Alessandro Volta
Nació el 18 de febrero de 1745 en Como (Lombardía) y fue bautizado con el imponente nombre de Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Gerolamo Umberto Volta. Su madre era miembro de una familia nobiliaria local. Su padre pertenecía a la alta burguesía y murió cuando Alessandro tenía 7 años; su educación recayó en un familiar clérigo, y tuvo un importante componente humanista. Su familia le orientó hacia la carrera judicial, pero mostró desde bien temprano empeñada inclinación por el estudio de la física, a la cual acabó dedicándose, publicando en 1769 su primer trabajo, De vi attractiva ignis electriciti. En 1773, Alessandro casó con una dama aristocrática de Como, Teresa Peregrini, con la que tuvo tres hijos: Giovanni, Flaminio y Zanino.
En 1774, a la edad de 29 años, fue nombrado profesor de física de la escuela Real de Como. Desde el principio mostró un gran interés por la electricidad, donde más decisivamente influyeron sus investigaciones. Tan sólo un año después, en 1775, inventó el electróforo perpetuo, una mejora sustancial del electróforo creado por el sueco Johan Wilcke en 1762. El aparato consistía en dos discos de metal separados por un conductor húmedo pero unidos por un circuito exterior. Este dispositivo (antepasado directo de la batería) fue el primero con capacidad para, una vez cargado, transferir electricidad a otros objetos y generar electricidad estática.
A partir de 1776 dedicó sus investigaciones a la química. Leyendo un artículo de Benjamín Franklin (uno de los padres de la contemporánea revolución americana), donde este describía el “aire inflamable”, Volta se empeñó en encontrar dicho gas, buscándolo cuidadosamente por todo el norte de Italia, y hallándolo en el alpino lago Maggiore, cerca de Locarno. Sus estudios le condujeron en 1778 a ser el primero en aislar el gas metano. Experimentó profusamente con el nuevo volátil, por ejemplo provocando su ignición con una chispa eléctrica en un globo de cristal.
En 1779 fue nombrado profesor titular de física experimental en la Universidad de Pavía, cargo que ocupó durante casi 25 años. Durante ese período estudió la capacitancia eléctrica, desarrollando vías distintas para estudiar tanto el potencial eléctrico como la carga, descubriendo que para un objeto dado, ambas son proporcionales. Esta “ley de Volta de la capacitancia” le valió que posteriormente la unidad de potencial y tensión eléctrica recibiera el nombre de Voltio.
En 1780 Luigi Galvani, amigo de Volta, descubrió accidentalmente el efecto que lleva su nombre, el galvanismo, al observar que el contacto de dos metales distintos con el músculo de una rana originaba la aparición de corriente eléctrica, avanzando enormemente en la comprensión de la electricidad animal. Galvani inauguró así la fisiología nerviosa, e invitó a sus colegas a comprobar la veracidad de sus observaciones. Volta reprodujo los experimentos, confirmándolos, pero quedó insatisfecho con la explicación. Sustituyó el tejido animal por papel impregnado en salmuera, logrando electricidad. Tras varios experimentos con metales, descubrió los potenciales de reducción, que determinan los potenciales electroquímicos, y la ley de la fuerza electromotriz de una célula galvánica (dos electrodos de metal separados por un electrolito). Llegó así en 1794 a la conclusión de que el tejido muscular no era necesario para producir electricidad. Sus propuestas generaron un debate enconado entre los defensores de la teoría de la electricidad animal, y los de la electricidad metálica.
Fue precisamente el estudio para confirmar la veracidad de sus tesis contra las de Galvani lo que condujo a Volta a varios años de experimentos que concluyeron con la invención de la pila eléctrica, cuya demostración de funcionamiento se verificó a principios de 1800. El lombardo apiló (de ahí el nombre de “pila”) varios discos de igual tamaño de cobre y zinc (puro o aleado con estaño), alternándose y con paños húmedos empapados en agua salada intercalados. El primer y último disco de la pila eran de metal diferente. Conectando con un alambre los discos de los extremos obtuvo un flujo eléctrico que confirmó sus teorías. Asimismo experimentó con diversas sales que impregnaban los paños húmedos, consiguiendo una corriente mucho mayor.
