La vía del mal gusto (o «qué cosa más fea»)
Cuando tanto hablamos de belleza y de la “via pulchritudinis", debemos darnos cuenta de que la realidad que hoy se impone es el feísmo, las cosas utilitarias, o “la vía del mal gusto". Es una estética reinante fea, que va unida al rechazo a la Verdad y al Bien. Lo que es Bello en sí mismo sí va unido a la Verdad y al Bien.
Sociedad y cultura actuales han privilegiado ese “mal gusto"; la Iglesia, hija de su tiempo, con hombres que son hijos de su tiempo, ha asumido demasiado ese camino de fealdad en su música, en sus cantos, en sus “obras artísticas” (si pueden llamarse así) y en sus edificios. Aun cuando a veces esa banalidad en las formas y en los contenidos se justifiquen por la palabra talismán “pastoral", la pastoral auténtica sabe privilegiar los caminos de la belleza como vía de acceso y de comunicación del Misterio.
La Iglesia siempre se ha mostrado amiga del arte verdadero, pero no se identifica con estilo artístico ninguno, no reconoce ninguno como propio y exclusivo. Se adapta a la cultura de cada época, de regiones distintas, a condición de que sea belleza verdadera. Sería una contradicción construir hoy y celebrar hoy con el paradigma del “barroco” como único estilo bello y eclesial o la reproducción de lo bizantino como único arte y expresión evangelizadora; y tampoco sería verdadero y bello asumir acríticamente la música actual y la arquitectura actual, secularizando la belleza y el sentido del Misterio de Dios dándose.
Recordemos qué dice el Concilio Vaticano II.1) Primero la “dignidad del arte sagrado” (obsérvese la palabra “dignidad” ):
“Entre las actividades más nobles del ingenio humano se cuentan, con razón, las bellas artes, principalmente el arte religioso y su cumbre, que es el arte sacro.
Estas, por su naturaleza, están relacionadas con la infinita belleza de Dios, que intentan expresar de alguna manera por medio de obras humanas. Y tanto más pueden dedicarse a Dios y contribuir a su alabanza y a su gloria cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras para orientar santamente los hombres hacia Dios.
Por esta razón, la santa madre Iglesia fue siempre amiga de las bellas artes, buscó constantemente su noble servicio, principalmente para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran en verdad dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales. Más aún: la Iglesia se consideró siempre, con razón, como árbitro de las mismas, discerniendo entre las obras de los artistas aquellas que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que eran consideradas aptas para el uso sagrado.
La Iglesia procuró con especial interés que los objetos sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptando los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica introdujo con el correr del tiempo” (SC 122).
2) Segundo, el “libre ejercicio de estilo artístico":
“La Iglesia nunca consideró como propio ningún estilo artístico, sino que acomodándose al carácter y condiciones de los pueblos y a las necesidades de los diversos ritos, aceptó las formas de cada tiempo, creando en el curso de los siglos un tesoro artístico digno de ser conservado cuidadosamente. También el arte de nuestro tiempo, y el de todos los pueblos y regiones, ha de ejercerse libremente en la Iglesia, con tal que sirva a los edificios y ritos sagrados con el debido honor y reverencia; para que pueda juntar su voz a aquel admirable concierto que los grandes hombres entonaron a la fe católica en los siglos pasados” (SC 123).
3) Tercero, el concepto de arte auténticamente “sacro":
“Los ordinarios, al promover y favorecer un arte auténticamente sacro, busquen más una noble belleza que la mera suntuosidad. Esto se ha de aplicar también a las vestiduras y ornamentación sagrada.
Procuren cuidadosamente los Obispos que sean excluidas de los templos y demás lugares sagrados aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las costumbres y a la piedad cristiana y ofendan el sentido auténticamente religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia, la mediocridad o la falsedad del arte.
Al edificar los templos, procúrese con diligencia que sean aptos para la celebración de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación activa de los fieles” (SC 124).
4) Cuarto, “la formación de los artistas":
“Los Obispos, sea por sí mismos, sea por medio de sacerdotes competentes, dotados de conocimientos artísticos y aprecio por el arte, interésense por los artistas, a fin de imbuirlos del espíritu del arte sacro y de la sagrada Liturgia.
