¿Autocomulgar? ¡Imposible!
Una mala comprensión del misterio de la Eucaristía se tradujo en una praxis, en una práctica, que era un abuso absoluto. Hace años era muy frecuente que se dejase la patena y el cáliz sobre el altar y que cada fiel pasase y comulgase directamente por sí mismo, una forma de self-service ajena por completo a la tradición eclesial, mientras el sacerdote permanecía sentado. O también se hacía otra variante, la de pasar de mano en mano la patena y luego el cáliz estando todos sentados.
La concepción sacramental que había detrás es de una gran pobreza. Se consideraba el santísimo sacramento de la Eucaristía como una simple comida de fraternidad, y se quería realizar de modo que fuese semejante a una comida de amigos, llena de igualitarismo y de informalidad. Pero, ¿acaso la Eucaristía es comida de amigos? ¿Lo que Jesucristo realizó al instituir la Eucaristía en la Última Cena era una comida de colegas, sin más? ¡Es evidente que no! Estas son concepciones nuestras, que hemos secularizado totalmente la persona de Cristo y sus acciones. Son concepciones de una teología liberal, del modernismo, que niegan la divinidad de Cristo y naturalizan todo lo que Él es y realizó.
Esa forma de autocomunión se hizo común en Misas para grupos reducidos en convivencias y encuentros, en campamentos juveniles, en Misas domésticas para “comprometidos”, y en algunos casos incluso en las Misas parroquiales. Pero es un completo abuso, es una aberración ante el Misterio de la Eucaristía.
En la Tradición de la Iglesia, siempre es un ministro el que entrega la Comunión al fiel con una fórmula para que se responda “Amén”, como profesión de fe en la Presencia real de Cristo. ¡Cuántas veces san Agustín comentó la fórmula “El Cuerpo de Cristo” y la respuesta del fiel “Amén”! Después el diácono ofrecía el cáliz al fiel para que bebiera un poco, casi se mojase los labios simplemente, diciendo: “La Sangre de Cristo”, a lo que se respondía: “Amén”. Esto es común a todos los ritos y familias litúrgicas. En nuestro rito hispano-mozárabe, se distribuye la comunión diciendo: “El Cuerpo de Cristo sea tu salvación – Amén”, “La sangre de Cristo permanezca contigo como verdadera redención – Amén”. O en la divina liturgia de San Juan Crisóstomo, el rito bizantino, se dice: “El siervo de Dios N. recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo para el perdón de los pecados y la vida eterna”.No era el fiel quien tomaba directamente el Cuerpo y la Sangre del Señor, sino que se le entregaba, y la fórmula de distribución de la comunión era una profesión de fe en la Presencia real para que el comulgante la rubricara diciendo “Amén”, algo que, evidentemente, no se hace cuando se autocomulga, dejando sin más el Cuerpo y la Sangre del Señor sobre el altar para libre disposición de todos.
Por supuesto, ni qué decir tiene, que esta posibilidad no aparece en la Introducción General del Misal romano al describir el rito de la comunión (cf. IGMR 84-85. 160-162. 285-285). Al contrario, se afirma taxativamente: “No está permitido a los fieles tomar por sí mismos el pan consagrado ni el cáliz sagrado, ni mucho menos pasarlo de mano en mano entre ellos” (IGMR 160). Nadie puede achacar este abuso a la liturgia actual, como si lo aceptase.
Más recientemente, la instrucción Redemptionis sacramentum lo recordaba y reafirmaba la disciplina sacramental: “No está permitido que los fieles tomen la hostia consagrada ni el cáliz sagrado «por sí mismos, ni mucho menos que se lo pasen entre sí de mano en mano». En esta materia, además, debe suprimirse el abuso de que los esposos, en la Misa nupcial, se administren de modo recíproco la sagrada Comunión” (n. 94).
¿Por qué esta disciplina? La liturgia siempre es un Don que se recibe, no algo que se toma por sí mismo. Es la dinámica sacramental de la Iglesia, donde todo se recibe como un Don: nadie se bautiza a sí mismo, nadie se absuelve de sus pecados a sí mismo, nadie se unge con óleo de los enfermos a sí mismo… La mediación de la Iglesia entrega el Don sacramental. Lo mismo ocurre con la santísima Eucaristía: nadie se la administra a sí mismo, nadie se autocomulga (ni siquiera el diácono, que debe recibir la comunión de manos del sacerdote, ni tampoco un sacerdote que no haya concelebrado y asista a la Misa). ¡Se recibe como una gracia y se profesa el “Amén” que ratifica la fe en la Presencia real de Cristo en la Eucaristía!
