Volem bisbes d’altres països
Acabo de leer, en Rumores de Ángeles, el resumen de las características que un grupo de curas valencianos desean para su nuevo obispo y me he molestado en leer el documento original en valenciano. Daría mucho de que hablar, pero hoy sólo voy a comentar una de esas características que exigen.
«Será necesario además», sostienen, que el nuevo arzobispo «conozca el valenciano, para hablarlo y escribirlo correctamente», ya que «resulta imprescindible y urgente -dicen- que nuestra Iglesia de Valencia asuma la cultura y la lengua propias».
Es decir y hablando en plata, quieren que el nuevo obispo sea uno de ellos, que el Vaticano escoja entre los curas valencianos (o, mejor dicho, entre algunos curas valencianos muy determinados).

Ayer se escribieron varios artículos, aquí en Religión Digital y en otros medios, sobre la ex-parroquia de Entrevías. En la mayoría de ellos, se celebraba la anunciada posibilidad de un acuerdo entre los sacerdotes en cuestión y Monseñor Rouco y se deseaba que nada impidiese dicho acuerdo. Lo cierto es comparto totalmente esta preocupación y espero que puedan entenderse con el Cardenal. Dios quiere que todos los hombres se salven y los sacerdotes de Entrevías son también hijos amados de Dios y, por lo tanto, hermanos míos aunque no los conozca.
No sé si los lectores conocerán la historia que contaba San Francisco para definir la perfecta alegría. Creo que merece la pena recordarla (la cuento de memoria):
Creo que las que ha recogido Religión Digital son muy esclarecedoras. Estas declaraciones son una protesta contra las acusaciones de profanación de la Eucaristía y de sintonía plena con lo que afirmó ayer el Cardenal Rouco, en su homilía del Corpus, sobre la Eucaristía.
Publicó ayer Carmen Bellver



