14.08.21

La Palabra para el Domingo – 15 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 15 sino sábado, 14 de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

 Lucas 1, 39-56

 

“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’

46 Y dijo María: ‘Engrandece mi alma al Señor  47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, = por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, = Santo es su nombre = 50 = y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. = 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y exaltó a los humildes. = 53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió a los ricos sin nada. 54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia = 55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.’

56 María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.”
 

COMENTARIO

 

Magnífica Madre

 

Cuando María, una joven judía que había recibido la visita de Gabriel, el Ángel del Señor, dijo sí a la propuesta del enviado por Dios supo, de inmediato, que tenía que acudir allí donde era necesitada y que no era otro lugar que junto a Isabel, quien estaba esperando un hijo según se le había comunicado.

Este gesto que puede parecer poco importante denota, él mismo, que el ansia de servir a los demás fue manifestación temprana de quien iba a ocupar un lugar importante en la historia de la salvación.

Mucho se confirma cuando Isabel le dice a María que había notado como el hijo que llevaba en su seno, que, a la sazón sería Juan el Bautista, “saltó de gozo” en su vientre pues no sólo la visitaba una prima sino, sobre todo, “la madre de mi Señor”. Esto indica, por otra parte, que el Espíritu Santo había hecho todo lo posible para que Isabel fuera consciente de que lo que decía, lo sentía y que reconocía a las dos personas que estaban ante ella: María y Jesús que sería así llamado como bien dijo Gabriel a la Madre.

Pero, como cumpliendo lo que años después dijera Jesús a sus discípulos en el sentido de que, en algunos momentos se les diría, a través del Espíritu Santo, lo que tendrían que decir, se anticipa tal situación. María, en su expresión, llamada Magnificat, demuestra que es bien cierto que sólo pudo ser la Tercera y Santísima Persona la que, a través de los labios de la desposada de José, manifestara tanta sabiduría y tanto conocimiento.

No me puedo resistir a poner, aquí mismo, el Magnificat por mucho que esté arriba.

Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.

Llama a Dios salvador porque salvó, porque salvará, al mundo, de la tragedia y la fosa de la que tanto habla el salmista; se llama María esclava, entrega a Dios, porque se siente, a lo mejor, la última de las mujeres y así, la primera de las siervas del Creador y es profeta por saberse bienaventurada por los que han de venir.

Por otra parte, al respecto de Dios, reconoce la misericordia que le ha llevado a perdonar las ofensas que su pueblo elegido le infirió; distingue entre riqueza material y riqueza de corazón y, por eso, a los soberbios los dispersa y a los ricos los derriba para poner en su lugar a los humildes, verdaderos reyes en el reino de Dios porque tal es su primera ley, la de la cariad y el amor.

Y, sobre todo, en cumplimiento fiel de lo que prometió, no abandonó a Israel suscitando, entre los suyos, a quien supo, con su Fiat, hacer posible que Su plan se cumpliera.

Dice, además, san Lucas que María permaneció con ella unos tres meses” que debieron ser los que faltaban para el nacimiento de Juan (Pues Gabriel le había dicho, como recoge Lucas “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios”). Y esto supone que tuvo que estar presente en el nacimiento del que iba a ser último profeta del Antiguo Testamento y bautista del Hijo del hombre, Cordero de Dios y Dios hecho hombre.

No es de extrañar, por tanto, que María ascendiese al cielo en cuerpo y alma.

PRECES

Por todos aquellos que no conocen a María o que, si la conocen, no comprenden la importancia de la Madre en la salvación eterna.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a buscar a María, a encontrar a María, a amar a María

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

12.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo- 2 – Y les enseñó lo creado y su ser

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

 

Apenas había pasado una semanas y ya había ansia en aquellos escuchadores de cuentos antiguos. Querían saber más de aquel Principio y de la música de la que surgió todo.

-Entonces, ¿qué pasó?, preguntó uno inquieto.

-Sí, sí, ¿qué fue lo que pasó desde el enfado de Melkor?

El narrador suspiró, dándose cuenta de que no podía tardar más en seguir contándoles lo que sucedió. Y eso fue lo que hizo.

