La Palabra del Domingo - 13 de noviembre de 2016
Lc 21, 5-19
“5 Como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: 6 ‘Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.’ 7 Le preguntaron: ‘Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?’ 8 El dijo: ‘Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y “el tiempo está cerca’. No les sigáis. 9 Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.’ 10 Entonces les dijo: ‘Se levantará nación contra nación y reino contra reino. 11 Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. 12 ‘Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; 13 esto os sucederá para que deis testimonio. 14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, 15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. 16 Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, 17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. 18 Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. 19 Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.”
COMENTARIO
Perseverantes debemos ser
En las Bienaventuranzas Jesucristo avisa acerca de las persecuciones que podrían sufrir sus discípulos. Y, sobre eso, dice “Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.” Y eso es a lo que se refiere ahora, en esta conversación con aquellos que, escuchándole, quieren salvarse.
Cuando Cristo avisa de la destrucción del Templo, ya podemos imaginar la situación en la que quedó, Él mismo, y la Casa de Dios. A muchos, con toda seguridad, debió preocupar mucho aquellas palabras. Y preguntan acerca de eso.
Sabemos, sin embargo, que el Hijo de Dios, más que referirse a la destrucción del Templo que acaecería en el año 70 de nuestra era, lo hacía sobre un tiempo más lejano (no sabemos cuándo) y que tiene que ver con su segunda vuelta al mundo. Aún, pues, no se había ido a la Casa del Padre pero ya ponía sobre la mesa lo que pasaría cuando volviera.
No podemos decir que sean nada agradables las palabras de Jesucristo. No son almibaradas ni dichas para alegrar los oídos y corazones de las que las escuchan. No. Son, simplemente, lo que son, lo que ha de pasar, lo que pasará.
La cosa, además, no va a ser de repente. Es decir, antes de que el Hijo de Dios venga en su Parusía, han de suceder muchas cosas. Algunas, según se sostiene hoy mismo, ya están sucediendo pero si lo miramos bien, también en otros momentos de la historia del hombre después de la Resurrección de Cristo ha parecido que estaban llegando los últimos tiempos que son, no lo olvidemos, a los que hace referencia el Emmanuel.
No hace falta que las repitamos. En el texto del Evangelio de San Lucas están explicitados los tiempos, las formas y, en fin, lo que sucederá sin temor a equivocaciones ni duda alguna. Lo que sí es importancia es que Jesucristo nos dice que no debemos tener miedo. Y eso, que es fácil de decir, seguramente no será fácil de hacer. No. Y es que es comprensible que el miedo se apodere de los corazones de aquellos que vean que todo se viene abajo, que se es perseguido hasta la muerte y, en fin, que todo parece terminar porque, en efecto, terminará…
Sin embargo, decimos, el miedo no deberá ser acogido en nuestros corazones. La esperanza y al confianza habrán de prevalecer porque Dios está con nosotros y su Santo Espíritu nos iluminará para nuestra defensa o, simplemente, para fortalecer nuestro corazón ante la adversidad y la asechanza del Maligno que, sin duda alguna, gobernará el mundo entonces, cuando vuelva Jesucristo (así está escrito y así será).
Por eso la última esperanza es la que siembra Cristo en nuestro corazón: hemos de ser perseverantes, tanto en la persecución como en la oración. Entonces seremos salvados. Sólo así y sólo entonces.
PRECES
Por todos aquellos que no quieren tener esperanza en su salvación.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que no confían en la venida de Cristo.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos tener siempre presente la necesidad de perseverancia en la oración y en la esperanza.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
La Fundación "Lolo” va a dar a la luz un libro inédito del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Para ello ha establecido un plazo de reserva del libro que es el 10 de diciembre de este año del Señor de 2016. Les pongo el Volante de encargo de “Las siete vidas del hombre de la calle” del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo.
Mas información, aquí.
Pinchando en la imagen serán dirigidos al pdf descargable para encargar el libro.
No pierdan la oportunidad de hacerse con una joya de espiritualidad.
Digamos, al respecto de este libro, algo muy importante: en la nota que nos ha enviado el P. Rafael Higueras Álamo, a la sazón Postulador de la Causa de Canonización (ya lo fue de la beatificación) nos dice esto:
“Fecha tope de recepción de peticiones: 10 diciembre 2016.
