6.04.22

Lo que está por venir

Semana Santa

Ahora, que estamos apenas a unos días de que, tras el domingo llamado de Ramos, empiece lo que, verdaderamente, es la Semana Santa (hasta el domingo llamado de Resurrección) es conveniente recapitular. 

Sí, ciertamente, se recapitula cuando se ha terminado algo. Sin embargo, nosotros tenemos muchas Semanas Santas a nuestras espirituales espaldas y no es, ésta, aquella primera en la que aún muchas cosas no se sabían y lo que sabía iba a quedar obsoleto en pocos días… Es decir, que ya sabemos el qué y el cómo y eso nos hace la labor más fácil pues no tenemos que tratar de comprender las razones por las cuales a nuestro Maestro lo pusieron en una cruz de madera, lo clavaron a ella y allí lo dejaron morir. No. Nosotros ya sabemos mucho acerca de eso o, al menos, eso es lo que creemos. 

El caso es que lo que está por venir es algo muy importante en la historia de la humanidad que acabó siendo la de salvación de la misma previa muerte del Hijo de Dios. 

¡En efecto! Todo lo que sucederá a partir de la triunfal entrada de Jesucristo en Jerusalén tiene todo que ver con la incontrovertible verdad según la cual Dios quería que su descendencia se salvara. Y por eso envió al Mesías al mundo. Y lo envió por eso y no para instaurar un Reino que sostuviera su poder en las armas del momento como algunos de sus contemporáneos esperaban… 

Por eso, desde el día siguiente al de Ramos, aquel primer domingo de Ramos, se van a ir sucediendo circunstancias que entonces sucedieron pues nosotros nos limitamos a repetir gozosamente lo que los pies de Jesucristo recorrieron, lo que su Palabra dijo y, en fin, lo que acabó siendo su victoria sobre la muerte (¿Dónde está muerte tu victoria?) 

Nada de lo que pasará la semana que viene, después de Ramos, tendrá poca importancia sino que, al contrario, todo ira in crescendo desde el segundo día, el lunes, hasta que el jueves se lleve a cabo la Última Cena y luego… y luego venga todo lo que vino. 

¿Qué significa o, mejor, qué sentido tiene para nosotros la llamada Semana Santa? 

En primer lugar, un momento en el que Dios salva al hombre en el que debemos agradecer un hacer sí y un actuar así pues es muy desprendido con Quien más quiere, su Hijo engendrado y no creado. Y lo hace en bien de cada uno de sus hijos, creados y no engendrados. 

En segundo lugar, un momento en el que podemos ver y admirar hasta dónde es capaz de llegar un hombre para cumplir la Voluntad de Dios. Y no nos vale con decir que sí, que era un hombre, pero que era Dios hecho hombre pues murió como hombre y como hombre entregó su Espíritu a su Padre del Cielo. Y eso debería decirnos algo tan importante como que no es imposible hacer lo que Dios quiere para nosotros y en nuestra vida. 

Y, ya, en tercer lugar, la Semana Santa tiene para nosotros un sentido profundo que llena los recovecos más recónditos de nuestro corazón. Y es así porque nos damos cuenta de algo fundamental: Jesucristo pudo haber hecho otra cosa aunque, en verdad, ni podía ni quería: primero, porque todo aquello ya estaba escrito pero, sobre todo, sobre todo, porque era lo que Dios quería. Y ya está. 

En resumidas cuentas: lo que está por venir es cosa tan nuestra como nuestra propia vida; es más, es, exactamente nuestra vida… eterna.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Está por venir la misma historia de la salvación.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

4.04.22

A menos de una semana de Ramos

Semana Santa 2021: Domingo de Ramos: ¿Cuál es el origen y significado de  esta celebración? | MARCA Claro Colombia

“Al día siguiente, al enterarse la numerosa muchedumbre

que había llegado para la fiesta, de que Jesús se
dirigía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera
y salieron a su encuentro gritando:
‘¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del señor,
y el Rey de Israel!’ Jesús, habiendo encontrado
un borriquillo, se montó en él, según está escrito:
‘no temas, hija de Sión; mira que viene tu
Rey montado en un pollino de asna’.
esto no lo comprendieron sus discípulos
de momento; pero cuando Jesús fue glorificado,
cayeron en la cuenta de que esto
estaba escrito sobre él,
y que era lo que le habían hecho”
(Jn 12, 12-16)


Todo estaba escrito. Esto se dice muchas veces cuando nos queremos referir a lo que estaba pasando con Jesús. Es más, desde el propio nacimiento del Mesías (se decía en las sagradas escrituras que sería en Belén y así fue como se recoge en Mt 5, 1-3) hasta lo que estaba a punto de pasar, todo, en verdad, estaba escrito. El caso es que el pueblo elegido por Dios llevaba muchos siglos esperando que el mesías fuese enviado por el creador. Muchos habían sido los que habían dejado dicho, por inspiración divina, que en un momento determinado de la historia de la humanidad, llamado los “últimos tiempos”, el Todopoderoso enviaría a Quien salvaría a la humanidad de la dejación y el olvido al que habían sometido a Quien los había creado. Era, así, un intento de salvar lo que estaba perdido.

