Así se desprecia el regalo de la Santa Misa
Hoy es Santa Lucía.
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Hay formas de actuar que a uno le ponen especialmente triste porque muestran una forma de actuar que se compadece poco con una fe que se dice tener. Son, además, comportamientos muy alejados de la comprensión que se ha de tener de uno de los regalos más importantes que nos hizo Jesucristo y que no es otro que la Santa Misa.
El caso que hoy traigo a InfoCatólica a mí me gustaría que no fuera muy común en nuestras iglesias. Sin embargo, a lo mejor alguna persona sostiene lo contrario.
Hace apenas unos días me encontraba en la Casa de Dios gozando de la Santa Misa y, como suele suceder (por desgracia) muchas personas entran a la misma después de que haya dado comienzo la celebración. Hay que decir que en casi todos los casos apenas han pasado unos minutos y, aunque se eche de menos un poco, bastante, más de respeto a la Eucaristía, se puede atribuir a un simple retraso no exento de falta de concienciación al respecto de lo que supone un momento tan especial como es el del Sacramento aquí traído (¡Ay! aquel “sine dominico non possumus” de antaño).
Sin embargo, el día citado hubo una persona que sobrepasó toda consideración caritativa de entendimiento hacia el comportamiento que debe, un católico, mostrar con la Santa Misa. La citada persona no sólo llegó después de la proclamación del Credo sino que, ni corta ni perezosa, se marchó de la Casa de Dios antes de que el sacerdote diera la bendición y dijera, aún sin decirlo, aquel Ite Misa est que viene a suponer, en realidad, la misión que a cada católico se nos ofrece a cumplir tras la celebración de la Santa Misa y que no otra que la de transmitir el Evangelio allá donde estemos.
Según San Francisco de Sales, esto es lo que se tiene, digamos, que hacer para gozar de la Santa Misa.
“Desde el principio has que el sacerdote sube al altar prepárate juntamente con él, lo cual harás poniéndote en la presencia de Dios, reconociendo tu indignidad y pidiéndole perdón de tus defectos.
Desde que el sacerdote suba al altar hasta el Evangelio, considera sencillamente y en general la venida de nuestro Señor al mundo y su vida en él.
Desde el Evangelio, hasta concluido el Credo, considera la predicación del Salvador, protesta que quieres vivir y morir en la fe y obediencia a su santa palabra y en la unión de la Santa Iglesia Católica.”
Por lo tanto, aquella persona y, en general, quien así actúe, que haya entrado en la Casa de Dios tras la proclamación del Credo no se ha preparado con el sacerdote como si estuviera en la presencia de Dios, no ha tenido en cuenta lo que supuso la venida de Cristo al mundo o, por último, no ha tenido para nada en cuenta los textos de las Sagradas Escrituras leídos porque, sencillamente, allí no ha estado presente.
Conviene, para que nadie se lleve a engaño, saber (seguro que casi todas las personas católicas lo saben) que el número 2042 del Catecismo de la Iglesia Católica recoge, como el primero de los cinco mandamientos de la Iglesia el que dice que hay que “oír misa entera los domingos y demás fiestas de precepto” porque es considerado como importante que el Sacramento del que nace, seguramente, toda la vida espiritual del católico, se tenga en cuenta, en la vida ordinaria, como importante y vital.
Pero es que, si como digo, también ha marchado antes de ser formalmente enviada (aunque se entienda tal envío de forma tácita) la tal persona a hacer lo que se supone que siente en su corazón y que no es otra cosa que fe y creer en Dios Misericordioso, en su Hijo Jesucristo y en su Espíritu Santo, difícilmente se puede comprender qué labor evangelizadora hará, no ya con otras personas sino ni siquiera consigo misma pues lo primero que se debe hacer, antes de dar a los demás es tener de lo que dar. Y eso, en materia de fe, no puede ser de otra forma.
En fin… podríamos preguntar lo siguiente:
¿Qué es para tal persona la Santa Misa?
¿Qué valor da tal persona a la Santa Misa?
¿Qué importancia le da al sacrificio de Cristo?
En fin… ¿es tal forma de vivir la Santa Misa una que lo sea válida espiritualmente hablando?