Ya sabéis que en el Principio Eru creó a los Ainur y que Melkor era de los más poderosos. Sin embargo, eso no le bastaba porque quería crear por sí mismo y que llamaran Señor. Y por eso quiso hacer daño a lo que hacían sus hermanos que también habían sido creados por Ilúvatar.

Sabéis que por mucho que Melkor quisiera ser poderoso había sido creado por Eru y por eso no podía ser más importante que quien lo había creado.

Creyó Eru que lo mejor era alejarse de aquel lugar e hizo eso. Los Ainur lo siguieron hasta que llegaron al Vacío.

Y entonces, el Creador les dio el poder de ver porque hasta entonces sólo podían oír. Y les enseñó lo que, con su música habían creado.

-¿Y era bonito todo aquello?, quiso saber un impaciente.

-¿Y había árboles y ríos y montañas y…?

-Tranquilos, tranquilidad… que todo llegará poco a poco.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Pues sí, en aquel lugar apareció ante los ojos de los Ainur lo que habían creado a través de su música porque hacer aquella música no era sólo crear bonitas melodías sino que a través de ellas se iba creando lo que ahora estaban viendo.

Y vieron un globo que estaba en el Vacío pero el globo no era el Vació sino que estaba en él.

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10.08.21

Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Dios perdona y construye desde nuestra nada

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) –3 – Dios perdona y construye desde nuestra nada

 

“Eres, Señor, de un azul destacado por estrellas y lo que entre nosotros domina son las piedras, pero Tú no nos desechas, porque de una dureza se pueden hacer unos cimientos, donde levantar un muro y construir una morada. Nuestro solar, Bueno Dios, para que Tú nos hagas esa América que nunca por sí pudiéramos alcanzar.” (Mesa redonda con Dios, p. 215)

 

¡Qué bien conoce Lolo la diferencia existente en Dios, Creador nuestro, y nosotros!

Para Manuel Lozano Garrido el Señor vendría a ser como un cielo azul que es cuando consideramos, y decimos, que hay “buen tiempo”. Dios, pues, es para nosotros ese buen tiempo que llena con su Amor y que con su Amor ama a sus hijos.

Cuando el cielo está azul sabemos que no hay nubes que lo enturbien. Y eso ha de ser Dios para nosotros: un cielo donde nada estropea un tiempo así. Y si, además, hay estrellas que iluminan la noche… en fin, como se diría en la Santa Escritura, es como miel sobre hojuelas o, lo que es lo mismo, lo mejor sobre lo bueno. Y así es Dios, según el Beato de Linares (Jaén, España)

Nos dice Lolo, conociendo la naturaleza del hombre, que en nosotros predominan “las piedras”. Y eso ha querer decir muchas cosas como, por ejemplo,

-que tenemos el corazón demasiado duro, como un piedra,

-que nosotros mismos nos ponemos piedras en el camino,

-que también somos excesivamente duros con nuestro prójimo.

Nosotros, en efecto, somos piedras o, mejor, en nosotros predomina tal forma de ser porque tampoco podemos afirmar que siempre seamos así. Pero sí, una forma generalizada de comportarnos es, eso, siendo “piedras” en el sentido que creemos que eso significa.

A pesar de eso, de que en nosotros domine tal forma de ser, nos dice Lolo que Dios no nos rechaza. Dice a Dios que Él no nos rechaza pues ya sabemos qué haríamos nosotros en caso de que alguien se nos presentara de tal guisa, en forma de “piedra” del corazón…

Es más, no es que no nos rechace Dios (que ya es bastante) sino que aprovecha de lo malo que tenemos, además, para construir algo bueno y/o mejor. Y es que sí, eso duro que muchas veces somos, a partir de eso, el Creador (que todo lo puede) puede servirle al Señor para elevar una casa donde poder morar y sobre tal casa espiritual, en fin, poder ser muy a pesar de cómo somos, de tales “piedras” de las que habla el linarense universal.

