Las «oraciones secretas» de la Misa, ¿secretas, secretísimas o ignoradas?

porunfdamente inclinado Hay oraciones “secretas” en la Misa, que acompasan el ritmo espiritual de la Santa Misa para el sacerdote que la celebra, aunque en muchos casos estas “oraciones secretas” son tan secretísimas, que se omiten, no se recitan, no se hacen las pausas necesarias para que el sacerdote pueda rezarlas.

Pero las oraciones secretas poseen un gran valor: ayudar al sacerdote a vivir espiritualmente la Misa, a oficiar rezando él el primero, como auténtico orante, y no como protagonista, o showman realizando un espectáculo para los demás. Las oraciones secretas ayudan a descubrirse ante Dios, situarse ante la Santa Trinidad, calmar el ritmo, recoger el alma: el sacerdote –o el obispo- ha de ser el primero en ser orante, en ser consciente de la grandeza del Sacrificio eucarístico, en desprenderse de lo que lo estorbe para subir, ascender, hacia Dios.

Estas oraciones secretas –llamadas “apologías” originariamente- requieren algo más que una pura recitación mental; se pronuncian materialmente con los labios, pero en un tono de voz bajísimo, audible sólo por uno mismo y, como mucho, por el acólito que esté al lado en ese momento. Esto ayuda, sin duda alguna, a recitarlas más conscientemente, sabiendo que lo que se dice, sin distraerse. También hay que evitar el extremo contrario: la costumbre de algunos de rezarlas en voz alta con el micrófono para que todos las recen, o las escuchen… en lugar de respetar el silencio de los fieles y no convertir la Misa en constante palabrerío en voz alta para todo y en todo momento.

Hagamos el recorrido por estas oraciones secretas: cuáles son y en qué momento se rezan.

En torno al Evangelio

Antes de proclamar el Evangelio, mientras se canta el Aleluya –o una aclamación, si es Cuaresma- el sacerdote se dispone a leer el Evangelio y hacerlo poniéndose al servicio del Señor que va a hablar por sus labios, con una dicción clara y conciencia santa del momento.

“Profundamente inclinado ante el altar” (IGMR 132), el sacerdote reza en silencio: “profundamente inclinado” no es mera inclinación de cabeza, sino el cuerpo inclinado ante el altar; y se reza así, profundamente inclinado, ante el altar, no ante la cruz o ante el sagrario o en cualquier otra dirección: ¡sino “profundamente inclinado ante el altar”! ¿Y si no hay lector y el propio sacerdote tiene que leer epístola y salmo? Terminado el salmo, desde el mismo ambón se inclina profundamente en dirección al altar, reza la oración secreta, entona después del Aleluya y lee el Evangelio.

Estando así, profundamente inclinado, reza:

Purifica mi corazón y mis labios, Dios todopoderoso, para que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio.

Munda cor meum ac lábia mea, omnípotens Deus, ut sanctum Evangélium tuum digne váleam nuntiáre.

Anotación de tipo práctico: No hay que correr; algunos la recitan mientras hacen una inclinación de cabeza y siguen caminando al ambón… Hay que pararse; una vez que el sacerdote se ha parado, se inclina profundamente ante el altar y entonces, así inclinado, comienza a recitar la oración secreta. Esto habrá que hacerlo siempre en las demás oraciones secretas que piden ser recitadas profundamente inclinado.

Después de leer el Evangelio, el sacerdote besa el Evangeliario con amor, con respeto, con unción, y reza en secreto:

Después besa el libro, diciendo en secreto:

Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados.

Per evangélica dicta deleántur nostra delícta (Ordo Missae, 16).

