México: un libro revela las interioridades de la secta Nueva Jerusalén
En México existe un lugar en el que si llueve o es tiempo de secas, si hay pan en la mesa o escasea, y si hay buena o mala suerte es sólo por mandato divino. Es la única teocracia en México: La Nueva Jerusalén (Turicato, Michoacán). En 2012, fanáticos de la secta quemaron la escuela de la zona, la primaria Vicente Guerrero, porque la Virgen del Rosario les dijo que era “un refugio del diablo”. Lo cuenta Julio Ramírez en el medio Excelsior.
Los orígenes de “la ciudad santa” —que alberga actualmente tras sus bardas unas 600 familias— son imposibles de entender sin tomar en cuenta la pobreza, la ignorancia, el abandono del Estado y el sometimiento de una dictadura espiritual encabezada por Nabor Cárdenas Mejorada (1910-2008), un sacerdote católico disidente que, también por designio de la Virgen del Rosario, fundó su propio culto: la Iglesia de Dios en la Tierra, en parte por el cobijo de su primo Presidente de la República: el general Lázaro Cárdenas del Río.
Hoy la historia es retomada en el libro Cara de diablo por J. Jesús Lemus, reportero michoacano autor de Los malditos, una serie de perfiles de criminales como el del secuestrador Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, y el de Rafael Caro Quintero, entre otros, a quienes conoció tras una encierro de tres años y cinco días en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, en Jalisco, acusado por el gobierno de Felipe Calderón de estar vinculado con la delincuencia organizada. En aquel encierro, recuerda, escribió los bosquejos de seis libros y apuntes sueltos. El primero en salir a la luz sería el que contara la historia de Nabor Cárdenas, pero la editorial prefirió que fuera Los malditos.