Eso sí, debemos tener confianza absoluta de que Dios es capaz de hacer en nosotros lo que sus hijos no somos capaces de hacer. Y es que, como bien dice Lolo, somos como un “solar” o, lo que es lo mismo, como sobre lo que se puede construir y hacerlo, así, mejor que sin la colaboración del Todopoderoso.

Podemos decir que tan necesaria es la confianza que debemos tener en Dios que sin Él, como bien sabemos, no podemos hacer nada y por eso mismo es totalmente necesaria la intervención del Creador que todo lo hizo y mantiene. Así, como dice Lolo, podremos alcanzar el Cielo que, nosotros creemos, es la “América” de la que habla nuestro amigo: siempre confiando en Dios, tal debería ser nuestro lema de vida y serlo para siempre y siempre. 

Es verdad que Dios nos perdona y, aunque eso haya quien no lo crea, prefiere que no volvamos a pecar pero sí, nos perdona no sin olvidar (no puede del todo) que debemos contraponer al pecado una pena y, en efecto, la mayor de todas es sabernos alejados de Dios pues a eso llamamos, también, infierno.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

9.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Eutanasia: cuando matar sale gratis

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Creo que deberíamos empezar con esto que procede del Juramento Hipocrático:

“Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo”.

Esto lo decimos porque está más que claro lo que eso significa y, luego, está más que claro lo que debería pasar. Sin embargo, ya sabemos qué posibilidades tiene el poder de influenciar en el pensar de las personas y, en este caso, en las que ejercen la medicina.

El caso es que en esta democracia en la que vivimos, nos movemos y existimos, tiene unas cosas muy raras que llaman la atención. Por ejemplo, se tiene la extraña manía de sostener que es por bien de las personas por las que se establecen normas que tienen como resultado la muerte de los seres humanos: unos sin culpa alguna, como es en el caso del aborto; otros también sin culpa alguna, como en la eutanasia a la que llaman, seguramente con ironía, “muerte dulce”.

Nosotros creemos, sin embargo, que esto no está ni medio bien. Y es que aunque diga la zarzuela que las ciencias avanzan que es una barbaridad, nada dice la misma obra musical acerca de que la ciencia se utilice para hacer daño, para fomentar el Mal y para comportarse como verdaderos seres humanos deleznables quienes se sirven de la misma para matar, así dicho sencillamente.

Seguramente lo van a cubrir todo con el velo de la bondad y, lo mismo que hicieron en su día y ahora mismo hacen con el aborto haciendo uso de casos concretos y muy bien buscados, van a manifestar que para el enfermo grave es mejor actuar como quieren los matarifes que se actúe. Y es que es ya preocupante costumbre (mala o desaguisada como se decía siglos atrás donde las cosas, en la cristiandad, se hacían de otra forma…) que siempre se busque una excusa para echar un velo sobre la verdad de las cosas aunque bien sepamos que las cosas no son como dicen que son sino, justamente, todo lo contrario.

Ciertamente, es seguro que hay otros métodos de tratar a quien se encuentra en situación grave en cuanto a su enfermedad y sufrimiento. A lo mejor, se le pueden aplicar cuidados paliativos para que el sufrimiento no sea tan grande.

Sin embargo, hay quien piensa que a grandes males hay que aplicar grandes remedios y que lo mejor es facilitar, imponiendo el final de la vida, el tránsito al otro mundo.

No podemos negar que las personas partidarias de lo que aquí se trae están más que seguras que es lo mejor para el enfermo y, hasta es posible que, partiendo de eso se llegue a la situación según la cual se pueda facilitar la muerte a quien, sencillamente, esté cansado de vivir, esté pasando por una depresión o, en el máximo de los supuestos, simplemente porque le dé la gana terminar con su vida pues ya sabemos que cuando se abre la caja de esa tal Pandora cualquier cosa puede suceder y, claro, acaba sucediendo.

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7.08.21

La Palabra para el Domingo - 8 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 8 sino sábado, 7 de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 6, 41-51

 

“41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: ‘Yo soy el pan que ha bajado del cielo.’ 42  Y decían: ‘¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?’ 43 Jesús les respondió: ‘No murmuréis entre vosotros. 44 ‘Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: = Serán todos enseñados por Dios. =Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.’”