Ritos de la presentación de dones eucarísticos

En el ofertorio de la Misa, hay dos plegarias que se pueden recitar en secreto o en voz alta, la plegaria que acompaña a la presentación de la patena y luego la que acompaña la presentación del cáliz “Bendito seas, Señor, Dios del universo”, “diciendo en secreto” (IGMR 141); si no hay canto ni suena el órgano, se permite –luego no es obligatorio ni mucho menos- decirla en voz alta: “Pero cuando no hay canto al ofertorio ni se toca el órgano, en la presentación del pan y del vino, está permitido al sacerdote decir en voz alta las fórmulas de bendición” (IGMR 142); “Si no se canta durante la presentación de las ofrendas, el sacerdote puede decir en voz alta estas palabras” (Ordo Missae, n. 23). “Puede”… No es obligatorio y por lo general es más rico el silencio en este rito cuando no hay canto ni suena el órgano.

La siguiente oración secreta viene en el ofertorio; “ayudado por el ministro que le presenta las vinajeras, vierte en el cáliz vino y un poco de agua, diciendo en secreto” (IGMR 142):

El agua unido al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana.

Per huius aquae et vini mystérium eius efficiámur divinitátis consórtes, qui humanitátis nostrae fíeri dignátus est párticeps (Ordo Missae, n. 24).

Realizada esa preparación del pan y del vino, y rezadas las oraciones del rito, el sacerdote vuelve a orar en secreto. Y de nuevo lo hace “profundamente inclinado” (IGMR 143) -¡no inclinando la cabeza nada más!- diciendo y orando en nombre de todos:

Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.

In spíritu humilitátis et in ánimo contríto suscipiámur a te, Dómine; et sic fiat sacrifícium nostrum in conspéctu tuo hódie, ut pláceat tibi, Dómine Deus.

Éste es el tono espiritual del sacerdote y de los fieles al ofrecer el Sacrificio de Cristo en la Misa: ¡profunda humildad y corazón contrito!, y unir la propia vida al Sacrificio del altar como hostia santa, viva, agradable a Dios (cf. Rm 12,1). Nos recuerda, no lo olvidemos, que la Misa es el Sacrificio de Cristo, y no una fiesta secular, una comida de colegas, un banquete de amigos… ¡Es un sacrificio! Todos los sacrificios del Antiguo Testamento y las profecías apuntaban al verdadero y único Sacrificio, el de Cristo en la cruz, y éste se actualiza y se hace presente en la Santa Misa. Por eso el sacerdote ora profundamente inclinado para ofrecer con humildad este Sacrificio eucarístico.

lavatorio manos Tras esto, y la incensación si la hay, el sacerdote se desplaza “a un lado del altar” (IGMR 145), no en el centro, sino en la esquina del altar, y asistido por los ministros, se lava las manos siempre en la Misa (este rito no es opcional, facultativo o al gusto de cada cual). Mientas se lava las manos y se las seca, reza la siguiente oración secreta:

Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.

Lava me, Dómine, ab iniquitáte mea, et a peccáto meo munda me.

No es un lavatorio higiénico, de unas manos que tal vez se hubiesen podido manchar, sino que la misma oración secreta, que es un versículo de salmo 50, el Miserere, da la interpretación: es purificación interior, limpieza de alma, para ofrecer el Sacrificio de altar: “rito con el cual se expresa el deseo de purificación interior” (IGMR 76).

Durante el rito de comunión

Las restantes oraciones secretas están vinculadas al rito de comunión.

Cuando se ha partido el Pan consagrado en varios fragmentos –para que al menos algunos fieles puedan comulgar de la Hostia (cf. IGMR 321)-, se toma una parte pequeña y se echa en el Cáliz, uniendo así el Cuerpo y la Sangre de Cristo: el Sacrificio que requería una Víctima inmolada, se completa en la santa Resurrección, en la unión del Cuerpo y de la Sangre del Señor, la glorificación de su Carne. “El sacerdote parte el pan e introduce una parte de la Hostia en el cáliz para significar la unidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor en la obra de la redención, a saber, del Cuerpo de Cristo Jesús viviente y glorioso” (IGMR 83). Mientras tanto, el coro –y los fieles- están cantando el “Cordero de Dios”.

