La Palabra del Domingo - 17 de abril de 2016

 Jn 10, 27-30

“27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. 28 Yo les doy vida eterna  y no perecerán jamás,  y nadie las arrebatará de mi mano. 29  El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos,  y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.  30  Yo y el Padre somos uno.”

COMENTARIO

El Buen Pastor

En los propios textos del Nuevo Testamento a Jesús se le llama de muchas formas y él, también, hace lo propio. Y en este del evangelio de San Juan se define de una forma maravillosa. Es bien cierto que no dice, digamos, la función que también tiene que llevar a cabo pero se deduce de sus palabras. 

Podemos creer que Jesús es el Buen Pastor. Y, como tal, ha de tener ovejas a las que guiar por buenos senderos para que pasten y alimenten su cuerpo. Pero el Hijo de Dios, el Buen Pastor, además, auxilia y ayuda a que el alimento no sea sólo físico sino, sobre todo, espiritual. Es decir, Jesucristo da de comer a las almas de sus ovejas.

Lo que Cristo nos dice aquí es muy importante. No se trata de palabras grandilocuentes sino de expresiones sencillas para que las entienda cualquiera. 

Vemos, aquí, dos planos que se unen en uno sólo.

Así, por ejemplo, vemos a Jesús, que ha recibido las ovejas de parte de Dios; el otro plano es, precisamente, Dios mismo, que ha entregado a su Hijo amado y predilecto, las ovejas que ha de cuidar. 

¿Cuántas ovejas ha entregado Dios a Jesucristo?

Podemos decir que le ha entregado toda la humanidad pero, en realidad, ovejas de Cristo son las que quieren seguirle. Las demás, para desgracia de las ovejas, no lo son. Pero no lo bien por desconocimiento o bien porque, simplemente, no quieren serlo.

Pero las que son ovejas de este Buen Pastor tienen algo que las hace especiales. No por ellas sino por el Pastor que las guía: conocen la voz del Maestro y lo siguen. Es decir, escuchando lo que es su santa Palabra saben que tienen que seguirlo. 

Pero, podría parecer, que esto no significa nada. Sin embargo, lo que dice Jesús es más que importante: las ovejas que lo siguen reciben la vida eterna. Y eso ha de querer decir que no se puede dejar de seguir al Buen Pastor si lo que se quiere es alcanzar, precisamente, la Visión Beatífica y la Bienaventuranza. Entonces, tales ovejas no morirán para siempre sino que podrán pacer en las praderas del definitivo Reino de Dios.

Pero también dice Cristo que nadie puede arrebatar de su mano a las ovejas que han decidido escuchar su voz y seguirlo.  Y es que, sin duda alguna, se ha de referir a Satanás que desde que Dios creó al hombre y a la mujer ha querido malmeter contra el Creador. Por eso nos dice Jesús que, una vez lo aceptamos como el Buen Pastor y lo seguimos, nadie puede quitarnos de sus manos y de su corazón. 

En el otro plano tenemos a Quien ha hecho posible esto: Dios mismo. 

¡Sí!, ha sido el Creador el que ha entregado las ovejas a Cristo para que las lleve por el buen camino. Y Él, como nos dice Jesús, es el más grande de todos. Y, también, que nadie puede quitarle nada porque es Todopoderoso y todo lo ha hecho y mantiene. 

Y, por último, lo que tiene relación con todo esto y que es una verdad, la Verdad: Dios y Cristo son uno o, lo que es lo mismo, Jesucristo es Dios hecho hombre. Por eso seguir a Cristo como Buen Pastor es hacer lo propio con Dios como Pastor de pastores. 

PRECES

Por todos aquellos que no quieren escuchar la voz de Cristo.

Roguemos al Señor. 

Por todos aquellos que no aceptan que Cristo sea Dios hecho hombre. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a seguir tus palabras y a tenerlas siempre como el fundamento de nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Por la libertad de Asia Bibi. 
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Por el respeto a la libertad religiosa. 
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Enlace a Libros y otros textos.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Seguir a Cristo como Buen Pastor es síntoma de saber lo que nos conviene.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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