Y todo esto no hace más que poner el dedo en la llaga de la poca comprensión que se puede llegar a tener hacia el sacrificio de Cristo y hacia lo que supone para nosotros, hermanos suyos que, como hijos de Dios, sólo podemos amar una forma de ser como la de quien, por sus amigos, dio hasta la vida.
Es posible que alguien pueda decir que es suficiente con estar presente desde que se produce el ofertorio hasta la comunión del sacerdote o, lo que es lo mismo, en la llamada “parte sacrificial”. Sin embargo, resulta difícil creer que alguien que haya estado ausente en todo lo anterior y, luego, ponga tierra de por medio antes de que se le dé la bendición, pueda creer, en conciencia, que ha hecho bien las cosas. Y si, de verdad, así lo tiene por bueno y benéfico para su alma… Dios tenga compasión de un alma a la que le falta alimento espiritual y se conforma con no gozar con todo el que se le ofrece.
Y para mí eso es despreciar, mucho, el regalo de la Santa Misa.
Por cierto, la imagen aquí traída refleja un instante del momento en el que Jesucristo instaura la Santa Misa y esto sucedió unas horas antes de que entregara su vida por toda la humanidad. ¿No vale eso unos minutos de tiempo?
Eleuterio Fernández Guzmán
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Para leer Fe y Obras.
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12 comentarios
1.- si vas a una fiesta viste ropa de fiesta
Tal vez te preguntes ¿le interesa a Dios como visto? ¿si Él me ama tal como soy por qué preocuparnos del vestido? ¿si el importante soy yo, por qué darle importancia a lo externo? ¿qué tiene de malo ir cómodos y confortables a misa?
Sabemos profundamente que vestir bien va con ocasiones importantes. ¿es para ti ir a misa una ocasión importante? la forma en que vestimos refleja cuanto respetamos al anfitrión y la dignidad del evento.
Es verdad que el interior es muy importante, por eso, necesariamente lo del interior tendrá que manifestarse en lo exterior.
Todo nuestro ser debe prepararse para la gran celebración que es la misa dominical. Todo lo visible ayuda a elevarnos al Dios invisible. Si no vestimos la mejor ropa para la Santa Misa, ¿Para quién la reservamos? El pudor y el respeto nos deben guiar. No vayas a Misa con short, bermudas, chancletas, minifaldas, escotes, gorras, etc.
2.- que tu misa sea completa, escucha misa entera
Cuando vamos al cine ¿qué tan frecuente es llegar pasados10 minutos desde que inicio la película; y que tan frecuente es salirnos antes del último capítulo que marca el final?
Cuando vas a un espectáculo o concierto, ¿te da igual llegar un buen tiempo después de que el concierto inicio? ¿y cuándo vas a misa?. Como católicos se nos invita a "oír misa entera" es decir, participar activa y conscientemente en la Eucaristía.
La Misa empieza cuando el sacerdote se dirige al altar y nos ponemos de pie para recibirlo. La Misa termina cuando el sacerdote besa el altar, abandona el templo y se hace el canto final. Al terminar no salgas precipitadamente, es de bien nacidos ser agradecidos hasta que el sacerdote entra en la sacristía o este fuera del templo saludando a los participantes.
3.- ninguna llamada puede ser más importante que la de Él
La comunicación exige atención y concentración, nos molesta que mientras hablamos nos den la espalda o no nos escuchen. Pero tal parece que eso se nos olvido con la llegada del celular. Nos hicieron vivir los beneficios del celular sin educarnos en el uso del mismo.
Es increíble como el celular nos ha hecho adictos y dependientes a él. No se está en contra de esta tecnología, sino del mal uso que le damos.
Hay persona que al menos se salen cuando suena el celular, aunque tampoco esto es correcto, porque distrae a otros, lo ideal es apagarlo pues la Eucaristía es el encuentro con Dios ¿y qué llamada puede ser más importante que la de Él?, como para literalmente decirle "Señor, espérame tantito".
¿tu qué haces cuando suena (o vibra) tu celular? Sería muy interesante aprender a distinguir los contextos, no en todos los lugares ni circunstancias deberíamos darle al celular el lugar número uno de nuestra atención.