Este rito se llama inmixtión o conmixtio; al echar en el cáliz esa partícula del Cuerpo de Cristo, reza el sacerdote:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Haec commíxtio Córporis et Sánguinis Dómini nostri Iesu Christi fiat accipiéntibus nobis in vitam aetérnam.

Inmediatamente después, el sacerdote se prepara para comulgar, y los fieles en silencio también rezan, disciernen su conciencia, se disponen a recibir la sagrada comunión. El sacerdote recita una oración secreta, “dice en secreto y con las manos juntas” (IGMR 156), sin inclinarse en este caso sino más bien mirando a Cristo presente delante de Él en el Sacramento –escogiendo una de las dos oraciones que ofrece el Misal- y luego “hace genuflexión” (IGMR 157) ante el Santísimo.

Estas son las dos oraciones a escoger que propone el Ordo Missae:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que me separe de ti.

Dómine Iesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntáte Patris, cooperánte Spíritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificásti: líbera me per hoc sacrosánctum Corpus et Sánguinem tuum ab ómnibus iniquitátibus meis et univérsis malis: et fac me tuis semper inhaerére mandátis, et a te numquam separári permíttas.

O bien:

Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre, no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.

Percéptio Córporis et Sánguinis tui, Dómine Iesu Christe, non mihi provéniat in iudícium et condemnatiónem: sed pro tua pietáte prosit mihi ad tutaméntum mentis et córporis, et ad medélam percipiéndam.

¡Delicadeza de sentimientos espirituales para recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor, finura de alma! ¡Lejos queden la frialdad, la mediocridad, las comuniones rutinarias en el alma de un sacerdote, o en cualquier alma cristiana! Y de nuevo, al orar así, debe activar nuestra fe en la Presencia verdadera, real y sustancial de Cristo en el Sacramento del altar. ¡Es Él, el Señor mismo!, ni un símbolo, ni una comida cualquiera, ni un signo de fraternidad y justicia.

Cuando va a comulgar, el sacerdote lo hará con profundo espíritu de fe y de adoración, con reverencia y cuidado, y dirá en secreto (no en voz alta para que todos lo oigan ni respondan):

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.

Corpus Christi custódiat me in vitam aetérnam.

Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.

Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.

Sanguis Christi custódiat me in vitam aetérnam.

Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo (Ordo Missae, 154).

Y cuando ha comulgado él, entonces distribuye la comunión al diácono (si lo hay), a los acólitos y a los fieles.

Terminada la distribución de la sagrada comunión, la siguiente oración secreta la realiza el sacerdote cuando purifica el cáliz, echando agua, sumiéndola y secando el cáliz con el purificador (cf. IGMR 163). Mientras tanto, reza:

Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el alimento que acabamos de tomar, y que el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.

Quod ore súmpsimus, Dómine, pura mente capiámus, et de múnere temporáli fiat nobis remédium sempitérnum (Ordo Missae, n. 158).

Con esta última oración secreta, el sacerdote pide con fe el fruto de la sagrada comunión en las almas de todos aquellos que han comulgado. Un buen sacerdote es aquel que reza mucho por sus fieles, un buen pastor es el que ora mucho por su pueblo, intercediendo ante Dios.

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Estas son las oraciones secretas de la Misa romana. Vale la pena conocerlas, saber cuándo se realizan, cómo –algunas piden estar profundamente inclinados-, cuál es su texto o qué rito acompañan. Son una buena ayuda espiritual para el sacerdote que celebra la santa Eucaristía.

Pero no son los únicos momentos en que un sacerdote debe rezar en silencio durante la Misa; los veremos en otra ocasión.