Y es que Zacarías ya había escrito cómo entraría en Jerusalén el rey de Sión. Entonces dijo que lo haría montado en un asno, “en una cría de asna” (Za 9, 9) y que no sería un rey inactivo sino que, por ejemplo, “proclamará la paz a las naciones” (Za 9, 10). Aquellos que, entonces, proclamaban su júbilo lo hacían de una forma muy concreta: gozaban de aquel momento diciendo “¡Hosanna!”. Además, acompañaban con ramas de palmera aquella expresión de alegría. En realidad, como hemos dicho arriba, todo lo que estaba pasando respondía a la expresión de la voluntad de Dios. Así, por ejemplo, lo expresa el salmo 118, 26 cuando dice “¡Bendito el que viene en el nombre de Yahveh! Desde la casa de Yahveh os bendecimos”. Aquel salmo se recitaba durante la fiesta de los tabernáculos y se sostenía sobre connotaciones mesiánicas que es, según puede apreciarse, el significado que quiso dar el autor del evangelio aquí traído y, también, el que escribiera el de San marcos (11,9-10).

Y, en cuanto al uso de las palmeras para tal menester se suele sostener, porque seguramente será verdad, que era lo que entonces tenían a mano aquellos que aclamaban a Jesús por ser la vegetación de la zona. Pero hay algo más que no debe concurrir aquí por casualidad:

“Entraron en ella el día veintitrés del segundo mes del año ciento setenta y uno con aclamaciones y ramos de palma, con liras, címbalos y arpas, porque un gran enemigo había sido vencido y expulsado de Israel”.

El Libro Primero de los Macabeos (13, 51) recoge, en un momento determinado, la victoria de Simón Macabeo sobre sus enemigos. Eso posibilitó la reconquista de la ciudadela de Jerusalén. Y, entonces, como dice el texto, se sirvieron de “ramos de palmera”. Y es por eso que, recordando aquella victoria y la entrada del Rey de Sión recogida en Zacarías, los entonces allí presentes hicieron patente lo que ya se había dicho.


Y sobre aquel “Hosanna” que se incorporó a la liturgia, ya, de los primeros cristianos, es palabra hebrea que quiere decir “salva, te suplicamos” y expresaba muy bien el sentir de aquellos que, dándose cuenta de que había llegado el Mesías a la vida del pueblo de Israel, no podían sino festejarlo diciendo aquello que, en palabra tan escasa, tanto quería decir. 

Todo esto dicho arriba ocurrió y ha de ocurrir el domingo que viene, 10 de abril, que será el llamado “De Ramos”. Y es que, como es verdad, todo estaba escrito y debía cumplirse palabra por palabra que es, como bien sabemos, lo que ocurrirá desde tal domingo al siguiente, en el que recordaremos y celebraremos la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 

En realidad, todo esto ya lo vivimos cada año. Y lo hacemos porque el mismo Cristo nos dijo, en lo que sería su Última Cena, que lo recordáramos y que lo hiciéramos según Él lo estaba haciendo. Sin embargo, eso quería decir (a nuestro modesto entender) que también recordáramos todo lo que había pasado antes o, lo que es lo mismo, que no olvidáramos su triunfal entrada en Jerusalén y, luego, lo que fue pasando día a día pues todo forma parte de los Últimos Tiempos en los que se iba a constatar el triunfo de la Vida sobre la muerte.  

Y nosotros, como fieles discípulos suyos, no olvidamos ni olvidaremos que menos de una semana después de hoy (de aquel “hoy” de entonces) seguramente Jesucristo andaba por los caminos aleccionando a sus Apóstoles sobre lo que pronto iba a pasar. Y estamos seguros de que alguno de ellos no acabó de entender casi nada o, al menos, aún le faltaba mucho (en tan poco tiempo) para entender. Vamos, como a nosotros hoy mismo…

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

A menos de una semana de la Semana más crucial de la historia de la salvación deberíamos tener en cuenta qué significa eso para nosotros.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

2.04.22

La Palabra para el domingo - 3 de abril de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

 

Como es obvio, hoy no es domingo 3 sino sábado 2 de abril de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

  

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 

Como es obvio, hoy no es domingo 3 sino sábado 2 de marzo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente. 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 8, 1-11

 

1 Mas Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. 3 Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio 4 y le dicen: ‘Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. 5 Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?’ 6 Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. 7 Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: ‘Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.’8 E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. 9 Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. 10 Incorporándose Jesús le dijo: ‘Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’11 Ella respondió: ‘Nadie, Señor.’ Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.’”

 

COMENTARIO

Una lección de amor y justicia de parte de Cristo

Hay que reconocer que el Mal es perseverante. Es decir que las intenciones que tiene de provocar en los hijos de Dios daño que sea irreparable no cesan con nada. Siempre está al acecho para ver si nos hace caer en sus trampas y, así, atraernos a su redil.

A Jesús, como podemos imaginar, le tenía mucha inquina el Maligno. Y se adueñaba de los corazones de aquellos que no lo querían nada de nada. Y si eso no era suficiente, les ponía en bandeja casos como, por ejemplo, el de aquella mujer sorprendida en adulterio.  

Aquí no se nos dice que Jesús diga que aquella mujer no fuera adúltera. No. La realidad era la que era pero, por encima de la misma, había algo más: Dios, su misericordia, el amor y el perdón. Y todo eso era, seguramente, demasiado para según qué tercos y duros corazones.

De todas formas, podemos imaginar los pensamientos de aquellos que habían llevado ante el Maestro a la mujer a la que había cogido, por decirlo así, in fraganti, cometiendo adulterio. En su mente sólo había una acción: apedreamiento. Y es que no lo decían por ellos sino que otro, Moisés, ya había establecido tal pena para tal acción. Y ellos, ¡hala!, a aplicar la ley y aquí paz y allá gloria.

