Cristianos de ayer y de hoy (VIII): Juan boca de oro
San Juan Crisóstomo (que, en griego, quiere decir boca de oro) nació en el s. IV en Antioquía y fue hijo de otra santa, Antusa (Atención a las madres: este ha sido el caso de muchos santos, como San Agustín o San Bernardo, que ya desde los brazos de su madre fueron aprendiendo el amor de Dios y la imitación de Cristo).
Después de un tiempo como ermitaño, fue ordenado sacerdote y se dedicó a la predicación en Antioquía. Por voluntad del Emperador Arcadio, le obligaron a aceptar el puesto de Patriarca de Constantinopla. Sin embargo, el resultado no fue el esperado: en cuanto llegó, San Juan Crisóstomo lo primero que hizo fue renunciar a las riquezas que le correspondían y distribuirlas entre los pobres o construir hospitales para ellos.

Navegando por la red, he descubierto con sorpresa que uno de los artículos que he publicado en este blog, “” había sido recogido por una página web.
Estos días de agosto, en los que hay muy poca gente en Madrid, las misas parecen a veces algo tristes, con las iglesias casi vacías. En algunos casos, el sacerdote no se molesta siquiera en pronunciar una homilía, porque “para cuatro gatos que hay…”
No, no es una adivinanza ni vale responder que los dos empiezan por A.









