Polémicas matrimoniales (VIII): San Jerónimo
Como parte de esta serie de artículos relacionados con los temas planteados ante el próximo Sínodo sobre la Familia, me ha parecido oportuno traducir parte de una carta de San Jerónimo, en la que el Doctor de la Iglesia explicaba la cuestión de los católicos divorciados vueltos a casar a un sacerdote francés que le preguntaba por un caso real:
“Encuentro adjunto a tu carta de preguntas un breve escrito que contiene las siguientes palabras: ‘pregúntale si una mujer que ha dejado a su marido por ser un adúltero y un sodomita y se ha visto obligada a tomar otro marido mientras el primero todavía vive está o no en comunión con la Iglesia sin hacer penitencia por su pecado’. […]
A la hermana […] que pregunta esto sobre su estado no le des mi sentencia, sino la del Apóstol: ‘¿O es que ignoráis, hermanos, - hablo a quienes entienden de leyes - que la ley no domina sobre el hombre sino mientras vive? Así, la mujer casada está ligada por la ley a su marido mientras éste vive; mas, una vez muerto el marido, se ve libre de la ley del marido. Por eso, mientras vive el marido, será llamada adultera si se une a otro hombre; pero si muere el marido, queda libre de la ley, de forma que no es adultera si se casa con otro’ (Rm 7,1-3). Y en otro lugar: ‘La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor’ (1Co 7,39).