No ha pasado un mes, y nos encontramos con otro pronunciamiento público del papa Benedicto XVI sobre el fenómeno de las sectas. Si en octubre, tal como informábamos en Info-RIES, el sucesor de Pedro se refería a la ofensiva de las sectas en su discurso al embajador de El Salvador en la Santa Sede, ahora la cita la encontramos en la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini.
Concretamente, el documento dice lo siguiente (y tomamos todo el número, para entender la referencia en su contexto):
73. En este sentido, el Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando «incrementar la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral» [Propositio 30; Cf. DV 24]. No se trata, pues, de añadir algún encuentro en la parroquia o la diócesis, sino de lograr que las actividades habituales de las comunidades cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos, se interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se comunica en su Palabra. Así, puesto que «la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo» [S. JERÓNIMO, Commentariorum in Isaiam libri, Prol], la animación bíblica de toda la pastoral ordinaria y extraordinaria llevará a un mayor conocimiento de la persona de Cristo, revelador del Padre y plenitud de la revelación divina.
Por tanto, exhorto a los pastores y fieles a tener en cuenta la importancia de esta animación: será también el mejor modo para afrontar algunos problemas pastorales puestos de relieve durante la Asamblea sinodal, y vinculados, por ejemplo, a la proliferación de sectas que difunden una lectura distorsionada e instrumental de la Sagrada Escritura. Allí donde no se forma a los fieles en un conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva, se deja de hecho un vacío pastoral, en el que realidades como las sectas pueden encontrar terreno donde echar raíces. Por eso, es también necesario dotar de una preparación adecuada a los sacerdotes y laicos para que puedan instruir al Pueblo de Dios en el conocimiento
auténtico de las Escrituras.
Además, como se ha subrayado durante los trabajos sinodales, conviene que en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades, «formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales y nuevas comunidades» [Propositio 21], en las cuales se promueva la formación, la oración y el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia.
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