17.02.14

Serie oraciones – invocaciones - Oración a San Valentín

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones – Invocaciones: Oración a San Valentín

San Valentín

Glorioso mártir San Valentín, colmado de copiosas bendiciones, poderoso en la palabra y en las obras. Grande a los ojos de Dios y de los hombres, por tu humildad y el ardiente celo con que procuraste la conversión de tantas almas a expensas de indecibles trabajos y persecuciones.

Te suplico infundas en mi alma aversión a la vanidad y a los falsos placeres del mundo, inculca pureza a mis sentimientos e infúndeme espíritu de penitencia para llegar a comprender los sufrimientos redentores de nuestro Salvador.

Te ruego intercedas ante Dios nuestro Señor, para que me conceda la gracia que fervorosamente pido (se expresa la gracia deseada)

Guíame y líbrame de todo peligro espiritual y material. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

El conocido como santo de los enamorados fue una persona de fe profunda que le llevó, por eso mismo, a la muerte terrena. Sin embargo, las características propias de este hermano en la fe nos permiten dirigirnos a su intercesión para todo aquello que pueda sernos útil en el sentido propio de la vida de Valentín.

Pedimos, por ejemplo, por una virtud tan fundamental para los discípulos de Cristo como es la humildad. El Hijo de Dios, que fue humilde entre los humildes, ha de escuchar las oraciones de aquellos que, con tal espíritu, queremos alcanzar, al menos de lejos, aquella actitud humilde que nos permita alcanzar el corazón del Padre que, misericordioso, siempre nos escucha.

Pero si algo que caracteriza a Valentín, luego santo de la Iglesia católica, es el haber procurado, con su actitud cristiana, la conversión de muchas personas de su época. Tal forma de actuar ha de ser propia de todo discípulo de Cristo pero hay circunstancias que, en demasiadas ocasiones, nos impiden actuar de tal forma que se procure la conversión de los alejados del Señor o de aquellos que, conociéndolo, no muestran que eso así sea.

Entre aquello que nos puede alejar y que, de hecho, nos aleja de Dios Padre Todopoderoso es aquello que nos ata al mundo y que, por eso mismo, impide que estemos cerca del Creador. Todo aquello que se nos propone desde la mundanidad no nos deja mantener una relación estable con Dios porque pone obstáculos a la misma.

Así, por lo mismo, aquello que nos hace vanos o que nos atrae de tal forma a lo placentero que hace imposible mirar hacia Dios porque el Padre no quiere tales comportamientos los llevemos a cabo, le pedimos al santo que nos auxilie en tales situaciones, y que procure, para nuestro corazón, una pureza de la que tantas veces nos alejamos por egoísmos humanos y excesivos miramientos mundanos.

Pero, por otra parte, conocer lo que Jesucristo sufrió en los últimos momentos de su vida terrena, en aquella Pasión que es, también, tan nuestra, ha de procurar, para nosotros, un espíritu de penitencia, en recuerdo de aquello que pasó el Maestro, que también pedimos a San Valentín. Él supo comprender lo que era aquello en su vida, lo que suponía en su existencia y, por eso mismo, nos dirigimos a quien tanto reveló que era discípulo de Cristo para que haga, por nosotros, lo que pueda ante Dios Nuestro Señor.

Eleuterio Fernández Guzmán

El Pensador

Me han hecho llegar, de parte de la Editorial Stella Maris la convocatoria del I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR.

Las bases son las que siguen:


1.- Editorial Stella Maris convoca el I Premio de Ensayo REVISTA EL PENSADOR, conforme a las presentes bases.

2.- Podrán concurrir al Premio cualesquiera obras inéditas de ensayo, en lengua castellana, cuya temática verse sobre “De Franco a hoy: evolución de España desde 1975 a 2013″ desde el punto de vista social, cultural y/o moral. Esta temática podrá ser abordada en conjunto o desde cualquier aspecto concreto.

3.- Las obras tendrán una extensión mínima de 150 páginas y máxima de 300. La tipografía a utilizar será el Times New Roman, tamaño 12, espaciada a 1,5. Se presentarán dos copias impresas en papel y se adjuntará una copia en formato word.

4.- Los autores, que podrán ser de cualquier nacionalidad, entregarán sus obras firmadas con nombre y apellidos, o con pseudónimo.

En el caso de que la obra venga firmada con nombre y apellidos, es obliga-torio incluir fotocopia del documento oficial de identidad, una hoja con los datos personales (nombre y apellidos, dirección postal, teléfono y email), un currículum vitae detallado del autor, así como un certificado firmado en donde se haga constar que la misma es propiedad del autor, que no tiene derechos cedidos a o comprometidos con terceros y que es inédita.