20 comentarios

  
maru
P. Javier, cuando yo me quejo de las liturgias de muchos, siempre me digo "pero habrán leído las rúbricas, el misal", pues va a ser que no. Ni antes del evangelio, ni inclinación, ni las que cita en las ofrendas, ni el lavado de manos (bueno, ahora se echan el gel,,), en la comunión tampoco (conozco la que vd.cita, " señor Jesucristo , hijo del Dios vivo que....") Cuando comulga , muchos dicen en voz alta "el Cuerpo de Cristo.... Ya lo que no puedo saber ,es si cuando purifica el cáliz, hace la oración, pero las precedentes, ya le digo que no. Es un verdadero desastre, de verdad se lo digo. A veces, pienso si verdaderamente creen, más de uno, que reciben el Cuerpo de Cristo, tal parece que realizan un rito, que es un símbolo. Ayer mismo leí que el ,60% de los catolicos, no creen que verdaderamente reciben el Cuerpo de Cristo. Lo decía la persona vque representa en España el canal de televisión norteamericano que emitirán una película sobre Carlos Acutis. En fin .....y no diga nada, porque aún le ponen a uno verde. Una pena!!!! Me gusta mucho que vd. recuerde como es en sí la Liturgia. Dios lo bendiga.
25/05/21 10:35 AM
  
Luis López
El único lugar donde he visto cumplir las rúbricas con rigor es en la Misa Tradicional. Dos sacerdotes diferentes pueden ofrecer la misma e idéntica misa, porque saben lo que tienen que hacer en cada momento y lo obedecen.

Parece que la Misa del Novus Ordo tuviera en sí misma el virus de la libertad del sacerdote para su creatividad. No debe ser así, pero en la práctica lo es.


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JAVIER:

La Misa en su Forma Ordinaria está reglada y con sus rúbricas. Un virus es un cuerpo extraño que se introduce y altera la salud: la creatividad de hacer cada cual lo que quiera no viene con el Misal romano, sino que es una corrupción.
25/05/21 10:41 AM
  
Vladimir
Talvez no sea una ORACION SECRETA, pero creo que antes de iniciar el Santo Sacrificio (todavía en la Sacristía), el Sacerdote rezaba una Oración a San José. Me parece que fue suprimida.

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JAVIER:

Sí, en la sacristía, además de las oraciones al revestirse, estaban antífonas y varios salmos, Preces y oración a San José, y algunas otras oraciones que el Misal presentaba como muy convenientes, "pro opportunitate".

Aún en la tertia edytio latina del Missale Romanum se conserva en apéndice la Praeparatio ad Missam y la Gratiarum actio post Missam.

Y siempre se sigue ordenando el silencio en la sacristía especialmente antes de la Santa Misa para recoger el alma y disponerse con hondura: "se guarde silencio en la iglesia, en la sacristía, en el ‘secretarium’ y en los lugares más cercanos para que todos se dispongan devota y debidamente para la acción sagrada” (IGMR 45). Y tanto en la sacristía como en el Secretarium, exige el Ceremoniale episcoporum: "Pongan todos esmero en guardar silencio, respetando así tanto la común disposición de ánimo como la santidad de la casa de Dios” (CE 170).
25/05/21 2:54 PM
  
Manuel
Muchas gracias por el artículo p. Javier, como siempre, muy enriquecedor (debería reflexionarlo más de un sacerdote, porque incide en vicios bastante conocidos por muchos).

Querido Luis, que hoy día se den abusos en la forma ordinaria responde a la rutina, la dejadez y la falta de conciencia espiritual del misterio de muchos sacerdotes en la vida ordinaria de fe hoy. Mismos vicios que se daban cuando los sacerdotes, hace 80 años (por dar un número), celebraban según su misal (hoy forma extraordinaria).

Por tanto, que se de hoy día en la forma ordinaria con tanta habitualidad responde a eso mismo, es lo ordinario y existe el peligro de caer en la "ordinariez". Lo mismo que hace 100 años, 200, o 1000 años atrás.

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JAVIER:

Gracias a vd.

