10.03.11

Entre la luz y la tiniebla - Corazones de piedra o de carne

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

Corazones de piedra o de carne

Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”.

El profeta Ezequiel (11, 19-20) escribe que el Espíritu le hizo decir, o lo que es lo mismo, escribir, que el Creador iba a proceder de tal manera con el pueblo de Israel: vendrían a ser, de tal manera, un nuevo grupo de elegidos por Dios en el que predominara no ya la dureza del corazón sino, al contrario, lo que se predica de Dios y es que tiene “raham” o entrañas de misericordia.

Eso era lo que el Padre quería suscitar entre los suyos: un corazón nuevo, una nueva forma de ser, un nuevo renacer de entre las tinieblas de la perdición que habían hecho que obraran “según las normas de las naciones que os circundan” (Ez 11, 12) y no de acuerdo a los preceptos de Dios cuyas “normas no habéis guardado” (Ídem anterior).

Eso es lo que, precisamente, también se nos pide a nosotros, los discípulos de Cristo y, por lo tanto, hijos de Dios sujetos espiritual y materialmente a tal filiación divina.

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9.03.11

Ad pedem litterae - Padre Fortea - El hábito eclesiástico

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” van a ser reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - Padre Fortea - El hábito eclesiástico

Padre Fortea

Por ser un tema, creo, bastante importante (el hecho de que el sacerdote se identifique como sacerdote para que se sepa quién es y qué supone lo que es), el artículo del Padre Fortea “El hábito eclesiástico” abunda en la importancia de que quien tiene que llevar hábito eclesiástico, lo lleve.

El hábito eclesiástico

El hábito eclesiástico es un signo de consagración para uno mismo, nos recuerda lo que somos, recuerda al mundo la existencia de Dios, hace bien a los creyentes que se alegran de ver ministros sagrados en la calle, supone una mortificación en tiempo caluroso

El sacerdote al mirarse en el espejo o en una foto, y verse revestido de un hábito eclesiástico piensa: tú eres de Dios.

Bajo la sotana, el sacerdote viste como el común de los hombres. Pero revestido con su traje talar, su naturaleza humana queda cubierta por la consagración.

El que viste su hábito eclesiástico es como si dijera: el lote de mi heredad es el Señor.

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8.03.11

Entre la luz y la tiniebla - La hermosa costilla de Adán

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer

La hermosa costilla de Adán

Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: ‘Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.’ Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro”.

El texto del Génesis (2, 21-25) refleja un momento de la historia de la humanidad creada por Dios realmente maravilloso. Dios crea a Eva, la madre de toda la especie humana, de un sueño del primer hombre, padre de todos los hombres que tuvieron que venir. Por eso de ish, varón, creó Dios a ‘isshá, varona o, dicho de otra forma, mujer que “del varón ha sido tomada” y es lo que hace expresar, a un personaje de Las Crónicas de Narnia (de CS Lewis), en referencia a los que serían reyes de aquel reino, que eran “Los hijos de Adán y las hijas de Eva” pues así eran esperados desde tiempos inmemoriales los hombres y, entre otras cosas, así nos consideramos.

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7.03.11

Entre la luz y la tiniebla -¿Por qué duele tanto la Verdad?

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

¿Por qué duele tanto la Verdad?

Con agradecimiento, porque percibimos la felicidad a que estamos llamados, hemos aprendido que las criaturas todas han sido sacadas de la nada por Dios y para Dios: las racionales, los hombres, aunque con tanta frecuencia perdamos la razón; y las irracionales, las que corretean por la superficie de la tierra, o habitan en las entrañas del mundo, o cruzan el azul del cielo, algunas hasta mirar de hito en hito al sol. Pero, en medio de esta maravillosa variedad, sólo nosotros, los hombres —no hablo aquí de los ángeles— nos unimos al Creador por el ejercicio de nuestra libertad: podemos rendir o negar al Señor la gloria que le corresponde como Autor de todo lo que existe”.

Escribió, en Amigos de Dios (24), san Josemaría el texto aquí traído. No es poco lo que dice porque, en realidad, es el centro de lo que, en muchas ocasiones, se lleva a colación para hacer de menos a la Verdad.

La verdad, Verdad suprema es que Dios existe. Tiene, además, una Ley que sus criaturas (creación Suya es todo) tienen que cumplir pero que, a veces, no es excesivamente comprensiva con los devenires del mundo.

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6.03.11

La palabra del Domingo - 6 de marzo de 2009 - Lo que corresponde según la fe

Biblia

Mt 7, 21-27. La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.

1 «No todo el que me diga: “Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. 22 Muchos me dirán aquel Día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” 23 Y entonces les declararé: “¡Jamás os conocí; = apartaos de mí, agentes de iniquidad!” = 24 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: 25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. 26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: 27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»

COMENTARIO

Saber lo que corresponde según la fe

Muchas veces nos las prometemos felices al pensar que hemos cumplido con la voluntad de Dios y que eso mismo será suficiente para llevar una vida espiritual correcta.

Como suele ser habitual Jesús nos sorprende. No dice lo que esperamos que diga que sería, por ejemplo: “Habéis hecho muy bien en hacer así esto o lo otro y merecéis una vida eterna bien ganada”. Eso sería trasladar nuestra voluntad a la expresión del Hijo de Dios.