La aberración de la autocomunión debe ser extirpada de raíz.
38 comentarios
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JAVIER:
Ni mucho menos es una variante de esto. Es un uso de Tradición. Se recibe de manos del ministro y se profesa la fe tras la fórmula "El Cuerpo de Cristo". ¡Nada que ver con acercarse y tomar uno mismo de la patena el Cuerpo del Señor!
Me parece mucho más profunda, rica y verdadera la de antes:
"El Cuerpo de Cristo guarde tu alma para la vida eterna" / "Corpus Christi custodiet animam tuam in vitam aeternam".
Deseo de todo corazón que estos minimalismos un tanto racionalistas (hay unos cuantos) se corrijan en un futuro.
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JAVIER:
Pues la fórmula "El Cuerpo de Cristo" no es minimalista, sino la más tradicional, la que usaban y explicaban los Pasres de la Iglesia como san Cirilo, san Ambrosio o san Agustín.
En toda mi vida sólo he "comulgado" una vez así. Fue durante una "Misa" en el contexto de una catequesis de confirmación en una parroquia llevada por dominicos. Yo acababa de regresar a la Iglesia y obviamente no era consciente de la grave irregularidad. Hoy le habría cantado las cuarenta y veinte en bastos al fraile que hizo tal cosa.
Guillermo PP, no se trata de sentirse "superior" o "inferior" a nadie, sino de intentar vivir en serio la fe. Y lo de los brazos cruzados a mí nunca me"lo han enseñado".
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JAVIER:
Comulgar en la boca o en la mano, de pie o de rodillas, es libre disposición del fiel. No se puede obligar a nadie a comulgar en la mano. Pero no es éste el tema del post.
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JAVIER:
A su pregunta final respondo: corresponde a cada fiel decidirlo, en los países en que esté aprobado. Es decisión personalísima. Y si se comulga en la mano, habrá que hacerlo bien, con respeto, comulgando delante del sacerdote y cuidando que no haya quedado ninguna partícula en la mano.
Y digo lo de que los "catequistas" dirigían la Eucaristía, porque así era. El sacerdote, o mejor dicho, presbítero, parecía más un autómata a servicio de estos "catequistas" que un pastor guiando su rebaño. Y digo presbítero porque éstos evitaban por todos medios la palabra sacerdote, que sin embargo no dudaban en aplicar a toda la "asamblea sacerdotal". De ahí se comprende perfectamente el absoluto rechazo a arrodillarse en la consagración y a colocarse de otro modo que no fuera rodeando el altar, como apropiándose de él. Claro, porque si todos somos sacerdotes, es la asamblea quien hace presente al Señor... Muy podemita todo...
Y a todo esto, no me levanté para cantar las 40 en bastos, porque al ser el único que conocía y respetaba las normas de la Iglesia, el caso es que era yo el tomado por verdadero hereje por negarme a seguir su "sendero". Vaya, en realidad esto sigue siendo exactamente igual.
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JAVIER:
No me refiero a este "sendero" que vd. cita. Al menos, se distribuye la comunión por medio de ministros y se realiza el diálogo ritual "El Cuerpo de Cristo - Amén", etc., no se coge directamente del altar ni se pasa de mano en mano. Esto sí sería muchísimo más grave.
No obstante, la praxis de ese "sendero" no es ni mucho menos adecuada.
Lo atribuyo a los graves errores del postconcilio:
a) al grave y perjudicial indulto de la comunión en la mano, lo cual deja restos de Jesús-Eucaristía en las manos de los laicos, o en las autoimpregnaciones, que dejan caer gotas en el suelo, mesas o vestidos
b) así como en la existencia de los ministros laicos extraordinarios de administración de la comunión: ésta la debe de dar el presbítero
Solución:
1. Prohibir la comunión en la mano, sin excepción alguna
2. Poner reclinatorios obligatorios para quienes quieren ejercer su derecho a recibir la comunión en la boca y de rodillas
3. Prohibir o limitar a lo máximo la presencia de ministros laicos extraordinarios de administración de la comunión: dejarla para hombres preparados o religiosas, en grandes concurrencias...
