Pues vamos con la Unidad de la Iglesia.
Porque da toda la impresión de que, también en la Iglesia (antes, toda Ella) Católica, en este tema “cuecen habas”.
Es decir, que también desde dentro de Ella, las víctimas son las unicas que, al parecer, tienen que poner siempre la otra mejilla para que se mantenga la tal Unidad. Por su parte, los verdugos -que los hay, y son los que rompen esa Unidad-, cada vez están más jaleados; incluso premiados.
Porque, si para mantener la Unidad, las víctimas son las que tienen que callar, aceptando como bueno todo lo que sale de Roma, por el único argumento de que “viene de Roma", firmado incluso por el Papa; mientras que los que han montado un pollo universal, rompiendo con Tradición y Doctrina…, a todos esos, que se sabe quienes son -es que firman, aplauden públicamente, jalean, etc.-, no se les recuerda el tema de la Unidad… Algo pasa. Y no es sano ni bueno: por sus frutos los conoceréis.
Es que deben ser -los tales, los rompedores con todo-, unos santazos; que lo destrozan todo, sí: pero asienten, interna y externamente, a lo que parecen avalar las firmas. ¿Este es todo el horizonte de la Unidad en la Iglesia, antes Católica toda Ella?
¿Y la Unidad en la Verdad? ¿Y la Unidad en la Doctrina? ¿Y la Verdad en la Fe? ¿Y la Verdad en la Caridad? ¿Todo esto se vive “obedeciendo” a las firmas únicamente, sin molestarse en mirar qué avalan?
Porque las firmas tienen valor como avales de lo que firman. Si lo que rubrican repugna directamente con lo recogido en los anteriores interrogantes, en conciencia hay que resistirlas; y hay que recordar la Doctrina que hieren; hay que fortalecer las conciencias y las almas de las buenas gentes, pastores y ovejas, ofendidas por esas firmas, y no dejarlas a los pies de los caballos… Nada de que “ya el Espíritu proveerá”. O es que “son los signos de los tiempos”.
Esto no es católico. Ya lo siento. Porque la obediencia indebida, no lo es. Se adorne como se adorne; incluso agarrándose a grandes proclamas -la Unidad, la Obediencia de la Fe, la Comunión, etc.- que, por defender a las firmas, se retuercen y se usan malévolamente. Siendo conscientes de ello o no: el resultado es el mismo. Y, a estas alturas, es imposible no ser consciente de lo que se ventila.
Por otra parte, cuando los miembros de la Jerarquía se sienten ofendiditos porque inferiores suyos “se echan la Iglesia -la Auténtica: Una, Santa, Católica y Apostolica- a la espalda”, y dicen lo que sus superiores callan o disimulan; y, ofendiditos y serios, se lanzan contra sus inferiores para que callen; sería mucho mejor, para ellos mismos y para la Iglesia, que asumiesen que deben hablar lo que están callando; y deben callar lo que están hablando. De este modo, nadie les sustituiría ante sus ovejas, a las que se deben, por cargo y por vida.
Irrumpir, metiendo el miedo en vidas y conciencias de sus inferiores, es un auténtico abuso de poder: la peor injusticia que puede obrar un Superior en el ejercicio de su potestad.
Por otro lado, meterse con sus inferiores, a los que se deben, callando sobre sus colegas que se han pronunciado públicamente en contra de la FS, es un ejercicio muy poco noble: y quedan muy poco airosos, la verdad.
Además, ¿por qué no manifiestan los motivos por los que sus iguales sí se han pronunciado en contra y ellos no? ¿Romperían la unidad y la comunión? ¿Por qué no recordarles a sus compañeros de Jerarquía lo que si recuerdan a sus inferiores, para que callen y retrocedan?
El bien de la Paz, y/o de la Unidad, no se pueden lograr a base de machacar la Verdad que está en Dios . Y este modo de actuar también se carga la Caridad.
Vamos a rezar por todos y por todo en la Iglesia Católica. Nos hace mucho bien a todos.