La atracción del Mal
Si el Mal, como tal, “no tuviera su punto", nadie lo buscaría; y menos con una mera intención “platónica", de pura “contemplación” intelectual.
Porque la gente lo busca “para hacerlo"; para “obrar mal", para “hacer el mal” en su vida práctica y real: partimos y contamos con que tenemos una Naturaleza caída y dañada por el Pecado Original; agravado todo además con los pecados personales, y con lo que nos llega también por los ajenos.
Por cierto y para que conste: el hombre es el único espécimen terreno que puede obrar de esta guisa e intención, escogiendo con total libertad y “devoción” ese modo de actuar.
Él sabrá, digo yo. Como ya es “adulto” y por demás, “emancipado” por fin del “opio del pueblo” -que ya hay que tener ganas y “tragaderas” para digerir ésto-, se dedica al mal con prisas y afición de neófito.