Juan Pablo II Magno - Libertad
Serie “Juan Pablo II Magno“
Seguramente la libertad es el don que, entregado por Dios a los hombres, más identifica la posibilidad de comportamiento del ser humano. Libres somos y, por tanto, también libres para elegir amar a Dios y al prójimo o no hacerlo.
Por eso, dice Juan Pablo II Magno, que “La libertad es un don grande sólo cuando sabemos usarla responsablemente para todo lo que es verdadero bien. Cristo nos enseña que el mejor uso de la libertad es la caridad, que se realiza en la donación y el servicio” (Encíclica Redemptoris hominis, 1979, 21)
Así, y de forma muy distinta a como se suele presentar, nuestro proceder no está limitado ni capitidisminuido por el Creador sino, al contrario, fomentado por su Amor y Misericordia.
Para clarificar esto, en la Encíclica Veritatis Splendor (VS) (35) dejó dicho el Papa polaco que “La ley de Dios, pues, no atenúa ni elimina la libertad del hombre, al contrario, la garantiza y promueve. Pero, en contraste con lo anterior, algunas tendencias culturales contemporáneas abogan por determinadas orientaciones éticas, que tienen como centro de su pensamiento un pretendido conflicto entre la libertad y la ley. Son las doctrinas que atribuyen a cada individuo o a los grupos sociales la facultad de decidir sobre el bien y el mal: la libertad humana podría ‘crear los valores’ y gozaría de una primacía sobre la verdad, hasta el punto de que la verdad misma sería considerada una creación de la libertad; la cual reivindicaría tal grado de autonomía moral que prácticamente significaría su soberanía absoluta”.