Día de bendición
La Iglesia, como madre sabia y también cariñosa, quiere que celebremos cada fiesta con la bendición de Dios. Y el día de Pentecostés es un día de especial bendición, porque el Espíritu Santo se derrama sobre la Iglesia. El don de los dones, el Consolador, el rocío del cielo que humedece nuestra tierra seca.
Hoy traigo al blog la preciosa bendición solemne de Pentecostés, para que podamos meditarla. Y añado mis oraciones para que todos los lectores reciban el Espíritu Santo. Que él consuele a los que sufren, dé la fe a los que no la tienen, inflame a los tibios, sostenga a los débiles, cure a los enfermos, revele la verdad a los que están en el error, convierta en carne los corazones de piedra y lleve a los cristianos a amar a sus enemigos y a anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra.
Un feliz y santo Pentecostés para todos.