 

COMENTARIO 

Jesucristo es el alimento para la vida eterna y no hay otro

 

Jesús tenía que cumplir la misión para la que el Padre le había enviado. Ni podía callar acerca de lo que debía hacer ni podía escudarse en ningún tipo de respeto humano para salir bien parado ante el mundo. 

El Hijo de Dios dice cosas muy importantes en este diálogo que mantiene con otros judíos que no le querían bien y que pretendían menospreciarlo. Dicen, por eso mismo, como haciéndolo de menos, que conocían a sus padres y era de esperar, eso creían ellos, que del Mesías no se conocería más que era el enviado de Dios pero no su, digamos, familia. Pero en eso estaban bastante equivocados, como muy bien sabía Jesucristo. 

Jesús era Quien era y, si se daba el caso (y si no, también), no lo ocultada. Como ahora era una ocasión muy buena para dejar claro qué había venido a hacer, no la pierde y hace lo único que podía hacer: decir la verdad. 

A Dios, en efecto, no lo ha visto nadie que pueda atestiguar que lo ha visto cara a cara. Sin embargo, Cristo sí lo ha visto porque es Dios hecho hombre. Por eso, en tal sentido, ha visto el rostro del Padre y, aunque decir eso suponía mucho en su contra, no puede callar lo que es cierto y verdadero. 

Por ejemplo, que hay que creer en Él para tener al Padre consigo. Y esto es una forma convincente de sostener que Cristo y Dios están más cerca de lo que muchos de sus contemporáneos pensaban y estaban en la seguridad de creer. 

Pero Jesús dice mucho más. Y es que siempre aprovecha la oportunidad para predicar y enseñar la Verdad. 

No es sólo el Hijo de Dios, al que ha visto, sino que es el pan. 

El pan es una comida, era entonces seguramente más que ahora, esencial en la vida de una persona (no debía haber tanta preocupación por las dietas alimenticias…) Pero el Pan que es Cristo es mucho más que un alimento que da la vida en esta tierra como, por ejemplo, fue el maná que comieron los antepasados de los que hablan con Él. Cristo es el Pan que da la vida eterna y sin él no hay tal vida. Así se sencillo y de fácil de entender.

 Anticipa, con estas palabras, la creación de la Santa Misa o Acción de gracias y su propio sacrificio. Así, Cristo dice que su carne la da por la vida del mundo y, además, que con ella, se vive para siempre, siempre, siempre. 

Aceptemos, pues, la carne de Cristo y la sangre de Cristo como instrumento espiritual que nos garantiza la vida eterna la cual, por cierto, es anhelada por el ser humano desde que sabe que Dios es Dios. 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por aquellos que no quiere tener a Jesús como el Hijo de Dios. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por aquellos que no aceptan la carne de Cristo como Pan de vida eterna. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN 

Padre Dios; ayúdanos a tener el convencimiento más absoluto en las palabras de Cristo.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

5.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo – 1- La batalla del Principio

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

La batalla del Principio

Nada ni nadie había antes que Eru, llamado también Ilúvatar, pues todo fue creado por Él. Y empezó por el principio en aquel Principio de todo.

Y Eru creó a los Ainur, espíritus superiores de entre los que vendrían a ser creados por el corazón y la mano de Ilúvatar.

Quiso Eru que aquellos que había creado tomasen parte en la aparición de todo. Y les propuso que elaborasen una música especial con la que todo aparecía porque todo surgió la música. Y por muy extraño que nos parezca a nosotros, los hombres, única raza que queda de las que hubo entonces, ciertamente eso fue lo que pasó según cuentan antiguas historias que incluso podríamos llamar viejas.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Y aquel contador de historias continuó pues todos lo miraban con ansia de conocer, de saber cómo habían sido aquellos primeros tiempos de los que todo vino a ser lo que hoy es, Edades de por medio, por supuesto.

El fuego, reavivado varias y muchas veces, hacía que el ambiente fuera agradable, acogedor, y no había allí nadie dispuesto a marcharse.

