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22.12.24
13.12.24
Parresía frente a las sectas "mangélicas"
“Guardaos de los falsos profetas, los cuales vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces” (Mt 7,15)
No hay que ser muy despabilado para darse cuenta que en todos nuestros pueblos llegan constantemente grupos de estos falsos pastores profetizados por Cristo varios siglos atrás. Estas sectas mal llamadas iglesias, se autodenominan erróneamente “cristianos”, “evangélicos”, “protestantes”, “pentecostales”, “testigos de jehová” entre otros.
Pero sabemos que no tienen nada de Cristianos más que la palabra “Cristo” en sus labios; ni nada de Evangélicos más que un libro llamado “Evangelio” en sus manos. Sí son testigos de Jehová, es decir, testigos de una invención humana como ese nombre. O sea, son lobos con una pincelada de ovejas que matan a la vida espiritual de las personas sencillas.
A mi parroquia, en concreto, llegan de modo ordinario grupúsculos de estos “lobos” a visitar las casas de mis parroquianos invitándoles a reflexionar sobre el reino de Dios que ellos predican y que tiene que hacerse material en esta tierra. Y para esto toman como punto de partida algo tan vano como el corte de luz que estamos viviendo en estos días, para meter luego el error.
En varias ocasiones, yo personalmente consciente de la cura de almas a mí encomendadas, al verlos en la calle o en la casa de algún vecino, les he salido al encuentro para debatir públicamente con ellos, delante del escueto público presente ocasionalmente allí, para que quede en evidencia la mentira de su doctrina. La primera vez se animaron a entablar una discusión conmigo (aunque según ellos no hay que discutir porque Cristo nunca discutió -sic) pero al verse objetados y sin argumentos no tuvieron más remedio que decirme que conmigo no se puede discutir y que estaban muy ocupados y tenían que irse. La VERDAD es que como NO son la iglesia verdadera, su doctrina cae por el propio peso de la mentira que esconde.
En los siguientes encontrones casuales, ni siquiera se han atrevido a saludarme. De hecho, la verdad es que me ven y huyen. De mi parte, los acompaño dialogando con ellos, como pueden ver en el video que acompaña esta crónica, pidiéndoles que si estoy en el error me instruyan según su propia doctrina. Pero como son conscientes que no tienen argumentos y que un buen católico con un mínimo de formación los contradice fácilmente, se escapan. Sí, literalmente, en este momento me ven y se escapan, huyen. Y por toda contestación recibo un “contigo no se puede hablar porque usted quiere discutir”. Incluso cuando les pido que me expliquen lo que ellos enseñan para que yo también aprenda, me responden “si usted está en la Iglesia verdadera debería saber estas cosas”. A lo que le respondo que “si yo no estuviese en la iglesia verdadera, necesitaría aprender, lo que les pido a ustedes”. Pero ni así se animan a “instruirme”.
Hoy mismo, los encontré en una casa y justo llegaba la dueña cuando yo pasaba. Así que estuve junto a ellos, previniendo a la mujer que estaba siendo adoctrinada. Ellos, por supuesto, además de no saludarme -lo cual ya es una falta de respeto humano, ni digamos cristiano- me dieron las espaldas todo el momento. Al irse le pedí a la señora que me diese el folleto que le dejaron con el fin de destruirlo, lo cual hice delante de la misma señora, no sin antes explicarle los errores de esta gente. Luego seguí caminando con ellos, discutiendo algunos temas, haciéndoles preguntas hasta que se alejaron lo suficiente de la parroquia.
La gente por estos lares está mal acostumbrada a convivir con el error, a la “no pelea” contra el error, al “pacifismo religioso”. Pero no es esa la enseñanza de nuestro Señor, que combatió firmemente el error farisaico e hipócrita. Lo cual replicaron los apóstoles, los Santos Padres y todos los santos de la Iglesia desde el comienzo hasta nuestros tiempos.
La respuesta de la gente, al verme hacer esto, es muy positiva. Se sienten queridos, custodiados, envalentonados, y comienzan a valorar más la fe que recibieron en el bautismo y a la cual, muchas veces, no son fieles. La única que tiene derecho a la predicación es la Iglesia Católica, o sea la Verdad. El error debe ser combatido, nunca tolerado.
Termino con una frase y con una anécdota. La frase: “más vale católico ebrio, que evangélico-hereje sobrio”. La anécdota: un hombre de nuestra parroquia, católico de bautismo, que habitualmente anda borracho, en un arrebato de piedad se acordó de su padre moribundo y fue a llamar a un sacerdote para que lo asista. El sacerdote no se dejó estar y marchó de inmediato. Al llegar, le dio los últimos sacramentos, y al terminar con la Extremaunción, el viejito entregó su alma a Dios. Si el hijo borracho, hubiese sido un “evangélico” sobrio, su padre hubiese muerto sin los auxilios de la gracia.
¡Viva la Santa Madre Iglesia Católica y viva Cristo Rey!