Tiene razón con lo que dice. Leyendo la biografía de Seewald, "Benedicto XVI. Una vida", narra cómo los hermanos Ratzinger, ya jóvenes de 19-20 años seminaristas que ayudan a Misa en la parroquia de su pueblo durante las vacaciones (en Traunstein), asisten sorprendidos a su párroco que tiene un mote incluso, "Bomba" o algo así, que celebra la Misa corriendo; el comulgante sólo oye: "Corpus... tam" en vez de la frase: "Corpus Domini nostri Iesu Christi custodiat te in vitam aeternam". Cuando los jueves hay procesión claustral con el Santísimo y el patriarca Ratzinger es uno de los portadores del palio, tienen que pegar pequeñas carreras proque el sacerdote se apresura en la procesión dejando el palio atrás. Corre que te corre. ¡La devoción no la da sin más un Misal u otro! Es algo bastante más profundo.
25/05/21 3:24 PM
  
Martín
Gracias por este maravilloso artículo. Como siempre tan instructivo. Yo en los pocos años de sacerdote que llevo jamás he dejado de rezar las oraciones secretas y coincido plenamente con lo expuesto en el artículo: es orar primero nosotros. Nuevamente Gracias.

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JAVIER:

Gracias a ti. Bendito seas.

Sé santo y persevera.
Y reza estas oraciones según el Misal: algunas profundamente inclinados, manos juntas, otras mientras realizas alguna acción (besar el Evangeliario, echar el agua en el cáliz, lavarte las manos...)
25/05/21 4:09 PM
  
fryoda
Soy sacerdote, y soy un mega fan de estas oraciones. Ayudan muchísimo a ponerse en situación, a vivirla bien. Me las aprendí en latín por aquello de "masticarlas" mas despacio.

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JAVIER:

Perfecto, pero pasa como en todo: da igual que las rece en latín, lo importante es hacerlas logrando que mens concordet voci, que la mente concuerde con la voz, porque igualmente se pueden decir en latín a la carrera cuando ya se tiene familiaridad con ellas. Lo importante no es tanto la lengua, cuanto la conciencia de lo se recita pie, attente ac devote.
25/05/21 5:03 PM
  
Vicente
en secreto, como manda el Misal Y no hay canto de paz.
25/05/21 5:54 PM
  
Julián
Padre, una consulta ¿para el lavabo es necesario derramar agua con una vinajera sobre las manos del celebrante? pregunto puesto que normalmente sirvo en misa en la capilla donde vivo (sector rural) y el lavabo se hace en una pequeña fuente con agua, en la que el sacerdote sumerge los dedos y despues se los seca con una toallita que llevo en el brazo.
PD: Como dato anecdotico, al terminar el ofertorio siempre me coloco en la puerta de la sacristia con la fuente con agua en las manos para obligar al sacerdote a hacer el lavabo :)

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JAVIER:

Válido, sí, pero muy pobre. Eso la liturgia lo llamaría más bien "purificarse los dedos", más que lavarse las manos. El Ceremonial de los Obispos más bien plantea una jarra y una palangana donde cae el agua, servido por el acólito, en vez de un recipiente para meter los dedos: "se le acercan los ministros con la jarra del agua, la palangana y la toalla. El Obispo se lava y se seca las manos" (CE 150).

Y reconozco que yo, que normalmente no tengo acólitos, no tengo más remedio que lavarme las manos introduciéndolas en un recipiente.

¡Ah!, muy bien por situarse estratégicamente y que así el sacerdote no tenga más remedio que realizar ese rito, tan profundamente espiritual. ¡Gracias!
25/05/21 6:42 PM
  
Luis López
Padre, la creatividad litúrgica tras la reforma de Pablo VI y Bugnini desde luego no está en el Misal ¡faltaría más!, pero es un hecho generalizado. Si somos sinceros, no podemos negarlo.

Manuel, conforme, pero hay una diferencia. Un mal sacerdote que celebrase la Misa según el rito anterior a la reforma litúrgica, podía hacerlo con desidia, prisa o incluso sin fe; podía no rezar las oraciones secretas e hìpócritamente aparentar lo contrario.