¡Qué obtusos eran!, debió pensar Jesucristo. Aunque, a lo mejor, bastaría con mostrarles sus propios corazones. No como ellos se veían sino como, en realidad, eran. Sí, eso debía estar para solventar una situación que era verdaderamente difícil de sacar adelante.

Todo lo que pasa a continuación es muestra de hasta dónde es capaz Jesús de entender la situación por la que está pasando aquella mujer. A ellos, a sus acusadores, debía hacerles ver que no era la realidad como ellos la pintaban: sí la de la adúltera por el pecado cometido pero no con respecto a ellos mismos. 

Ellos tenían piedras. A punto de ser lanzadas sobre aquella mujer. Pero Jesús consiguió que se las lanzasen, interiormente, contra ellos mismos. Y es que es más que cierto que ellos, que tan íntegros se tenían como para acusar a aquella mujer de cometer un grave pecado, parecía no darse cuenta de aquellos en los que ellos míos caían, a lo mejor, diariamente. Y cuando se dan cuenta, cuando Jesús les dice aquello de tirar la primera piedra quien no tenga pecado, pasa lo más sorprendente: todo se van.

El Evangelio del 30 de marzo: "El que esté sin pecado, que le tire la primera  piedra" - Evangelio - COPE

Sin embargo, no queda ahí la cosaSe van primero los más viejos porque era más que seguro que hubieran tenido más años para pecar… ¡y lo hubieran hecho!

Entonces, quedaron solos la mujer y Cristo. 

Podemos imaginar que aquella mujer que acababa de librarse una muerte segura estaría muy agradecida a Jesús. Pero no iba a desaprovechar Cristo la ocasión para dejar de enseñar.

Muchas veces se dice que, en efecto, Jesús perdonó a la pecadora. Y ahí queda la cosa. Lo que pasa es que no quedó ahí sino que hubo algo más, mucho más.

Jesús, sí, la perdona, pero le dice que no peque más. Es decir, no es suficiente, con ser importante, con perdonarla sino que le encomienda que no siga por aquel camino y, en general, por el que lo es del pecado. Le dice que todo queda perdonado pero que “en adelante” no debe pecar.


No podemos negar que si alguno de los allí presentes miró hacia atrás tras irse y vio cómo se alejaba aquella mujer debió pensar que aquello había sido una buena lección de amor y justicia de parte de Cristo.

 

PRECES 


Pidamos a Dios por todos aquellos que se creen mejores que los demás.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no son capaces de perdonar.

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no alejarnos nunca de Ti.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Está más que bien darnos cuenta de nuestros errores. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

30.03.22

Ventana a la Tierra Media – Cartas a Christopher – 9. Cuando realidad y ficción son lo mismo

Resultado de imagen de JRR TOLKIEN

Como suele ser habitual en J.R.R. Tolkien, para alguien que quiere escribir sobre su obra, es la misma una fuente y corriente inagotable de temas. Y, en concreto, sus “Cartas” (Edición de Minotauro, debemos decir para hacer justicia) son una que, como dice el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua…), es de agua vivificante para todo lector y admirador del maestro de Oxford y, en concreto, para su alma. 

Como se trata, por tanto, de una posibilidad más que amplia, hemos pensado que sería buena cosa, elegir algunas de las que dirigió a su hijo Christopher cuando se encontraba el mismo en plena Segunda Guerra Mundial de la que, gracias a Dios, volvió con vida como hizo su padre en la otra, la Primera, de la que no sólo salió parte de su obra sino mucho del sentido que le dio a la misma. Y la cosa durará, como podemos imaginar, hasta que dure, si ustedes nos entienden… 

Pues bien, el 12 de mayo del año 1944 nuestro autor le escribe una carta pero algo especial (de la que ahora diremos algo) en la que le dice a su hijo Christopher esto que sigue:

 

“Tienes todo mi cariño, y mis pensamientos y plegarias. ¡Cuánto deseo saber! ‘Cuando vuelvas a las tierras de los vivos, y volvamos a contar nuestros cuentos sentados junto a un muro al sol, riendo de nuestras viejas desdichas, entonces me dirás’ (Faramir a Frodo)”

 

Como hemos dicho arriba, algo vamos a decir del método con el que se ha comunicado, en este caso y en otros muchos, J.R.R. con C. Y es que no ha hecho uso de la común misiva vía carta sino que lo ha hecho del “airgraph”. ¿Y qué es eso? 

El que esto escribe reconoce que no sabía lo que significaba tal palabra aunque pudiera parecer algo así como algo que se escribe y se envía por el aire. Y lo decimos por la separación de las palabras que pueden querer decir eso, a saber, “air” y “graph”. 

Chipre MEF Segunda Guerra Mundial airgraph 1944 Roberts + censor Post  pagado en Azul | eBay

En realidad, eso es de lo que se trata, pero investigando algo más hemos sabido que era un método de comunicación utilizado en la II Guerra Mundial (ámbito en el que todas estas cartas se enmarcan) y que consistía en fotografiar las cartas en miniatura y, luego, enviarlas por airmail… (aquí al lado ponemos un ejemplo de eso)

Pues bien, eso lo hace J.R.R. cuando cree oportuno que debe hacerlo y es, a lo largo de sus cartas a su hijo, en muchas ocasiones… 

Leer más... »

28.03.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Hay que creer… ¿Lo sabemos?

