Alemania: un ex testigo de Jehová irrumpe en un salón del Reino, asesina a 7 personas y se suicida

El tiroteo acaecido en la noche del 9 de marzo en un “salón del Reino” (sede local) de los testigos de Jehová en Hamburgo dejó 8 muertos –entre ellos el feto de 7 meses de una víctima embarazada y el autor de los disparos- y ocho heridos de diversa gravedad, según confirmó hoy, 10 de marzo, en rueda de prensa la policía de la ciudad hanseática.

El responsable de Interior del land de Hamburgo, Andy Grote, confirmó que el agresor actuó solo, y que se suicidó dentro del edificio al llegar los agentes de policía, que en ningún momento tuvieron que emplear sus armas. Lo cuenta en el diario español La Vanguardia su corresponsal en Berlín, María-Paz López

Exadepto de la secta

El asesino, un ciudadano alemán identificado como Philipp F., de 35 años, era un antiguo miembro de la congregación, que la abandonó el año pasado, y tenía licencia de armas, con lo que poseía legalmente desde diciembre una pistola semiautomática, según dijo el jefe de policía, Ralf Meyer.

Los investigadores descartan toda motivación terrorista o política por parte del agresor, e investigan aún los motivos del ataque, en el que disparó nueve cargadores de munición.

Así fue el suceso

En la noche de los hechos había en el local de culto de los testigos de Jehová, que se ubica en el barrio de Groß Borstel de la ciudad hanseática, unos 50 fieles que participaban desde las 7 de la tarde en una reunión semanal dedicada al estudio de la Biblia.

Este Salón del Reino –así se denominan las sedes locales de la secta– es un edificio de tres pisos, en el que entró el asaltante por una ventana de la planta baja, a juzgar por un vídeo realizado por un testigo en el exterior que el diario Bild publicó en su edición digital.

Las víctimas mortales son todas de nacionalidad alemana: 4 hombres y 2 mujeres de edades entre 32 y 66 años, y el feto femenino de 7 meses. Ninguno de ellos tenía relación de parentesco con el atacante, según confirmó la policía. De los ocho heridos, cuatro están gravísimos y se teme por su vida. Las autoridades recalcaron que podría haber habido muchas más víctimas de no ser por la pronta llegada de la policía, que llegó en 5 minutos.

Al lugar acudieron gran cantidad de coches policiales y de agentes, después de que, pasadas las 9 de la noche, las fuerzas de seguridad recibieran aviso del tiroteo. Cuando los policías irrumpieron en el edificio hallaron dentro muertos y heridos graves, algunos ya en la planta baja, y escucharon un disparo “procedente de la parte superior del edificio”, dijo un portavoz policial, Holger Vehren, a la cadena NTV. Al subir, encontraron a un hombre herido de muerte que resultó ser el atacante.

Reacciones a la masacre

“Las noticias de Alsterdorf/Gross Borstel son desgarradoras; las fuerzas de intervención están trabajando intensamente para perseguir a los perpetradores y esclarecer lo sucedido”, tuiteó el alcalde gobernador de Hamburgo, el socialdemócrata Peter Tschentscher. “Malas noticias desde Hamburgo”, escribió el canciller Olaf Scholz en Twitter en la mañana del 10 de marzo, calificando el ataque como “un acto brutal de violencia”.

Tal como recuerda la corresponsal alemana de La Vanguardia, fundados en el siglo XIX en Estados Unidos, los testigos de Jehová se consideran herederos del cristianismo primitivo, y aseguran que su referencia única y constante es la Biblia. Sus miembros son conocidos por llamar a las casas para explicar su doctrina y por distribuir folletos en calles y plazas.

Entre sus normas distintivas está la negativa a portar armas, recibir transfusiones de sangre, saludar una bandera nacional o participar en el gobierno, sobre supuestos principios bíblicos. En el mundo hay unos 8,7 millones de testigos de Jehová. En Alemania son unos 175.000 fieles, 3.800 de ellos en Hamburgo, según la página web de la secta.

¿Qué dicen las víctimas de las sectas?

En las horas siguientes a la masacre, ex testigos de Jehová y antiguos miembros de otras sectas de tipo religioso han lamentado lo sucedido en redes sociales y foros específicos. Algunos muestran su miedo a que la secta de origen estadounidense aproveche el suceso para presentarse como víctima de un delito de odio.

Una muestra es lo que ha compartido José Antonio, un español que formó parte de los mormones. Tras afirmar taxativamente que el tiroteo de Hamburgo “no tiene excusas”, explica que “es una consecuencia más de la presión que se recibe al salir de una secta como esa”.

Desde su experiencia, afirma que “las sectas pueden dejar bien tocada a la gente que se sale de ellas. Debería tomarse en serio lo que hay detrás de las sectas, la persuasión coercitiva que utilizan y el control mental. Debería tomarse en serio a las víctimas de las sectas para evitar estos sucesos, y que exista una ley que condene las prácticas abusivas de la persuasión coercitiva”.

Cuando oyó la noticia de lo sucedido en el salón del Reino de los testigos de Jehová en Hamburgo, José Antonio recordó automáticamente otro caso anterior. “Ya han ocurrido varios casos”, señala, “como en una capilla mormona, por parte de un exadepto”. Se refiere a lo que pasó en Fallon (Nevada, EE.UU.) en julio de 2018, cuando una persona resultó muerta en medio de un culto mormón.

Las situaciones extremas a las que se puede llegar

Según algunos medios de comunicación alemanes, de los que se hace eco el diario 20 Minutos, la Policía podría clasificar el suceso como un acto “amok”, una enfermedad mental muy poco común cuya principal característica es la aparición de un brote de furia salvaje que induce al sujeto a un comportamiento asesino.

Luis Santamaría, investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), recuerda que el pasado 8 de julio el ex primer ministro japonés Shinzo Abe “fue asesinado a tiros en plena calle. Lo hizo un hombre que lo asociaba a la Iglesia de Unificación (la ‘secta Moon’). La madre del asesino pertenecía al grupo, y él pensaba que Abe, simpatizante, tenía responsabilidad en lo que había sufrido su familia, en la miseria tras entregar la madre su dinero a la secta”.

Santamaría avisa sobre “la posibilidad de que los testigos de Jehová aprovechen esto para el victimismo, para presentarse como una entidad damnificada por el supuesto ‘discurso de odio’ de sus exadeptos. Pero nada más contrario a la realidad: las víctimas reales son los 8 millones de miembros de una secta que los adoctrina y manipula”.

“Esta vez, alguien que seguramente saliera dañado del grupo, ha asesinado a otras víctimas del mismo movimiento sectario”, añade. “Repito: cuando hablamos de los testigos de Jehová como ‘secta’ no atacamos ni criticamos a sus miembros, que son víctimas de un mecanismo destructivo, sino a esa organización y a sus dirigentes”.

No hay que olvidar el contexto actual: la cúpula de los testigos de Jehová en España ha llevado a los tribunales a una asociación de víctimas de la secta y a algunos de sus miembros a título individual, generando un mayor sufrimiento (como el caso de Gabriel). El movimiento además está enviando escritos de réplica a los medios de comunicación insistiendo en que todo son difamaciones y no son una secta.