Pero lo que no hacía es inventarse la Misa y cambiar las rúbricas a su gusto como yo desgraciadamente he visto con horror demasiadas veces.
26/05/21 10:37 AM
  
Gustavo
P. Javier : como laico podría rezar en secreto antes de comulgar la oración "Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre...."??

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JAVIER:

Cada cual, mientras reza el sacerdote en secreto, debe prepararse igualmente con el silencio de la oración: "El sacerdote se prepara para recibir fructuosamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo con una oración en secreto. Los fieles hacen lo mismo orando en silencio" (IGMR 84). En ese silencio personal, sí puede emplear esa oración u otra.
26/05/21 3:39 PM
  
Javidaba
¡Qué belleza y profunda finura en el orden, sobriedad y ritmo de gestos, y signos establece la Liturgia!, Es toda una "predicación" añadida para nosotros, laicos, con que el sacerdote nos centra hacia lo que ocurre en el altar.
Muchas gracias, padre.
27/05/21 12:15 AM
  
Martinna
Se dice que del mucho usar se cae en abusar...
Parece que lo repetitivo a veces se hace rutinario y no se presta atención.
La Santa Misa si no se celebrarán muchas y diariamente se tendría como algo extraordinario, se daría lo más por asistir...
Pero lo que abunda por sagrado que sea los humanos lo convertimos en costumbre. Cuando se lee en el misal “ordinario de la misa” la gente lo toma como lo corriente.
Los sacerdotes deberían mostrar más unción y devoción, deberían ser más representantes o representativos o, no se como decir que se les tendría que notar mas que son sacerdotes en todo momento y lugar, con sencillez y autenticidad, en vez de lucir este estilo moderno tan casual en el aspecto y en la santidad. Así cogeríamos todos un estilo más cristiano de verdad y se notaría de que vamos por la vida.
La liturgia ayuda mucho ha orar correctamente y dar el culto debido a Dios.
27/05/21 4:23 AM
  
Scintilla
Hoy he vuelto a comprobar con disgusto que la lectura del salmo 149 ha perdido, al menos para el oído del pueblo, en el versículo 6, el segundo hemistiquio "...y espadas de dos filos en las manos". ¿Es así en todos los leccionarios? ¿O es un secreto especial de la conferencia episcopal española?

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JAVIER:

Así en el Leccionario Romano, no sólo en la edición castellana de la CEE. Omite "espadas de dos filos en las manos para tomar venganza de los pueblos", etc.
Versículos así, duros en principio para los oídos y que requieren interpretación, se suprimieron en los Leccionarios. Y con criterio menos retristictivo, pero también algún versículo así ("amontanará cadáveres, quebrantará cráneos sobre la ancha tierra...", Sal 109) y algunos salmos más "violentos" se omitieron en la Liturgia de las Horas:

"En esta nueva distribución del Salterio han sido omitidos unos pocos salmos y algunos versículos que contenían expresiones de cierta dureza, teniendo presentes las dificultades que pueden encontrarse, principalmente en la celebración hecha en lengua vulgar" (Const. Laudis canticum, n. 4).

Y también la IGLH n.131:

"En el curso del salterio se omiten los salmos 57, 82 y 108, en los que predomina el carácter imprecatorio. Asimismo se han pasado por alto algunos versos de ciertos salmos, como se indica al comienzo de cada uno de ellos. La omisión de estos textos se debe a cierta dificultad psicológica, a pesar de que los mismos salmos imprecatorios afloran en la espiritualidad noetestamentaria, Por ejemplo: Apoc. 6, 10, sin que en modo alguno induzcan a maldecir."
28/05/21 4:22 PM
  
AJ
Padre:

Si el sacerdote está consagrado y se purifica los dedos para que sus manos estén más puras todavia, ¿no es una incongruencia que cualquiera pueda coger la Sagrada Forma o los vasos sagrados? Me gustaría conocer su opinión al respecto.

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JAVIER:

El lavabo de la Misa (que es obligatorio) no es para que las manos estén más puras, sino un "símbolo de purificación interior", que dice el Misal romano, a fin de ofrecer el Sacrificio con alma pura.