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Hay que creer… ¿Lo sabemos?

“Hay que creer, lo sé. Con fe nos liberamos, nos engrandecemos, nos eternizamos. La cerilla que se apaga, se tira; el fuego que crece, se extiende. El misterio de esta realidad invisible lo posees sólo Tú. Nosotros tenemos que caminar, porque los senderos son lo que definen y acercan. Avanzar siempre, aunque la luz sea pequeña.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 47)


La verdad es que, al menos en teoría, aquello que supone la fe que tenemos es de esperar que entendamos qué significa. No se trata, por tanto, de algo teórico que poco tenga que ver con nuestra vida, digamos, ordinaria sino que es, al contrario, el eje sobre el que debe girar la misma.

Está siempre bien que alguien como Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica, nos eche una mano para entender eso que, a veces, tan difícil es de asimilar por según cómo somos.

Sabe Lolo que hay que creer. Es decir, no tiene duda alguna acerca de lo que es la fe, lo que supone confiar en Dios, Padre Todopoderoso y, en fin, Aquel que nos ha creado y mantiene aquí mismo, en esto que llamamos valle de lágrimas forma nada equivocada…

En realidad, que la fe es algo más que una utopía o algo que está ahí, lejana a nosotros, es más que claro. Por eso nos dice Manuel que con ella nos liberamos, nos engrandecemos y nos eternizamos.

Por tanto, que con la fe nos liberamos sólo puede querer decir que nos hace libres de verdad porque la escogemos y escogemos lo que significa creer.

Por tanto, que con la fe nos engrandecemos sólo puede querer decir que crecemos con ella, que nuestro corazón también lo hace y que nuestra alma, alimentada por su esencia, también crece.

Por tanto, y por finalizar, que con la fe nos eternizamos sólo puede querer decir, según Lolo, que con ella, sólo con ella y no sin ella, alcanzamos la tan anhelada vida eterna o, mejor, la alcanzaremos cuando Dios tenga a bien que la alcancemos. 

Hace bien Lolo, por otra parte, en poner el ejemplo de la cerilla pues, en efecto, cuando de apaga es que se ha consumido la misma y hay que tirarla. Ha cumplido su función y ahí queda. Pero el fuego… el fuego es otra cosa porque el mismo, al crecer se extiende y, si es cierto, puede causar mucho daño es verdad que el Beato de Linares (Jaén, España) lo dice con otro sentido. Y es que creemos que se refiere al fuego de la fe que, así dicho, también se extiende cuando crece hasta ocupar los recovecos más cerrados de nuestro corazón.

El caso es que muy bien sabe Lolo que es Dios quien conoce mejor que nadie un misterio tan grande como es el de la fe pues es cosa del Todopoderoso la misma al imbuirla en los corazones de quienes aceptan su total Señoría sobre el todo.

De todas formas, no por eso a nosotros no nos queda nada que hacer. Es más, es justo al contrario la verdad: a nosotros nos queda tanto que hacer que, en el fondo, todo acaba dependiendo de que queramos que sea o no sea la fe en nuestra vida. Y es que sí, se trata de eso de “A Dios rogando y con el mazo dando”, por así decirlo.

Esto es cierto y es verdad porque sólo en el camino que seguimos hacia el definitivo Reino de Dios podemos encontrar y atesorar la fe que nos conduce por el mismo. Por eso Lolo nos dice que, en el fondo, lo que debemos hacer es avanzar hacia Dios, a su encuentro, aunque nuestra luz sea pequeña. Y es que, al fin y al cabo, es el Creador quien nos la ha puesto en el corazón. ¿Lo sabemos de verdad? 

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.03.22

La Palabra para el domingo - 27 de marzo de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

 

Como es obvio, hoy no es domingo 27 sino sábado 26 de marzo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

  

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 


Lc 15, 1-3. 11-32


“1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle. 11 Dijo: ‘Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió la hacienda. 13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. 14 ‘Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.17 Y entrando en sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.

19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.” 20 Y, levantándose, partió hacia su padre. ‘Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. 21 El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.” 22 Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. 23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron la fiesta. 25’Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 El le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.” 28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. 29 Pero él replicó a su padre: “Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; 30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!” 31 ‘Pero él le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; 32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado.’”


COMENTARIO

El exacto amor de Dios

Sabemos que Jesús, cuando predicaba y hacía uso de las parábolas, lo hacía porque sabía que era una forma muy conocida de explicar aquello que podía resultar más difícil de entender y porque sabía, además, que muchas veces era la única forma de mínimamente entendido.

El caso es que podemos decir que las compañías de Jesús, aquellos con los que hablaba y con los que tenía una relación muy cercana, no eran, según determinadas conciencias, lo mejor de cada casa (y entiéndase esto, por favor). Y es que si había venido a salvar lo que estaba perdido ¡qué mejor que estar con lo que está perdido!
Queremos decir que Cristo Jesús se juntaba con personas que, a tenor del pensamiento de los sabios oficiales, no eran muy recomendables: pobres, publicanos, ciegos, paralíticos, enfermos en general o, en fin, leprosos o mujeres y niños…

Todo aquello hacía que le tuviesen cierta inquina los que eran considerados conductores del pueblo judío o, lo que es lo mismo, fariseos et alii.