4. Obligar a dichos ministros laicales de administración de la eucaristía, a que se limpien las manos después de acabar la administración de la eucaristía
Una recomendación:
Sería interesante que Infocatólica pudiera recoger un enlace o un documento donde se pueda describir la forma legal canónica para dar la Eucaristía y la Sangre de Jesús: hace falta información, y falta.
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JAVIER:
El abuso del que trato en el post no está causado por la distribución de la sagrada comunión en la mano ni por los ministros extraordinarios. El fallo es teológico y se refleja en una praxis: tanto de la concepción del sacramento eucarístico como del sacerdocio así como en una malísima eclesiología.
Los remedios que vd. propone no los comparto, a excepción del reclinatorio para quien legítimamente desee comulgar de rodillas.
Este tipo de artículos son confusos. Creo que debería ser matizado porque parece el típico ataque encubierto a los Neocatecumenales. No digo que lo sea, pero lo parece.
Es sobradamente conocido que en las Eucaristías del Camino el Cáliz se pasa de mano en mano tanto para recibir el Cuerpo como la Sangre de Cristo, y salvo alguna excepción parece que a ningún obispo le parece una "aberración que debe ser extirpada de raíz".
Se lleva haciendo años, pero quedo abierto a que me explique cómo se puede compaginar lo que Vd. dice con lo que se hace en grupos tan bien estimados.
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JAVIER:
El artículo no tiene nada de confuso salvo en la mente de quien quiera leer en clave o con doble intención. Cosa que no he pretendido.
El post trata de que es un abuso comulgar cada uno por sí mismo cuando el sacerdote deja allí la patena y el cáliz para que cada cual pase y comulgue, o que se pase la patena y el cáliz de mano en mano. Nada más.
En el Camino no ocurre así, no pasa de mano en mano. El sacerdote -y el responsable de la comunidad- van a llevar la comunión, primero con el Pan consagrado y luego con el Cáliz, a cada fiel en su sitio. ¡Nada que ver con lo que yo trato en el post!
Y aún así, el Camino tiene pendiente aquello que se le exigió en 2006 con una carta del cardenal Arinze: https://es.zenit.org/articles/carta-de-la-congregacion-para-el-culto-divino-al-camino-neocatecumenal/
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JAVIER:
Ya lo he explicado en anteriores comentarios; en el Camino neocatecumenal no se pasan el cáliz de uno a otro; el sacerdote da la comunión a cada uno con el cáliz yendo a cada fiel. No confundamos las cosas.
Con mi mayor respeto, estimo que recibir al Señor con los brazos cruzados no es correcto.
Paz y Bien.
A lo que dicen algunos comentarios de que así se comulga en el camino neocatecumenal: tanbien lo he visto, y a partir de aquí disiento con usted padre. Puede ser que las directivas del camino digan una cosa, pero la realidad es que no se acatan totalmente, entonces se debería aclarar eso, no responder a lectores suyos que afirman lo que han vivido como si estuvieran mintiendo. En el camino se autocomukga y punto, no Siempre pero se da y negarlo es evitar la realidad.
Al tema de la comunión en la mano: hago una pregunta, si había dejado de usarse en el rito romano, por que se sacó a flote nuevamente luego del concilio? Y que responde al hecho de que las conferencias episcopales permitieron la excepción como norma e incluso se fomento entre los fieles tal práctica? Eso no me parece muy tradicional....
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JAVIER:
Lo siento, pero insisto. En el Camino no se autocomulga, no se pasan el cáliz de uno a otro. Y lo sé porque les he celebrado muchos años, sábado tras sábado, atendiéndolos en una parroquia a la que fui destinado.
¿Por qué si dejó de usarse en el rito romano se sacó a flote la comunión en la mano? Porque no todo lo que se dejó atrás estaba bien haberlo dejado. Hay cosas que se perdieron como la homilía o la oración de los fieles o la comunión en la mano y forman parte de la Tradición. "Restablézcanse, en cambio, de acuerdo con la primitiva norma de los Santos Padres, algunas cosas que han desaparecido con el tiempo, según se estime conveniente o necesario" (Constitución Sacrosanctum Concilium, n. 50).
Le agradecería si usted o alguien me puede decir en que momento o donde está la carta que da autorización en España para hacerlo. Recientemente ha aparecido en infocatólica el artículo de un Arzobispo en México que recordaba que nunca se ha autorizado en México la comunión en la mano, es una praxis fuera de orden. Nunca he visto en España tal autorización y es extraño porque de existir la hubiesen publicado hasta la saciedad para cerrar debates.