En el caso de que la obra sea presentada bajo pseudónimo, se incorporará una plica (con el título de la obra y el pseudónimo utilizado), en cuyo interior se incluirá la documentación referida en el párrafo anterior. Las plicas sólo serán abiertas en el caso de que la obra fuera premiada. En caso contrario serán destruidas junto a los originales presentados.

5.- Se admite la presentación de obras colectivas, pero en este caso el premio se repartirá a prorrata entre los autores. Y la documentación exigida en la cláusula anterior regirá por cada uno de ellos.

6.- Las obras presentadas al Premio no podrán ser editadas, reproducidas, cedidas o comprometidas con terceros, hasta el fallo definitivo. El ganador y, en su caso, los accésits ceden, por el mismo acto del fallo y de manera inmediata, los derechos exclusivos y universales de edición durante quince años a favor de Stella Maris.

Ninguna obra presentada al Premio podrá ser retirada del concurso hasta el fallo del Jurado.

7.- El Premio consistirá en:
* 6.000 euros en concepto de anticipos de derechos de autor.
* Publicación de la obra en una de las colecciones de Stella Maris.
* El 7% sobre las ventas, en concepto de derechos de autor.

8.- El Premio puede ser declarado desierto. Asimismo puede otorgarse un Accésit por cada una de las siguientes modalidades: Ciencias Sociales, Cultura y Filosofía.

El premio de cada accésit será un diploma acreditativo. Stella Maris se reservará el derecho de publicación de cada accésit y, en este caso, el otorgamiento de un 7% sobre ventas en concepto de derechos de autor.

9.- El plazo máximo de presentación de obras que opten al Premio comienza el 1 de febrero y finaliza el 29 de diciembre de 2014 a las 24 horas.
Las obras deberán presentarse por correo certificado a la siguiente dirección:

Stella Maris
(PREMIO “REVISTA EL PENSADOR")
c/. Rosario 47-49
08007 Barcelona

10.- El Jurado estará compuesto por cinco profesores universitarios e intelectuales de reconocido prestigio, designados por Stella Maris. La composición del Jurado se hará pública al mismo tiempo que el fallo del Premio.

11.- El premio será fallado el 27 de febrero de 2015 y será publicado al día siguiente, comunicándose directamente además al ganador y accesits. El fallo del jurado será inapelable.

Las obras no premiadas serán automáticamente destruidas y no se devolverán en ningún caso a sus autores. Stella Maris no están obligados a mantener correspondencia con ninguno de los aspirantes al Premio.

12.- La concurrencia al Premio implica la aceptación expresa de las presentes bases de convocatoria.

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dirigirse a Dios es un privilegio que sólo tienen aquellos que creen en el Todopoderoso. Debemos hacer, por tanto, uso de tal instrumento espiritual siempre que seamos capaces de darnos cuenta de lo que supone.

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Para leer Fe y Obras.
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InfoCatólica necesita vuestra ayuda.

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.

14.02.14

La Palabra del Domingo - 16 de febrero de 2014

Mt 5, 17-37

Biblia

17 “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.18 Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda.19 Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. 20 «Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. 21 «Habéis oído que se dijo a los antepasados: = No matarás; = y aquel que mate será reo ante el tribunal. 22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano ‘imbécil’, será reo ante el Sanedrín; y el que le llame ‘renegado’, será reo de la gehenna de fuego. 23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. 25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. 26 Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. 27 ‘Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. = 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna. 31 ‘También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. = 32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. 33 ‘Habéis oído también que se dijo a los antepasados: = No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. = 34 Pues yo digo que no juréis en modo alguno: ni por el = Cielo =, porque es = el trono de Dios, = 35 ni por = la Tierra, = porque es = el escabel de sus pies; = ni por = Jerusalén =, porque es = la ciudad del gran rey. = 36 Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. 37 Sea vuestro lenguaje: ‘Sí, sí’; ‘no, no’: que lo que pasa de aquí viene del Maligno”.

COMENTARIO

La Ley de Dios es ésta

Si alguien piensa, o ha pensado a lo largo de la historia, que la Ley de Dios, la auténtica y no la que muchas veces entendemos como tal, es fácil de cumplir en nuestra vida ordinaria, sin duda alguna, se ha equivocado de cabo a rabo.

En tiempos de Jesús se había llegado a una conclusión clara al respecto de la misma: se habían establecido muchos más preceptos que los pocos que Dios entregó a Moisés y, así, mucho se había acomodado a la voluntad del ser humano y no, precisamente, a la de Dios.

Decía Jesús que no había venido a abolir la Ley de Dios (¡Faltaría más, siendo Él mismo Dios hecho hombre!) sino a darle cumplimiento. A darle verdadero cumplimiento, debió querer decir pues el hombre creía que estaba cumpliéndola cuando, en realidad y por lo que se dice en el Evangelio de hoy, no parecía ser así.