- ¿Y qué pasó entonces?, preguntó el hijo pequeño de Hirum.

- Paciencia, paciencia pequeño. Pues fue esto.

Marcin Witkowski on Twitter: "#Eru #Iluvatar #silmarillion #Tolkien… "

Como he dicho antes, Ilúvatar quiso que fuese lo que no había sido hasta entonces y creó a los Ainur. Eran poderosos y obedecían en todo a su Creador. Bueno, pero no todos, no todos, pues había uno, al que llamamos Melkor y luego llamaríamos Morgoth, que no estaba de acuerdo ni con la música propuesta por Eru ni con los acordes que los demás Ainur habían sometido al apreció de Ilúvatar ni con nada de aquello. Él quería improvisar según su gusto que, como sabemos, no era nada diáfano sino todo lo contrario.

Quería ir por libre e hizo su música. La verdad es que a nadie le gusto aquella forma de interpretar la melodía que les había dado Eru para que, con ella, hiciesen su música. Y era discordante porque había tomado del Vacío Exterior lo negro y eso no era buena cosa para lo que debía crearse.

Ciertamente, podemos decir que Melkor era, al fin y al cabo, un pobre Valar porque su ansia de poder lo desgajó de aquel mundo perfecto que estaba naciendo y luego, como todos sabéis, pasó lo que pasó a lo largo de las Edades que han pasado desde aquel primer entonces y ahora, cuando os cuento esto para que nunca olvidéis que es buena cosa mirar para otro lado cuando Erú sostiene una cosa y que no es nada perfecto hacer, justamente, lo contrario…

Sabéis muy bien que Melkor no era un Ainur cualquiera sino que Eru le había dado los dones mejores de los que podía dar Ilúvatar. Y también el mejor conocimiento además de contar, para sí, con algunos de los dones que le habían sido otorgados a sus hermanos. Por eso era a quien más se le podía exigir obediencia a Quien todo lo había hecho, también, por él. Pero no fue así.

Melkor visitó demasiadas veces el Vacío. Y lo hizo porque quería tener para sí la Llama Imperecedera y así poder crear, él también, como lo hacía Eru. Pero no la encontró pues sólo está con Ilúvatar y no estaba al alcance, ni siquiera, de un tan poderoso Valar.

Melkor | Wiki | El Señor De Los Anillos JRRT Amino

Lo que le pasaba a Melkor es que no quería que el Vacío estuviese, así, vacío. Y lo que consiguió fue que, al estar en tantas ocasiones sin la compañía de los otros Ainur empezó a pensar según su negro pensamiento. Y empezó a tejer en su corazón venganzas y odios.

Y con todo aquello que Melkor llevó del Vacío compuso una música que tanto discordó con la de los demás que sustentó una verdadera batalla en la que la tormenta y el desvarío tomaron el lugar del orden y de lo bien hecho. Y eso impacientó a Eru e hizo cesar, de inmediato, la música. Y lo hizo airado contra Melko porque sabía que había sido él y no otro quien había protagonizado aquel desorden que tanto daño estaba haciendo a los demás Ainur y, por tanto, a la misma creación.

Y entonces Eru dijo algo que daño mucho el orgullo de Melkor y que sería el origen de todo el Mal que luego promoción: todo viene de Ilúvatar y nada de lo que se haga puede hacerse sin ser Él la fuente.

Y Melkor tomó aquello no sólo como una acusación sino, sobre todo, como un reto que nació de la vergüenza que sintió por haber sido descubierto.

- Y por hoy ya es suficiente, niños. El próximo día continuaremos con esto que no es una historia o un cuento para entretener sino lo que, verdaderamente, pasó.

Y no nos despedimos sin decir que hubo una general queja de los pequeños.

(Continuará)

 

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

3.08.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios, Padre.