Lo cierto es que ahorraría muchos sacrilegios la praxis tradicional pues nunca veo a nadie revisar su mano después de comulgar porque casi siempre que he puesto la patena (¿será casualidad?) he encontrado alguna partícula del cuerpo de Nuestro Señor que lo contiene completamente por pequeña que sea si esta es visible. Es más, lo que veo bastante es que después de comulgar se frotan la mano con el pantalón por si queda algo como si se limpiasen de alguna suciedad.
Otro tema es el de los ministros extraordinarios que como su palabra dice, tendría que ser extraordinario verlos y sin embargo los veo todos los días aunque seamos 20 y la comunión no se demora más de 30 segundos que no le da a uno tiempo ni a hacer una oración de preparación y tiene que salir corriendo a comulgar porque aun no ha empezado a dar la comunión y ya están terminado... claro entre dos... o cuando para traer al Señor del sagrario que está a 2 metros va la señorita toda arreglada con falda corta llamando la atención y se lo lleva al altar al sacerdote que no se atreve a quitarle protagonismo a su feligresa que fomenta el escándalo de otras feligresas con mala lengua y la de otros feligreses con malos ojos y hasta el de feligreses celosos de la gloria de Dios que ven este circo como sobrante... todo esto refleja la fe de la Iglesia que atraviesa momentos graves...
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JAVIER:
El decreto de autorización para la comunión en la mano, a pedido de la Conferencia episcopal española, lo otorgó la Cong. para el Culto divino en 1969. Está en la revista "Pastoral litúrgica".
Referente a los ministros extraordinarios, sí que hay un cierto abuso cuando reparten la comunión sin necesidad, porque son pocos los asistentes.
Lo considero necesario. La teoría indica que debe de hacerse de una manera que, en la práctica, he observado que en absoluto se cumple: el laico coge la sagrada forma de cualquier manera, y el sacerdote no hace nada.
Lo lógico sería que, ante la realidad del abuso, se decrete o su eliminación (no más comuniones en las manos), o bien que se decrete la liberalización (que se dé como se quiera).
Hoy existe una teoría que no se cumple.
O prohibición o libertad de dación de formas.
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4. Obligar a dichos ministros laicales de administración de la eucaristía, a que se limpien las manos después de acabar la administración de la eucaristía
Desde luego, sería una cosa necesaria: el lavatorio de manos, antes y después de dar la comunión.
Si la mano del laico administrador tiene impregnancias del Cuerpo de Cristo, con lo que ello implica, entonces hay que limpiarse la mano con la que se ha dado el Cuerpo de Cristo.
El lavatorio de las manos del laico que da comunión es lógico.
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JAVIER:
Drásticas medidas por su parte.
Pero el post se refería a otro tema muy distinto.
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JAVIER:
Tal vez lo haga. Pero aún así, seguro que se crea polémica.
En una parroquia de Londres comulgábamos siempre con las dos especies eucarísticas. Los domingos se hacía cola por la afluencia de gente.
Entre semana éramos unos 15-20, el sacerdote y un asistente. En algunas ocasiones se nos llevaba la comunión al sitio, portando el Pan el sacerdote y después el Càliz el asistente. La parroquia era neocatecumenal.
El tema de los kikos ni me va ni me viene.
Por mi ignorancia no logro percibir la diferencia de la importancia de dar la comunión o la autocomunión. Es más, una vez me dijeron que no se podía autocomulgar, y no me parecía que fuera tan grave. Pero que el cáliz se pasó de mano en mano yo lo he visto al menos una vez. Debió ser mala suerte, apenas si he visto la liturgia kika por trozos y contadas veces. Como esas pocas cosas han sido siempre tan diferentes a una misa normal me ha parecido que todas las misas kikas que había visto eran iguales.
Borre este y el otro comentario porque no aportan nada, por favor.
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JAVIER:
En absoluto me ha ofendido. Por tanto, no creo que deba eliminar sus comentarios. Vd. ha hecho una afirmación que he tenido que rebatir y aclarar, nada más.
Luego el problema es de DISCIPLINA.
Ahora hay bodas donde los esposos se dan mutuamente la comunión.
¿Por qué? Falta de Fe en tres sacramentos, pero además el mal ejemplo de la tolerancia con la indisciplina por ejemplo de los Neocatecumensles, por ejemplo de los carismàticos que interrumpen el silencio de la consagración para balbucir sinsentidos.
