18.08.10

A mí, como católico, me molesta que se diga esto

Algunos de los instrumentos publicitarios que se utilizan hoy día pueden parecer inofensivos para la fe católica. Sin embargo, muchos de ellos atacan aspectos muy concretos de la misma y, por decirlo pronto, tratan de afearle la conducta.

No vayan a creer que exagero. A las pruebas me remito.

Yo creo en la ciencia, no en milagros

Esto, que es una frase publicitaria me ha molestado bastante. A decir verdad, me deja, siempre que la oigo y la veo, un mal sabor de oído y de corazón.

A lo mejor más de una persona que lea este artículo piense que, al fin y al cabo, sólo se trata de una frase publicitaria y que tampoco se le tiene que dar tanta importancia porque la imaginación da para tales y otras peores cosas.

Sin embargo, un cristiano, aquí católico, tiene que sentirse agredido cuando, con total desparpajo y esperando que nadie se dé cuenta de lo que se dice en unos pocos segundos de televisión, se trate de hacer menosprecio de lo que tal cristiano cree.

En primer lugar, “creer” quiere decir, sobre todo, poner la confianza de uno en algo o en alguien. Por eso se dice “creo en Dios” porque se confía en Dios. Pero ¿Qué confianza se puede tener en un saber que hoy dice una cosa y mañana otra distinta?

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17.08.10

La inexistente intolerancia en la religión católica

A lo largo de los siglos las diversas religiones que en el mundo han sido han tenido comportamientos bastante alejados de la doctrina que decían defender.

No me cabe la menor duda que la religión católica también ha hecho otro tanto.

Sin embargo, hay que entender las cosas como son porque no podemos aplicar criterios de hoy día a formas de actuar de hace siglos. Menos aún si lo hacemos aplicándolos a los mismos comienzos de las religiones porque entonces equivocaremos el análisis y lo que nos salga tendrá que ver poco con la realidad de lo que debía, en aquellos tiempos, pasar.

Por eso, decir, así sin más, que religión supone manifestación de intolerancia es como decir, por ejemplo, que conducir un automóvil es sinónimo de muerte segura en accidente. A veces sucederá eso pero no tiene que suceder una tan terrible muerte y, es más, hay muchos más casos, por lógica, en los que nada de eso ha pasado en muchos años de conducción que de lo contrario.

Entonces, las cosas son como son y, sobre todo, han sido como han sido.

Al respecto de los fallos en los que la religión católica haya podido a lo largo de los siglos Juan Pablo II Magno pidió, en más de una ocasión, perdón por lo hecho y llevado a cabo. Y eso porque comprendió, como se debería comprender, que la religión, en este caso la católica, la llevan a cabo seres humanos y los mismos siempre están predispuestos a actuar guiándose de sus sentimientos.

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16.08.10

¿Qué supone comulgar?

A raíz de algo que ha escrito el cardenal Cañizares en el Obsservatore Romano sobre la posibilidad de tomar la primera Comunión a los 7 años, algunos creyentes han dado en criticar que tal eventualidad no supondría nada bueno para la Iglesia católica y que, además, sería como dar un paso hacia atrás.

Puede resultar fácil, por ser vos quien sois (es decir Cañizares) rasgarse las vestiduras cuando se propone que, al igual que se estableciera en los concilios IV de Letrán y de Trento se reciba la primera comunión cuando se tenga uso de razón y esto se entiende que es, más o menos, a los siete años.

A lo mejor el problema es, precisamente, que referirse a tales concilios puede suponer un alimento demasiado difícil de ingerir por determinados espíritus modernos. Pero lo que hay es lo que hay y que, por las razones que sean, se haya retrasado tal momento hasta los nueve o diez años no quiere decir que esté bien lo que ahora está bien.

En verdad lo que, en este particular caso, tenemos que tratar de discernir es lo que supone la Comunión, como Sacramento pero, también, como incorporación a la Iglesia católica, como iniciación, de los fieles que así lo llevan a cabo. Eso es lo que ha de importar.

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15.08.10

La Palabra del Domingo -15 de agosto de 2010 - Magnífica Madre

biblia

Lucas 1, 39-56: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes

39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
46 Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor
47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, = por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, = Santo es su nombre = 50 = y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. = 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y exaltó a los humildes. = 53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió a los ricos sin nada. 54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia = 55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.»
56 María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.

