Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro"- Me acuso (3)
Presentación
Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.
Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.
A partir de hoy, y con la ayuda de Dios, vamos a dedicar los próximos artículos referidos al Beato Manuel Lozano Garrido, a traer aquí textos de sus libros. Y vamos a hacerlo empezando por el primero de ellos, de título “Mesa redonda con Dios”.
Me acuso (3)
Durante unas semanas vamos a traer a este especial apartado dedicado al Beato Lolo una serie de “acusaciones” que nos vienen la mar de bien para, si es posible, evitarlas nosotros. Se encuentran en la página 166 de su “Mesa redonda con Dios”.
“No, Cristo, no hables, que soy yo quien debe hacer de propio fiscal:
Ahí voy:
De mi aire de místico perdonavidas, que va por la calle como quien ya se inmunizó de la viruela de la culpa”.
¡Cuánta razón tiene, aquí también, el Beato Manuel Lozano Garrido! Y es que conocer el corazón del hombre le viene, a él, la mar de bien y a nosotros, mucho mejor.
El caso es que no es nada extraño lo que nos plantea nuestro Beato. Vamos a ver.
Cuando tenemos una sólida fe o, al menos, cuando creemos que la tenemos (recordemos aquí aquello que dijo Jesucristo acerca de que se le quitará, a quien cree que tiene, hasta lo que tiene porque, en verdad, no tiene nada de fe…) no es nada raro que vayamos por el mundo con el corazón demasiado altanero, demasiado soberbio.
La soberbia, en este caso, supone no comprender, en el fondo, lo que somos. Y somos, bien lo sabemos, también, en el fondo, nada ante Dios. Y eso debería hacernos pensar que no podemos ir por el mundo como nos dice Lolo que va él.
Habla nuestro Beato de comportarse como un “místico perdonavidas”. Mirar, pues, por encima del hombro a quien es nuestro prójimo (¡tantas veces mejor, espiritualmente, que nosotros) porque nos creemos más o, simplemente, porque lo vemos muy por debajo de nuestro nivel espiritual, no está alejado de nuestra vida. Es más, a nadie se le puede escapar que alguna vez (a lo mejor, más) podemos caer en esta trampa que el Maligno nos pone y en la que, diríamos incluso que con gozo, caemos.
Pareciera que perdonamos la vida del alma a quien se nos pone por delante. Y tal forma de comportarse no es la más adecuada según quiere nuestro Padre del Cielo que sea. Es más, es, justamente, la contraria. Y eso nos debería pesar mucho en el corazón.
En realidad, creer que no podemos caer en pecado porque, a lo mejor, hayamos confesados los últimos en los que sí hemos caído, es no querer darse cuenta de nuestra naturaleza. Y es que si ya nacemos con un pecado, el original, ¿quién puede creer que, aunque se nos limpie, no va a caer más en tal tipo de comportamiento?
No. Bien sabemos lo que nos pasa y que, por mucho que queramos, no vamos a poder (salvo espíritu fuerte y santo) evitar el pecado. Seguramente lo intentaremos pero, a la corta o a la larga, seremos, otra vez, culpables de un tipo de comportamiento de tal jaez.
El Beato Manuel Lozano Garrido sabe que debe confesar eso y que hacerlo es manifestar un gran conocimiento de sí mismo. Y es que no se oculta la realidad en la que se encuentra y tal forma de reconocer su existencia espiritual es la forma más segura de corregirla. No mete, así, la cabeza en ningún sitio (como para esconderse y no ver la realidad) que no sea donde debe estar y muestra, además, una realidad insoslayable: es pecador y eso debe poner coto a determinadas manifestaciones espirituales que lastran mucho nuestra alma.
Eleuterio Fernández Guzmán
Para entrar en la Liga de Defensa Católica.
INFORMACIÓN DE ÚLTIMA HORA
A la venta la 2ª edición del libro inédito del beato Lolo
Ya está disponible la 2ª edición de Las siete vidas del hombre de la calle, libro inédito de nuestro querido beato Lolo. La acogida ha sido tal que hemos tenido que reeditarlo para atender la creciente demanda del mismo: amigos de Lolo y su obra, para regalar, para centros de lectura y bibliotecas, librerías,… innumerables destinos para los hemos realizado una segunda edición de hermoso e inédito libro.
Si aún no lo compraste o si aún no lo regalaste ¡ahora es el momento de pedirlo!
Recuerda que, con la adquisición de estos libros…
- … enriqueces la vida espiritual de quién lo lea.
- … colaboras a difundir la obra y devoción hacia nuestro querido Beato Lolo.
- … colaboras a sufragar los gastos de la Fundación.
Ahora puedes adquirir tu ejemplar de la 2ª edición del libro inédito del Beato Lolo, escrito en el año 1960, “Las siete vidas del hombre de la calle”, pidiéndolo en:
Teléfono: 953692408
E-mail: [email protected].
Colaboración económica: 6 € + gastos de envío
¡No pierdas esta oportunidad!
……………………….
Por la libertad de Asia Bibi.
……………………..
Por el respeto a la libertad religiosa
……………………..
Enlace a Libros y otros textos.
……………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.
…………………………….
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
…………………………….
InfoCatólica necesita vuestra ayuda.
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.
Presentación
Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.
Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.
A partir de hoy, y con la ayuda de Dios, vamos a dedicar los próximos artículos referidos al Beato Manuel Lozano Garrido, a traer aquí textos de sus libros. Y vamos a hacerlo empezando por el primero de ellos, de título “Mesa redonda con Dios”.
Me acuso (3)
Durante unas semanas vamos a traer a este especial apartado dedicado al Beato Lolo una serie de “acusaciones” que nos vienen la mar de bien para, si es posible, evitarlas nosotros. Se encuentran en la página 166 de su “Mesa redonda con Dios”.
“No, Cristo, no hables, que soy yo quien debe hacer de propio fiscal:
Ahí voy:
De mi aire de místico perdonavidas, que va por la calle como quien ya se inmunizó de la viruela de la culpa”.
¡Cuánta razón tiene, aquí también, el Beato Manuel Lozano Garrido! Y es que conocer el corazón del hombre le viene, a él, la mar de bien y a nosotros, mucho mejor.
El caso es que no es nada extraño lo que nos plantea nuestro Beato. Vamos a ver.
Cuando tenemos una sólida fe o, al menos, cuando creemos que la tenemos (recordemos aquí aquello que dijo Jesucristo acerca de que se le quitará, a quien cree que tiene, hasta lo que tiene porque, en verdad, no tiene nada de fe…) no es nada raro que vayamos por el mundo con el corazón demasiado altanero, demasiado soberbio.
La soberbia, en este caso, supone no comprender, en el fondo, lo que somos. Y somos, bien lo sabemos, también, en el fondo, nada ante Dios. Y eso debería hacernos pensar que no podemos ir por el mundo como nos dice Lolo que va él.
Habla nuestro Beato de comportarse como un “místico perdonavidas”. Mirar, pues, por encima del hombro a quien es nuestro prójimo (¡tantas veces mejor, espiritualmente, que nosotros) porque nos creemos más o, simplemente, porque lo vemos muy por debajo de nuestro nivel espiritual, no está alejado de nuestra vida. Es más, a nadie se le puede escapar que alguna vez (a lo mejor, más) podemos caer en esta trampa que el Maligno nos pone y en la que, diríamos incluso que con gozo, caemos.
Pareciera que perdonamos la vida del alma a quien se nos pone por delante. Y tal forma de comportarse no es la más adecuada según quiere nuestro Padre del Cielo que sea. Es más, es, justamente, la contraria. Y eso nos debería pesar mucho en el corazón.
En realidad, creer que no podemos caer en pecado porque, a lo mejor, hayamos confesados los últimos en los que sí hemos caído, es no querer darse cuenta de nuestra naturaleza. Y es que si ya nacemos con un pecado, el original, ¿quién puede creer que, aunque se nos limpie, no va a caer más en tal tipo de comportamiento?
No. Bien sabemos lo que nos pasa y que, por mucho que queramos, no vamos a poder (salvo espíritu fuerte y santo) evitar el pecado. Seguramente lo intentaremos pero, a la corta o a la larga, seremos, otra vez, culpables de un tipo de comportamiento de tal jaez.
El Beato Manuel Lozano Garrido sabe que debe confesar eso y que hacerlo es manifestar un gran conocimiento de sí mismo. Y es que no se oculta la realidad en la que se encuentra y tal forma de reconocer su existencia espiritual es la forma más segura de corregirla. No mete, así, la cabeza en ningún sitio (como para esconderse y no ver la realidad) que no sea donde debe estar y muestra, además, una realidad insoslayable: es pecador y eso debe poner coto a determinadas manifestaciones espirituales que lastran mucho nuestra alma.
Eleuterio Fernández Guzmán
Para entrar en la Liga de Defensa Católica.
INFORMACIÓN DE ÚLTIMA HORA
A la venta la 2ª edición del libro inédito del beato Lolo
Ya está disponible la 2ª edición de Las siete vidas del hombre de la calle, libro inédito de nuestro querido beato Lolo. La acogida ha sido tal que hemos tenido que reeditarlo para atender la creciente demanda del mismo: amigos de Lolo y su obra, para regalar, para centros de lectura y bibliotecas, librerías,… innumerables destinos para los hemos realizado una segunda edición de hermoso e inédito libro.
Si aún no lo compraste o si aún no lo regalaste ¡ahora es el momento de pedirlo!
Recuerda que, con la adquisición de estos libros…
- … enriqueces la vida espiritual de quién lo lea.
- … colaboras a difundir la obra y devoción hacia nuestro querido Beato Lolo.
- … colaboras a sufragar los gastos de la Fundación.
Ahora puedes adquirir tu ejemplar de la 2ª edición del libro inédito del Beato Lolo, escrito en el año 1960, “Las siete vidas del hombre de la calle”, pidiéndolo en:
Teléfono: 953692408
E-mail: [email protected].
Colaboración económica: 6 € + gastos de envío
¡No pierdas esta oportunidad!
……………………….
Por la libertad de Asia Bibi.
……………………..
Por el respeto a la libertad religiosa
……………………..
Enlace a Libros y otros textos.
……………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.
…………………………….
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
…………………………….
InfoCatólica necesita vuestra ayuda.
Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7), y haz click aquí.
Todavía no hay comentarios
Dejar un comentario