobre el matrimonio

La Declaración de Manhattan afirma que el fundamento natural del matrimonio es la unión de un hombre con una mujer, colaboradores de Dios en la transmisión de la vida y en la educación de los hijos. "El matrimonio entonces, es la primera institución de la sociedad humana, en la cual todas las demás instituciones humanas tienen su fundamento". El matrimonio es santo por creación de Dios y bendecido por Jesucristo en las bodas de Caná.

La declaración agrega que, cuando la cultura del matrimonio se deteriora, "se manifiestan las patologías sociales de todo tipo (…) Lamentablemente, hemos sido testigos en el transcurso de las últimas décadas de una grave erosión de la cultura del matrimonio. Tal vez el indicador más significativo y preocupante, es el aumento de la tasa de natalidad fuera del matrimonio. Menos de cincuenta años atrás, era de menos del 5 por ciento. Hoy en día es más del 40 por ciento".

Nos arrepentimos de haber transigido ante la cultura del divorcio

Otro indicador es la "devastadora alta tasa de divorcio (…) Confesamos con tristeza que los cristianos y nuestras instituciones a menudo hemos fallado escandalosamente en la misión de mantener la institución del matrimonio y su verdadero significado. (…) Nos arrepentimos de haber transigido con demasiada facilidad ante la cultura del divorcio y de haber permanecido en silencio acerca de las prácticas sociales que socavan al matrimonio".

"El movimiento para redefinir el matrimonio, a fin de reconocerlo entre personas del mismo sexo, es un síntoma, pero no es la causa de la erosión de la cultura del matrimonio". Estas corrientes, reflejan la "pérdida de comprensión del significado del matrimonio tal y como se contempla en nuestra legislación civil y religiosa y en la tradición filosófica que contribuyó a dar forma a la ley. Sin embargo, es fundamental resistir a este impulso, porque ceder a esto significaría el abandonar la posibilidad de recuperar una sólida cultura de comprensión del matrimonio y, con ella, la esperanza de la reconstrucción de un matrimonio sano". (…)

"Reconocemos que hay quienes están dispuestos hacia la conducta homosexual y a las relaciones promiscuas, como otros están dispuestos hacia otras formas de conducta inmoral. (…) Hacemos un llamamiento a toda la comunidad cristiana a resistir la inmoralidad sexual, y al mismo tiempo a que se abstengan de la condena de quienes se entregan a ella. Nuestro el rechazo al pecado, aunque firme, nunca debe convertirse en rechazo de los pecadores. Porque cada pecador, independientemente del pecado, es amado por Dios, que no busca nuestra destrucción, sino la conversión de nuestros corazones".

El cuerpo no es instrumento de deseos: la persona es una unidad de cuerpo y espíritu

La declaración insiste en que no puede haber matrimonio entre personas del mismo sexo por el único motivo de complacer los deseos personales de algunos, porque, en primer lugar, "el matrimonio es posible gracias a la complementariedad sexual del hombre y la mujer" y, como consecuencia, en segundo lugar, porque "el cuerpo no es un simple instrumento extrínseco de la persona humana, sino que es realmente parte de la realidad personal del ser humano. Los seres humanos no se definen sólo por su conciencia o sus emociones, o su mente, o su espíritu, sino que la persona humana es una unidad dinámica de cuerpo, mente y espíritu. Sólo así se puede sellar un compromiso, completado y actualizado por la relación sexual amorosa en la que los cónyuges se hacen una sola carne, no sólo en sentido metafórico, sino también por el cumplimiento de las condiciones de comportamiento orientado al gran fin de la procreación". (…)

"Por eso, la verdad es que el matrimonio no es algo abstracto o neutral que la ley legítimamente pueden definir y redefinir para complacer a los que son poderosos e influyentes".

Reconstruir la cultura del auténtico matrimonio

"Nadie tiene el derecho civil a que una relación no matrimonial sea considerada como matrimonio. El matrimonio es una realidad objetiva -el pacto de unión entre marido y mujer- y es deber de la ley, en aras de la justicia y del bien común, reconocerlo y apoyarlo. Si no lo hace, se sigue de ello un auténtico daño social. En primer lugar, se pone en peligro la libertad de conciencia. En segundo lugar, se conculcan los derechos de los padres con los programas de educación sexual en los colegios, a través de los cuales se inculca en los chicos la idea de entender como 'matrimonio' a relaciones sexuales que muchos padres consideran intrínsecamente inmorales y no-matrimoniales. En tercer lugar, se daña el bien común de la sociedad, ya que la propia ley, en su función pedagógica, se convierte en instrumento para erosionar el auténtico significado del matrimonio, del cual depende radicalmente el florecimiento social de la cultura del matrimonio. Lamentablemente, en la actualidad estamos lejos de tener una cultura fuerte del matrimonio, pero si tenemos que empezar el proceso -de vital importancia- para reformar nuestras leyes y costumbres y así reconstruir esa cultura, no podemos permitirnos el lujo de redefinir el matrimonio, incorporando en nuestra legislación falsas figuras del mismo".

Concluyendo su segunda parte, el documento hace un llamado a "trabajar sin descanso para preservar la definición legal del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer y para reconstruir la cultura del matrimonio. ¿Cómo podemos, como cristianos, hacer otra cosa? La Biblia nos enseña que el matrimonio es una parte central de la alianza de la creación de Dios. De hecho, la unión de marido y mujer refleja el vínculo entre Cristo y su Iglesia. Y así como Cristo quiere, por amor, darse a sí mismo por la Iglesia en un sacrificio completo, en lo que a nosotros respecta estamos dispuestos a hacer cualquier sacrificio por el bien del inestimable tesoro que es el matrimonio". (Continúa)