Volta escribió a la Royal Society de Londres comunicando su descubrimiento el 20 de marzo de 1800. Su carta, en la que reconocía las influencias de sabios anteriores como William Nicholson, Tiberius Cavallo o Abraham Bennet, fue leída en audiencia de dicha sociedad científica el 26 de julio. Los físicos británicos reprodujeron el aparato, confirmando el descubrimiento y otorgando al italiano el crédito del mismo. Fue nombrado miembro de la científica Royal Society de Londres. La trascendencia de la pila fue tal que en 1801 el propio emperador Napoleón Bonaparte le invitó a París a exponer su aparato, asistiendo a su “Disertación sobre la identidad del fluido eléctrico con el galvánico", y participando personalmente de las demostraciones corroboradas por los expertos de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia en su informe del 2 de noviembre del mismo año.
El descubrimiento de la pila eléctrica catapultó a Volta a la fama mundial, que ya no le abandonaría jamás. En 1801 fue nombrado inmediatamente miembro de la Academie de París y recibió la medalla de oro al mérito científico del Instituto Nacional de Ciencias. En 1805, Napoleón le nombró caballero de la Legión de Honor y le asignó una pensión vitalicia. En 1806 fue elegido caballero de la Corona de Hierro de Lombardía. En 1809 el emperador de Francia le elevó al cargo de senador de la república Cisalpina, creada por él mismo en 1797 y en 1810 le otorgó el título de conde. Caído Napoleón y creado el reino títere de Lombardía, el prestigio de Volta siguió siendo tan alto que el emperador austríaco elevó a Volta a la dirección de la facultad de filosofía de la Universidad de Padua en 1815.
En 1816 sus trabajos fueron publicados en Florencia en cinco volúmenes. Convertido en aristócrata rentista por sus méritos científicos, en 1819 se retiró a su hacienda de la comuna de Camnago (posteriormente rebautizado como Camnago Volta), cerca de Como, donde pasó sus últimos años, muriendo en ella el 5 de marzo de 1827, a la edad de 82 años, y siendo allí enterrado.
Alessandro Volta vivió en la época del triunfo político de la filosofía iluminista, y en su juventud conoció la revolución francesa en su faceta más pura, la del Terror jacobino, marcadamente ateísta. Pese a ello, y a contar posteriormente con la protección del propio Napoleón, Volta fue siempre, como buen italiano, un devoto católico, e incluso en el ambiente en que hubo de moverse, no tuvo reparos en dejarnos citas tan explícitas como esta: “yo confieso la fe santa, apostólica, católica y romana. Doy gracias a Dios que me ha concedido esta fe, en la que tengo el firme propósito de vivir y morir”.
Aparte de la unidad de medida de fuerza electromotriz del Sistema Internacional (voltio), otorgada en 1881, Alessandro Volta ha dado nombre a diversos eventos científicos. La fundación Voltiana, sita en Villa Olmo (Como), organiza numerosas actividades científicas. Uno de los billetes de 10.000 de las antiguas liras italianas estaba dedicado a su figura e inventos. En 1964 la UAI dio su nombre a un astroblema (cráter de impacto) lunar. En 200 años se han construido infinidad de modelos de pilas, pero todas ellas se basan en el mismo principio que la pila Volta.
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12 comentarios
Un cordial saludo.
Hoy esto sólo es aplicable a los ídolos mediáticos que promueven y excitan nuestro gregarismo atávico e irracional: cantantes, actores, futbolistas, modelos… Éstos son los personajes que amasan hoy fortunas y adquieren, no ya haciendas, sino islas en propiedad en las que exhiben el lujo y el glamour de un modo de vida basado en el derroche y la apariencia. Y mientras tanto, los méritos acumulados por años de estudio, trabajo y especialización científica duermen en el olvido, en la desconsideración y hasta en el desprecio.
