"Como ovejas sin pastor" (Mc 6, 34).
Jesús, hace ya más de veinte siglos, lo clava. Como no podía ser de otra manera: ¡que es Dios! Pero no deja de ser terrorífico lo que, con su Palabra, nos echa en cara a los miembros de la Jerarquía, en todos sus niveles.
¿Qué hemos sentido, los sacerdotes, los obispos y demás miembros de la Jerarquía, en lo más hondo de nuestra alma al leer estas palabras de Jesús? ¿Y al ir a su Corazón, que se conmueve con total sentimiento, humano y divino a la vez, ante la multitud perdida, pues están como ovejas sin pastor?
Porque este es el retrato y la definición, no solo de lo que pasaba por aquel entonces, ni de lo que había ya pasado en tiempos de Jeremías, sino de lo que está pasando hoy/ahora en España. Y que ha pasado antes, y ya está instalado de largo y de lejos, en muchos otros países de la Europa, antes católica: hoy, erial, espiritualmente hablando.