"...pero su corazón está lejos de MÍ" (Mt 15,8)
Esta denuncia de Cristo es la GRAN TRAGEDIA de la Iglesia Católica a día de hoy. Mañana, seguramente, será peor… si nadie pone remedio alguno. Que es lo que parece…
Jesús, exclama -y reclama- a los sacerdotes contemporáneos suyos, “su jerarquía” como miembro del pueblo judío: ¡vosotros habéis anulado la Palabra de Dios en nombre de vuestra tradición! ¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías a este propósito, cuando dijo:
“Este pueblo me honra de boquilla, pero su corazón está lejos de Mí. En vano me rinden culto; las doctrinas que enseñan no son más que preceptos humanos”.
Esta diatriba venía a cuento de que se le habían plantado delante un grupo de fariseos y escribas, venidos ex profeso de Jerusalén. Y venían con el ánimo acusica, pues le espetan que sus discípulos ‘no respetan la tradición de los mayores‘, pues no se lavan las manos antes de sentarse a la mesa: “¡grave cosa, Manuela!", casi un sacrilegio… para los que cuelan un mosquito y se tragan un camello, como les acusará el Señor en otra ocasión, poniéndolos en su sitio.
Ahora también los ha situado perfectamente, de la mano de Isaías: un puntal, por cierto, en la historia del pueblo judío, convertido además en un referente absolutamente necesario. Por veraz y fiel a Jahweh-Dios.