Mucho se dice en este texto del evangelista que fuera recaudador de impuestos. Se dice mucho porque muchos eran los puntos acerca de la comprensión de la voluntad de Dios que, según se deduce de lo expresado por Cristo, no se habían entendido.

Por eso, Jesús ha de corregir las desviaciones de muchas cosas: no matar, el adulterio, la comprensión hacia el hermano…

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Eppur si muove - San Valentín, el de verdad

San Valentín

Aunque pudiera pensarse que Eppur si muove no es lugar para traer temas como el que hoy se trae, la verdad es que es bastante cierto que si la Iglesia católica ha seguido hacia delante ha sido, precisamente, por personas como Valentín, a quien hoy celebramos. Sin embargo, bien sabemos la manipulación economicista que se hace de este santo. Por eso, traer algo de su real vida, a lo mejor afianza la fe de quienes creen que, en efecto, es el santo del amor material.

Hay que reconocer que una época de la historia del cristianismo en la que ha habido gran persecución fue la que se refiere a finales del siglo III de la era cristiana.

Valentín, sacerdote que vivía en Roma, tuvo que sufrir, también, aquella persecución.

Claudio II, emperador que, por entonces, gobernaba el Imperio, no gustaba de los matrimonios porque entendía que un hombre soltero era mejor soldado. Eso le llevó a prohibirlos con el consiguiente malestar, es de suponer, entre aquellos que ponían por encima de tan noble labor de soldado una vida familiar que, además, podían compatibilizar con tal trabajo.

Valentín no estaba de acuerdo con tal medida y seguía celebrando matrimonios aunque es de entender que en secreto. Eso era un desafío en toda regla a las órdenes del emperador y tal forma de actuar no iba a tardar en acarrearle malas consecuencias porque, además, el sacerdote díscolo a las normas imperiales gozaba de una muy reconocida fama en toda Roma.

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13.02.14

No me dirán ustedes que esto no tiene tela

Castellani

El teólogo José Antonio Pagola tiene por costumbre escribir comentarios del texto del Evangelio que, cada domingo, nos ofrece el Calendario litúrgico. Y eso está bien pues es lo que se espera de alguien como José Antonio Pagola.

Sin embargo, ya sabemos lo que puede pasar en según qué casos.

Para el próximo domingo, 16 de febrero, corresponde a los versículos 17 al 37 del capítulo 5 del Evangelio de san Mateo que dice esto:

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12.02.14

¿Por qué tenemos que soportar esto? Ni debemos ni nos da la santa gana

Unión Europea

Homofobia.

Esta palabra da para mucho. Es más, hay personas que se suben a sus espaldas para ganarse la vida.

Sirve, además, para atacar a quien no está de acuerdo con las posiciones que defienden sus acérrimos defensores.

Pero, por si esto no fuera, ya, suficiente, la cara dura de más de uno y la bajada de pantalones y de falta de más de otros y otras hasta consigue que lo que es el gusto sexual personal de unas personas se acabe imponiendo a la gran mayoría que no son de tal gusto sexual.

¿Es, esto, el mundo al revés o es un mundo de locos dominado por chiquilicuatres gays?

El caso es que una tal Ulrike Lunacek (aquí, de cuerpo presente), a la sazón eurodiputada austríaca perteneciente a lo más granado del Parlamento Europeo (Verdes et alii), ha conseguido no lo imposible, porque ya sabemos cómo está la cosa al respecto de lo políticamente correcto de la cobardía de muchos, pero sí lo que es insoportable.

Hace unos días, la columna “democrática” que sostiene a la vieja Europa ha votado a favor de un denominado “Informe Lunacek”. Esto es como si se pone al lobo a cuidar a las ovejas.

Decimos esto porque que se propicie que una persona, conocida lesbiana perteneciente a la izquierda más radical, informe acerca de la llamada “Homofobia” es como para tirar cohetes y ver cómo suben y explotan.

Ahora bien que no sólo se permita que tal persona informe sino que, además, se apruebe tal informe, es como demasié, algo como para decir que hay más de uno en Europa que no está bien de su caletre, sesera o cabeza.

Pero eso es lo que, exactamente, ha pasado.

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11.02.14

Un amigo de Lolo - Esa extraña virtud de la pureza

Hoy celebramos la festividad de la Virgen de Lourdes.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Esa extraña virtud de la pureza

“Los niños que Dios más quiere son aquellos, de pantalón largo o medias, que en medio del huracán de las pasiones sostienen la llama de la pureza”.
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (653)

Hay palabras que, por su escaso uso o la escasa aplicación práctica de las mismas, pueden acabar por perder el sentido que las diferencia de otras.