Pero Jesús sabía cuál era la misión que tenía encomendada y la cumplía a rajatabla y sin pararse en comportamientos políticamente correctos o pegados al qué dirán o respeto humano. Es más, algunos de los considerados sabios le dijeron en una ocasión (que sepamos) que sabían que era así.

Pues bien, Jesús se ve en la obligación de explicar con toda claridad cómo es Dios. Lo hace a través de la muy conocida parábola del hijo pródigo que bien podríamos titularla “La parábola del amor de Dios por sus hijos perdidos”.

Lo que cuenta Jesús es más que conocido: un hijo se va de la casa del padre con el dinero procedente de la parte de la herencia que le corresponde; su hermano se queda con el padre y vive allí todo el tiempo que su hermano pequeño pasa por ahí malgastando el dinero hasta que llega un momento en el que, sin una sola moneda, se ve en la obligación de volver a su casa paterna y pedir perdón.

Aquí hay varias actitudes que están más que bien definidas. Y es que siendo una parábola, todo aquello encerrada una enseñanza o muchas.

Son varios, pues, los personajes aquí: el padre que espera siempre la vuelta de su hijo. Este hombre bien puede representar a Dios que siempre espera, en efecto, el regreso de sus díscolos hijos.

El Padre del Hijo Pródigo - IEP Vitoria

Pero aquí hay dos hermanos. En realidad, lo que hay son dos actitudes ante la vida y ante la fe.

Un hermano, el que se va, lo hace porque ama más al mundo que a su padre. Pero cuando se da cuenta del error cometido (y del hambre que tiene) decide volver de donde nunca se debía haber marchado. Lo hace, ciertamente, por egoísmo, pero no escondiendo el arrepentimiento que se muestra en este texto.

El otro hermano, el mayor, se queda con el padre. Suponemos que llevando sus negocios y trabajando en la tierra, cuidando el ganado, etc. Se cree mejor que quien se ha ido a dilapidar, con prostitutas, el dinero de la herencia. Y odia. Tiene un odio grande por aquel que, ahora que vuelve, recoge el amor nunca perdido de su padre. No sabe, al parecer, que su hermano ha sido recuperado para el bien porque había sido tomado por el Mal. Pero él se siente fuerte en su situación porque se ha quedado con el padre pero, como podemos ver, con menos amor y demasiado materialismo…

Y luego nos queda el padre que había esperado pero no había perdido la esperanza. Por eso hacía lo que hacía cada día…

Aquel hombre amaba a sus dos hijos. Eso no se puede negar. Sin embargo, como es de esperar, añora a quien se ha ido porque a quien tiene a su lado lo tiene a su lado. Por eso podemos imaginar al buen hombre salir de su casa cada tarde a mirar si veía, a lo lejos, la figura de aquel hijo que se había marchado de su lado. Y no nos extraña, para nada que, cuando lo ve venir, se alegre mucho y goce mucho con aquel momento. Él esperaba el regreso de quien se había ido y, cuando lo ve volver, no puede hacer otra cosa que manifestar alegría. Y lo agasaja con lo mejor que tiene.

Ha vuelto un hijo que parecía estar muerto. Y hay mucha alegría en el Cielo por eso.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren darse cuenta de lo que importa no alejarse de Dios.

 

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que son capaces de reconocer sus pecados.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no alejarnos nunca de Ti.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Está más que bien darnos cuenta de nuestros errores. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

23.03.22

Ventana a la Tierra Media – Siempre leer a Tolkien; leer siempre a Tolkien

Resultado de imagen de JRR TOLKIEN

Pasado mañana es 25 de marzo. Y no sólo es un día muy especial desde el punto de vista católico al recordar y celebrar la Anunciación (además del Día Internacional de la Vida… por razones obvias) sino que, por si eso no fuera ya suficiente, es el llamado Día Internacional de Leer a Tolkien , en su lengua materna, Tolkien Reading Day  sin olvidar que también un 25 de marzo destruyó Frodo el Anillo en el Monte del Destino… 

Con esto vemos que la fecha en cuestión no es poca cosa sino mucha y más que mucha. 

Sin embargo, aquí nos trae la lectura (sin olvidar lo demás) Y la lectura no de un escritor cualquiera sino del gran J.R.R. Tolkien con todos los nombres y apellido… 

Todo esto surgió de una pregunta que, en su día, hiciera Sean Kirst, a la sazón periodista de The Post-Standard de Syracuse, en Nueva York. Y es que quería saber, y así preguntó The Tolkien Society si existía algo que pudiese ser llamado “día de leer a Tolkien”. Y no, hasta entonces no existía nada por el estilo. Y se puso remedio, precisamente, así: estableciendo el 25 de marzo, como decimos, como tal día.

El caso es que a nosotros, a los fieles católicos, no nos importa, para nada, destacar que, lo mismo que pasó en la Encarnación del Hijo de Dios (que celebramos, también, el 25 de marzo, como hemos dicho arriba) un mundo nuevo iba a surgir de la destrucción del Anillo Único (como también hemos dicho supra) lo mismo que surgiría uno nuevo del mismo momento en el que la Virgen María, ante el requerimiento del Ángel Gabriel, dijera sí a Dios, destruyendo, en tal sentido, el mal hecho por el hombre hasta entonces, los pecados cometidos a instancia propia o por instigación del Maligno. Y es que, a lo mejor, aquí tampoco nada es casualidad en la que, para nada, cree el que esto escribe…

Pues bien, decimos que hoy es un día muy importante para todo aquel que tenga a Tolkien por un escritor crucial en su vida o, al menos, lo conozca, aunque sea de oídas y para que la cosa deje de ser así… 

Pero, para que nadie se olvide de lo que aquí tratamos, nosotros podemos decir que leer a J.R.R. Tolkien es importante porque:

-Está más que bien que haya un escritor que plantee la existencia de un mundo, la Tierra Media, donde una serie de valores aún se tengan en cuenta.

