InfoCatólica / Mater et Magistra / Categoría: Herejía

21.11.24

Miguel Servet

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Orígenes y primeros años

Según Menendez y Pelayo, en su monumental “Historia de los heterodoxos españoles”, “Entre todos los heresiarcas españoles ninguno vence a Miguel Servet en audacia y originalidad de ideas, en lo ordenado y consecuente del sistema, en el vigor lógico y en la trascendencia ulterior de sus errores. Como carácter, ninguno, si se exceptúa quizá el de Juan de Valdés, atrae tanto la curiosidad, ya que no la simpatía; ninguno es tan rico, variado y espléndido como el del unitario aragonés”.

Miguel Servet fue el más destacado e influyente heresiarca español desde Prisciliano.

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14.05.22

Francisco de Enzinas y los luteranos burgaleses

Primeros años. Francisco de Enzinas traduce al castellano el Nuevo Testamento

Poco se sabe de la infancia de Francisco de Enzinas, aparte de provenir de una noble y rica familia burgalesa tratante en lana, y haber nacido a finales de la década de 1510 o principios de la década de 1520. Gracias a los contactos mercantiles familiares, fue enviado a estudiar a la universidad de Lovaina, del mismo modo que su hermano Jaime de Enzinas lo fue a Paris, alrededor de 1536 o 1537. En sus Memorias, documento de incalculable valor para conocer su punto de vista, no deja bien parados a dos de sus profesores en esa institución. De Jacobo Latonio, ex-rector afirma que “despreciaba toda doctrina honesta”, e injuriaba a los profesores de lenguas; y del deán Rouard Tapper dice que era “impío, pérfido, cruel y mísero”. En descargo de Enzinas diremos que en el Renacimiento, y es algo que se olvida en la visión embellecida que de él tenemos, las palabras gruesas y los denuestos eran ciertamente frecuentes en la relación epistolar y aún en la letra impresa. Tiempos nuevos, con la avidez por el saber, también aumentaron exponencialmente las disputas.

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27.02.20

Juan de Valdés

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Primeros años

 

Juan de Valdés fue hermano, probablemente gemelo, del notorio erasmista Alfonso de Valdés. Sobre la familia e infancia de ambos, remito al artículo que sobre él escribí en esta misma bitácora. A partir de 1523, anduvo en el séquito del marqués de Villena, Diego López Pacheco, y por su propio testimonio, entregado a la lectura y disfrute de los libros de caballerías durante diez años, de tal suerte que si tomaba en sus manos libros latinos de historiadores verdaderos, no podía acabar de leerlos. Fue la excepción Luciano, autor romano del que aprendió el arte del diálogo literario.

En 1524 fue arrestado por la Inquisición el predicador alumbrado Pedro Ruiz de Alcaraz, protegido del marqués. Algunos han querido ver relación con la discreta salida de Juan de Valdés de la corte del de Villena poco después, aunque no hay pruebas fehacientes de la vinculación entre ambos.

 

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13.03.19

Alfonso de Valdés

Erasmo de Rotterdam

 

Con justicia se considera a Erasmo de Rotterdam como el prototipo de “hombre del Renacimiento”. La razón principal es el amplísimo catálogo de materias que trata: literatura, poesía, filosofía, teología. Según Menéndez y Pelayo, no fue genial en ninguna, pero sí interesante en todas; su estilo incisivo, destreza polémica y capacidad de advertir el núcleo del asunto de debate sin perderse en recursos estilísticos (tan frecuentes en su época), le convierten en autor moderno. Su latín, sin ser muy depurado, satisface con mucho la tarea didáctica para la que está pensado, hasta el punto de que sus textos fueron empleados para la práctica de dicha lengua en muchas escuelas y universidades, facilitando así la circulación de las ideas que contenían. Su amor a la antigüedad tanto clásica como cristiana, a las que rescata y une amigablemente, es el molde sobre el que se va a fundir el pensamiento y el arte de todo un siglo, y que por él principalmente se puede llamar “Renacimiento”.

 

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6.05.16

Arnaldo de Vilanova

Introducción

Arnaldo (o Arnau, en romance provenzal) fue sin duda el más brillante médico en la Cristiandad Latina de los siglos XIII y XIV. Se conservan de él muchas obras que resumían e interpretaban de forma correcta la patología conocida en su época, y los títulos de muchísimas otras. Sintió también interés, como tantos físicos de su tiempo, por la alquimia, aunque bien parece que la abultada colección de trabajos alquimistas que se le adjudican puede ser totalmente, o casi completamente atribuida, y no propia. Pero además, fue hombre docto en teología, y movido por una piedad sincera, trabajó con ahínco por la reforma de una Iglesia, la de su tiempo, contaminada de mundanalización (como ha ocurrido en tantos momentos de la historia, incluyendo el nuestro). En busca de esa reforma, cayó presa de desviaciones doctrinales milenaristas, hasta el punto de escribir y sostener proposiciones erradas sobre el fin del Mundo. Aunque no se le puede tildar, propiamente, de heresiarca, sí es cierto que cae dentro de la definición de heterodoxia. Es por eso que, por su ardiente piedad, y sus errores teológicos, el insigne galeno, como caso excepcional, entra simultáneamente dentro de dos secciones de esta bitácora, aparentemente contradictorias: la de médico católico y la de heterodoxo español.

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