COMENTARIO

Magnífica Madre

Cuando María, una joven judía que había recibido la visita de Gabriel, el Ángel del Señor, dijo sí a la propuesta del enviado por Dios supo, de inmediato, que tenía que acudir allí donde era necesitada y que no era otro lugar que junto a Isabel, quien estaba esperando un hijo según se le había comunicado.

Este gesto que puede parecer poco importante denota, él mismo, que el ansia de servir a los demás fue manifestación temprana de quien iba a ocupar un lugar importante en la historia de la salvación.

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14.08.10

Vírgenes, advocaciones – Virgen del Pilar

Virgen del Pilar

El 12 de octubre celebramos, de forma especial, a la Virgen del Pilar.

Recoge la Tradición que cuando Santiago el Mayor, hermano de Juan e hijo del Zebedeo, salió de Israel al haber enviado Jesús a sus discípulos a predicar al mundo la Buena Noticia, la Virgen María dialogó con él acerca de su misión.

Así, la Madre de Dios le dijo que “en aquella ciudad que mayor número de hombres conviertas a la fe, edifiques una iglesia según yo misma te daré a entender“. Y, por decirlo así, quedó la cosa dicha.

Estando en Cesaraugusta (Zaragoza), donde había convertido a 8 hombres, se le apareció la Virgen María, y tras haber, Santiago, visto en el cielo un camino de luz en el que cantaban los ángeles la canción “Ave María, gratia plena”, acudió María, llevada por ellos, en socorro de aquel que, a lo mejor, tenía como difícil su labor de predicación y conversión ajena y encima de un pilar le dijo algo que es muy conocido:

He aquí hijo mío Jacobo, el lugar de mi elección. Mira este pilar que me asiento, enviado por mi hijo y maestro tuyo. En esta tierra edificarás una capilla. Y el Altísimo obrará, por Mi, milagros admirables sobre todos los que imploren, en sus necesidades, mi auxilio. Este pilar quedará aquí hasta el fin de los tiempos, para que nunca le falten adoradores a Jesucristo“.

María, pues, había elegido aquel lugar para que se cumpliera lo que en Israel había dicho a Santiago.

Y hasta aquí, la Tradición.

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13.08.10

Eppur si muove - ¿Es la Iglesia católica una Iglesia joven?

En otra ocasión, en esta misma sección que lleva el título de la famosa expresión de Galileo cuando fue obligado a decir lo que no era verdad, ya tratamos el caso según el cual la Iglesia, a lo mejor, era una que lo era carca o, lo que es lo mismo, si estaba pegada a viejas costumbres que, a los ojos del mundo, parecían pasadas de moda.

Sin embargo, hoy no vamos a tratar de eso sino de otra cosa que, a lo mejor, puede parecer lo mismo cuando, en realidad, no lo es: ¿Es la Iglesia católica joven?

Hace unas semanas, le presentaron a Benedicto XVI una especie de documento visual que hacía mención a sus primeros cinco años de pontificado. En aquel momento, expresó en Santo Padre una idea que, vista como corresponde, es importante:

Hemos visto que la Iglesia también hoy, aunque sufra tanto, como sabemos, con todo es una Iglesia gozosa, no es una Iglesia envejecida, sino que hemos visto que la Iglesia es joven y que la fe crea alegría“.

Por tanto, a lo dicho por el vicario de Cristo poco podemos añadir al respecto del tema de la Iglesia católica y su juventud. Sin embargo sí podemos comentar lo dicho porque, seguramente, aclarará más de una situación de duda al respecto.

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12.08.10

Ir contracorriente

Hace un par de días en la página de Facebook dedicada a Películas Religiosas (que recomiendo visitar) pude ver una película titulada “Talitá Kum” que, por lo que significa, cualquiera sabe a qué se puede referir (Hija enferma de Jairo, Jesús la vuelve a la vida…)

Pero no es tal el caso ni me voy a referir a tal tema que es más que conocido.

Lo que sí quiero citar es que la productora se llama “Contracorriente” y que se hacía acompañar por el símbolo del pez, utilizado por los primeros discípulos de Cristo para identificarse en aquella época de persecución.

Eso me llamó la atención: la conjunción de las realidades ir contracorriente e imagen del pez.