-Está más que bien que haya un escritor que haya dado su vida ordinaria para llevar a cabo una obra tan importante como la suya.

-Está la mar de bien que haya un escritor que fuera tan meticuloso en lo que hacía que todo bien que se diga sobre lo escrito será, siempre, poco.

-Está la mar de bien que haya un escritor que, como J.R.R. Tolkien, haya escrito de tal forma que su obra es imperecedera y, por tanto, no pasa ni ha pasado de moda ni de la actualidad literaria de tal forma que podemos acceder a ella como si fuéramos los primeros que la leemos y está ahí: fresca, clara, limpia.

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido hacer, de su obra, expresión de una fe propia (siendo universal) sin que se pueda decir que ha hecho apología de la misma (aunque esto no sea poco importante, claro está) y la sutileza, en tal sentido, sea más que admirable. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que sea leído por no creyentes porque no ofende con lo que escribe a otras creencias o a no tenerlas. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que llene a sus lectores de tanta imaginación y de tanta luz interior.

-Está la mar de bien que haya un escritor que sea capaz de hacernos estar con sus personajes como si fuesen contemporáneos nuestros o los tuviésemos a nuestro lado; que los haya hecho tan cercanos, así.

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya conseguido, sin quererlo esto (claro está, pero…) que haya muchas personas que se quieran llamar de una forma propia de su Tierra Media y tengan, por decirlo así, un nombre Terramediano, un otro yo siendo sí mismos.
-Está la mar de bien que haya un escritor que haya trazado un camino de tal manera perfecta que influya de forma decisiva en la vida de sus lectores, que quede poso personal.
 

Y, en fin (y, por fin), 

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido serlo, con tal intensidad y tal perseverancia, que rubricó su vida con una obra verdaderamente inmortal, casi como la vida de uno de los Primeros Vivientes de la Tierra Media. O sin casi.

(Meme elaborado con toda la intención del mundo por… él sabe quién)

Y, para ser francos y no faltar a la verdad, esto ya lo escribimos en otra ocasión pero es que… como creemos que es tan cierto como que hubo sol y luna después de ser destruidas las dos lámparas por no queremos recordar el nombre de los que hicieron eso, hemos querido recordar algunas de las causas por las que leer a Tolkien es tan importante. Y es que, como diría Gandalf….¡corred insensatos a leerlo! y, a ser posible, todos los días. Y esto es para los que no lo leen porque sus lectores… esos ya son sensatos del todo… al menos por eso y en eso.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

21.03.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - El primero de la fila

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

  

El primero de la fila

 

“Me decía que lo mismo puede pasar con las adversidades, que uno se las carga a cuestas y otros son los que abren el camino, pero el beneficio es para todos y a todos satisface. ¿qué lugar ocuparé yo en la hilera de hormigas humanas? ¿Llevará siempre con fortaleza mi carga hasta el granero?” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 45)

 

Este texto pertenece al capítulo II del libro al que nos referimos arriba. Se titula el mismo “¿Son negros todos los días?” y, en concreto, viene referido a lo que Lolo escribe en su diario el día 13 de septiembre de 1961. Tal es el texto mientras que en el contexto habla de las hormigas. 

¿? 

No resulta tan extraño que el Beato de Linares (Jaén, España) hable de hormigas porque las ve en el balcón de su casa. Y él, tan quietecito donde se encuentra, las mira y las remira y ve lo que hacen. 

El caso es que, como hace tantas y tantas veces, lo que pudiera parecer más extraño a su situación vital sabe llevarlo más que bien a la misma y, ahora, las hormigas le dan pie (viendo cómo actúan unas con otras y cómo se atarean en sus más diversas faenas) a hablar de sí mismo y, en concreto, del lugar que ocupa en el trajín del camino por el que transita… 

No vaya a creer nadie que aquí Lolo actúa, hablando de sí mismo, de forma egoísta pues es al contrario la verdad: él se reconoce en el camino pero no va solo sino que hay otras personas que también caminan por el mismo y todas ellas ansían llegar al “granero” del que hablan llevando su “grano”, su ser mismo, sus acciones y omisiones… 

Pues bien, nos dice nuestro amigo que hay, en la fila de hormigas, una que lleva la carga y las otras le siguen. Suponemos que al hormiguero donde luego, todas ellas, se van a beneficiar del trabajo tan esforzado de aquella que había cargado con aquello. 

Lolo sabe que hace años que está pasando por muchas adversidades físicas que lo traen por el camino, cierto, de la amargura física. Sin embargo, como bien sabemos, eso no impide que sea feliz y más que feliz porque, hasta entonces y luego, ha conseguido saber sobrenadar el dolor y el sufrimiento (por muy imposible que a nosotros nos parezca eso…) y eso le ha hecho creer y estar seguro de que, sí, lleva una carga muy pesada, pero… 

Nosotros nos gusta pensar (porque seguro que era así) que Manuel Lozano Garrido ofrecía sus sufrimientos por las más santas intenciones y que Dios escuchaba tales ofrecimientos y más de una persona debió verse beneficiada en su existencia sin saber cómo ni las razones de eso. Eso sólo lo sabe el Creador pero por ahí debe andar la cosa. Por eso había quien se beneficiaba de aquella carga tan pesada que llevó Lolo tantos años.

