Algunas objeciones a la declaración de fidelidad
Como ya habrán visto los lectores, hoy se ha publicado una declaración de fidelidad a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, firmada por ochenta clérigos y seglares y abierta a la firma de todo el que lo desee. Supongo que no sorprenderé a nadie al decir que me parece un texto excelente, no tanto por sí mismo como por el hecho de que recoge la doctrina milenaria de la Iglesia sobre el matrimonio, que es magnífica y refleja el maravilloso plan de Dios para los esposos.
El objetivo de la declaración es bastante modesto: un acto público de amor y fidelidad a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio. A mí, como norma general, no me agradan las recogidas de firmas en temas eclesiales, pero desgraciadamente esta es necesaria, por los terribles ataques que sufre la fe sobre el matrimonio en nuestro tiempo, tanto desde el exterior como desde el interior de la Iglesia. El testimonio público sobre la verdad de la fe, especialmente cuando esa verdad es atacada, forma parte de la vocación de todo católico. Estad prontos para dar razones de vuestra esperanza, dice San Pedro.
Por supuesto, el tema del matrimonio es tan amplio que podrían llenarse libros y libros sobre las cuestiones tratadas en la declaración, de modo que solo voy a analizar brevemente algo que me ha parecido curioso: las objeciones que ya se empiezan a plantear contra la misma.

Hay momentos de la vida que superan nuestras fuerzas, que nos hacen sentirnos impotentes y en los que arrecia la tentación de la desesperanza. El hombre es como una caña agitada por el viento y se horroriza al asomarse al abismo de su propia fragilidad.
Durante los últimos meses, los medios de comunicación no han dejado de hablar de la llamada “crisis de los refugiados” en Europa, desencadenada por el enorme número de refugiados de Oriente Medio y otros lugares que se han dirigido a los diversos países europeos, tratando de huir de las guerras en sus países de origen o intentando conseguir un futuro económicamente mejor. Como Europa tiene la normativa sobre refugiados más generosa del mundo, la entrada masiva de refugiados ha despertado la desconfianza de muchos ciudadanos de a pie, que temen que el resultado sea la desaparición o desnaturalización de las culturas europeas. De hecho, los partidos que defienden la limitación drástica de la inmigración han logrado éxitos electorales sin precedentes en varios países.
Me han pedido que analice brevemente el curso de educación afectivo-sexual que ha publicado el Pontificio Consejo para la Familia con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. Este curso, titulado “