P. Gregorio M. Ansaldi, misionero en Ecuador.
30.11.24
Expedición Subsahariana
Queridos amigos de las Misiones:
Comparto con ustedes este video que testimonia la más reciente expedición misional que la Orden San Elías (sacerdotes y voluntarios) hizo en el África Subsahariana. Con esta expedición y la que la precedió, la Iglesia Católica más que duplicó el número de conversiones en la zona, todo lo cual es gracia concedida por el Espíritu Santo, que hace maravillas con nuestros cinco panes y dos peces.
Lamentablemente, no pude ir a la última expedición (tuve que dar clases a futuros sacerdotes misioneros).
Tenemos muchas “Operaciones Especiales” en curso (algunas en lugares innombrables).
Pedimos oraciones, ayunos y donaciones. Y los varones solteros que quieran morir por Cristo Rey en tierras infieles, avisenos. Tenemos un lugar para Uds en las filas de la misión.
¡Viva Xto Rey!
Padre Federico
Tuvimos la gracia de participar en la misión de evangelización en Malawi en agosto de 2024. Deseamos compartir esta experiencia inolvidable que tocó profundamente nuestros corazones.
Hemos vivido una experiencia humana y espiritual, lejos de nuestra comodidad, a la que a menudo nos hemos aferrado. A pesar de la fatiga de los trayectos por caminos caóticos, nunca se empañó la alegría de nuestra misión. Estuvimos acompañados por el Padre José, el Padre Manuel de Madrid, el Padre Cristiano de Brasil, y nuestros compañeros de camino, Babeth, Pierre y Louis, guiados por Martín, el coordinador, para que todo transcurriera bien.
Como dice el Padre José Ansaldi:
“Misiones humanitarias de orden material, eso no falta… Sin embargo, misiones de evangelización, para dar a conocer a nuestro Señor Jesucristo, en países donde hay lugares muy remotos o aldeas que nunca han oído hablar de Jesús y Santa María, son bastante raras… Estas misiones requieren que nos unamos para compartir nuestra fe, con benevolencia y humildad.”
Fuimos muy bien recibidos en Tombo con los cantos de los catequistas, los jefes de las aldeas cercanas y Donatus, quien da seguimiento a las comunidades católicas en el lugar. Nos trasladamos de aldea en aldea y tuvimos el inmenso privilegio de ser testigos de conversiones y solicitudes de bautismo entre los aldeanos. Una gran cruz de madera, fabricada por Pierre, Louis y Donatus, fue plantada y bendecida en el terreno donde debería construirse una iglesia en Pembéré.
Se celebró una primera misa en Chitipa y se ofreció la imagen de nuestra Santa Virgen al jefe de la aldea. Enseñamos a los niños pequeños a hacer la señal de la cruz en la lengua local y a rezar el rosario. A pesar de la pobreza, estos niños siempre tienen una sonrisa y nunca se quejan.
Pudimos hacerles descubrir la alegría de colorear la imagen de Santa María, hacer esculturas con globos y distribuir caramelos que les encantaron. ¡Partidos de fútbol en su tierra, con un verdadero balón! Vivimos momentos muy apreciados: lavar en el río, cantar, orar alrededor de la hoguera con el sol poniéndose alrededor de las 17:30 y las noches muy frescas.
Esta misión nos hizo tomar conciencia de que la riqueza material es una ilusión ante la riqueza espiritual que encontramos en esos momentos de simplicidad, de compartir y de oraciones.
Si sientes este llamado en el fondo de tu corazón, no dudes en responder. Dios cuenta con nosotros y juntos podremos llevar la buena noticia a lugares inesperados y a veces inaccesibles. Con esta misión, prepárate a ser transformado, tanto, que tú también vas a tocar y transformar vidas.
Un inmenso agradecimiento al Padre José por permitirnos vivir esta misión. Si nuestra salud nos lo permite, esperamos participar en una próxima misión y estaríamos encantados de tenerte a nuestro lado.
Que Dios te bendiga.
Lan y Serge
9.08.24
Misión en Malawi, 2024: crónica misionera
Compartimos con uds. una hermosa crónica que enviaron misioneros de la Orden San Elías que, por estos días, están predicando en las remotas zonas de Malawi, donde no se conoce aún a Jesucristo.
Y ¡que viva la Misión!
P. Federico
Queridos Amigos, les comparto algunas líneas sobre la misión que estamos haciendo en Malawi. El grupo de misioneros está compuesto por laicos franceses de la parroquia de San Lorenzo de Ollioules, por el p. Manuel (español), por el p. Cristiano (brasileño), por Martín (Argentina) y por quién escribe p. José. Contamos además con la ayuda de un grupo de 34 catequistas de la diócesis de Karonga, que el Obispo, Mons. Mtumba, nos envío para que formemos.
23.04.24
De los máximos excesos celestiales y la épica sacerdotal
De los máximos excesos celestiales y la épica sacerdotal[1]
I. No hay mejor lugar que el Paraíso
El Evangelio de hoy, III Domingo de Pascua, nos habla del Cielo cuando dice «vuestra alegría nadie os la podrá quitar» (Jn XVI 22). Digamos entonces, dos palabras sobre el Cielo ya que la mayor parte del tiempo hablamos de la tierra, lo cual no tiene mucho sentido ya que, como decía Santa Teresa, esta vida es “una mala noche en una mala posada”.