Lógicamente si se imprimen más ejemplares saldrá más barato; por ejemplo, si se imprimieran mil ejemplares, +1’80 de imprenta (quizá algo menos)
+portes de envío (si no se recoge en la sede de la Fundación)
+2 de donativo a la Fundación.
Sería muy bonito disponer de la publicación para los Reyes; o sea que antes del 10 de diciembre ha de recibirse la petición de ejemplares que se deseen.
Si la impresión fuera de 500 ejemplares la impresión podría salir hacia unos DOS € cada uno (más portes, más 2 € donativo).”
Mes de noviembre a los Santos y a las Benditas Almas del Purgatorio-Purificatorio
Oraciones de comienzo para cada día
Oración a San José para obtener una buena muerte
A ti acudo, San José, Patrono de los moribundos, y a ti en cuyo dichoso transito estuvieron solícitos Jesús y María, por estas dos carísimas prendas te encomiendo con empeño mi alma cuando luche en la extrema agonía: para que por tu protección sea libre de las asechanzas del diablo y de la muerte perpetua, y merezca ir a los gozos eternos.
Amén.
Oración a los santos
Oh vosotros, fieles y santos de Dios que, con vuestra actitud y forma de vida y existencia mostrasteis al mundo que es posible ser fiel a la santa Voluntad del Padre que reina en el Cielo; interceded por aquellos que formamos parte de la Iglesia Militante y que vemos en vosotros un ejemplo de hijos fieles que aman a su Padre. Amén.
Oración por las Benditas Almas del Purgatorio
Oh Dios Padre, Todopoderoso y Misericordioso Creador: Tú que procuras para tu descendencia el mejor destino y nos reconoces pecadores, que no siempre estamos limpios de corazón y que nuestra alma necesita mudar en blanca para presentarse ante Ti y poder entrar en tu definitivo Reino; acepta este ofrecimiento de todas mis obras, mis sufrimientos, mis penas y todo aquello que en bien de las Benditas Almas del Purgatorio tengas a bien aceptar. Procúrales un tiempo corto en el Purgatorio y, cumpliéndose siempre tu voluntad, aplica este ofrecimiento por aquellas almas de las que nadie se acuerda y nadie pide por ellas o bien por las que Tú creas conveniente.
Amén”.
Día 13
1. Oración inicial
Oh Jesús en el Santísimo Sacramento, me gustaría estar lleno de amor por Ti; mantenme unido cerca de Ti, que pueda mi corazón estar siempre cerca del tuyo.
Yo quiero estar contigo como el Apóstol Juan. Oh María del Rosario, mantenme recogido cuando yo diga esas tus oraciones; amárrame para siempre con tu Rosario a Jesús del Santísimo Sacramento.
Bendito sea Jesús, mi amor (San Juan XXIII).
2. Cita
“A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo, y esclarecer como se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas, para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a la Potestades en los cielos, mediante la Iglesia” (Ef. 3, 8-10).
3. Reflexión
Hay una forma de practicar la santidad, de hacer que ser santo no sea algo imposible. No es nada grandilocuente (siendo, sí, grande, a Quien nos dirigimos) pero tiene todo que ver con lo que entendemos necesario para la misma. Podemos, decimos, procurar el acercamiento continuo a Cristo, a su verdadera santidad de Dios hecho hombre. Y contamos con María. Ella es Madre solícita que, además, permanece en el Santo Rosario esperando ser invocada como quien trajo al mundo a nuestro Único Salvador. Y buscar, con ello, la santidad… y poder hacerla nuestra, ya, para siempre.
4. Nos proponemos hoy
-Acercarnos al Sagrario a estar un rato con nuestro Señor Jesucristo.
-Evitar toda tentación de dar de lado al Hijo de Dios en nuestro corazón y nuestra vida.
5 Oración final
Oh Dios, te proclamamos el único admirable y el solo Santo entre Todos los Santos. Ellos te ven cara a cara, gozan de tu belleza y gloria, y oran por nosotros, peregrinos hacia el Cielo. Concédenos por esa multitud de intercesores caminar alegres y guiados por la fe, hacia la Jerusalén del Cielo, donde ellos con su ejemplo alimentan nuestra esperanza e interceden por nosotros. Amén.
6. Jaculatoria para hoy
¡Alabados sean los santos del Cielo!
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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.
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Enlace a Libros y otros textos.
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Esperar la venida de Cristo es saber que seremos salvados.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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