4.- dejen que los niños se acerquen a mí
Esta petición y deseo de Jesús para con los niños, no debe ser una excusa tanto para justificar el comportamiento de los niños en la misa (platicar, correr, hacer ruidos, llantos, berrinches, etc.) como para evitar ir a misa con estos niños llamados "traviesos".
Si no los encaminamos desde ahora evitaremos la oportunidad de hacerlos crecer y educarse.
Si tu niño llora, corre, brinca o grita en la misa, ayúdalo atendiendo en ese momento su necesidad, cálmalo, distráelo y si es necesario salte un momento con él del templo.
Que no te de pena levantarte e ir por él. A veces distrae mas lo que el niño hace que el hecho de levantarte, ir por él y calmarlo.
No traigas reproductor de video portátil o videojuegos para distraerlos, porque también distraes a los demás.
5.- se puente y no obstáculo para los demás.
Todos estamos llamados a participar activa y gozosamente en la celebración eucarística.
Para aquellos que se les hace más difícil su participación, principalmente por motivos de salud o alguna otra causa física (la edad, u otra limitación física), como los amigos que ayudan al paralítico a encontrarse con Jesús, ayúdanos respetando los lugares que corresponde a estos hermanos nuestros. Esos lugares son para ellos, incluso los espacios en el estacionamiento.
6.- cuida Su casa, que es tu casa y nuestra casa
El templo parroquial y todo lo que en él esta, ha sido consagrado a Dios, ciertamente cada objeto tiene su dignidad, merece respeto.
Por eso te invitamos a cuidar (si vas con menores) y no pisar los reclinatorios, al momento de usarlos desplegarlos con cuidado. Evita pisar o rayar las bancas. Cuida Su casa, que es también la tuya, es nuestra casa.
7.- que tu boca sea para alabar al Señor
"El celo de tu casa me devora" dice Jesús, "la casa de mi Padre es casa de oración". Que tu voz, que tu boca y que tu corazón sean siempre para alabar al Señor, para hablar con Él, para bendecir, para agradecer, para pedir, para ofrecer….no platiques durante la misa, para no distraerte y no distraer a los demás.
Es el momento para escucharle y hablar con Él, para luego poder hablar de Él.
Evita ir a misa ya sea masticando chicle o ingiriendo algún alimento o bebida. De este modo también les damos testimonio a los demás.
8.- que nadie ocupe tu lugar.
Jesús llamo personalmente a sus discípulos, ciertamente uso intermediarios, pero el encuentro con Él es personal. En el cine, en el circo, en el carnaval y en cualquier evento es válido apartar los lugares de aquellos que aun no llegan.
En la misa no es así, el que llega a tiempo tiene derecho ocupar lugar si no ha sido ocupado por otro personalmente. No se vale poner la bolsa, el suéter y otras pertenencias sobre las bancas para apartar lugar. Date la oportunidad de ser amable, fraterno y educado, somos parte del cuerpo místico de Cristo.
9.- trátalo como se merece.
Las posturas que asumimos y el modo de comportarnos en la misa tiene mucho que ver con la persona con la que se entra en relación y con nuestra disposición. Al entrar en el templo se recomienda un momento de meditación, saludo, preparación para el acontecimiento más importante que existe, primero sentado (no piernas cruzadas) escuchar al Señor en las lecturas, que nos dice, que le dices, en el Evangelio oir a Jesus de pie, posteriormente en el momento de la consagración se debe estar de rodillas, se está al pie de la Cruz, con la Virgen María y Sn. Juan; si no te es posible, es más recomendable que permanezcas sentado y no de pie. Si vas a recibir la Sagrada Forma (Jesús) no te distraigas en el camino es un encuentro privilegiado, procura llevar las manos juntas y nunca en las bolsas. Busca lo menos posible pasar por en medio del pasillo central ya iniciada la misa, o querer un lugar de adelante, distraes a todos. Si se está llevando a cabo alguna celebración como boda, rosario, hora santa, etc., estas esperando o ya termino la ceremonia, puedes saludar y platicar fuera del templo.
10.- estar siempre preparado.
La vida sacramental y el seguimiento a Jesús no se improvisan. Los sacramentos tienen un lugar, un tiempo de preparación y una dignidad para celebrarlos. No existen "confesiones rapiditas" o de "un minuto".