Se recomienda, además, que, en aquellas regiones donde parezca oportuno, se establezcan escuelas o academias de arte sagrado para la formación de artistas.
Los artistas que llevados por su ingenio desean glorificar a Dios en la santa Iglesia, recuerden siempre que su trabajo es una cierta imitación sagrada de Dios creador y que sus obras están destinadas al culto católico, a la edificación de los fieles y a su instrucción religiosa” (SC 127).
Éstos son los principios, desconocidos, que ofrece el Concilio Vaticano II.
¿Y cuál es la realidad?
“Siendo la belleza uno de los transcendentales predicados de Dios, vemos al contrario la vía del mal gusto como una de las vías de la sociedad secularizada sin Dios. Se producen edificios utilitarios que o buscan maximizar la utilidad económica o son declaraciones artísticas arbitrarias. La planificación urbana deja de estar al servicio del hombre porque está al servicio de una ideología antihumana o es inexistente y deja actuar la fuerza ciega del mercado. Este sentido de aislamiento se ve en particular en muchos de los suburbios de las ciudades europeas contemporáneas de donde la belleza y la elegancia han sido exiladas y en las extensísimas zonas suburbanas de muchas ciudades de Estados Unidos. En las ciudades modernas el hombre se siente o aplastado por enormes edificios o por espacios abiertos que son una declaración del poder de la sociedad política o de las fuerzas económicas. Este nuevo contexto urbano en vez de establecer lugares de encuentro entre las personas produce un sentido de aislamiento y de alienación.
Como consecuencia de la entrada en la Iglesia del espíritu del mundo secularizado… se han construido tantas nuevas iglesias casi totalmente desprovistas de un tradicional simbolismo católico. Muchas de estas nuevas iglesias se caracterizan por una fuerte reducción del valor expresivo y significativo del edificio de culto, olvidándose que la Iglesia como edificio debe ser un lugar que manifieste la presencia de Cristo que conduzca a la oración y a la contemplación. Muchas de estas nuevas iglesias no llevan a una relación de verticalidad y trascendencia. Estos nuevos edificios de culto le dan el ambiente arquitectónico y escenográfico a la auto clausura circular que se manifiesta en tantas liturgias contemporáneas” (Ignacio Barreiro Carámbula, “Revolución contra Dios y sociedad del hombre": Verbo 493-494 (2011), p. 256).
Ojalá que la vía del mal gusto desaparezca pronto, urgente, de nuestra Iglesia y crezca la vía de la belleza.
Para ello debe desaparecer la estética de los 70 con, por ejemplo, casullas simplonas y feas de un tejido basto (tergal y salimos del paso), los cálices que parecen meras copas de beber, achatados y feos, o la arquitectura que construye iglesias con los mismos criterios de una gran nave industrial con una cruz al exterior… y que no sabe cuál es el espacio litúrgico (altar, sede, ambón elevado…, capilla del Sagrario, capilla del Bautismo, espacio para los confesionarios….), sino que todo es una gran nave rectangular, diáfana, y todo en el presbiterio colocado, como un gran escenario.
Tampoco parece que sea la solución para todo el copiar y recrear la estética barroca en ornamentos litúrgicos nuevos y nuevos diseños de cáliz y patenas… La solución no es anclarse en el barroco o en el XVIII (y aumentan los encajes y puntillitas en número y extensión).
¿Y qué decir de lo que se canta en las iglesias, cantos de los años 70, adaptaciones de canciones modernas-pop, rítmicas, atronadoras, con letras que ni son bíblicas ni litúrgicas, sino sentimentales? ¡¡Y soñamos que eso “atrae a los jóvenes"!!
Dejemos ya el mal gusto en las iglesias. Abracemos la via pulchritudinis, el camino de la belleza. Así corresponderemos a la Belleza que tiene su fuente en Dios, tal como rezamos: “Oh Dios, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado” (Orac. Laudes, Martes III Salterio).
