"Cómo se ha prostituido la ciudad fiel, Sión!"
Isaías clama, con voz desgarradora, por la terrible perversión de la Ciudad Santa por excelencia: Jerusalén. Por pura elección divina.
Y es Dios mismo quien eleva este lamento por boca de su Profeta. Que para éso está, inequívocamente.
Sigue Isaías: “Tan llena de Justicia! Moraba en Ella el Derecho; ahora, en cambio, asesinos!".
Qué horror había pasado allí, para que el Señor la repudiase de esta manera tan categórica?