Cuida no llegar 5 o 10 minutos antes de la misa para pedir por alguna intención.
Es bueno prever y organizar nuestro tiempo, eso habla de la importancia que tienen las cosas según el tiempo que se les dedica. Para darte un mejor servicio solicita tus intenciones de misa en horario de oficina y las confesiones en su horario establecido.
Arquidiócesis de Yucatán
Parroquia Cristo Resucitado
Por cierto, lo que ha citado de San Francisco de Sales es de su "Introducción a la Vida Devota" u alguna otra obra?... Pregunto porque la he leído todavía y me intereso lo que Ud. compartió.
Pd: Si envié este mensaje dos veces, vale el segundo.
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EFG
Perdón por el retraso. El texto de San Francisco de Sales corresponde a:
“Introducción a la vida devota. La Santa Misa”
Segunda parte: Diversos avisos para elevación del alma a Dios, mediante la oración y los Sacramentos.
Capítulo XIV. De la Santa Misa y cómo se ha de oir.
En fin, podríamos preguntar lo siguiente:
¿POR QUÉ esta persona ha actuado así? ¿Por qué ha llegado tarde y se ha tenido que ir antes?
¿Qué valor da a la Santa Misa la persona que no hace mas que estar pendiente de quien entra y quien sale?
¿Qué importancia se le da al sacrificio de Cristo mientras vigila quién se arrodilla o no durante la comunión?
En fin… ¿es tal forma de vivir la Santa Misa una que lo sea válida espiritualmente hablando?
Es posible que alguien pueda decir que es suficiente oir (que no escuchar) misa entera todos los domingos. Sin embargo, resulta difícil creer que alguien que haya estado ausente durante la Misa (porque está marujeando y JUZGANDO a sus hermanos), pueda creer, en conciencia, que está haciendo bien las cosas. Y si, de verdad, así lo tiene por bueno y benéfico para su alma… Dios tenga compasión de un alma a la que piensa que por leer a San Francisco de Sales y saber qué dice el nº2042 del catecismo es mejor cristiano que los demás.
Y para mí TAMBIEN eso es despreciar, mucho, el regalo de la Santa Misa.
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EFG
No, sin duda será mejor cristiano quien a la Santa Misa va de paso, como para cumplir y, faltando a mucho de lo que en ella se lleva a cabo, se va a su casa tan tranquilo.
Y, por cierto, no tuve que hacer nada que me desviara de la atención que se debe prestar en la Santa Misa porque la persona aquí referida se sentó delante de mí y, claro, lo sucedido clamaba al cielo.
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EFG
De impunemene nada de nada porque yo escribo con mi nombre y apellido y cualquier persona, como puede verse, puede amonestarme. Sin embargo, yo no puedo hacer lo mismo con quien, bajo nombre supuesto, comenta lo que le viene en gana a lo cual, por cierto, tiene derecho. Pero las cosas como son es como son.
Ya sé que este caso es para hablar de la importancia de oirla entera y solo un ejemplo sin querer juzgar a nadie.
A veces, una persona va solo un rato a Misa haciendo un esfuerzo grandísimo y con pena de no poder oirla entera.Conozco algún caso de gente que va a lo que puede y le es imposible asistir a ella entera. Solo Dios sabe lo que hay en los corazones.
Me impresiona que haya gente que se queja de que una persona pueda reparar en este tipo de errores y denunciarlos en forma pública. Hay que preocuparse de dar a Dios lo que es de Dios.
Saludos, Eleuterio.
No somos quién para juzgar.
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EFG
Eso podría ser cierto. Sin embargo, a lo mejor cambia usted de idea si le digo que no era la primera vez que tal persona hacia lo mismo. Ni la segunda...
Pues en la cuarta se acerca a su hermano y le pregunta el por qué de su acción. Quizás no sepa que es necesaria escuchar la misa entera. O quizás simplemente pasaba por allí a saludar al Señor y dió la casualidad que daban misa, o está cuidando a un enfermo y es el único momento que puede salir, o.........
Por otra parte, la fe es objetiva - si no no sería fe - y por tanto tiene una dimensión comunitaria insustituible.
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