En el camino que nos lleva a Dios, a quien ansiamos y a quien buscamos en nuestra vida ordinaria, tiene una notable importancia esa relación directa que establecemos con Jesucristo, hermano nuestro, con María, Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, con el Espíritu Santo, aliento de Dios y, por último, con el Ángel Custodio que Dios destinó para que nos guardase. Es por esto que en esta relación tan especial que supone, más que nada, el hecho de orar o de rezar, cabe indicar un, a modo, de “itinerario de oración” como posibilidad de establecer un contacto vivificador con aquellas personas que son, para nosotros, un hilo conductor de impagable valor espiritual.
Así, y por esto podríamos establecer un “camino de interioridad”, podríamos decir, mediante el cual, invoquemos, en cada ocasión, a quien creamos indispensable para nuestra vida, en solicitud de intercesión, ayuda, auxilio.
Por otra parte, de las oraciones que en la serie “Itinerarios de oración” van a ir apareciendo, una de ellas, en cada número de la serie, corresponde a una que lo es de uso común entre los creyentes católicos y el resto han sido creadas por el autor de la serie. Lo son, por lo tanto, de uso privado y no han tenido aprobación de organismo eclesiástico alguno.
VIRGEN MARÍA
María, Madre de Jesús y Madre nuestra, es, como ella misma dice siempre, solícita. Por eso al dirigirnos a María hemos de saber que su naturaleza misma, su sentido de la maternidad, amante y amadora, recibe con alegría el hecho de mismo de buscar gozo en su invocación, permanencia en su corazón y ansia de recibir su amor.
María, intercesora ante su Hijo, Jesús, siempre está esperando que nos dirijamos a ella cuando estamos necesitados de esperanza, ansiosos de una vida que sólo puede dar esta mujer elegida por Dios, desde su siempre, para ser su madre. En María podemos buscar, y encontrar, ese rostro de la luz de Dios reflejado en sus oraciones, en las súplicas que se dirigen por quienes imploran esa intercesión propia de la Esposa del Espíritu Santo, seguros de que su respuesta será la única posible: sí. Orar con María, orar hacía María, orar para María, y orar porque su corazón es nuestro corazón, su mirada ha de ser guía de la pasión que dirige nuestros pasos.
ORACIÓN PARA INICIO
María, que guardó en su corazón de Madre
la vida eterna de su Hijo, Jesús,
siempre intercede por nosotros,
Aleluya.
María, que guardó…
SALVE, MARÍA
Salve, rostro iluminado de la luz
de Dios que emana belleza…
Salve, clara madre de la luz que nace…
Salve, libro según Isaías, libro
de la nueva escritura del que fueron
testigos fieles los ángeles
y los hombres.
TEODORO DE ANCIRA
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