En algunos países (Corea del Sur) la comunión en la mano es NORMATIVA, así como no arrodillarse en la consagración sino hacer una reverencia.
Tan normativa es la comunión en la mano que los curas se extrañan si abres la boca, hasta el punto que en uns ocasión en cura no sabía qué ha er cuando me acerqué a comulgar sin poner las manos hasta que la monja que estaba al lado le dijo algo que supongo sería "están locos estos romanos"...
Víctor, no estoy pendiente de cómo comulgan los demás, porque procuro centrarme en el Cuerpo de Cristo que acabo de recibir, pero como asisto muchas veces de acólito al celebrante, detecto muchas anomalías.
Con humor distendido expreso algunas: Siempre dispongo cuando asisto de acólito, preparar también en la credencia, la bandeja para la Comunión, alguna feligresa dice que la rechazará, otra señala la palma de su mano indicando que desea comulgar en la mano, como si la bandeja fuera sólo para los que comulgan en la boca, hay quién usa la bandeja y deposita en la misma unas monedas, otra aprovecha mi asistencia de acólito para entregarme el estipendio, en fin, creo que me he alargado en el comentario, lo dejo en manos del Padre Javier.
Saludos cordiales en el Señor.
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JAVIER:
No es correcto, no es el fiel quien debe mojar la Hostia en el cáliz. O lo hace el sacerdote (comunión por intinción) o después de haber comulgado el Cuerpo de Cristo, se nos da el cáliz para que bebamos directamente de él.
La especie de vino no está reservada al sacerdote. En todas las liturgias orientales y en la tradición católica de los ritos occidentales, se da la comunión siempre con las dos especies a todos. El rito romano, por razones de comodidad, fue suprimiendo el cáliz para no alargar la comunión entre otras cosas.
La IGMR dice hoy: "Cuando la sagrada Comunión se hace bajo las dos especies el signo adquiere una forma más plena. De esta forma, en efecto, el signo del banquete eucarístico resplandece más perfectamente y expresa más claramente la voluntad divina con que se ratifica la Alianza nueva y eterna en la Sangre del Señor, así como también la relación entre el banquete eucarístico y el banquete escatológico en el reino del Padre" (IGMR 281) exponiendo en los siguientes números las condiciones y modos de distribuir la comunión con las dos especies (IGMR 282-287).
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JAVIER:
* Sacerdote y diácono
* acólito instituido
* ministro extraordinario de la comunión (con nombramiento del Obispo y habiendo recibido la bendición en el rito correspondiente por parte del Obispo)
* en caso de afluencia masiva de fieles, y no haber otro ministro idóneo, el sacerdote puede designar un ministro extraordinario ad casum, varón o mujer, que por su vida honesta no sea causa de escándalo; recibe la bendición antes de la comunión y ayuda a su distribución.
personas.el sacerdote ha pedido a una persona ,que había comulgado con la mano que no se diera la vuelta sin introducir la Sagrada forma delante de él.la persona se ha ruborizado bastante. Creo que iba de buena fe.Nos ha explicado que los que comulgaban en la mano debían hacerlo inmediatamente y enfrente del sacerdote y ha hecho referencia a incidentes previos. No sé si se refería a provocadores en ese recinto Del Valle de los Caídos o a irregularidades en general. Yo presencié un escena muy desagradable hace unos meses en una misa en un pueblo de la costa .....Aunque el tema es el de la auto comunión con implicaciones teológicas, no está de más ,incidentalmente, hacer notar muchas irregularidades en la administración y la recepción de la Eucaristía con la mano , independientemente de la tradición lejana ,en estos tiempos resta garantías a la correcta administración del sacramento. Se ha perdido respeto al misterio. Un cordial saludo
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JAVIER:
Tiene razón, se ha perdido el respeto al Misterio. Comulgar en la mano también puede ser sumamente respetuoso y con espíritu de adoración. Pero hoy lo hemos trivializado todo por desgracia.