Porque, siguiendo su lógica, entonces ni otro sacerdote concelebrante ni un diácono ordenado podrían ni tocar los vasos sagrados ni distribuir la santa comunión, ya que solo el sacerdote que preside se lava las manos.

Creo que muchas veces, ante las grandes filas de comulgantes, sí hacen falta ministros extraordinarios de la comunión. Pero también pienso que muchas veces se abusan de ellos, son requeridos sin que haya tantos comulgantes, y no todos tienen ni un ministerio instituido, sino que son voluntarios sin mucha formación.
29/05/21 11:59 AM
  
Scintilla
Muchas gracias, padre. ¿Dificultad psicológica? Me deja de piedra. ¿El 82? Qué tiene de difícil. Pero si el propio Cristo lo cita. ¿Y el 57 y el 108? Si contienen algunos de los versículos que generaciones y generaciones de cristianos han utilizado y utilizamos como jaculatorias al comenzar y cerrar el día: "misericordia, Dios mío, misericordia...", "mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme, despertad, cítara y arpa, y despertaré a la aurora..." En fin, doctores tiene la Iglesia.
Supongo que a los viejos nos está permitido leer las horas como hasta ahora y antaño, sin estas amputaciones de las que yo, al menos, no me había enterado, ya que nuestra psique está acostumbrada y no se escandaliza por estas cosas.
Que el Señor le guarde.

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JAVIER:

No nos confundamos. Si pone 57, es aquel que en una Biblia aparece como 58 (57), y no 57 (56) que es el que vd. me cita. Me habla de los salmos con la numeración de los LXX mientras que los documentos del Magisterio le citan la numeración de la Vulgata. El que cita como 82 es el 82 (81); el 57 que vd. dice es el 58 (57)...

Por ejemplo el Salmo 58 (57), que se omite en la LH, reza así:

Rómpeles, Dios mío, los dientes en la boca;
arráncales, Señor, esos colmillos de leones.
8 Que se diluyan como agua que se evapora;
que se marchiten como hierba pisoteada.
9 Sean como una babosa que se deshace al pasar,
como un aborto de mujer que no llegó a ver el sol.
10 Que los arrastre el vendaval –verdes o quemados–
antes que produzcan espinas como una zarza.
11 El justo se alegrará al contemplar la Venganza...

O el 109 (108):

Que sean pocos sus días
y que otro ocupe su cargo;
9 que sus hijos queden huérfanos,
y su mujer, viuda.
10 Que sus hijos vayan errantes, pidiendo limosna,
y sean echados de sus casas derruidas;
11 que el acreedor se apodere de sus bienes,
y gente extraña le arrebate sus ganancias.
12 Que ni uno solo le tenga piedad,
y nadie se compadezca de sus huérfanos;

El salmo 109 de la Vulgata (110 en la numeración de los LXX) lo canta la liturgia, y es ese 109 el que Cristo cita: "Oráculo del Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha".
29/05/21 12:26 PM
  
Scintilla
Perdone, padre. No es la primera vez que me pasa. La costumbre de la Biblia que gasto. Que me exige normalmente hacer la traducción de la numeración y que habitualmente hago automáticamente.
Sí que hace tiempo que no leo esos salmos y desde luego que no los rezo en las Horas. Aunque está bien recordar que existen, pues hay que pensar que poco es ese castigo que piden los hijos de Israel para sus enemigos en la tierra comparado con su conversión a lo eterno para los enemigos de Dios y sus hijos.
Y seguiremos cantando los domingos el 149 al completo, con sus espadas y argollas. Así termine nuestro Enemigo y sus huestes.
29/05/21 2:31 PM
  
lalo verdejo
En la misa privada se dicen todas de corrido. en la misa con público en vernácula no es tan frecuente. no pasa nada. Los monjes las rezan en las privadas por todos...somos ecumenicos.