22 comentarios
Lo mejor y más digno para el Señor. Y desde luego, el Sagrario en el centro presidiendolo todo.
Porque lo que es el arte sacro...
Saludos cordiales.
Yo tengo la suerte de estar en una parroquia clásica, pero el párroco es muy de casullas horrorosas y cutres. Parece que mientras más desaliñado, mejor.
Con respecto a las iglesias, algunos templos directamente son naves ganaderas, aparcamientos de camiones o talleres mecánicos. Es lamentable que los delegados episcopales que aprobaron tales obras no se les caiga la cara de vergüenza.
Y tengo un sobrinillo que para referirse a una iglesia de mi ciudad la llama, con esa infantil franqueza, la del "Cristo feo", porque tiene un Cristo presidiéndolo todo que es un puñado de hierros retorcidos con no sé qué forma. Me recuerda a aquel cuento del traje del emperador cuya tela, decían los sastres estafadores, no veían los necios.
Resumiendo. Que no sé qué poder antiestético es partidario de todo esto. Y, como siempre, no hay autoridad, nunca "pasa nada". Y los que disentimos es que somos unos "carcas" y "no entendemos".
Veo, Diácono, que lo del Cristo de hierros retorcidos no es sólo de estas tierras nuestras. Desengáñese: cómo va a pasar nada si los promotores de la fealdad, del Cristo feo de la capilla de la entrada a la Casa de la Iglesia de Mallorca (a la que nadie entra después de la inauguración) o la bestialidad de Barceló en la capilla de san PEdro en la catedral son quienes deberían cuidar esa estética (sesión 25 de Trento), el cabildo, el obispado, que tienen gustos feos y caros (y, como el pecado, por el que nunca dejan de pagar, como a Barceló).
En el pecado llevamos la penitencia: lo feo además no dura. La parroquia del pueblo de mi madre es ya una ruina a la que hay que poner parches regularmente; la capilla de Barceló tiene que estar vigilada constantemente; y la capilla de la casa de la Iglesia (un cubo blanco con un amasijo que representa al crucificado y un cero a la izquierda que representa el sepulcro vacío) fue inaugurado hace poco, pero seguro que nos dará trabajo. De momento costó un colló de mico, que se dice por aquí.
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JAVIER:
¡Si es que encima somos pardillos! Las construcciones de iglesias en siglos anteriores eran sólidas y ahí están, firmes. Las novísimas construcciones,tan modernas, de garaje, de frontón, de nave industrial, ya a los pocos años tienen serios defectos de construcción y hay que estar haciendo obras constantemente de tan mala y baja calidad como tienen.
Y en esto de las nuevas construcciones no basta el proyecto del arquitecto y que un Vicario episcopal dé el visto bueno, debe existir una Comisión permanente de Arte Sacro más la de Liturgia (o el Delegado diocesano de Patrimonio y el Delegado diocesano de Liturgia) que revisen previamente el proyecto.
Queremos atraer a los jóvenes con la misma receta con la que se fueron.
Con el agravante de que, en la mayoría de ocasiones, lo que en la Iglesia se considera moderno es bien antiguo: Morcillas litúrgicas, música setentera, canciones con gestos, dibujitos en las hojas parroquiales (gastados de tanto usarlos), globos (¿¡globos!?), carteles con jóvenes saltando, letreros recortados en cartulina... y, para los chiquitines: catequesis, ¡pinta y colorea! Jesús te Ama.
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JAVIER:
Eso, eso, eso es!!!!! Me duele la boca de decirlo, pero algunos que van de "pastorales", me dice que eso es la "pastoral", sin querer ver el inmenso fracaso. Y se sigue haciendo lo mismo. Todo lo que vd. ha dicho, y ornamentos feos y cutres, y los mismos cantos de los 70 ("Aleluya cantará quien perdió la esperanzaaaaaa", "Padre nuestro tú que estás en los que aman la verdad..."), catequesis más preocupadas por la didáctica y ser entretenidas por que la verdad del contenido y su transmisión.......
