18.02.11

Eppur si muove - Legalismo y libre albedrío

De todo punto resulta necesario que una sociedad se rija por unas normas que conduzcan a los ciudadanos que la constituyen por caminos, digamos, pacíficos y no les permita dejar llevarse por sus naturales instintos.

Algo parecido pasa en el seno de la Iglesia católica donde también hay normas pero, sobre todo, doctrina que seguir. No es imposición de organismo alguno o de persona alguna sino, en todo caso, de un devenir que, lógicamente, tiene que regirse de alguna forma.

En cuanto al tema hoy traído a esta serie sobre el mover de la Iglesia católica a pesar de los factores que prefieren, sencillamente, que se hunda, no podemos decir que sea poco importante que en el seno de la misma las personas que se dicen católicas opten por seguir lo que las normas dicen que hay que hacer o bien por un libre albedrío que las libere de tener que rendir cuentas espirituales por lo que hacen, dicen o escriben.

Leer más... »

17.02.11

Entre la luz y la tiniebla - El gozoso tributo de la conversión

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio podemos, entre la luz y la tiniebla, ser de Dios o del mundo.

El gozoso tributo de la conversión

Por causas relacionadas con la voluntad del Maligno, en muchas ocasiones la conversión, el venir a ser, discípulo de Cristo, acarrea consecuencias trágicas para la vida de la persona que así ha manifestado su querer ser.

Sin embargo, lo que es para el mundo trágico y terrible, la muerte, no deja de ser acontecimiento gozoso para quien sabe que le espera la vida eterna y la visión del definitivo reino de Dios.

En todo tiene que haber alguien que es el primero, una persona que inicia, con su hacer o suceder relacionado con él, un camino, una forma de ser, un destino.

Desde que Esteban dijera “¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros! ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres?” (Hch 7, 52-52), demostrando una conversión y un discipulado claro y contundente, sabía que había sellado su inmediato futuro son su conversión. Murió a pedradas mientras un tal Saulo aprobaba aquella sumaria ejecución.

Leer más... »

16.02.11

Entre la luz y la tiniebla - Estar en la Iglesia católica sin estar

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio podemos, entre la luz y la tiniebla, ser de Dios o del mundo.

Estar en la Iglesia católica sin estar

De vez en cuando, en el suceder de la vida de un católico, le salen al paso acontecimientos, hechos o, simplemente, circunstancias, que facilitan la comprensión de las cosas aunque a veces, por desgracia, la confirman.

En una reunión habida en un órgano de la Iglesia católica en la que participé cada cual dijo lo que tenía por oportuno. En la misma, y en el intercambio de opiniones que en tales momentos surgen, una de las personas participantes tuvo la oportunidad de manifestar lo que pensaba sobre dos realidades ahora muy candentes.

Una de ella era, es, la Jornada Mundial de la Juventud; otra la recientemente presentada Biblia de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

Leer más... »

15.02.11

Entre la luz y la tiniebla - Ponerlo todo en duda

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, es uno que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio podemos, entre la luz y la tiniebla, ser de Dios o del mundo según donde nuestro corazón nos lleve.

Ponerlo todo en duda

En el siglo que nos ha tocado vivir hay un mal muy extendido que se ha apoderado del corazón de muchas personas. Facilita, así se piensa, el existir y hace que sea más llevadero. Además, no fomenta la enemistad sino el acercamiento que, aunque a veces vacío, procura un pasar del que dicen bueno.

Cuando alguien dice que todo es relativo enseguida le viene a la memoria la famosa frase de Einstein. Sin embargo se ha llevado la misma demasiado lejos y no ha podido evadir, el catolicismo, tan mala influencia intelectual.

Leer más... »

14.02.11

Entre la luz y la tiniebla - Si alguna razón hubiera para el aborto…

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, es uno que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio podemos, entre la luz y la tiniebla, ser de Dios o del mundo según donde nuestro corazón nos lleve.

Si alguna razón hubiera para el aborto

Nos podemos hacer la clásica pregunta acerca de la razón primera, y última en la vida del nasciturus, que da origen a que en el corazón de una madre que no lo será si hablamos de aquel, anide, se reproduzca y cause el estrago según el cual el hijo no será nunca hijo ni el que iba a nacer, nacerá.

Es posible que en el corazón de quien puede llevar a cabo, desde sí misma, el aborto, no resuene Tertuliano cuando dijo, en su Apologeticum (IX, 8) y refiriéndose al mismo que “es un homicidio anticipado el impedir el nacimiento; poco importa que se suprima la vida ya nacida o que se la haga desaparecer al nacer. Es ya un hombre aquel que está en camino de serlo“.

Por eso no se entiende que sea un ser humano con todos sus derechos y poco importan leyes y reglamentos protectores de la vida de quien puede nacer si se le niega el mismo derecho de vivir y de ver la luz del día.

Leer más... »

13.02.11

La palabra del Domingo - 13 de febrero de 2011 - La verdadera Ley de Dios

Biblia

Mt 5, 17-37. Se dijo a los antiguos, pero yo os digo.

17 «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. 18 Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.19 Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. 20 «Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. 21 «Habéis oído que se dijo a los antepasados: = No matarás; = y aquel que mate será reo ante el tribunal. 22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano “imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame “renegado", será reo de la gehenna de fuego. 23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. 25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. 26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. 27 «Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. = 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna.
31 «También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. = 32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. 33 «Habéis oído también que se dijo a los antepasados: = No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. = 34 Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =, porque es = el trono de Dios, = 35 ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por = Jerusalén =, porque es = la ciudad del gran rey. =
36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
37 Sea vuestro lenguaje: “Sí, sí"; “no, no": que lo que pasa de aquí viene del Maligno.

