Capítulo 25: 1965, año de tensiones
“Que 1965 iba a ser un año difícil para la vida de la Iglesia es algo que podía pronosticarse al concluir la pasada sesión conciliar sin necesidad de ser profeta: el tenso final de la tercera etapa había sembrado por toda la superficie de la Iglesia un clima polémico, arisco, que no podía menos de dar sus amargos frutos en los meses siguientes…”
Tratemos de resumir esquemáticamente algunos acontecimientos que hicieron que a todo lo largo de 1965 la Iglesia se viera tironeada de un lado a otro. La Jerarquía y los órganos responsables de opinión se vieron obligados más de una vez a poner el freno o a dar el grito de alarma:

En estos días estamos celebrando las fiestas que ponen broche de oro al tiempo litúrgico de Pascua-Pentecostés. El domingo antigua octava de la Pascua Granada está dedicado de manera especial al misterio de la Santísima Trinidad. Hoy nuestra atención se centra en el misterio Eucarístico, culmen de la Encarnación y consumación de la obra redentora de Cristo. El viernes de la semana que viene será la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la fiesta del amor de Jesucristo. Es como si antes de emprender el llamado “tiempo ordinario” de la liturgia, la Iglesia quisiera recapitular toda la religión Católica en estas tres conmemoraciones, que nos hablan de las virtudes teologales: la fe (Santísima Trinidad), la esperanza (el Corazón de Jesús) y la caridad (Corpus Christi). En tiempos fueron objeto de gran devoción y seguimiento, que se traducía en ejercicios de piedad popular: trisagios, horas santas, visitas al Santísimo, guardias de honor, comuniones de los primeros viernes, novenas de confianza, entronizaciones del Sagrado Corazón, etc.
Me preocupa ver a los príncipes de la Iglesia haciendo de príncipes de este mundo y pereciéndose por codearse con ellos. Algo hay en esto fuera de lugar y fuera de tiempo. En efecto, eso estuvo en su lugar y fue lo que tenía que ser, cuando la Iglesia jerárquica era nada menos que todo un estamento que competía en poder con el estamento formado por la nobleza. Los príncipes de la Iglesia se trataban de tú a tú con los príncipes de este mundo. Es que tenían tanto en común…
Cuando alguien me dice que n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach es un "obispo progresista" yo me rebelo, porque creo que es un completo disparate. Nuestro arzobispo no es ni progresista ni conservador, ni moderado ni aperturista, ni cualquier otro calificativo ideológico, porque sencillamente no tiene ideología. Nuestro pastor es simplemente un buen "botiguer" (tendero), con dos prioridades en la vida: vender bien su producto y conseguir los máximos beneficios económicos. Esto traducido al lenguaje eclesial significa vender bien su acción pastoral y alcanzar las máximas cuotas de poder eclesial.
La carta de protesta de un joven publicada el pasado día 23 de mayo así como las cartas al director de nuestros lectores Oryctolagus Recónditus y M.C nos han narrado la acogida de la cruz de la JMJ en Barcelona, concretamente del acto de recepción en Santa María del Mar y en la parroquia de San Francisco de Sales. Pero la llegada de la cruz a nuestra diócesis (y a otras diócesis catalanas) ha producido otra serie de hechos que merecen ser destacados. En primer lugar, cual nos cuenta M.C, el impresionante Vía Crucis nocturno que tuvo lugar después de la Vetlla en Santa María del Mar. Un Vía Crucis fuera del programa oficial (solo hace falta comprobar