De alguna manera ya lo había previsto S. Paulo V en el documento CONSTITUCIÓN SACROSANCTUM CONCILIUM SOBRE LA SAGRADA LITURGIA,
122 Entre las actividades más nobles del ingenio humano se cuentan, con razón, las bellas artes, principalmente el arte religioso y su cumbre, que es el arte sacro. Estas, por su naturaleza, están relacionadas con la infinita belleza de Dios, que intentan expresar de alguna manera por medio de obras humanas. Y tanto más pueden dedicarse a Dios y contribuir a su alabanza y a su gloria cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras para orientar santamente los hombres hacia Dios. Por esta razón, la santa madre Iglesia fue siempre amiga de las bellas artes, buscó constantemente su noble servicio, principalmente para que las cosas destinadas al culto sagrado fueran en verdad dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales. Más aún: la Iglesia se consideró siempre, con razón, como árbitro de las mismas, discerniendo entre las obras de los artistas aquellas que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que eran consideradas aptas para el uso sagrado.
124....Procuren cuidadosamente los Obispos que sean excluidas de los templos y demás lugares sagrados aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las costumbres y a la piedad cristiana y ofendan el sentido auténticamente religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia, la mediocridad o la falsedad del arte.
Hay manera de encontrar o seguir en internet esos trabajos. Sigo con mucho interés su blog semanal, que me es de gran ayuda.Los últimos sobre la Plegaria Eucarística, ademas han conseguido que esté más atenta en esa parte de la Misa, para no perderme nada de su significado.
Muchas gracias
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JAVIER:
Esos cursos, o las asignaturas de liturgia, etc., son presenciales. No hay vídeo alguno ni youtube, etc. Pero muchísimo material del que preparo para esas clases y cursos es el que luego pasan a este blog, en forma de artículo (ironías incluidas, claro, que si no, no soy yo... )
Recordando la observación de que la Iglesia Católica ha renunciado a la iniciativa en las artes, si uno busca música sacra atonal en la red, no la encuentra, no experimentó, parece, el Catolicismo con ese tipo de música para la liturgia pese a que hasta óperas atonales han sido compuestas y escenificadas. Sin embargo, he tenido el gusto de conocer música Rock católica, tan buena como el mejor rock pagano, pero muy original en melodías, temas y sonido, no versiones cristianizadas de temas profanos de Rock. Pero no se le hace la suficiente promoción por si todavía, mediante un rock católico tan innovador, la Iglesia puede atraer a los jóvenes.
Bendición a todos.
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JAVIER:
Pero el estilo musical rock no es precisamente adecuado para el uso litúrgico. Fuera de ese ámbito sagrado, en conciertos cristianos o convivencias, vale para quien le guste.
Dios le bendiga.
"... ver en ese trozo de madera policromada y quemada una belleza que hace frente a todas las tonterías que hoy se reclaman arte sacro."
Tal vez ese sea el mensaje inconsciente de las imágenes de materiales dañados: Una fe que prevalece ante una Presencia Eterna, a pesar de los peores cambios y, tal vez, sea por eso que nuestro Catolicismo no ha podido aprovechar las músicas atonales.
Bendiciones.
Rafaelus: Totalmente en desacuerdo con Vd. en lo que se refiere a esa escombrera que lleva el nombre de "rock". Pero, ¡hombre!, llamar música a ese espectáculo de ruidos estridentes, gestos obscenos, gritos salvajes, saltos simiescos... ¿Quitamos los retablos del altar mayor y ponemos juegos de luces multidireccionales y de colorines acompañando a un circo de saltimbanquis gritadores junto al altar y una batería lo más ruidosa posible? ¡Todo perfecto para acompañar a los fieles que asisten al culto! Quisiera saber quién inventó eso de "rock cristiano". Eso es como decir "crucifijo marxista". En los dos casos los términos son absolutamente incompatibles. ¿Cómo puede ser cristiano algo que es “per se” la negación de la belleza, la exaltación de de lo feo, el culto al ruido y al caos? Yo pensaba que lo que es cristiano en el arte tiene que ver con la armonía, lo sublime, la belleza, el espíritu, el silencio, la paz... Debo estar equivocado. Parece que ahora todo esto hay que buscarlo en el rock.