Resulta obvio que los estómagos agradecidos temen más al tiempo que a ninguna otra cosa, y pagan más, mucho más, a toda esa pléyade de personajes que les ayudan a matar el tiempo que les sobra que a los que evitan, con su esfuerzo y conocimiento, que las enfermedades y la ignorancia los maten a ellos.
Es la injusticia de una sociedad en la que es más importante la cantidad que la calidad. Estadísticamente es siempre más abundante la mediocridad que la excelencia, la ignorancia que el conocimiento, lo ordinario que lo sobresaliente… Con estas premisas, en una sociedad como la nuestra, el mérito queda al servicio de la vulgaridad y la capacidad bajo las órdenes de la incapacidad. Sólo el dinero y el Poder prevalecen. La salida más probable es la tiranía, la alienación y la decadencia moral. Siento no ser más optimista.
Saludos.
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LA
Pues sí, hoy en día los investigadores de mucho éxito, tras años de formación y esfuerzos inimaginables, pueden aspirar como mucho a una cátedra, y unos pocos privilegiados, a un premio importante. La mayoría de investigadores se tienen que conformar con un "mal pasar". Eran otras épocas, donde había una fascinación por los avances de la ciencia, porque se consideraban una mejora de la humanidad, y a los mecenas les gustaba premiar generosamente a los grandes investigadores. Hoy en día, salvo que inventes algo que se pueda patentar, no sueñes con hacerte rico con la ciencia.
Cada sociedad tiene sus prioridades. Pero no seas pesimista, todo puede cambiar.
Un saludo.
Hoy también se consideran una mejora para la humanidad, Luis, incluso aunque no lo sean. La diferencia de trato no está ahí, sino en que hoy la mediocridad, enaltecida y arrogante, ha puesto a su servicio al mérito y la capacidad, segura con la seguridad de saberse mucho más numerosa en un sistema en el que sólo el número importa.
No hace mucho, en un programa de radio que yo llamo “de las hienas”, en el que varios locutores parecen rivalizar por la risa continua y boba, sin ton ni son, entre banalidades y tonterías, uno de ellos reclamaba impacientemente a los científicos el remedio curativo para el Alzheimer, y se quedó tan ancho... Uno que se gana la vida diciendo tonterías todos los días, creyéndose con derecho de exigir rapidez y resultados a quienes llevan muchos años de su vida en estudio y esfuerzo continuos y que ganan, de seguro, mucho menos que él.
Otro, que porque hace años encontró una copla pegadiza, quiere vivir toda la vida cobrando a cada uno, incluso por “tararearla”, por derecho de “propiedad intelectual”, mientras se exige que las habilidades profesionales y del conocimiento de un médico, fruto de un continuado trabajo y dedicación, que nos permiten una vida mejor, estén al servicio de todos por obligación. Así, en el imaginario de la pedantería colectiva, el médico, el profesor, no son profesionales a los que debo agradecimiento por ser capaces de curarme o “des-asnarme” gracias a un trabajo, sacrificio y dedicación de los que yo no he sido capaz, sino que, “con toda su carrera”, están a mi servicio para hacerme lo que a mí me dé la gana. Y como muestra ahí está la ley del aborto y la filosofía que la inspira, la LOGSE y la falsa igualdad profesor-alumno...
Hoy son políticos interesados quienes deciden el empleo de lo que un mérito esforzado y trabajador consigue. Políticos incapaces de destacar en su ámbito profesional por pereza, incapacidad o ignorancia, mediocridad en suma, usan la política para medrar y son los que deciden sobre el empleo de lo que los más capaces aportan.
Y todos los mediocres unidos en un espíritu corporativo y seguros de ser más, han descubierto que mejor que esforzarse, sacrificarse y aprender, es aprovecharse del que se esfuerza, se sacrifica y sabe, que siempre serán menos y los votos son iguales.