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios Padre

 

“Y, sin embargo, ¡qué sed, qué sueño y qué felicidad de Ti! No es lo malo morir, que ha de ser un día más o menos lejano, sino vivir sorbidos desde tu felicidad o atronados por tu llamamiento y tener que caminar como las tortuguitas, con su carga a cuestas, con su carga a cuestas y el paso lento y cansino.” (Mesa redonda con Dios, 215)

 

Seguimos con este texto perteneciente al capítulo “Dios al volante” en el que el Todopoderoso está más cerca de sus hijos que nunca porque cae, digamos, como dice el título de esto, “en paracaídas”. 

Como reconoce el Beato de Linares (Jaén, España) es difícil, por según cómo somos, alcanzar el corazón de Dios. Sin embargo, lo que no cabe la menor duda es que sí es posible tener algo que a nadie se nos puede negar: ansia del Padre. 

Como pasa, por lo general, con los santos y personas especialmente fieles y devotas, y sin confundir lo que eso significa de cara a su vida y existencia en el mundo, existe un ansia de Dios que va tan más allá del más acá que se manifiesta en querer estar cerca de Dios, pero cerca y más que cerca. Y ejemplo de esto es el tan conocido “muero porque no muero” aunque, decimos, no hay que equivocarse al querer entender esto como la manifestación de un querer “quitarse de en medio” para estar con Dio pues eso no es ni permitido por el Creador ni debe ser querido por ningún hijo suyo. 

Buenos, pues una vez aclarado esto, digamos que Lolo dice que tiene esto refiriéndose a Dios al ansiar querer su cercanía

 

1. Sed 

2. Sueño 

3. Felicidad

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2.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Sobre símbolos y creencias cristianas

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

El camino de Jesucristo fue uno de enseñanza.

Así, su incansable labor de dar a conocer la Palabra de Dios, el verdadero sentido de la Ley que su Padre dejó dicha para la vida del hombre lo fue para que, al fin y al cabo, aquellos duros y pedregosos, corazones, se transformaran en órganos del espíritu suaves, tiernos, blandos y refractarios a todo lo malo e insidioso del mundo, liberados voluntariamente de las asechanzas de las que, tantas veces, no nos vemos libres. Y, desde entonces, una tradición ha ido transmitiéndose de generación en generación que es, ahora mismo, válida como lo fue entonces o, a lo mejor, más aún por la persecución actual de la misma y hacia la misma por parte del Mal.

Podemos preguntar, a tal respecto, si es que hay algo malo en transformar los corazones. Y lo preguntamos porque no es lo mismo ni es igual tenerlo de una forma o de otra, ser duro o tierno, de piedra o de carne…

Nosotros, desde aquellos primeros nosotros hasta los hoy actuantes en la fe en Cristo, es posible que solamos andar por caminos no muy proclives al apostolado; a ser, por así decirlo, apóstoles modernos y a difundir, cada uno de la forma que pueda o Dios le dé a entender, el mensaje claro que Jesucristo vino a traer: el amor, Ley suprema del Reino de Dios, que ha de reinar en nuestras relaciones de criaturas suyas y, por eso, hemos de cambiar a aquella norma divina; es posible que nos ausentemos de la defensa de los valores cristianos y huyamos, así, de esa obligación que tenemos como discípulos del Maestro de Nazaret y Mesías esperado. Y esa es nuestra cruz y, claro, su Pasión.

¿Qué hay de malo en no cejar en la transmisión de tal testimonio y tal doctrina?

Por otra parte, el camino de Jesús también fue un camino de incomprensiones, trufado con las maledicencias que sobre Él se proferían, rescatando del fondo más oscuro del corazón del hombre acusaciones sin fundamento pero fundadas en la perversión de la Ley de Dios; de interpretaciones insanas de la doctrina que proclamaba porque tenían miedo de lo que podía significar en sus vidas y de la responsabilidad que se derivaba de todo aquello. Fue, por eso mismo, un andar donde muchas de las piedras que en el camino se intentaron tirar contra su persona haciendo, queriendo aniquilar, ¡de la forma que fuera!, el verbo limpio y el claro mensaje, dieron donde querían. Y ante esto no se arrepintió de lo dicho, ni se vino abajo, ni dejó de hacer lo que debía. Y la tradición fue tomando forma, en cada persecución y en cada asechanza.