2-Sobre que en el camino se autocomulga, perfecto, en su parroquia donde ud. asiste no se hace, y me parece muy bien, pero en otras si. Es claro que abusos litúrgicos hay en todas partes. Mi comentario no pretende desprestigiar al Camino por esto, sino aclarar que no son uniformes sus prácticas a lo largo del mundo (he presenciado este abuso en Paraguay y Roma)
3- No me respondió una parte del comentario: la comunión en la mano se introdujo como una excepción, donde los obispos debian pedir un permiso a Roma. Ahora, uno de los fundamentos en la liturgia, como decia Benedicto XVI, es el desarrollo organico de la misma y que sus actos y gestos surgen del espíritu de piedad, y en este punto en particular, no veo desarrollo organico ni surgimiento a partir del espíritu de piedad, ya que habia dejado de usarse y se impuso a voluntad de las conferencias episcopales.
Este comentario lo realizo animandolo a elaborar un post donde se aborde este tema, porque muchos católicos estamos perplejos ante la situación que se presenta.
Nunca he visto que la comunión en la mano se realice con el decoro que impone la comunión de rodillas y en la boca. Ni que los sacerdotes instruyan en este tema. Siempre a la larga se denota indiferencia. Y con post anteriores como los de la solemnidad que ha subido a su blog, no me cuadra lo que dicen con la practica introducida. Muchas gracias.
Este artículo aborda el tema: "Truth About Communion in the Hand While Standing" by Ben Yanque (De la pag. New Liturgical Movement)
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JAVIER:
Muchas de las cosas que me propone son realmente para tema de una tesina o tesis doctoral, que podría ser sin duda sugerente.
Tal vez se podría considerar que el desarrollo orgánico de la liturgia también estaría el recuperar elementos perdidos de gran peso o importancia. Tal vez -no lo afirmo- por eso se volvió a introducir entre otras cosas la comunión en la mano.
Creo que se puede comulgar en la mano y hacerlo con solemnidad y reverencia. Hoy, en los comulgantes, sea en la boca, sea en la mano, se ven actitudes y maneras de todo tipo que duelen al alma. Y es verdad que apenas se instruye ni se explica cómo comulgar bien. Tal vez el próximo post lo dedique a explicarlo paso a paso.
Más no lo puedo responder a tantas cuestiones interesantes como plantea.
Respecto al punto 2 de su comentario, donde habla de la autocomunión en el Camino Neocatecumenal, tengo que decirle que me extraña mucho. después de 47 años le aseguro que conozco bastantes comunidades y, salvo el caso que expongo en mi comentario anterior, y ue fue hace más e de 40 años, no lo he visto nunca, ni en convivencias grandes ni pequeñas, ni con Kiko Argüello ni con otros catequistas. Tengo una relación personal con el equipo itinerante de Paraguay y conozco a algunos de los responsables de Italia. Le agradecería que me facilite ejemplos concretos de ese disparate que ustede dice para poder intentar corregirlo. Un cordial saludo.
Ayante, la fórmula de la distribución de la comunión era
«Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiAt animam tuam in vitam aeternam. Amen» Es subjuntivo con función imperativa, no futuro.
A mí, cuando todavía se celebraba en el Ordo anterior, me llamaba la atención que pudieran decirlo tan rápido. Los fieles no decíamos "amen". Quizá fuera que mientras nos arrodillábamos y levantábamos el sacerdote respiraba.
Me gusta mucho el latín porque me recuerda mi juventud, pero las lenguas vernáculas nos libran de cada disparate!
Todos participamos de una misma fe. Pero nos perseguimos nosotros mismos. El enemigo está dentro
Por lo tanto, invocarlo de vez en cuando como una muestra de que las formas externas no son agradables a Dios es ridículo, pues si lee la Biblia, se encontrará que Él mismo dicta numerosas observancias y leyes puramente externas.
JAHC: lo que relaté sucedió en una parroquia de Roma (hace unos cinco años, lo precencié por unica vez) y el segundo caso, en Ciudad del Este hace al menos dos años.
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JAVIER:
Lo que este sacerdote ha hecho, si ha leído bien y entero el artículo, es recordar lo que dispone la Iglesia para comulgar, el rito. No trato de convencer a nadie de que comulgue ni en la boca ni en la mano, sino que lo haga bien. ¿Tan difícil es de entender? ¿Dónde he dicho que no se comulgue en la boca? Relea con paz y objetividad y encontrará las rúbricas de la Iglesia.
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JAVIER:
¡¡Un poco exagerado!!, ¿no? ¡Suprimir la comunión en la boca! No obstante, me alegra de que destaque el tema de higiene. Me da un asco horroroso cuando me dejan los dedos ensalivados y tengo que seguir distribuyendo la comunión, tanto por mí como por los siguientes comulgantes.
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