España tiene más o menos la mitad de población que Alemania, pero cuenta con 12 o 15 veces el número de entrenadores de fútbol federados. Es el país de mayor consumo de cocaína de la UE y del alcoholismo-botellona... eso sí, todos los viernes por la noche las correspondientes unidades de tratamiento de “coma etílico” en los hospitales... Los médicos a mi servicio, no para curarme de enfermedades, sino para que yo haga y viva como me dé la gana, sin consecuencias. Tiene también el récord en uso de la prostitución, casi el doble que el segundo país, y ocupa año tras año uno de los últimos lugares en la evaluación educativa de los jóvenes. Tuvimos hace tiempo, pero hoy, no tenemos ninguna marca propia de automóviles, ni de camiones, ni de aviones,... Las minas españolas siguen siendo explotadas por firmas extranjeras y cuando se van, se quedan en el abandono...
Eso sí, gente de la farándula a cargo del presupuesto público, artistillas del cine oficial, gran-hermanos, futboleros, correveydiles, cotillas, alérgicos al trabajo, funambulistas, subvencionados, troleros, oportunistas y arribistas, pícaros y espabilados... muchos, de estos hay muchos por todos lados, Luis, y eso es lo malo, que ellos mismos lo saben y saben que son más y que lo que más cuenta es el número, la cantidad y no la calidad.
” Pero no seas pesimista, todo puede cambiar”
Sí, pero alguna de las opciones de cambio puede ser muy dolorosa.
Saludos.
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LA
Dices un puñado de verdades, Winston. Me gustaría creer que estos comportamientos, con la crisis, tendrán que dejar paso a la laboriosidad, el esfuerzo, el ahorro... pero me temo que algunos de ellos están impresos en nuestro ADN como sociedad.
A veces no podemos evitar que nos gane la amargura, pero los cristianos no podemos olvidar jamás que Dios nos ama. La alegría es nuestra obligación.
Saludos.
Soberbia, hartura de pan y bienestar apacible llevaron a Sodoma a engreirse frente a Dios cometiendo abominaciones y olvidando al desgraciado y al pobre. Ésta fue la causa de la destrucción decretada por Dios, nos dice el profeta Ezequiel. También Dios los amó.
Nehemías nos cuenta : “Poseyeron casas rebosantes de riquezas, comieron hasta hartarse y engordaron y disfrutaron de tus dones generosos. Pero indóciles, se rebelaron contra ti, se echaron tu Ley a sus espaldas cometiendo gravísimas ofensas. Los entregaste en manos de sus enemigos... Por eso estamos ahora esclavizados por los reyes a quienes sometiste por nuestros pecados y que ejercen su dominio a su arbitrio sobre nuestras personas. Somos unos desgraciados”. El amor de Dios no les evitó la desgracia.
El diablo nos da la abundancia para nuestra perdición, porque la abundancia engendra egoísmo y el egoísmo, soberbia. En el libro de Proverbios, sabio consejero, Agur, hijo de Yaqué, pide a Dios: “No me des riqueza ni pobreza, concédeme mi ración de pan; no sea que me sacie y reniegue de ti, diciendo: ¿Quién es el Señor?; no sea que, necesitado, robe y blasfeme el nombre de mi Dios.”
Nos cuenta San Lucas que el mismo Señor, al acercarse y ver la ciudad de Jerusalem, le dijo llorando: “¡Si también tú comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes ojos para verlo. Y la prueba es que va a llegar un día en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco, te arrasen con tus hijos dentro y no dejen piedra sobre piedra, porque no reconociste la oportunidad que Dios te daba.”
Dios nos ama y nos da oportunidades... pero también nos arrasa ante nuestra contumacia y nosotros, los hombres, nos mantenemos en nuestro pecado hasta el límite de su paciencia. La Historia Sagrada nos lo muestra una y otra vez en una continuidad que traspasa ambos Testamentos. ¿Es que vamos a ser mejores nosotros que nuestros antepasados? ¿Por qué va a tratarnos de diferente manera?
Además, Dios no tiene muchas alternativas, porque no sólo nos ama a nosotros, también amará a los que nos sucedan y con nuestro pecado sostenido e insolente, que no quiere perdón, ¿quién les hablará de Dios? ¿Quién les hablará de su Ley? ¿Quién les hablará de la salvación, de las moradas que Dios ha preparado para ellos?