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JAVIER:

No entiendo muy bien qué pretende decir.
¿Misa privada? ¿De corrido qué es, una tras otra o qué? ¿Misa "con público"? Muy teológico no es el concepto "público".

¿Qué rezan las monjes en "las privadas" por todos? Las oraciones secretas no son tanto para pedir por los fieles presentes como para la devoción y recogimiento del sacerdote que celebra la Misa.

Las oraciones secretas o apologías son obligatorias si el sacerdote celebra solo con un fiel o con un acólito o si es la gran Misa parroquial con coro. Siempre.

Y lo de "somos ecuménicos", pues verá usted: depende de lo que se entienda por "ecuménico".
29/05/21 9:26 PM
  
lalo verdejo
misa privada=sin fieles. De corrido=sin sucesión de continuidad ente las oraciones del misal. Con publico= con fieles o públicas. Es teológico pues hay misas con o sin fieles ( vea el misal) Los monjes las rezan en las misas privadas por toda la cristiandad. La misa es una,de Cristo no del sacerdote. Si no tiene cuerpo para misa, no pasa nada, vale igual. TODOS DEBEMOS SER ECUMENICOS QUE ES SER UNIVERSAL O CATOLICO. por eso hemos de entender que si se omiten por algún sacerdote no es importante lo importante es que estemos unidos.

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JAVIER:

"(Vea el Misal)": ¡claro que lo veo! Y precisamente por ello veo el caos y la confusión en su respuesta. En el Misal aparece la "Misa con el pueblo" (IGMR 115 ss), "Misa concelebrada" (IGMR 199 ss) y "Misa en la que sólo participa un ministro" (IGMR 252 ss). Y además, insiste el Misal: "No se celebre la Misa sin un ministro, o por lo menos algún fiel, a no ser por causa justa y razonable" (IGMR 254). Así que "Misa privada" no existe en el Misal romano.

El concepto "público" no es teológico en la liturgia, sí lo es "pueblo fiel", "pueblo cristiano", etc., pero "público", son asistentes como a un espectáculo, circo u ópera. No verá jamás una rúbrica donde diga "el público responde...", sino "los fieles" o "el pueblo".

Item. Las oraciones secretas, vuelvo a repetir, son obligatorias en toda Misa, haya fieles o no, la celebre un Obispo o un monje, un párroco o un capellán de monjas. Precisamente proque, como vd. dice, la Misa es de Cristo y no del sacerdote, todo sacerdote debe ajustarse al Misal y celebrar según el rito del Misal, sin omitir cosas. Que los monjes -como vd. repite- las recen no suple ni alivia que otros no lo hagan. Repito: son oraciones obligatorias para todos.

Sí es importante si un sacerdote se salta u omite estas oraciones: por respeto al Señor y por fidelidad obediente a las rúbricas del Misal.

Finalmente, ecuménico hoy tiene peculiares connotaciones, en lo que se trata respeto a la unidad de los cristianos, diferente del término "Católico", tal como san Ignacio de Antiquía lo escribe, o como lo escribían los Padres de la Iglesia.

Lo importante es que estemos todos unidos en la Verdad, no la mera unión relativista, irenista. Y en esa unión está el cumplir las normas litúrgicas de la Iglesia, tanto los monjes a los que vd. no para de citar, como cualquier sacerdote u obispo.


31/05/21 9:41 AM
  
Soledad
Padre Javier, me gusta mucho su blog. Me tomo el atrevimiento de preguntarle si podría escribir algún articulo sobre liturgia monastica, especialmente cartujana. Se que tienen su propio rito, pero tmb han hecho algunos cambios. Sería posible?

Bendiciones

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JAVIER:

No es un atrevimiento, ni mucho menos. Pero no domino tanto el tema como para escribir un artículo con las peculiares características del antiguo rito dominicano o sobre el rito de la Cartuja. Leí no hace mucho una pequeña obrita, muy interesante:

liturgia cartujana
01/06/21 7:34 AM
  
Soledad
Muchas gracias!!
01/06/21 11:15 PM

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