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5.03.11

Vírgenes, advocaciones – Majarí Calí (Virgen gitana) de Torrent (Valencia, España)

Majarí Calí

Ha llegado el momento de terminar la serie que, sobre las diversas advocaciones que en el mundo existen de la Virgen María (al menos, unas pocas de ellas) he estado escribiendo desde el 10 de julio del pasado año 2010.

No quería terminar la misma sin dedicar un último artículo (a parte del de despedida que será la semana que viene si Dios quiere) a la Virgen Gitana, la “Majarí Calí” (la Virgen Gitana) y en concreto a la imagen que hay en el Colegio Madre Petra de Torrent, en Valencia (España). Además, ya anuncié tal intención en el artículo sobre la Virgen de Fátima del 24 de julio de 2010.

Alguien puede preguntarse la razón de tal cosa. Pues resulta sencilla aunque de imposible conocimiento para quien no lo sepa.

El caso es que yo vivo muy cerca de tal colegio y muchas veces paso delante de la imagen (obra del escultor valenciano José Luis Vicent) que fue dedicada al culto en 1978 y que la Madre Gertrudis Rol, alma Mater del “Madre Petra”, convino en que ahí se debía colocar para gozo de quien por allí pase o, como es a veces el caso, vaya a verla ex profeso.

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4.03.11

Eppur si muove ¿Valen ciertas ovejas menos que los pastores?

Ciertamente, en todos los rebaños hay eso que se da en llamar “ovejas negras” que son aquellas que desafían a las demás en algún tipo de conducta y, más o menos, van a la suya poniendo en peligro, en ocasiones, al mismo rebaño que las acoge.

En la Iglesia católica pasa algo por el estilo: determinados miembros de la grey de Dios no gustan de sus pastores y, en cuanto pueden, les endiñan una patada con la pata mala que siempre utiliza toda oveja para defenderse o, si es posible, le escupen cuando a su lado pasa algún conductor del rebaño.

Y algo así ha pasado, por ejemplo, con la reelección del cardenal de Madrid para ocupar el oficio de Presidente de la Conferencia Episcopal Española que, por mucho que muchos digan sobre la inutilidad de tal organismo eclesial, lo cierto y verdadero es que hace su función y que no es, por decirlo pronto, nada inútil ni alejado del pueblo.

Y digo que ha pasado cuando, en verdad, es que está pasando.

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3.03.11

Entre la luz y la tiniebla - El pan nuestro de cada día

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

El pan nuestro de cada día

Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros ofensores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal” (Mt 6, 9-13).

Los discípulos le pidieron al Maestro que les enseñara a orar porque comprendían que su forma de hacerlo distaba mucho de la que gozaba Jesús. Siempre se entregaba a la oración de forma intensa y reconocían, en ella, un verdadero contacto con Dios.

Y les dijo, entre otras cosas, que pidieran el pan. De cada día el pan que necesitaban les enseñó a pedir, a través de Él mismo, intercesor directo entre Dios, su Padre, y los que tal voluntad expresaban.

El caso es que el “pan” que pedimos es uno que lo es comprensivo de muchos “panes” que necesitamos a diario. Siendo que, así, cada día el pedirlo nos facilita el encuentro con nuestro Creador al que nos dirigimos para que, en efecto, cada día nos lo dé.

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2.03.11

Ad pedem litterae - Hermanos en la red - Jorge Loring, S.I.

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” van a ser reproducidos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en Dios (y sus consecuencias) en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - Jorge Loring, S.I.

Jorge Loring

Saber ser padres

En este artículo, el P. Jorge Loring, SI. nos ofrece su visión acerca de lo que supone ser padres con relación a la educación de los hijos. Y lo hace con su característica forma de pensar y de decir las cosas.

Educar a sus hijos es lo más importante para los padres. Y para educar, lo más importante es el amor.

Educar es amar. Sin amor no se educa. Se educa amando a los hijos, y enseñándoles a que amen al prójimo. El amor al prójimo se muestra en la servicialidad. Y en la servicialidad está la felicidad, es decir, con toda claridad católica.

Escribió Rabindranath Tagore:
Dormía, y soñaba que la vida era alegría.
Me desperté, y vi que la vida era servicio.
Serví, y en el servicio encontré la alegría
”.

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1.03.11

Entre la luz y la tiniebla - La imposible discusión sobre el valor de la vida

El espacio espiritual que existe entre lo que se ve y lo que no se ve, entre la luz que ilumina nuestro paso y aquello que es oscuro y no nos deja ver el fin del camino, existe un espacio que ora nos conduce a la luz ora a la tiniebla. Según, entonces, manifestemos nuestra querencia a la fe o al mundo, tal espacio se ensanchará hacia uno u otro lado de nuestro ordinario devenir. Por eso en tal espacio, entre la luz y la tiniebla, podemos ser de Dios o del mundo.

La imposible discusión sobre el valor de la vida

En un momento muy difícil de su vida física, Jesucristo dijo, refiriéndose a los que le estaban dando muerte de cruz “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”. Así lo recoge el médico evangelista Lucas en el versículo 34 del capítulo 23 de su evangelio.

Sentía, Cristo, que tenía que cumplir con la voluntad de Dios que no era, como podría pensarse, que su Hijo muriera de aquella muerte infamante sino que perdonara y mostrara misericordia. Así, además, nos ganó la salvación.

Existe un tema acerca del cual existe la tentación de discutir. Y no es que la discusión, en general, sea mala recomendación ni que se deba impedir desde una posición católica. El caso es que, sin embargo, sobre el valor de la vida no debería intentarse un consenso.

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