Difícil y sin sentido sentirse alegre después de pasar una tarde rezando delante de un abortorio, comprobando una masiva afluencia y percibiendo la “naturalidad” del horror. A estas alturas nada reinstaurará la percepción del gravísmo pecado en la conciencia de tantos y tantos que abren un pequeño paréntesis en su vulgar cotidianeidad para destruir una vida diminuta que les molesta, volviendo a lo suyo como si nada hubiera pasado, porque no pasa nada, y este no pasar es un cáncer que está devorando la conciencia y el alma, alejándola del bálsamo del arrepentimiento y enfrentándola a su Creador en un desafío contra su propia obra: la vida.
Y el Poder jugando a un juego macabro, anunciando ahora el otoño para un cambio de ley, como si fueran necesarios seis meses para decir: Aborto, punto y final... Si reconoce que son muertes injustas de víctimas inocentes, ¿por qué tienen que morir tantos hasta entonces? ¿Caerán sobre su conciencia estas víctimas? Más bien parece que todo seguirá igual con apariencia distinta.
Por eso la paciencia de Dios tiene que tener un límite y algo tiene que pasar para el escarmiento. Y no por nosotros, sino por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Siempre ha sido así y no hay razón para que ahora sea de otro modo.
¿Cómo se puede convivir con esto? ¿Cómo se puede evitar la complicidad, el colaboracionismo con este estado injusto al que todos contribuimos y sostenemos? ¿Cómo puedo rebelarme y declararme objetor de este estado español?
”No quiero ocuparme en asuntos inicuos,
aborrezco las acciones criminales y no se me pegarán,
lejos de mí una conciencia torcida,
no quiero nada con la maldad.”
Luis, tampoco ha asistido con nosotros ningún cura hoy. Nunca viene ninguno a dirigir el Santo Rosario frente al abortorio, donde se cometen esos crímenes nefandos, únicos que para la Iglesia conllevan la excomunión inmediata de todo aquél que participe en ellos.
Saludos.
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LA
Sí, Winston, habrá un castigo para los que no se conviertan, aquí o el día del Juicio, pero "no se nos ha dado el conocimiento del día o la hora". Todos los horrores que enumeras son ciertos, y duele en el alma ver que, pese a la buena voluntad de tantos voluntarios (entre ellos tú), la gente se acostumbra con tanta facilidad al desprecio de Dios y del hombre.
Por mucho que amemos a nuestra patria y a nuestros conciudadanos, no olvidemos que la salvación es individual. Citas con frecuencia a profetas. haces bien, vivimos en un tiempo de impiedad y precisamente nuestra tarea es la de profetizar lo que puede ocurrir si alejamos a Dios de nuestra vida, y la gran riqueza que ganamos si lo recuperamos. Pero ahí termina nuestra misión. No podemos salvar o condenar a otros.
Quizá es bueno también que veamos el fracaso de nuestros esfuerzos humanos, por muy encomiable que sea su fin y sus medios, para que recordemos que la salvación viene por la Gracia, y no es mérito nuestro. Tal vez, algunas (aunque solo sea una) de las personas que entraron para abortar, al ver vuestro testimonio se lo pensó y cambió de opinión ¿quién sabe cuantos niños viven hoy gracias a que alguien iluminó, aconsejó y ayudó a sus madres para que no abortaran?
Si me apuras, incluso es bueno que nosotros no seamos conscientes de esos "éxitos", y que vivamos convencidos de nuestro fracaso. Así no nos envaneceremos, y seremos más conscientes de que es Dios quién obra, y nosotros simples instrumentos suyos. Siervo inútil soy, hemos de decir, y si alguna vez obro correctamente para mi Señor, no hago sino mi obligación.