Pero nosotros, conocedores del mundo, del momento que nos ha tocado vivir, sabedores de los lobos y las serpientes que tenemos alrededor preparadas para asestarnos lo que creen el golpe definitivo, también nos enfrentamos a incomprensiones y toda clase de ausencias de percepción de nuestra existencia y la existencia de nuestra fe; también podemos, somos, acusados de perturbaciones sin cuento y de todo lo malo que, en espíritu y en conciencia, pueda suceder en el mundo: oscurantismo, tenebrismo, ir contra el “progreso”, de ser reaccionarios, etc. Y ante esto también podemos optar, como le sucedió a Jesús, por dos formas de actuar:

-Permanecemos impertérritos ante lo que nos sucede y seguimos adelante contra viento y marea: somos fieles a Dios y a nuestra fe cristiana y cumplimos con nuestra obligación de hijos del Todopoderoso que ama y tiene por buena una Tradición que se inició con su propio Hijo.

-Cedemos a las influencias malsanas del ambiente subjetivista y relativista, además de nihilista y conformista, que nos rodea y nos dejamos vencer por todas esas malformaciones del corazón. Aquello es nuestra cruz y nuestra reacción, a veces, la Pasión de Cristo: somos light, muelles, acomodados al qué dirán y políticamente correctos.

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31.07.21

La Palabra para el Domingo - 1 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 1 de agosto sino sábado, 31 de julio de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

  

Jn 6, 24-35

 

“24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las  barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: ‘Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?’ 26 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello’.

28 Ellos le dijeron: ‘¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?’ 29 Jesús les respondió: ‘La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado’. 30 Ellos entonces le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer’. 32 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33 porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. 34 Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. 35 Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.’”

 

COMENTARIO

Buscar a Cristo y entenderlo

 

Es bien cierto que muchos buscaban a Jesús. También es cierto que no siempre lo buscaban por espirituales razones. 

El Hijo de Dios los tenía bien calados. Y queremos decir con esto que conocía, humanamente hablando, a los que iban detrás de Él o tras Él. Y no siempre era bueno el resultado de tal conocimiento. 

Cuando aquello del milagro de la multiplicación de los panes y de los peces a muchos se les debió alterar más el estómago que el corazón. Y es que si aquel Maestro hacía eso…  ¡Sería bueno ir tras Él! 

Pero Jesucristo entiende las cosas espirituales como deben ser entendidas. Y no se equivoca con ellas porque conocer más que bien la voluntad de su Padre Dios Todopoderoso. 

La atención la pone Cristo sobre lo que importa y no es, precisamente, lo que es perecedero. 

La vida eterna, aquella que dura para siempre no es, por eso mismo, perecedera. No. Nunca termina. Y es la que se debe buscar. Y lo otro, lo que pasa y muere no tiene tanta importancia como le daban aquellos otros nosotros y, ahora mismo, nosotros mismos. 

Debemos trabajar y obrar para el alimento que nunca muere. 

La pista sobre qué es tal alimento nos lo da el mismo Hijo de Dios. Ni quería entonces ni quiere ahora que hagamos excesivas elucubraciones teológicas. No. Lo dice todo bien claro: el alimento que no perece lo da el Hijo del hombre. Es decir, Él mismo.

Sobre esto puede haber duda alguna. No hay nadie, ni ha habido antes de la llegada del Mesías, ningún otro ser humano que lleve, sobre sí, el sello de Dios ni nadie, por tanto, que pueda ser capaz de hacer lo que en su día hizo su Hijo. Por eso era tan importante escuchar lo que decía y, luego, ponerlo por obra. 

Aquellos querían saber más. A lo mejor, seguramente, no habían acabado de entender aquello del alimento que nunca muere, etc. Y preguntan. 

Creemos que, con franqueza, ellos querían saber para hacer según les decía aquel Maestro al que muchos querían de verdad. 

Lo que debían hacer era sencillo: creer en el Hijo del hombre, en Aquel que les estaba hablando. 

Ellos, sin embargo, aún no acaban de creer. Son duros de corazón. 