COMENTARIO

La verdadera Ley de Dios

Jesús había venido a cumplir la Ley de Dios. No derogó ni siquiera un punto de la norma divina porque, además, tampoco podía hacer tal cosa siendo Él mismo el Creador hecho hombre.

¿Hasta dónde había llegado la tergiversación de la voluntad de Dios que tuvo que enviar a Su Hijo a que pusiera las cosas en su sitio?

Leer más... »

12.02.11

Vírgenes, advocaciones – Nuestra Señora Aparecida (Brasil)

Nuestra Señora Aparecida

María, Madre de Dios y Madre nuestra, en determinadas ocasiones, se hace presente de las formas más inesperadas.

Eso sucedió en 1717. Era el mes de octubre y el gobernador de San Pablo iba camino de Minas cuando los pescadores de Guaratinguetá quisieron obsequiarle con el producto de su pesca. Nada, sin embargo, obtuvieron.

Pero Juan Alves, también pescador, hizo lo propio en otra zona y obtuvo una captura mucho mejor: una imagen de la Virgen Inmaculada a la que faltaba la cabeza. Pero el buen hombre perseveró y, un poco más lejos, encontró la parte de la escultura que había hecho, hacia 1650, Frei Agostino de Jesús, monje de Sao Paulo que trabajaba el barro.

Hasta que el 5 de mayo de 1743 se comenzara a construir un templo a María la imagen fue visitada por los fieles primero en casa de un pescador donde se le preparó un sencillo altar y luego en la de otro que habilitó, para tal fin, un pequeño oratorio. Allí acudían los fieles a rezar el Santo Rosario y a entonar himnos a la Madre de Dios.

Ya muchos años después, en concreto el 8 de septiembre de 1900, se organizó la primera romería para visitar a la Nuestra Señora Aparecida que coronó con la solemnidad debida y correspondiente, en 1904 el obispo de Sao Paulo, don José de Camargo Barros.

Posteriormente, fue el Papa Pío XI el que, el 16 de julio de 1930, declaró a Nuestra Señora de Aparecida Reina y Patrona de Brasil.

Leer más... »

10.02.11

Entre la luz y la tiniebla - Jesucristo está en y con la Iglesia católica

Resulta de todo punto sencillo, pues mucho hemos escuchado y leído al respecto, ponernos en situación. Podemos hacer como recomienda S. Josemaría cuando en su “Amigos de Dios” nos propone que nos mezclemos “con frecuencia entre los personajes del Nuevo Testamento” porque es una buena forma de sentir lo que ellos pudieron sentir.

Hagamos, entonces, eso.

Jesús está siendo probado por los fariseos y los saduceos que lo quieren poner en un brete. Dice que no tendrán más señal, esta generación, que la de Jonás. Parece que no está muy contento el Maestro porque los que le preguntan no saben lo que deberían saber… ellos que son tan sabios no disciernen nada. Nos ha dicho que tengamos cuidado con la levadura de los fariseos y los saduceos pero no acabamos de entender a qué se refiere. Será que no hemos comprado pan todavía…

Leer más... »

9.02.11

Entre la luz y la tiniebla - El opinar y sus consecuencias

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, es uno que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio podemos ser de Dios o del mundo según donde nuestro corazón nos lleve.

El opinar y sus consecuencias

El ser humano fue dotado por Dios con un don que le hace vivir en sociedad y, así, relacionarse con los miembros de la misma. El don de la libertad de pensamiento no es algo de poca importancia sino, al contrario, la forma exacta con la que la criatura hecha a imagen y semejanza del Creador es lo que es.

A la capacidad de pensar suele acompañarle otra que, sin ella, se invalida lo primero: opinar sobre lo que pasa es, digamos, formarse un juicio sobre lo que nos sucede y, si es posible, manifestarlo hacia nuestro entorno. Así se opina y se da forma a la estructura social que se constituye, como un puzzle, por aquellas piezas que, de cada cual, tratan de encajar entre ellas.

Entonces… no se le puede negar a nadie que ejerza el derecho a opinar sobre lo que pasa. De ser así, de negársele tal derecho, se estaría violando el principio según el cual la libertad de pensamiento ha de tener un cauce para ser efectiva y real y no ser mera elaboración doctrinal y vacía de contenido.

Al respecto de lo dicho hasta ahora, la Iglesia católica no es una institución que viva en los límites de la realidad y que, por tanto, nada tenga que ver con lo que pasa. Muy al contrario, se incardina en la misma sociedad porque, además de estar formada por personas que en ella viven su actividad se encuentra, de lleno, inmersa en el devenir social. Así, no es extraño que la Esposa de Cristo tenga opinión sobre lo que pasa, sobre por qué pasa y, sobre todo, sobre el ser de lo que pasa.

Leer más... »

8.02.11

Jorge Loring, el jesuita que quiere que nos salvemos

Jorge Loring

El que esto escribe tuvo conocimiento de la existencia de un tal Jorge Loring a través de la red de redes. Así supe que había escrito un libro de muchas ediciones titulado “Para Salvarte” y que era una especie de enciclopedia católica en la que cualquiera creyente podía satisfacer sus ansias de conocimiento y formación católicas.

Sobre su libro escribe él mismo que “Éste te enseñará a vivir felizmente. Te enseñará a vivir felizmente, porque te enseñará a vivir cristianamente, y nadie es en este mundo más feliz que el buen cristiano”.

Y es cierto.

Luego supe de sus conferencias, de lo que había escrito acerca de la Sábana Santa, de sus Homilías y de sus miles de intervenciones en medios de comunicación católicos.

Sin duda alguna, Jorge Loring, jesuita atípico porque es católico, digamos, ortodoxo y aplica la ortodoxia en todo lo que hace, tiene una intención que sale por los poros de todo lo que lleva a cabo: quiere que nos salvemos.

Leer más... »