En un mensaje anterior te recordaba la alegría, porque es fundamental para nuestra misión. Si te "quemas" haciendo apologética a favor de la Vida, a favor de Cristo, tal vez es un buen momento para tomar un respiro, alejarte temporalmente y "cargar las pilas". Lo más importante es nuestro gozo de sabernos amados y salvados por Cristo. Si no somos conscientes de ello, no podremos hacer presente a Cristo a los demás. Su mensaje es de esperanza y alegría para todos los que se convierten y creen (y todos podemos hacerlo, incluso en el mismo instante de la muerte). No es tarea nuestra cargar sobre nuestros hombros todo el mal que hay en la Humanidad. Ya lo hizo Él por nosotros.
Un abrazo
Así es, tal y como señala Luis; efectivamente tu no puedes cargar con todo el dolor, injusticias, etc...pues ya lo hizo Cristo, y es tanto, tantísimo, que sobrepasa las fuerzas, por lo que se tiene que ser conscientes de que a veces son necesarios unos descansos para recuperar fuerzas y continuar siendo Sus instrumentos; si el "instrumento" se "quiebra" entonces...Descansa un poco, por favor.
Un fuerte abrazo.
En estos últimos años, conocer la realidad del aborto y su dimensión de silencio y olvido por parte de todos, me ha hecho preguntarme a mí mismo cómo habría reaccionado ante otros hechos del pasado gravemente contrarios a la moral cristiana, hechos sobre los que hoy existe un juicio moral que los reprueba rotundamente y ante los cuales, la mayoría de nosotros, que no tiene ya posibilidad de afrontarlos, nos mostramos indignados y escandalizados de que en su momento histórico no hubiera existido una resistencia mucho más decidida, mucho más comprometida. La sistemática represión y matanzas de los nazis y la esclavitud son claros ejemplos de lo que digo...
A cada generación le toca vivir su propio horror... A pesar de que nos empeñamos en vivir como si la muerte no existiera, lo cierto es que muy pocas generaciones se han librado del sufrimiento de la violencia. A nosotros nos ha tocado soportar la náusea del aborto y la del terrorismo. Pero conocida esta sórdida y cruel realidad se hace imposible vivir en dos dimensiones independientes, como hacían los oficiales de la Gestapo, terribles y crueles con los prisioneros de los campos, sensibles y exquisitos con sus familias y en su vida social.
Te contaré algo más de algún profeta, de Jeremías. Su pueblo, como el nuestro, había abandonado a Dios y se había envilecido, burlándose y hostigando a todo aquél que, como Jeremías, reclamara el arrepentimiento y la vuelta al camino de la palabra del Señor. En un momento dado, Jeremías, cansado y abatido por la hostilidad que sufría, decide abandonar su actitud denunciadora y crítica para ser uno de tantos:
”La palabra del Señor se me volvió escarnio y burla constantes, y me dije: No me acordaré de Él, no hablaré más en su nombre.”
Sin embargo no pudo. Conociendo la realidad de su pueblo y la palabra divina, el silencio era aún más insoportable:
”Pero la sentía -- la Palabra-- dentro como fuego ardiente encerrado en los huesos; hacía esfuerzos por contenerla y no podía.”
Todo había empezado tiempo atrás... ”Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir...”
No me siento fracasado cuando vuelvo del abortorio, no es el fracaso lo que mejor describe mi sentimiento. O al menos, ya no. Voy a rezar por los que mueren sin haber tenido un nombre entre los hombres, para que alguien cumpla con ellos las obligaciones de los cristianos con nuestros difuntos, y porque tengo una necesidad interior de dar ese testimonio, de no olvidarme de lo que está sucediendo con el quinto mandamiento del Señor, de luchar para no volverme sordo y ciego.
Y ello me lleva siempre a preguntarme por qué los cristianos seguimos aún sin encontrar el modo de oponer una resistencia pacífica pero activa, por qué no nos excluimos de un sistema político que da derecho a matar, por qué no nos rebelamos. Porque si no resistimos, si no nos rebelamos, si no nos excluimos, lo que hacemos es darle estabilidad, colaborar a su mantenimiento, aceptar que la vida y la muerte son políticamente discutibles.