Así debieron ser las cosas pero, como siempre pasa con Lolo, en lo que deja escrito hay algo que si no escondido, sí, algo más difícil de apreciar o de ver

Esto lo decimos por estas palabras: “¿Llevaré siempre con fortaleza mi carga al granero?” 

¡Cuánto de conciencia de saber y conocer hay aquí! 

Lolo sabe y reconoce que lleva una carga (¡Cómo no!) pero que no lo hace de forma anodina o sintiéndola que no es capaz de soportarla ni de entenderla. ¡No! Lolo lleva su pesada carga con “fortaleza”. Y lo hace, además, “siempre” porque desde el primer momento de darse cuenta de que lo suyo no tenía arreglo (como le debieron decir en Madrid, cuando acudió al médico al principio de los años 40 del pasado siglo, el XX) lo sufre todo con la alegría que sólo puede tener quien sabe y quien comprende lo que le pasa pero, sobre todo, por qué le pasa. 

Sin duda, Lolo ocupó en la hilera de hormigas humanas, el primer lugar pues llevó la carga por muchos para que muchos se beneficiaran de tal esfuerzo. Y nosotros con ellos, por supuesto.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

19.03.22

La Palabra para el Domingo - 20 de marzo de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

 

Como es obvio, hoy no es domingo 20 sino sábado, 19 de marzo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 Lc 13, 1-9

“En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ‘Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.’  Les dijo esta parábola: ‘Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo  encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’ Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.’”

COMENTARIO

La importancia de la conversión

Dios tiene mucha paciencia con sus hijos, los hombres. Queremos decir que, por mucho que caigamos en las tentaciones que nos pone el Maligno, siempre espera que regresemos a Su seno y, así, nos perdona.


A este respecto, es bien cierto que en tiempos de Cristo, cuando vino por primera vez al mundo el Hijo de Dios, la visión que se tenía de determinadas realidades espirituales era propia de aquel pueblo en el que el Creador depositó su esperanza.

Cierto es que las cosas estaban así. Por eso Jesús se ve en la obligación de poner las cartas sobre la mesa. No dulcifica la situación por la que pasaban sus hermanos los hombres sino que les dice, con toda claridad, lo que tienen que hacer.

Los ejemplos que, primero, le ponen los demás y, luego, los que Él mismo les pone, son los apropiados para que comprendan algo en lo que andaban equivocados: hay algo más que relación entre el presunto pecado y lo que le pasa al hombre.

Es cierto que podía parecer que aquellos galileos que Pilato mató y aquellos sobre los que se desplomo la torre de Siloé, que serían pecadores, habían pagado por sus pecados con aquellas terribles muertes. Y así lo pensaban muchos estableciendo una relación directa entre lo que se comete contra Dios y el castigo divino del Todopoderoso.

Lo que Jesús les dice es que aquellos que así murieron no eran más pecadores que el resto de galileos sino que, por lo general, también lo eran los otros, los que no habían muerto en aquellas circunstancias. Es que el Hijo de Dios quería hacerles ver que una cosa es lo que se hace y otra, las consecuencias de lo que se hace.

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | "Si no os  convertís, todos pereceréis del mismo modo"

De todas formas, lo que le importaba a Jesús era que comprendiesen algo muy importante y que era crucial para su vida eterna. Nos referimos a la necesidad de conversión.

Para no endulzar la situación de cada cual, Jesucristo pone en el mismo plano dos realidades espirituales: no conversión y perecimiento.

En efecto, quien no se convierta y venga a ser una persona nueva con un corazón nuevo y quien no se aleje del hombre viejo con corazón de piedra… no se salvará.

¡No se salvará! No es que Cristo les diga que, bueno, se podrá salvar aunque sea más tarde. No. Aquí no hay posibilidad, siquiera, de Purgatorio o Purificatorio, no, sino que, quien no se convierta perecerá…

Cristo utiliza una palabra terrible por el significado que tiene: perecer. Y es terrible no porque suponga, así dicho, la muerte terrena sino porque supone la peor de todas las muertes: la eterna. Y es que es más que cierto que si sólo supusiera la muerte terrena pero luego cupiese la vida eterna… ¡qué problema había en no cambiar el corazón! Pero no, Cristo dice claramente que quien no se convierta morirá… a la vida eterna.

Cabe, sin embargo, ser persevante. Es decir, no basta con creer que no es posible cambiar el corazón porque muchas veces caigamos en las tentaciones que se nos tienden. No. Y es que como aquel hombre que quiso que la higuera diese fruto y le dio una oportunidad más, lo mismo hace Dios con nosotros: nos da muchas oportunidades para que cambiemos el corazón… a cambio de que no abandonemos en tal intención.

PRECES


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Cristo.
Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren cambiar el corazón.
Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a mudar nuestro corazón por uno de carne y misericordioso.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

¡Qué importante es la conversión del corazón!

