Estamos reproduciendo, como última fase de estas Meditaciones de Cuaresma, la obra de teatro escrita por el que suscribe de título “La Última Cena”, cuyo título nos excusa dar explicación de su tema.

Acto III - Cuadro 2º -  Cristo ha de volver

Los Apóstoles se dan cuenta de que su vida no va a ser fácil en lo sucesivo, pero confían en su Maestro y lo miran con esperanza.

Jesucristo: No debe turbarse vuestro corazón por lo que os he dicho.

Pedro: Pero, Maestro, has dicho que nos pueden pasar cosas terribles.

Jesucristo: Sí, Pedro. Y os pasarán porque muchos no han conocido ni a mi Padre ni a mí, como os he dicho.

Juan: ¿Qué debemos esperar, Maestro?

Jesucristo: Ya os dicho que os voy a enviar al Espíritu Santo. Y si no me voy, no podré enviarlo. Él convencerá al mundo sobre el pecado, la justicia y el juicio.

Tomás: ¿Qué quieres decir, Maestro?

Jesucristo: Quiero decir, Tomás, que el Espíritu Santo convencerá sobre el pecado a los que no han querido creer en mí; sobre la justicia porque voy al Padre y ya no me veréis y sobre el juicio porque ya está juzgado el Príncipe de este mundo.

Bartolomé: ¿Nos vas a enseñar más, Maestro?

Jesucristo: La verdad es que tengo mucho que deciros pero no podéis con ello. Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa. Además, no hablará por su cuenta sino que hablará lo que oiga y os anunciará lo que ha de venir.

Pedro: El Espíritu Santo, Maestro, ¿Es parte de Dios?

Jesucristo: El Espíritu Santo es Dios mismo, es el amor entre mi Padre y Yo. Por eso me dará gloria al recibir de lo mío y anunciároslo a vosotros. Debéis saber que todo lo que tiene el Padre es mío y que por eso os digo que el Espíritu Santo recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.

Juan: Maestro, si te vas al Padre, ¿Cuándo volveremos a verte; volveremos a verte?

Jesucristo: Sí, Juan. Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver… ya os lo he dicho antes.

Pedro: Eso yo no lo entiendo, Maestro. Esto también te lo he dicho antes.

Jesucristo: Pedro y vosotros, escuchad esta palabra que os digo: vosotros estáis tristes porque os he dicho lo que me va a pasar y que pronto ya no me veréis. Pero cuando me volváis a ver se alegrará vuestro corazón y esa alegría nadie os la podrá quitar. Además, tengo que deciros algo que es muy importante.

Pedro: ¿Sí, Maestro; que es eso tan importante que nos quieres decir?

Jesucristo: Sabéis que os enseñé la oración que me pedisteis cuando queríais aprender a orar. Pues ahora os digo que hasta ahora nada habéis pedido a Dios en mi nombre. Pues a partir de cuando vuelva a veros podréis pedir a Dios en mi nombre y lo que pidáis en mi nombre os será concedido por mi Padre. Os digo esto por tercera vez para que entendáis y, entendiendo, hagáis como os digo.

Juan: ¿En tu nombre todo nos será concedido, Maestro?

Jesucristo: Juan, mi querido discípulo. Yo rogaré al Padre por vosotros y todo lo que mi Padre crea que es importante para vosotros os lo concederá. Y es que mi Padre os quiere porque vosotros me queréis a mí y creéis que yo salí de Dios, mi Padre y el vuestro.

Pedro: Sí, Maestro. Nosotros creemos que eres el Enviado de Dios al mundo, Quien tanto hemos estado esperando durante siglos.

Jesucristo: Eso, Pedro, no te lo ha revelado ningún hombre sino mi Padre que está en el Cielo. Por eso os digo que yo, que he salido del Padre, vuelvo al Padre.

Andrés: Ahora sí que hablas claro y no dices ninguna parábola. Ahora entendemos muchas cosas.

Jesucristo: Andrés, amigo, y mucho más vais a entender cuando os vuelva a ver; mucho más que ahora aun no sois capaces de ver veréis con toda claridad, como si se hubiese limpiado la suciedad de los ojos.

Pedro: Maestro, te decimos que sí, que creemos en Ti, que sabemos Quién eres.

Jesucristo: Pedro, hermano mío y primero de entre estos, te digo a ti y a vosotros que, en muy pocos días, os vais a dispersar, tendréis miedo y me dejaréis solo aunque, en verdad, nunca estoy solo porque mi Padre está siempre conmigo.

De todas formas, Pedro, todo esto que os he dicho lo he hecho para que la paz de Dios llene vuestro corazón y tengáis paz en mí. Sabéis, os lo he dicho, que en el mundo vais a tener tribulación y asechanzas del Maligno pero debéis tener ánimo porque yo he vencido al mundo y pronto veréis que así es.

SE CIERRA EL TELÓN

Eleuterio Fernández Guzmán

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Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tiempo de espera y de esperanza es la Cuaresma.

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Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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