Un texto escandaloso
A riesgo de defraudar a algunos lectores, comenzaré diciendo que el texto que propongo hoy es escandaloso pero en el buen sentido. “Escándalo", etimológicamente, significa algo que hace tropezar. Y, como es lógico, tropezar es malo si vamos por buen camino, pero cuando vamos por la senda equivocada un tropiezo nos puede ayudar a ver que hay que cambiar de dirección. El mismo Cristo fue “piedra de escándalo” para los hombres de su tiempo.
Es decir, que los siguientes párrafos son un escándalo, creo yo, si uno no tiene fe o si la fe anda algo tibia. O quizás no. Es sólo mi opinión y me interesaría conocer la opinión de los lectores, a ser posible razonada. No diré el autor, para que algún lector pueda adivinarlo. No puedo evitarlo, me gusta hacer trabajar a los que pasan por aquí. Soy consciente de que eso me quita lectores, porque a mucha gente le gustan las cosas “en puré”, como a los niños, para no tener que esforzarse en mascar, pero creo que es bueno que pongamos en marcha las neuronas.