¿Qué es la Orden San Elías? Otra conversación
Como muchos de uds. saben, desde hace ya más de seis años, junto al padre Federico Highton, sacerdote misionero, abogado y doctor en Filosofía, hemos fundado, por gracia de Dios y con la aprobación de la Iglesia, la “Orden San Elías", una pequeña comunidad apostólica que intenta, con parresía (valentía, franqueza), predicar el Evangelio en dos frentes bien concretos: el de las hoy casi extintas misiones “ad gentes” y en el de la contra-revolución cultural.
En los tiempos que corren (de gurúes varios y congregaciones múltiples) muchas veces creemos que ni siquiera conviene hablar de nuestra propia congregación pues, es tal el grado de desconcierto y confusión que, muchas veces las almas terminan siguiendo no a Dios sino a las personas, sabiendo que, a la única que debe seguirse es a la Segunda de la Santísima Trinidad: Nuestro Señor Jesucristo, el Dios humanado.
Ahora bien, dado que, hace tiempo presentamos un pequeño vídeo, descontracturado (ver AQUÍ), al que muchas personas le pedían “un segundo capítulo", es que, aprovechando un reciente encuentro grabamos este pequeño vídeo donde contamos las últimas andanzas para,
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi, SE
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8 comentarios
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Estimada Mercedes: gracias por su consulta. Le respondo con claridad y sin vueltas, como intento hacer siempre. En la Orden San Elías somos católicos, por lo que aceptamos todos los concilios, desde el primero (Concilio de Jerusalén) hasta el último (Concilio Vaticano II), con todos sus documentos interpretados siempre -como ha enseñado la Iglesia- a la luz de la hermenéutica de la continuidad y no de la ruptura. Bendiciones. Padre Javier Olivera Ravasi
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Bendiciones. PJOR
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Buenas Padre. Por el momento no; ha habido un sacerdote diocesano, durante un tiempo, que entró a la misma para hacer un discernimiento, con permiso de su obispo. Bendiciones. PJOR
Al hilo de su respuesta a Mercedes, y por poner un ejemplo que le agradecería comentase, como consecuencia directa del CV II, uno de sus frutos, surge el Catecismo (CEC) de Juan Pablo II.
Por favor, ¿podría darme una explicación según la hermenéutica de la continuidad de la evolución de los artículos 2266 y 2267 que cito a continuación?
Muy agradecido. Unidos en Jesucristo.
CEC DE JUAN PABLO II
2266 La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza tradicional de la Iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad, el recurso a la pena de muerte. Por motivos análogos quienes poseen la autoridad tienen el derecho de rechazar por medio de las armas a los agresores de la sociedad que tienen a su cargo...
2267 Si los medios incruentos bastan para defender las vidas humanas contra el agresor y para proteger de él el orden público y la seguridad de las personas, en tal caso la autoridad se limitará a emplear sólo esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.
CEC TRAS LA REFORMA DE FRANCISCO.
2266 A la exigencia de tutela del bien común corresponde el esfuerzo del Estado para contener la difusión de comportamientos lesivos de los derechos humanos y las normas fundamentales de la convivencia civil. La legítima autoridad pública tiene el derecho y el deber de aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito...
2267 Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común.
Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves...
Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona» (Discurso del Santo Padre Francisco con motivo del XXV Aniversario del Catecismo de la Iglesia Católica, 11 de octubre de 2017), y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo.
Atentos saludos
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Estimado Horacio: por lo de la misa tridentina, deberían pedirlo en la diócesis en la que moran, al obispo del lugar, aunque -para serle sincero- como decía Santa Teresa, "son tiempos recios". Bendiciones. PJOR
Muy Atte.
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