Reseña: Colección Fe sencilla –En los altares- “Venerable Faustino Pérez-Manglano Magro”
Título: Venerable Faustino Pérez-Manglano Magro
Autor: Eleuterio Fernández Guzmán
Editorial: Lulu
Páginas: 21
Precio aprox.: 3.99 € en papel – 1€ formato electrónico.
ISBN: 5800120823979 -papel; 978-1-326-93405-7electrónico
Año edición: 2017
Los puedes adquirir en Lulu.
“Venerable Faustino Pérez-Manglano Magro” de Eleuterio Fernández Guzmán
Continuamos con la publicación de textos dentro de la Colección Fe sencilla. El libro que hoy traemos aquí corresponde al apartado de título En los altares.
Vayamos, pues, con la reseña.
Corría el 4 de agosto de 1946 cuando nace en Valencia (España) un niño al que ponen por nombre Faustino. Sus padres, Faustino y Encarnación, son creyentes católicos de fe arraigada en su corazón y eso marcará en Faustino una señal indeleble que no le abandonará nunca en su corta vida.
En el año 1952 ingresa en el colegio marianista “Nuestra Señora del Pilar” de Valencia. Dos años después, recibe la primera comunión y en 1955 el Sacramento de la Confirmación. Su itinerario de iniciación católico había, pues, terminado siendo, sin embargo, el principio de un final propio de un creyente al que bien se podía dar tal nombre.Faustino es un joven muy activo. Queremos decir que si para un creyente, digamos, ordinario, sufrir puede llevarle por el camino de la amargura y, sencillamente, minar muchas formas de producirse, para nuestro Venerable, la enfermedad de Hodgkin, que se le manifiesta a partir del 29 de noviembre de 1960 (entonces incurable) no produjo tal efecto.
El caso es que Faustino es un joven al que gusta mucho el deporte. Así, siente una pasión muy grande por el fútbol (es un aficionado grande de su equipo el Valencia CF) y gusta mucho de la montaña. Pero es que también es un lector empedernido (en su diario hace referencias continuas a lecturas que bien había empezado o que había terminado) y muy amigo de sus amigos a los que siempre defiende de sus posibles malas acciones o malos comportamientos. Queremos decir que tenía buenas palabras para todos salidas de un corazón de carne y no de piedra.
Una pequeña prueba de su amor incondicional por todo aquel que lo necesita es lo que le sucede en 1962.
El caso es que conoce a un joven de catorce años que se encuentra en una situación económica muy mala. Nos dice que ““Este chico tiene catorce años. Vive en una buhardilla, apenas puede comer, trabaja ocho horas al día”.
¿Qué hacer?
Sencillamente, acuerda con otro amigo, ayudar al necesitado. Y lo hacen proporcionándole ropa, ayuda en sus estudios e, incluso, comida. Por eso escribiría en su Diario que:
“Ser útil a los demás es una de mis resoluciones y quiero ponerlo en práctica estaré muy atento con todos los que conozco y les voy a ayudar”.
Y es que la misión que quiere llevar a cabo se la plantea con toda claridad:
“Tenemos que empezar a trabajar por eliminar de nosotros mismos todo lo que Cristo no aprobaría. Eso significa trabajar en mi entorno, en casa, en el colegio, con mis compañeros de clase, en la ciudad, en el mundo entero”.
Ciertamente, los pocos años que tuvo para llevar a cabo una misión tan noble y tan sana espiritualmente hablando, no fueron muchos. Sin embargo, sirvieron para comprobar que, incluso en la peor de las situaciones físicas, la voluntad espiritual puede alcanzar grandes cotas de eficacia.
El 14 de septiembre 1960 escribió la primera página de su Diario. En las páginas del mismo puede entreverse una clara evolución espiritual en la que Cristo está presente, su Madre la Virgen María sobrevuela muchas de sus páginas y, sobre todo, la fe de un joven que muestra, poco a poco, una evolución hacia el Cielo.
Faustino, como sabemos, tenía una clara voluntad religiosa. Eso puede deducirse con toda claridad al leer las páginas de su Diario. En un momento determinado del mismo (llevaba muy pocos meses escribiéndolo), un 22 de octubre, tras una reunión habida con su capellán, escribió en su diario algo que, por lo que supone de búsqueda, ha pasado a la historia de este nuestro joven Venerable:
“Hablamos de muchas cosas, pero hubo una cosa que me llamó la atención: ¿Qué vocación es la mía? ¿Médico, químico? ¿Tal vez la opción de ser sacerdote? Esa última posibilidad es lo que más me ha impresionado. ¿Me ha elegido Dios? Él me lo dirá. Las horas que me quedan hoy de retiro, voy a guardar completo silencio. Tal vez me hable Dios…”
Les ponemos, aquí, el Índice:
Valencia, agosto de 1946
La presencia de Cristo y su alegría
Un sufrimiento gozoso
Y le habló Dios
Faustino, Venerable
Faustino ha dicho
Para rezar
Agradecimiento
Como ya dijimos en la última reseña y, como novedad, añadimos al final del mismo la relación de textos publicados dentro de la colección denominada “Fe sencilla” desde que la misma apareció. Así haremos haciendo, Dios mediante, cada vez que se publique uno de ellos y pertenezca a la misma.
Y ya para terminar agradecemos francamente la labor que el P. José María Salaverri ha llevado y lleva a cabo en lo referido al conocimiento espiritual del Venerable Faustino. En concreto, agradecemos el trabajo reflejado en su libro de título “Tal vez me hable Dios” (Editorial PPC, 2013).
Venerable Faustino, ruega por nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.
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Enlace a Libros y otros textos.
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Santos que han sabido vivir su fe con devoción y con gozo son más que necesarios.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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