Me llama la atención que la Iglesia católica haya tenido, a lo largo de los siglos, que actuar muchas veces en contra de lo que socialmente estaba admitido como bueno y benéfico para la humanidad y, ahora mismo, muy en contra de lo que se tiene por bueno y benéfico para el discurrir social.

¿Por qué?

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11.08.10

¿Qué tiene Jesucristo para que tantos se conviertan?

No por casualidad, en muchas ocasiones se leen noticias relacionadas con la conversión de personas que, perteneciendo a determinada religión o, simplemente, a ninguna, van a Jesucristo, se convierten al amor de Dios.

Así, muchos musulmanes, protestantes o chinos abrazan el catolicismo y pasan a formar parte de las piedras vivas que constituimos la Iglesia católica.

¿Qué encuentran, tales personas, en el Hijo de Dios para no poder resistir su atracción?

Cuando Jesucristo comenzó su vida pública nadie sabía que la palabra que venía a traer era una Palabra fuerte. Así, cuando comenzó a predicar que traía el Reino de Dios muchos no comprendieron qué quería decir.

Para algunos debía tratarse de uno que lo fuera poderoso; poder de hombres para los tiempos de aflicción por los que pasaba el pueblo elegido por Dios.

Así, querían encontrar en el hijo del carpintero a un Rey que, con su poder divino) derivado de los prodigios que hacía y que demostraban que Dios estaba con Él) se convirtiera en un revolucionario que alzase en armas al pueblo judío y lo hiciese contra el romano invasor.

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10.08.10

La Iglesia de Benedicto XVI

Papa

Es obvio que para cada Pontífice la Iglesia es su casa y, como tal, quizá piensan en tenerla arreglada según cómo las convicciones espirituales de su corazón les instan a hacerlo. Y para el Santo Padre actual, ¿cómo debe ser la Iglesia de la que tiene la llave que, a través de los siglos, le llega desde Pedro?

Antes que nada tengo que indicar que las ideas que tratan de ser expresadas aquí han sido entresacadas, destiladas, de “El origen de la Iglesia” y “Salvación fuera de la Iglesia”, apartados contenidos en “El nuevo pueblo de Dios”, publicado en 1972 y del artículo titulado ¿Por qué permanezco en la Iglesia?”.

En principio, la Iglesia es, en cuanto creación de Jesús, una “nueva comunidad visible de salvación”. Esta expresión, recogida en “El nuevo Pueblo de Dios”, texto de Benedicto XVI, clarifica bastante bien el sentido que quiere darle, su forma de ser, ante el mundo actual; al fin y al cabo, cómo quiere que sea esa casa común creada por el Mesías, este nuevo sucesor del Apóstol que renegó, pero supo levantarse a tiempo, de su amistad con Cristo.

Porque, ante la actual situación de incredulidad, de planteamiento de dudas acerca de todo lo relacionado con la fe cuando no con evidentes signos de ateísmo materialista y hedonista, la Iglesia, para Benedicto XVI, no ha de ser nada ambigua sino, al contrario, profundamente santa y signo que invite, que invita, a la fe; ante las asechanzas propias de un ser huidizo de Dios y amparado en lo pragmático y útil, la propuesta del actual Pontífice es que la Iglesia sea sensible a los problemas sociales; que se abra a la relación con los hermanos separados; que comprenda al otro que no piensa como quien tiene enfrente, quizá en su contra, pugnando y, por ejemplo, que lleve a cabo una liturgia que sea accesible al pueblo (me refiero a la Iglesia) Estos parámetros determinan que la Iglesia sea verdadera casa común, acogedor cauce para el alma de todos.

También, ante la pretensión de que la Iglesia responda con una voluntad propia, subjetiva, frente a la universalidad de su misión, Benedicto XVI entiende necesario comprender que los proyectos individuales si no se incardinan en lo que es la Iglesia de Cristo son, digamos, dice, comocastillos de arena” que fácilmente se vienen abajo. Por eso, la Iglesia de Benedicto XVI no puede ser “nuestra” en el sentido antes dicho, de apropiación particular y, lo que es peor, particularista, sino “suya” y, así, los fines que ha de abarcar, buscar y realizar han de tener, por eso mismo, un asiento en la voluntad de Dios y no, claro, en la nuestra. Al fin y al cabo, el Santo Padre establece su doctrina al respecto porque entiende que “en el fondo no es nuestra sino suya” (se refiere a Cristo) He aquí una poderosa razón para sentirse bien dentro de la Iglesia.