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

16.03.22

Ventana a la Tierra Media – Cartas a Christopher – 8. Espíritu Hobbit

Resultado de imagen de JRR TOLKIEN

Como suele ser habitual en J.R.R. Tolkien, para alguien que quiere escribir sobre su obra, es la misma una fuente y corriente inagotable de temas. Y, en concreto, sus “Cartas”(Edición de Minotauro, debemos decir para hacer justicia) son un una que, como dice el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua…), es de agua vivificante para todo lector y admirador del maestro de Oxford y, en concreto, para su alma.

Como se trata, por tanto, de una posibilidad más que amplia, hemos pensado que sería buena cosa, elegir algunas de las dirigió a su hijo Christopher cuando se encontraba el mismo en plena Segunda Guerra Mundial de la que, gracias a Dios, volvió con vida como hizo su padre en la otra, la Primera, de la que no sólo salió parte de su obra sino mucho del sentido que le dio a la misma. Y la cosa durará, como podemos imaginar, hasta que dure, si ustedes nos entienden… 

Pues bienel 6 de mayo de 1944 escribe el padre al hijo una carta (numerada con el 22 desde que empezó a hacer tal cosa) en la que decía esto que sigue: 

“Bueno, ahí tienes; un hobbit entre Urukhai. Mantén el hobbitismo en el corazón, y piensa que ésa es la sensación que producen todas las historias cuando se está en ella.”

Quizá podía pensarse que esto que dice J.R.R. es algo extraño. Sin embargo, lo dice después de haber escrito (inmediatamente antes) sobre la situación en la que se encuentra su hijo Christopher en plena Segunda Mundial y sabiendo que él mismo estuvo en una situación similar (aunque durase poco la misma) cuando participó en la Primera gran Guerra del siglo XX (entre 1914 y 1918) 

Nada, de todas formas, aquí es extraño

Tour privado de Auckland a Hobbiton | GetYourGuide

En primer lugar, porque El Hobbit había sido publicado unos años antes y ambos sabían a qué se refería el padre al decir eso del “hobbitismo”. Ya no se trataba de un ser que vivía en agujero en el suelo sino que el mismo había salido del mismo y ya hacían algún tiempo que había tenido una aventura inesperada. 

Pero es que, por decirlo así, mucho tenía que ver lo que decía J.R.R. acerca de la actitud que debía tener su hijo allá en África y lo que él mismo pensaba sobre sí

El caso es que la comprensión de lo que entonces pasaba era más que evidente por parte del padre. Y es que antes dice, refiriéndose a la situación general de la guerra, esto: 

“Pero todas las Grandes Cosas planificadas en grande le dan esa sensación a la persona en el potro del tormento, aunque en general funcionan y cumplen su cometido. Un cometido en definitiva malo. Porque estamos intentando conquistar a Sauron con el Anillo. Y (según parece) lo lograremos. Pero el precio es, como lo sabrás, criar nuevos Saurons y lentamente ir convirtiendo a Hombres y Elfos en Orcos. Esto no quiere decir que en la vida real las cosas resulten tan claras con en una historia, y empezamos con un vasto número de Orcos de nuestro lado…”

Con esto entendemos que le quería decir J.R.R. a Christopher que las circunstancias en las que se encontraban no iban a desembocar, en definitiva, en nada bueno pues todo podría repetirse con el tiempo. Sin embargo, que en su situación debía, eso, comportarse como lo haría un Hobbit. 

Ser como un Hobbit y tener el comportamiento de uno de ellos debía ser el pensamiento, así dicho en general, del propio autor de tal obra. Y es que, como él mismo dice en alguna ocasión, quizá a través de uno de sus personajes (Thorin, Escudo de Roble) “Si le diéramos más valor a la comida, la alegría y las canciones que al oro atesorado, este mundo sería más feliz” y que sí, que se trata de un Enano pero no quita que un Hobbit (tan especializado en el comer y lo demás) pudiera pensar lo mismo. 

La buena vida, en fin, como ejemplo de cómo se puede vivir o anhelar vivir. Tal forma de pensar y, luego, en su espacio ideal que es La Comarca, donde toda intoxicación maquinista del mundo exterior está fuera de lugar y no se aprecia nada de nada… 

Es cierto y verdad que J.R.R. Tolkien no tuvo una buena vida, por decirlo así, hasta que empezó a escribir y eso le rentó económicamente. Sin embargo en su espíritu más profundo y en todo de su corazón, el hobbitismo del que habla y recomienda a su hijo Christopher plasma a la perfección su voluntad de

- Vivir lo más tranquilo posible,

- Tener buenas conversiones sin prisa,

 - Echarse a la boca la pipa con el buen tabaco de La Comarca que el Viejo Tobby había sabido elaborar, bien fuera la hoja de Valle Largo o Estrella Sureña, 

- A ser posible, no tener  o protagonizar excesivas aventuras, 

- Disfrutar de unas buenas ingestas de las más variadas viandas de su tierra, 

- Procurar ser lo más sedentario posible, 

- Ser lo más amigable y pacífico posible, 

- Manifestar siempre una clara aversión a la guerra, 

- Cantar en buena compañía, 

- Contar cuentos de tiempos pasados,

 - Etc., etc. y etc.

Entendemos, por tanto,  que cuando J.R.R. Tolkien recomendaba el tal espíritu Hobbit no es que lo hiciera como algo beneficioso para otra persona (que también) sino que él mismo estaba imbuido del mismo y le gustaba ser, eso seguro, uno de aquellos medianos personajes que tanto bien han hecho al mundo, en general, y a nosotros, en particular.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.