Así que: Victoria, Palestrina, Guerrero, Mozart, Bach, Charpentier, Händel, Otaño, etc., id todos al basurero. Cabezón, Correa, Bruna, Buxtehude, Bach, Torres, Guridi, Tournemire, resucitad y echad a la hoguera todas esas anticuadas partituras de música de órgano y mejor que la pira la hagáis al pie de algún viejo trasto ruidoso de esos que habitan en las iglesias de antaño, antes llamado "órgano", para que arda también.
¡¡¡Basta ya de seguir con la degradación del esplendoroso culto católico de nuestros antepasados!!!
Benedicto XVI: "El rock es expresión de pasiones elementales, que en las grandes reuniones de música tienen una relación de carácter cultural, esto es de contracultura, que se opone al culto cristiano, mientras el pop es un culto de la banalidad".
Usted afirma que:
"Así que: Victoria, Palestrina, Guerrero, Mozart, Bach, Charpentier, Händel, Otaño, etc., id todos al basurero. Cabezón, Correa, Bruna, Buxtehude, Bach, Torres, Guridi, Tournemire, resucitad y echad a la hoguera todas esas anticuadas partituras de música de órgano ..."
Nunca sugerí eso que usted concluye, que más bien es un dilema planteado por usted, y falso dilema porque los gustos musicales no son excluyentes entre sí,
Las personas que tuvieron 20 años de edad entre 1967 y 1983 hoy disfrutan intensamente de la música de Victoria, Palestrina, Mozart, Bach, Webern, Vivaldi, Tchaikovsky, Beethoven y otros grandes maestros, sin que su gusto generacional por el Rock lo impidiera y sin perderlo por apreciar la música docta. Llámelo hedonismo si prefiere, pero esa es la situación ahora siglo XXI cuando los conciertos para violoncelo de Antoni Vivaldi, como ejemplo, tienen varias opciones en Youtube con millones de visitas cada uno, pese a que la duración del audio es algo más que 3 horas.
En cuanto a crucifijos marxistas, pues los hay lamentablemente, igual que ahora también proliferan los libertarios católicos, siendo el libertarismo una ideología materialista y atea tanto como el marxismo al que refuta.
Cierto lo dicho por el Papa Benedico XVI, como también lo es que uno de sus discos preferidos es el muy psicodélico y jipi álbum Revolver de los Beatles.
No sé si usted leerá este mensaje que responde al que usted escribió un mes después del último comentario del foro, pero su réplica tan tardía fue suponiendo que yo volvería y leería su nota, entonces yo espero igual de usted: Tarde o temprano usted regresará para saber si le respondí.
En cualquier caso la música es un placer pero yo quisiera entender por qué las diferencias en gusto musical son tan conflictivas, hasta con insultos contra temas, compositores y oyentes, siendo los que se presumen más cultos y educados tan insolentes como los menos favorecidos culturalmente.
Busque en la red: www.vicens-ramos.com/obra/iglesia-parroquial-en-rivas-vaciamadrid/
Creo que el ambiente que consigue la iglesia les acercará a Dios. Y, creo que nadie dudará de encontrarse en un templo católico.
Perdonen que no coloque directamente el enlace, no está permitido.
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JAVIER:
¿Ha leído vd. el artículo? El tema no es esa obra arquitectonica, que a vd. le gusta y le acerca a Dios, sino otro. Esa parroquia es simplemente la foto, la ilustración de un artículo que dice muchas más cosas.
Simplemente llego a un templo me siento miro al sagrario, saludo y contemplo como el sacerdote se convierte en la eucaristía en el mismo JESUCRISTO, ¡hasta la ostia consagrada es la misma vaya!
Creo que lo que más ayuda es rezar, ya sabéis... Fe, esperanza y caridad.
La pastoral es muy importante sea cual sea el tipo de parroquia. Si todos ustedes entrarán en el misterio de la eucaristía no se quedarían mirando y pensando lo que no deben, repito que el enemmigo está ahí fuera.
JESUCRISTO ES EL MISMO EN TODOS LOS ALTARES.
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