Dos mejor que uno. Respuesta a una objeción
Quaestio Quodlibetalis 9. Hace unos días, afirmé que las leyes de plazos en lo relativo al aborto no tienen sentido, ya que ponen límites arbitrarios en un proceso continuo que sólo tiene un salto cualitativo en el momento de la concepción.
Generalmente, quienes niegan que el embrión sea un ser humano, suelen evitar dar razones para ello y se limitan a hablar de otros temas (como el derecho a decidir de la mujer, que no afecta realmente a la cuestión y sólo sirve para confundir el asunto). Sin embargo, una lectora, Asun, me presentó la que, en mi opinión, es la única objeción a esa afirmación que tiene un poco de peso argumental:
Yo veo clarísimo que un cigoto no es un ser humano, puesto que puede dar lugar a dos seres humanos (gemelos monocigóticos).
Si fuera cierto lo que dice Darwin de que el problema es el alma, en este caso en el momento de la concepción no veo como se puede tener un alma que después se divide en dos almas.
Así que si un cigoto aún no tiene alma porque no se sabe si va a ser uno o dos seres humanos, no se le puede considerar un ser humano. […]No puede haber un ser humano aún puesto que podría haber dos si se gemina-o ninguno, si no arraiga el óvulo fecundado. ¿Puede un ser humano existente dividirse en dos? ¿Puede un alma dividirse en dos, si lo ponemos en términos religiosos? Yo diría que no. Ergo, no hay aún ser humano en fase de cigoto.
Esta forma de argumentar es muy gráfica, pero, a mi juicio, resulta engañosa. Es lo que yo suelo llamar un argumento “de caja negra”. Se basa en nuestra falta de conocimiento sobre un tema, para sacar conclusiones que no están bien justificadas, pero de manera que esa falta de conocimiento camufle el error en el razonamiento.