Seguramente todos los presentes sabían lo del maná que, como alimento y ante el ruego del pueblo elegido por Dios, salvó la vida a los que no acababan de confiar en Aquel que les había sacado de muy malos momentos. 

Aquel maná, sin embargo, no era cosa de Moisés. Es decir, no fue el profeta quien les procuró el alimento. No. Fue Dios mismo el que, ante la situación por la que pasaba su pueblo, envió la salvación en forma de alimento. 

Ellos, sin embargo, atribuían a quien les llevó por el desierto, aquel milagroso hecho que tantas vidas salvó. 

Pero Jesucristo sabe que no todo es como pueda aparentar ser. Y ellos, quiere comer del pan que les anuncia porque, según entienden, es que les va a traer la salvación. Sin embargo, no acaban de comprender del todo lo que les dice el Hijo de Dios. 

El Mesías no dice nada que no se pueda entender: Él es el pan bajado del Cielo. Por eso, deben acudir a Él y aceptarlo como el Hijo de Dios enviado por el Creador al mundo para que el mundo se salve. 

No tener nunca hambre y no tener nunca sed. Y es que una promesa como esa sólo la puede hacer quien sabe que puede cumplirla. 

 

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que dudan acerca del Pan bajado del Cielo. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no saben ver la salvación que hay en Cristo. 

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

 

Padre Dios; gracias por haber enviado a tu Hijo para que fuera el pan bajado del Cielo. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

29.07.21

Ventana a la Tierra Media – Eru o Ilúvatar

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En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y estuvieron con él antes que se hiciera alguna otra cosa.

 

Estas son las primeras palabras de “El Silmarillion” y corresponden al capítulo titulado “Ainunlindalë” y subtitulado, explicando muchas cosas, “La Música de los Ainur”. 

Hay, por tanto un principio de toda la subcreación que J.R.R. Tolkien lleva a cabo mediante la intervención del Eterno pues siempre existió, antes, durante y después. 

¿Qué quería hacer Eru? 

¿Cuáles eran sus intenciones? 

¿Dejó que uno de los Ainur se le fuera de las manos? 

Estas preguntas, claro, requieren respuesta pues, de otra forma, todo esto quedaría algo así como huérfano de un qué, de unas razones, de unos motivos, sobre todo de éstos. 

En primer lugar, Ilúvatar debió querer ser generoso y no egoísta. Si existía él y existía solo… en fin, como que no podía, siquiera, conversar con nadie. Y entonces creó a los Ainur para, al menos, tener con quien echar un parrafillo de vez en cuando.

 Y entonces hizo a los Ainur que eran vástagos de su pensamiento. Y cuando el autor del libro nos dice eso está queriéndonos decir que descendían directamente de Quien los creaba y, por tanto, no los había hecho extrasímismo, si se puede decir así. 

Y, entonces, aquellos que brotaban del pensamiento de Ilúvatar, vinieron a ser como los brotes que nacen de una planta que, así, renueva su propio ser. Y fueron otros teniendo en sí la esencia del que habían salido, vástagos de un poderoso ser que existía desde siempre. 

Esto fue así, es así porque lo podemos leer. Pero, de todas formas, Eru debió tener algunas intenciones para que aparecieran los Ainur, aquellos primeros de entre los existentes que luego vinieron a ser y a existir. 

A nosotros se nos ocurren, por ejemplo, éstas: 

-Porque quería que los Ainur fueran instrumento de la subcreación. 

-Porque les iba a otorgar el don de hacer aparecer realidades. 

-Porque quería que su voluntad se recondujese a través de aquellos seres. 

-Porque esperaba el posterior desarrollo armónico de lo que llenó el vacío. 

En realidad, la intención suprema de Ilúvatar al hacer que nacieran aquellos vástagos de su pensamiento fue hacer posible lo que, hasta entonces, no era ni existía. Y así se verificó luego de entonar los temas que les propuso a los Ainur aunque en alguno de ellos hubiera un discordante, origen de todo mal y de todo el Mal posterior y cuyo nombre no vamos a citar, siquiera, aquí. 

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