De algunas, además, huimos porque significan mucho para lo que es nuestra vida y no estamos dispuestos a que su semilla arraigue en nuestra tierra íntima.

Cuando, por si lo dicho no fuera ya suficiente como para mostrar lo que podemos llegar a ser no siendo lo que debemos ser, uno de los vocablos a los nos referimos puede mostrar unas claras diferencias entre los discípulos de Cristo y los que no lo son, bien podemos decir que el olvido de los mismos es, básicamente, perjudicial para nosotros. Y nos perjudica porque su puesta en ser nos construye y nos forma.

Por eso cuando, por ejemplo, preterimos la pureza lo único que conseguimos es vaciar nuestro corazón de lo bueno y mejor que Dios nos entrega cuando decide que debemos ser creados, nos crea y nos sostiene; nos crea y nos sostiene, pues tal es la verdad de una realidad, la nuestra, a veces tan alejada del origen eterno de lo que somos.

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10.02.14

Serie oraciones – invocaciones - Ven, Espíritu Santo

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones – Invocaciones: Ven, Espíritu Santo

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9.02.14

La Palabra del Domingo - 9 de febrero de 2014

Biblia

Mt 5, 13-16

“13 Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. 15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

COMENTARIO

Lo que somos y lo que podemos llegar a ser

Sal. Luz. Celemín.

Con tales palabras define a la perfección Jesús qué somos pero, por desgracia, lo que podemos ser o llegar a ser.

Es bien cierto que Jesús, cuando vino al mundo, cuando fue enviado por el Padre para que se cumplieran todas las sílabas de Su Ley, alimentó el corazón de aquellas personas que le escuchaban y supieron entender lo que decía y, ahora mismo, hace otro tanto con otros millones de personas.

Así, Jesucristo convirtió a sus discípulos en seres humanos que, como los demás, habían conocido al Mesías y, por tanto, no podían seguir actuando igual como, hasta entonces, habían actuado. Debían cambiar el corazón y pasarlo a tener de carne y no de piedra, ser misericordiosos, perdonar al ser ofendidos, etc.

Eso suponía que los discípulos de Cristo sólo podían ser sal y sólo podían ser luz. Y eso quería decir, en primer lugar, que debían ser, entre los sus prójimos, como el alimento espiritual que enriquece la existencia y la pone al servicio de Dios y del más cercano. Además, debían servir de faro, iluminar, en fin, el camino de todos aquellos que no encontraban la senda hacia el definitivo Reino de Dios. Ser, en suma, luz.

Es fácil, pues, entender, lo que quiere Jesús.

Es fácil, también, equivocarse y no ser, para nada, lo que quiere Jesús.

No somos sal ni somos luz si no hacemos lo posible para que la doctrina cristiana se difunda por el mundo y se aplique a nuestras propias situaciones; no sal ni luz si escondemos lo que nunca debemos esconder y que tiene mucho que ver con Dios, con su Palabra y, también, con su Hijo Jesucristo.

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8.02.14

Serie Fundación GRATIS DATE – Oración al paso de las Horas (I), de Julián López Martín, Obispo de León (España).

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

Oración al paso de las Horas (I), de Julián López Martín, Obispo de León (España).

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7.02.14

Eppur si muove - Sobre infieles e infidelidades

Infidelidades en la Iglesia

Este tema pueda parecer un poco peliagudo porque están implicados muchos creyentes, todos, y, por eso mismo, hay que hilar muy fino al respecto del mismo.

Pues bien. Como bien sabemos, una vez una persona ha sido bautizada (generalmente cuando nada puede decir al respeto de su bautizo pero hecho por conveniencia de su alma y en beneficio de la tal persona) entra en la Iglesia católica. Hasta aquí ningún problema pues se entiende con facilidad.

Luego, es posible que la persona vaya formando su espíritu católico con catequesis, cursos de formación o cualquier otro medio al alcance, hoy día, de cualquiera.

Es, también, posible que muchos católicos no tengan acceso a ningún tipo de formación y tengan una fe, digamos, sencilla pero, tantas y tantas veces, más profunda que los mejor formados pues, como sabemos porque lo dijo Cristo, Dios reserva lo más importante, muchas veces, para los sencillos en la fe.

Pues bien. Llegado un momento determinado de nuestra vida espiritual, es más que probable que nos enfrentemos con determinas doctrinas, sean o no sean dogmas, que nos produzcan desapego a las mismas.

El tal desapego puede conducir a manifestar cierta infidelidad que puede ser causada, a saber:

1. Por ignorancia acerca de la doctrina católica.

2. Por voluntad propia, con conocimiento de la doctrina católica.

3. Por afán manifiestamente contrario a la doctrina católica.

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