La Iglesia tiene organizaciones para dar asistencia a todo tipo de necesitados: Cáritas, Manos Unidas y otras atienden a los pobres del tercer mundo, a los parados del primero, a los enfermos, a los inmigrantes, a los menesterosos, a los hambrientos... ¿Por qué no hay una organización en la Iglesia para asistencia, ayuda, atención, oración y recuerdo de las víctimas del aborto? ¿No es la vida la primera necesidad? ¿Es acaso por doblegarse al interés político?
Saludos.
Saludos.
El ser humano es muy frágil y muy quebradizo ante el Mal, por eso construir sobre el, es hacerlo sobre arenas movedizas. Solo si se construye sobre Dios se puede tener cimiento firme; sabemos que el Mal no vencerá, pero de momento gana algunas batallas. ¿Cómo hacerle frente?, pues haciendo exactamente lo que tú y otros como tú estais haciendo, y cada uno de los católicos comprometidos en aquello a lo que han sido, hemos sido llamados, pues digamos que los frentes son muchos.
Claro que dan ganas de apartarse de la sociedad, de la humanidad y olvidarse de todo, y es cierto que a veces, durante un tiempo, es conveniente, ya que el Mal es muy, muy poderoso y deja huella en el alma y en el ánimo. Pero no podemos hacer algo así de manera definitiva, ya que solo desde la sociedad podemos combatir, intentando despertar conciencias, y siendo los instrumentos de Dios, y también rezando por aquellos cuya conciencia está tan adormecida que ya quedó muda y por nosotros mismos.
Un fuerte abrazo y muchos ánimos. No me olvidaré de tí en mis oraciones.
PD.- Y estoy segura de que en otros momentos (si hubieras vivido en la época del nazismo), te hubieras comportado como ahora haces frente al aborto. El Mal es el Mal siempre, aunque tenga múltiples caras y facetas.
Muchísimas gracias por tus ánimos y por tus oraciones.
Un abrazo.
Espero que me contradiga con una lista de científicos, católicos nacidos después de la segunda guerra mundial o vivos al presente, pues todos los listados hace tiempo que murieron y la gente necesita testimonios de hoy.
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LA
Los científicos que aquí se presentan no solo habían sido educados en el catolicismo, sino que además dieron algún testimonio de fe católica pública. Si no exigiera ese requisito la lista sería larguísima.
Sí hay científicos católicos contemporáneos. Hoy mismo tiene usted en este portal una noticia sobre científicos católicos actuales (y españoles).
La tarea de los investigadores, para poder ser calificada de trascendental para la Ciencia, siempre precisa de un cierto tiempo de perspectiva. Por tanto, en esta sección no habrá biografías de científicos católicos vivos, pero sí publicaré de algunos del siglo XX, como he publicado de algunos del siglo XIX (Pasteur, Mendel), un siglo no caracterizado precisamente por el fervor religioso. Han sido científicos católicos los que han hecho descubrimientos como el Big Bang, los bosones Z, la trisomía 21 (síndrome de Down), la resolución de las ecuaciones de Einstein o Laplace, la penicilina, el uso de la insulina para tratar la diabetes, la descripción de la mecánica cuántica, la sutura microvascular que permite los transplantes, la relación entre los cambios de potencial químico de los componentes de un sistema termodinámico, etc, etc, etc. Muchísimos premios nobel científicos fueron otorgados a investigadores católicos.
Si añadiéramos los de cristianos de otras confesiones, serían la mayoría de los grandes investigadores de los últimos dos siglos. Y si añadimos los no cristianos pero deístas (creen en un origen inteligente del universo), entonces son casi todos.
Tampoco tiene mucho sentido hablar con cierto menosprecio de los investigadores antiguos, pues como bien dice el adagio citado por Newton, somos enanos que vemos más lejos porque estamos subidos a hombros de gigantes. La Ciencia es una obra transgeneracional: los avances de hoy se basan en los descubrimientos de ayer. Todo investigador contemporáneo está en deuda con los que le precedieron.
No faltan investigadores católicos de primera línea, lo que sobra es autosuficiencia y visión maniquea en el ateísmo ideológico.
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