16.01.17

Cortar los abusos en la liturgia

Desde hace años la secularización ha tomado un rostro visible en la celebración de la liturgia. En la liturgia, cada cual hace lo que quiere, se inventan cosas, se modifican textos de la liturgia, los cantos (de ínfima calidad musical) son ritmos de fiesta y distracción y además la letra no refleja la fe de la Iglesia sino sentimentalismos, siempre con la excusa de la “pastoral” que parece justificar cualquier cosa. Se ha desacralizado, ya no parece en tantos sitios que sea lugar de encuentro con Dios.

Pablo VI, ¡qué gran Papa, qué desconocido, qué rechazado!, lo avisó y lo denunció públicamente, pero no fue escuchado. Recordar sus palabras nos puede orientar para corregir la forma de celebrar la liturgia tan mundana y vivirla con espíritu religioso, obsequioso, de amor y adoración a Dios.

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8.01.17

De canto, coros, jóvenes, ensayos y liturgia...

Una vez, un joven sensato, que canta en el coro de su parroquia, me mandó una pregunta muy bien planteada:

“Por desgracia muchas veces se nos olvida y nos quedamos en: “vamos a cantar canciones bonitas"; “yo no voy al coro porque las canciones que ponen no me gustan… que rollo el cura"; “que rollo el ensayo, yo no voy…”
Nos olvidamos que lo que nosotros llamamos ensayo es solo la PREPARACIÓN de algo tan importante como la EUCARISTÍA. Y que nosotros no estamos para lucirnos cantando, estamos para ayudar a orar, primero a nosotros mismos y despues al resto de personas que están presentes. ¿Qué hacer para fomentar en el coro… una fe madura (bueno me he ido demasiado alto, en vías de madurar) y que no se quede todo en vamos a cantar canciones divertidas y a charlar con l@s amig@s? ¿Deberíamos enfocarlo más que como un ensayo como una preparación a la eucaristía?”

Voy a tratar de responder.

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1.01.17

Quedarse sólo en ceremonias: ¡un peligro!

La liturgia tiene dos realidades intrínsecamente unidas, forma y fondo, lo grande y lo pequeño, el rito y el Misterio. El Misterio pascual del Señor, el Acontecimiento de la Redención se realiza presente y actual por las celebraciones litúrgicas, pero éstas se desarrollan según los libros litúrgicos, con sus rúbricas, sus leyes litúrgicas, sus normas. Es la liturgia un acontecimiento espiritual pero necesita los textos litúrgicos, que son norma de la fe, y la forma digna, reverente y con unción, de realizar las acciones litúrgicas.

Ciertas corrientes secularizantes prefieren reinventar constantemente la liturgia, sus textos y sus rúbricas, haciendo cada cual lo que más le apetece o cree más “pastoral”; se cae en el subjetivismo. Creen privilegiar el espíritu y la vivencia, y convierten la liturgia en una fiesta antropocéntrica, o en una sesión de catequesis. Entonces cada cual introduce en la liturgia sus ocurrencias. Los abusos deben ser erradicados:

“Si no se respetan las normas litúrgicas, a veces se cae en abusos incluso graves, que oscurecen la verdad del misterio y crean desconcierto y tensiones en el pueblo de Dios. Esos abusos no tienen nada que ver con el auténtico espíritu del Concilio y deben ser corregidos por los pastores con una actitud de prudente firmeza” (Juan Pablo II, Carta Spiritus et Sponsa, n. 15).

Pero hoy otro peligro parece surgir en algunos.

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26.12.16

Educación espiritual para la liturgia

La Iglesia siempre ha procurado educar a sus hijos para celebrar dignamente los sagrados misterios. La vida litúrgica no se improvisa, requiere educación… ¡para eso la educación y transmisión de la fe en las familias, la catequesis parroquial y el catecumenado de adultos! Era una iniciación pedagógica, una introducción paciente, para celebrar los sagrados misterios de Cristo en la liturgia.

En la versión latina de la Liturgia de las Horas, se ofrece una antigua oración antes del Oficio, cuando se reza solo, que dice:

“Abre, Señor, mis labios para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los vanos, perversos y otros pensamientos; ilumina el intelecto, inflama el afecto, para que digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado ante la presencia de tu divina majestad".

¡Hermosas claves! La educación espiritual para la liturgia requiere, y así se suplica al Señor:

  • Que el Señor nos mueva por gracia a alabarle
  • limpieza de corazón, sin agitaciones de pensamientos y distracciones
  • iluminar la inteligencia por gracia para captar lo que se reza
  • vivir la liturgia con dignidad, atención y devoción… ¡dignidad, atención y devoción!, que no han pasado de moda, sino que son urgentemente actuales.

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19.12.16

La Palabra de Dios en la liturgia

Ambón de la Parroquia de San Mateo

La Palabra de Dios hoy es un punto de profundización en la vida de la Iglesia. Mucho se ha avanzado, tanto en las traducciones como en el amor a la Palabra de Dios en la Iglesia. Hoy la Palabra se hace accesible de nuevo para comulgar con ella: ¡Pan de la Palabra!

Por doquier se ha difundido el Evangelio de cada año, y muchos cristianos, sacerdotes, religiosos, contemplativos, toman contacto con el Señor por medio del Evangelio de cada día, además de la difusión de la Liturgia de las Horas, también entre los seglares, el ejercicio de la lectio divina, etc.; todo esto hace que oremos con las palabras mismas del Señor, cantando los salmos, escuchando las lecturas, la Palabra proclamada en la Eucaristía…

Pero en este avance, hay un déficit: se proclama la Palabra en la liturgia y se ora con ella, pero la descontextualizamos, sin saber porqué este texto se proclama aquí y no en otro sitio, por qué en este ciclo litúrgico y no en aquél, y cómo se reparten los libros bíblicos en el leccionario. Este desconocimiento hace que la Palabra pierda fuerza y continuidad para la contemplación personal y comunitaria, aunque la clave y la solución sería estudiar la Ordenación general del Leccionario de la Misa.

La profundización en la Palabra de Dios llevará a una valoración y mayor relieve de la Palabra en la liturgia:

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