Además, uno de los aspectos más importantes en este tema es que Benedicto XVI entiende que la Iglesia se ha de regir por dos criterios esenciales: al amor, esos dos bienes sin los cuales no se entiende una sociedad moralmente avanzada.

Si por una parte la lucha contra la injusticia brota de un impulso fundamentalmente cristiano” y entender otra cosa no es, sino, manipular la realidad misma acaecida a lo largo de los siglos (esto último es opinión del que esto escribe), el amor, ley fundamental, primera, del Reino de Dios, ha de ser la savia que alimente a la Iglesia, porque “sin una cierta cantidad de amor no se encuentra nada”. Ese amor, esa caridad, la cual, el cual, ha sido claramente determinado y explicado en su primera Carta Encíclica Deus Caritas Est, ha de ser, como no puede ser de otra forma, el eje que conduzca el devenir de la Iglesia, porque “el amor no es estático ni acrítico” y, por lo tanto, y así, la Iglesia, puede transformar al hombre amándolo y hacerlo pasar de lo que es a lo que puede ser. Esto es lo que pretende el Santo Padre.

Todo esto apunta hacia un espacio que determina algo fundamental para la vida de cada uno de nosotros: “solamente la fe de la Iglesia salva al hombre”. El concepto que Benedicto XVI tiene de la Esposa de Cristo, y que ha sido brevemente explicado aquí, tiene ese fin, ese objetivo que radica en el sueño que, a lo largo de los siglos, condujo al pueblo elegido por Dios por los desiertos de su vida y luego, tras la constitución de la alianza definitiva hecha por el Creador con el hombre a través de Jesucristo, en la consecución de la salvación eterna. Esa salvación (en sí misma), meta esencial de todo hombre, sólo se puede llevar a cabo dentro del seno de la Iglesia.

Esto, sin embargo, hay que entenderlo correctamente, pues no quiere decir, como quizá se piense, que nadie más pueda salvarse. Por ejemplo, como Bonifacio VIII dicela ignorancia invencible de la verdadera religión” no implica culpa alguna. Y estas personas también pueden alcanzar la vida eterna, pues esto es voluntad de Dios. Sin embargo, esto no quiere decir, tampoco, que de cualquier forma, apoyados en cualquier religión u opción religiosa, se derive la salvación eterna ya que sólo la fe cristiana tiene “el título de revelada” y es en Jesucristo donde el “Dios callado… se ha hecho palabra, discurso para nosotros” y esto es, al fin y al cabo lo que se busca cuando se pretende respuesta a esa inquisición que tanto puede llegar a preocuparnos: ¿nos salvaremos? o, lo que es lo mismo, ¿viviremos eternamente en el Reino de Dios?

Ante esto, ante el problema de la salvación eterna, habría que tener en cuenta que “donde está Cristo, está también la Iglesia” y esa su Esposa, la que quiere Benedicto XVI, es aquella donde debemos hacer discurrir nuestra vida para ser, así, sustancia del Cuerpo de Cristo, una parte de sí mismo, cor unum et anima una.

Eleuterio Fernández Guzmán

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).

9.08.10

El camino de Santiago de nuestra vida

NOTA PREVIA:

Catedral de Santiago

Permítanme tomarme, hoy 9 de agosto de 2010, una pequeña licencia.

Se trata de lo siguiente: como hoy mismo mi esposa sale camino del Camino de Santiago a culminar el mismo, recibir la Compostela e, incluso ir un poco más allá hasta Finisterre, voy a recuperar un artículo publicado por el que esto escribe, en Análisis Digital, el pasado 27 de julio porque, a mi humilde entender, quizá sea hoy el día más acertado para traerlo a InfoCatólica.

Decía, y dice, lo siguiente:

“A veces, los paralelismos espirituales nos sirven para comprender qué nos pasa en nuestra vida como hijos de Dios y, sobre todo, hacia dónde encaminamos nuestros pasos como herederos del Creador.

Así, ahora es tiempo de camino y caminar es el modo más sencillo de llegar a alguna parte. Además, cuando celebramos el día de Santiago Apóstol nada más adecuado que vernos en tan especial sendero hacia el definitivo Reino de Dios.

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